jueves, 7 de octubre de 2010
Quizás debí empezar por aquí
Quien lo iba a decir, tengo cosas que decir. Quiero decirlas. Por que no se queden dentro, no por que piense que puedan ser de utilidad para nadie. Un blog era la solución evidente. Pero llevo unos pocos años danto tumbos por el Universo Matrix dejando fragmentos de mi discurso en unas cuantas docenas de lugares inconexos. No quisiera ponerme trascendente ya de inicio, así que echaré mano de Rabindranath Tagore para explicarme, que es un autor casi naif. Creo que la vida es un camino que recorres solo. A veces un trecho lo compartes con alguien. Pero son senderos que se bifurcan, que se intersectan, que se solapan durante un tiempo si es que hay suerte. Una vez, en la otra vertiente del Guadarrama, tuve un encuentro con un zorro. Me explicó muchas cosas, a su modo, por supuesto, aunque tardé muchos meses en entender sus palabras. No, no es un capítulo del Principito, aquello ocurrió realmente. Desde entonces se que tengo un lugar en el mundo, que no es poca cosa. Tengo cosas que decir, y aunque a nadie interesen, eso ya no importa. Hace tiempo que empecé a explicarme. En realidad lo llevo haciendo toda la vida. Permanezco callado mientras recorro el camino, y cuando la vida me ofrece un camarada de viaje le abrumo con mis palabras mientras compartimos la ruta. Debí empezar por aquí hace mucho tiempo, por crearme un blog y verter algo de lo que soy en la página en blanco. Si pudiera recorrería el camino en sentido contrario, por que es mucha la gente que dejé atrás y que a menudo echo de menos. Hacia adelante no creo que se produzcan ya muchos muchis encuentros interesantes. Si alguien me lee enseguida averiguará que mi discurso no ha sido nunca ni va a ser en ningún momento coherente. Tal vez algunas de esas personas que dejé atrás deberían ser los que tomaran la palabra. Algunos pocos me conocen, pero hace mucho que les perdí el rastro. No va a haber peritos en la materia, lo siento. Así que cada escrito será una pieza del puzzle. Buena parte de las piezas las tendré que rescatar de donde las dejé olvidadas, aunque desde hace un tiempo sigo la estrategia de mantenerlas todas en el mismo montoncito para cuando llegará el momento de la mudanza. Hace tan solo dos días abandoné un campamento de avanzada. Aun no he conseguido irme del todo. Ojalá este sea mi destino definitivo. Ah, por cierto, en algún momento contaré la película Doctor Zhivago. Es una asignatura pendiente desde hace muchos años.
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