¿Se puede encontrar el amor por Internet?
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Como poderse, se puede encontrar el amor, a mi me parece algo artificial, pero no triste, es solo una opción. Lo que es cierto, es que se llega a tener vínculos muy fuertes por este medio. Nunca he ligado por Internet.
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Como decía mi amigo de la universidad, el que acabó en el seminario, primero habría que llegar a un acuerdo sobre lo que entendemos por amor. A lo mejor no hablamos de lo mismo.
No, Práxedes, artificial no. Lo que no es desde luego es el cauce natural. Y cuando vas contra natura, en contra de la corriente, suele ser por una causa, por existir algún impedimento o alguna trampa en la situación. Puede ser simplemente imposibilidad de compartir un mismo lugar. Yo tuve una relación, o algo, con una chica de Colombia, que se estableció en Internet en un chat y a lo más que pudo llegar es a un contacto telefónico más o menos frecuente. ¿Pero aquello era amor? ¿Es amor cuando no existe la posibilidad de vivir en un mismo continente? Creo que habría que ser muy laxos con lo que consideramos amor para que entrara en la definición. También me ocurrió una vez que establecí una conexión muy fuerte con una chica de Galicia. Acababa de perder a su mejor amiga en un accidente de tráfico y estaba hundida. Estuve toda una noche hablando con ella, hasta el amanecer, y al parecer mis palabras le hicieron mucho bien. La ayudaron a volver a centrarse. De ahí nació una relación bastante inexplicable e inclasificable que a la larga se volvió incomoda, por que ambos teníamos pareja, y de la sensación agradable, a veces eufórica, de compartir momentos se llegó a la necesidad de ubicar aquello en la realidad. Tarea imposible. ¿Aquello fue amor? Esta claro que no, pero el vinculo fue irrompible hasta que se quebró. De ambas guardo un recuerdo muy tierno, pero los momentos compartidos con ellas tengo la sensación de haberlos soñado más que vivido
Aquellos que buscan Internet para relacionarse, que en cierta medida es lo que muchos hacen en los foros de debate, suele ser por que les cuesta establecer vínculos, sobre todo contactar, con la gente de la vida real, con la que podrían tocar si es que eso estuviera permitido por las normas elementales de decoro. El amor de Internet, o lo que sea que se esté gestando, en algún momento tendrá que ubicarse en la realidad cotidiana. Es fácil enamorarse de alguien a quien no le oyes roncar, a la que no tienes que aguantar su mal humor cuando se le acaba el tabaco, y con la que puedes hablar de madrugada, que ya digo que es una delicia, de cosas tan fascinantes e inútiles como son los sentimientos. Inútiles en el sentido que no te ayudan a llegar a fin de mes ni ha buscarle colegio para el año que viene a tus hijos. Por que esa es otra, lo normal es que los romances de Internet se desarrollen al margen de otros ya existentes. Y el que tiene maña para estas cosas tiene una novia en cada puerto, es decir, en cada chat.
Creo que en estas relaciones se suele llegar a medio plazo a un callejón sin salida. Además, son propicias para los delirios, por que cualquier cosa que digas parece que no trae consecuencias. Que más da que digas que estás locamente enamorado si no vas a tener que arremangarte la camisa para demostrarlo con esfuerzo. Una parte de ti te dice que aquello jamás podrá consumarse, en especial si cuando desconectas el PC y te vas a la cama hay alguien esperando, y al mismo tiempo que apuras las opciones por que la situación te parece etérea y próxima a evaporarse te enfrentas a un peligro que no consideras como tal. ¿Y que peligro pueda haber? Tal vez que alguna de las dos personas se vuelva adicta a la relación. La chica colombiana me decía desesperada que quería casarse conmigo. Que en sus circunstancias era algo equivalente a decir que se iba a meter a monja, por que sabia que tenía pareja y las posibilidades de que viniera a España eran nulas. Yo trataba de convencerla de que conociera hombres, que buscara pareja. Y no atendía a razones. Al final aquello se convirtió en algo agobiante. No por mí, por que la chica era una delicia. Bonita, dulce y alegre, lo que viene siendo una mulata costeña colombiana. Sino por ella, que parecía estancada en un imposible y en un absurdo. Vivía sola, lejos de su familia, ganándose la vida con un trabajo mísero, y encima enganchada al amor cibernético.
En fin, que sin recomendarlo, tampoco descalifico los contactos por Internet, siempre y cuando haya intención en un plazo razonable de tiempo de concertar un encuentro fuera de Matrix. Salvo que lo que se pretenda es un polvo cibernético. Que es más común de lo que parece. Por que a lo mejor es que me complico la vida yo solo.
¿Verdad o farol lo que acabo de contar?
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