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Mr. Smith - Operativo en Puerto Banús (1)
A las 02.00 Zulú nos reunimos en el lugar convenido. Nosotros vinimos en mi Peugeot 206. Resakosa en la “fragoneta” de la empresa de jardinería en la que trabaja sin estar dada de alta en la Seguridad Social y que nos iba a servir de centro neurálgico de operaciones. A Nereikah la trajo su madre. Estaba dormida, agarrada a un oso blanco de peluche, del que se hizo cargo su madre cuando le entregó la niña a Resakosa. En brazos de los demás se la veía muy pequeña. “¿Y de verdad que la fiesta de cumpleaños no podía celebrarse durante el día?”. “Señora, es cosa a la madre de Merenguito, el niño que cumple años, le gusta imponer reglas arbitrarias y su voluntad es el imperio de la Ley”. “Bueno, pues quiero a la niña de vuelta en casa a la hora de desayunar, que luego no espabila en todo el día si no come nada a esa hora”. “Descuide. Le aseguro que la deja en buenas manos. A las 11 en casa sin falta”. “A las 10 lo más tarde, que tiene clase en la uni”. “Como un reloj. Se lo prometo, señora”.
Cuando quedamos a solas depositamos a la niña dormida bajo un castaño y nos centramos en lo nuestro. “Kosa, te presento a NoseNose, Nose para los amigos. El se encargará de las comunicaciones y de la coordinación desde el centro de operaciones” (me refería a la fragoneta). Kosa arqueo una ceja en un gesto de evidente aprobación. Media sonrisa asomó a su rostro. Arrugó la varicilla como una gatita a la que hace cosquillas una mosca. En realidad Nose estaba allí para utilizarlo de colchón ante los avances insistentes de Kosa hacia mi persona. Nose es buen chaval, pero tampoco es que sepa hacer especialmente gran cosa. Además tiene lo suyo. Es del Barcelona.
“Kosa, ¿has traido móviles seguros?”. “Si, ahora te doy el tuyo. Que no se para que lo quieres”. “Para llamar luego a una forera que he conocido en el Chat”. “Jesús estos hombres, siempre fijandose en otras”. “Te lo digo siempre, Kosa, si no mostrases tanto interés tendrías a todos detrás de ti”. “¿Tú crees? ¿También con Miancevi?”. “Intántalo. El no ya lo tienes. Pero si no piensa que eres del Madrid no te va a hacer caso”. Los trabajos con Kosa siempre acaban con los dos marujeando sobre el foro. Es un elemento muy eficiente. Si hay que darse de hostias con alguien ella se encarga.
A las 02:40 Zulú iniciamos el primer operativo. “Nose, te quiero ya trasladando tus bártulos a la furgoneta. Mientra tanto Kosa y yo vamos a inspeccionar el terreno. Avísanos por línea interna cuando estés listo”. “Jóder con la prepotencia de los madridistas. Si llego a saber que te gusta tanto dar órdenes no me apunto”. Dejamos a Nose refunfuñando, que es una característica muy suya y avanzamos hacía el cerramiento perimetral de la finca. Procedimos a inspeccionarla desde el perímetro con prismáticos. “Ya estoy conectado”. “Gracias Nose”. “¿Has visto, Kosa. Era cierto, tiene un club hípico en el salón de su casa”. “Este tío está forrado, replicó Kosa”. “Fíjate, la piscina tiene la forma de un Rólex. Será fanfarrón”. “Como todos los hombres”. “¿Tu crees?”. “Bueno, a ti te perdono. Me casaba contigo si tuvieras nuez de Adán y no tuviera ya mascota”. “¿Y no sería cosa, Kosa, de que empezaras a hacerle caso en vez de ir guiñándole el ojo a todo el mundo? Que tampoco me quiero meter en tu vida privada, oyea”. “Ya sabes que yo soy muy seria cuando es preciso. Asi que no me agobies”. Me dio un pellizco para confirmar sus palabras. Tendría que haber traido a Nose a la avanzadilla. Las gradas del Nou Camp son más confortables y tiene un culo mejor cuidado.
“Tendremos que entrar por el ala este”. Le señale con el dedo. Al extremo de dicha ala había uan especie de adosado al gran edificio, que tenía forma de palacio árabae. “A que es el harén del que hablaba la otra noche”, dijimos ambos perfectamente sincronizados. “Desde luego su mujer, que en gloria está, si que es tolerante con sus caprichos y sabe involucrarse en sus bromas. "Nose, mira a ver si en Internet se dice algo de un club privado llamado Arabian Pussycats de Puerto Banús”. “Marchando”. “¿Qué te ha dado con Miancevi?”. “Me gustan los chicos malos”. “Si, lo lei en la encuesta, pero pensaba que era una trola para hacer gracia”. “Os estoy oyendo. Y Miancevi es compañero”. “Pues céntrate en lo que te he ordenado”. “La madre que parió a Iker. Coñazo de tío”. “Rokko, yo no bromeo con las cosas de comer”, me dijo Kosa. “¿Has probado a peseguir ratones?”. “¿Qué te crees que sois para mi”. “No, si ya”.
A las 02:50 Zulú ya teniamos contrastado el plan esbozado en gabinete sobre el terreno. La niña seguia durmiendo. “¿Es una chica o un koala?”. “Me lo has quitado de la boca”. “Callaros que yo respondo de ella. Cuando le toque sabrá hacer lo suyo”. “¿Qué la piensas tocar estando dormida?”. “Cuando le toque ejecutar su parte del plan”. “Es que ha sonado fatal, incluso en boca de un madridista”. “¿Y que parte le toca a ella? Por que a mi no me toca nadie”. “Kosa, cállate y céntrate de una vez”. La verdad es que estaba empazando a arrepentirme de haber organizado todo aquello. El asunto de Francfurt salió a pedir de boca. Pero también es verdad que estaba Eastwood, que sabe ordenar la mente de Kosa. Bueno, la de todas las mujeres. En un periquete a todas las tiene haciendo sandwichs. Deberían estudiar montar un Rodilla en el foro. Lástima que se había lesionado en su último salto en paracaídas. “No se, vete incorporando la información que te voy a ir dando al modelo virtual del PC. A Patufet le he visto en el salón viendo un partido. Adalid está en la piscina con un ordenador portátil”. “Seguro que intercambiandose fotos de culos con alguna. El papito”, dijo Kosa. “Punto Pelota está en su dormitorio frente a un Packard Bell, pero por lo seria que está seguro que sigue trabajando”. “Introducido, Rokko”. “Entraremos por el harén. Así si se descubre la intrusión o saltan las alarmas a nadie le extrañará que haya gente montando jarana”. “Además Kosa tiene cara de odalisca”, aportó Nose. “Además eso”. “Usted cree, señor. Dígamelo otra vez que me ha gustado”. Empezó a guiñar los ojos y a aletear las pestañas. Le pasé el gota a gota de Ojos Bell que siempre llevo conmigo en el bolsillo cuando trabajo con ella. La broma no le gusta y la irrita un tanto. Pero tiende a calmarla. “Kosa recuerda que solo te escucha, que no te está vuendo. Nose, ¿has visto alguna referencia al Arabian Pussycats en Internet”. “Si. Hay un vinculo en un subforo que lleva a una página de Chat erótico”. “Ya decía yo que un foro no da para comprarse un Mercedes y tener una flota de relojes. ¿Y de que va eso, Nose?”. “Uff. Si te lo digo no te lo crees”. “Prueba”. “Hay varios cubículos con chicas enmascaradas y que solo dan el alias”. “A ver”. “Cubículo 1: La Peque del Peluche”. “Jesús”. “Cubículo 2: La jardinera maliciosa”. “No sigas. Pero Kosa…”. “¿Qué quieres, que viva de la jardinería ilegal exclusivamente? Además solo les alquilo el rol y el avatar de la gata. Que en el Chat va con unas botitas rojas tipo Hello Kitty”. “Si, si, si, Kosa. Nose, ¿está activa la página?”. “Eso parece. La Peque del Peluche tiene ahora mismo 32.747 visitas. Espera, una más”. “Pues yo la he dejado durmiendo bajo el castaño”. “Tranquilo Rokko, que será un rol alquilado, como el mío”. “¿Me ves preocupado?”. “No me hagas contestar. No me tientes”.
Tras volver atrás a por Nereikah, a las 03:10 Zulú volviamos a estar frente al cerramiento de la finca, con las medias puestas. Talla grande para Kosa, mediana para mí y pequeña para Nereikah, que ya estaba despierta y alerta. Parecíamos el cuento de los tres osos. Imagino que a Nose le tocaba hacer el papel de Ricitos de Oro. Nere llevaba una barbie que le había regalado hacia un momento Nose. Era por eso que nos habiamos detenido en el VIPS. “Es que se lo había leido en un test. Además, no te quejes que la madre se llevó el oso y así estará tranquila”, fue su excusa cuando le pedí explicaciones en un aparte con él. Anoté en mi bitácora de vuelo: Hablar con Nose al finalizar el golpe acerca de esto y de aquello, y concretamente de lo que es territorio vedado. En el foro soy su tutor legal, no lo digo por otra cosa. Pero si, la niña se calmó enseguida de su ansiedad al despertarse y verse sin su oso de peluche.
A las 03:15 Zulú avanzábamos hacia la casa. A medida que lo hacíamos sus dimensiones se volvían más grandes. “¿Cuántos cubículos dices que hay en la página web, Nose?”. “Treinta y tres. Escucha, hay una que se hace llamar La Bucanera”. “¿Y no habrá alguna que se llamé Jacarandá, verdad?”. “Xacto. ¿Cómo lo has sabido”. “No preguntes. Estos foros haciéndose la guerra, pero en el fondo compinchados”. “Pues les vamos a aligerar la caja de caudales”, dijo Kosa más contenta que unas Pascuas. Ya se veía con su peque pagándose una excursión al Parque de Cabárceno.
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