Rokko tenía un blog que le abrió su amigo Angelc
El mejor Özil fue el del StutgartReal Madrid 2 - Ajax de Ámsterdam 0
15 de septiembre de 2010
Hacia las siete y cuarto me dirijo hacia la oficina a recoger la documentación de un proyecto. En el túnel que discurre bajo la Plaza de Castilla veo un autobús que viene en dirección contraria, procedente del norte, escoltado por cuatro moristas de la policia. No se por que lo primero que pienso es que son los holandeses camino del estadio. Pero es más que evidente que es la expedición del Real Madrid. Tampoco llegan con mucho margen. Cuando me cruzo con ellos suena en el CD del coche Pure Shores de All Saints. Me gustaría dilucidar si se trata de una canción alegre o melancólica, por que tengo más que comprobado que mis estados de ánimo influyen en la realidad. O que la realidad influye en mis estados de ánimo. Da lo mismo, por que ya demostré hace tiempo que no existe un sentido privilegiado en la relación causa-efecto. En el viaje de regreso descubro una luna blanca camuflada entre las nubes color mármol sacaroideo. Un cielo azul en calma con betas blancas. Luna diurna que me ofrece el primer momento de duda, por que me recuerda aquella noche en Eindhoven. Pero no se trata de un partido a vida o muerte, partiendo de la base de que todos los partidos del Madrid son trascendentes.
El Madrid parte con dos bajas significativas. Una es la del lateral Sergio Ramos, que será sustituido por Arbeloa, que hará durante el encuentro un buen trabajo, aunque sin presencia en el ataque. La otra es la de Benzemá, ausencia por decisión técnica que será aprovechada por Mourinho para ensanchar el campo, situando en una banda a Di María y en la otra, al menos de inicio, a Cristiano Ronaldo, con la ayuda constante en ataque de Marcelo, uno de los destacados del encuentro.
Dos son los hechos a reseñar en la previa del partido, el homenaje a Rafael Nadal, merecido a todas luces, y que también sirve para que el madridismo presuma de seguidor ilustre. La otra es el estado del césped. El ingeniero agrónomo encargado de los cuidados del mismo trata desde hace unos días de solventar una enfermedad surgida hace poco. Se trata de un hongo que no ha sido posible eliminar mediante fungicidas, y que obligará, en cuanto sea posible por fechas, a la sustitución de toda una banda lateral del campo, seguramente mediante la introducción de tepes. Se trata de una medida que se ha tratado de evitar, pero que al final será la única solución para que el Bernabeu luzca un césped de acuerdo a la categoría del estadio. En algunas jugadas la situación del campo supondrá un obstáculo para el desarrollo del juego. Así, hacia el final de la segunda parte, Pedro León quedará prácticamente inédito tras conseguir entrar en el terreno de juego en sustitución de Di Maria, por el lamentable estado del campo en el que es su hábitat natural, el rincón alargado que existe junto a la raya de cal. Di Maria solventará el problema evitando el desborde del defensa en el entorno del corner y adentrándose hacia el interior, siendo su jugada más repetida la llegada desde el lateral hacia la frontal del área rival, buscando una ubicación paralela a la porteria para rematar desde la media luna con la zurda.
Nada más iniciarse el encuentro queda claro cual va a ser uno de los aspectos má relevantes del mismo. Cristiano recibe al balón. Se encará a su marcador. Caracolea en estático, haciendo esa jugada tan caracteristica suya de amagar repetidas veces con el balón parado. Trata de desbordar poniendo en movimiento el balón. No lo consigue. Repite nuevamente los caracoleos, sin ningún resultado visible. En resumen, no piensa esconderse. Jugará como quiera, acaparará balón si lo estima conveniente, al margen de lo que pueda derivarse de sus polémicas declaraciones unos días antes del encuentro.
Durante toda la primera parte el dominio corresponde al Madrid. Los primero diez minutos son un monólogo con constantes llegadas a la porteria del Skelenburg. Tras diez minutos de tomarse un respiro, el segundo tramo de la primera parte vuelve a ser de claro dominio madridista. Higuain tiene varias ocasiones claras y llega incluso a estrellar un balón en el travesaño, por su borde inferior, en una maravillosa trayectoria curva dibujada con la diestra, que tiene como espectador privilegiado al portero del Ajax. Di Maria empieza dubitativo y poco a poco se va entonando. Özil es ya claramente el líder en el juego madridista. Por temperamento tal vez no lo sea, pero ayer se destapó como un jugador excelso. Todas sus intervenciones se saldan con aciertos. La trascendencia de su intervención la marca su posición en ese momento en el campo. Si es en la media será un detalle exquisito. Si es en el entorno del área rival una ocasión de gol. Dribla como recurso y sus paredes y pases son tan sutiles como efectivos. En mi opinión estamos ante un crack en ciernes. Para mi es lo más relevante en cuanto a las conclusiones que arroja el encuentro. En el medio campo Khedira y Xabi Alonso se hacen dueños de la parte central del terreno de juego, el primero deambulando arriba y abajo, tal vez sin tanta llegada al área rival como en otros encuentros, y con un trabajo más sordo que vistoso. En cuanto a Xabi Alonso, decargado de trabajo en defensa, por fin se le han podido ver desplazamientos en largo, hacia el lateral o hacia el entorno de los corner. Uno de la segunda parte roza lo prodigioso. El balón sube y describe una trayecotoria impecable hasta caer manso a los pies de su destinatario. La defensa hace su trabajo, con algún despiste esporádico. Marcelo sigue creciendo como futbolista en su faceta atacante. En la defensa simplemente cumple, beneficiandose de la inoperancia de los delanteros rivales.
45 minutos de total dominio, con claras ocasiones de gol se saldaron con un tacaño 1-0, además como resultado de un gol en propia meta, aunque buena parte del mérito pueda atribuirse a Higuain por su forcejeo con el defensa. Hay que reconocer que el Ajax no se ha empleado con dureza, salvo jugadas muy puntuales. También que ha sido muy poco generoso a la hora de mostrar su juego. Acaba la primera parte con un Iker casi inédito y con Pepe y Carballo con un notable en cuanto a la forma de solventar el poco trabajo que se les ha propuesto.
La segunda parte ofrece lecturas más drámaticas. En la banda Mourinho se desespera con cada ocasión marrada. Gesticula, hace exhibición de su expresividad. Y es que el recital de vicegoles rozo lo excesivo. Sirvan como ejemplo dos tantos fallados por Higuain y Ronaldo de construcción y desenlaces muy parecidos. Reciben el balón franco, casi sin oposición, cerca de la raya de gol, hacia la que corren mientras reciben un balón desde la derecha, casi un pase de la muerte. El primero golpea al aire cuando pasa el balón ante él. Al segundo la pelota le pilla con el tranco cambiado. Higuain asimila mejor la desesperante situación Ronaldo abandona su posición de teórico extremo para acercarse a la frontal del área. Parece obsesionado con marcar. Dispara cada vez que le llega el balón. Da un verdadero recital de cómo armar la pierna para el remate. El acierto es nulo. Aquellas ocasiones en que acierta entre los tres palos esta Skelenburg para evitar el tanto. Ante esta situación una mínima parte del público ensaya una pitada. Es una intuición, pero el eco que se escuchó a continuación, con nuevos pitidos, creo que iban dirigidos hacia los primeros, no hacia el futbolista. Merece una charla pero no una recriminación. Es un problema a resolver no una oportunidad de condenar al antipático de la Liga. Con Higuain desacertado en el uso del puñal para el descabello, con Benzemá desenchufado, no nos podemos permitir un CR7 obsesionado con confirmarse a si mismo su valía. Es necesaria terapia de grupo. Alguna colleja si hadce falta. Esta mañana ya ha recibido el francés la suya. CR7 no puede caer en el error de obsesionarse y desconectarse a ratos por las ocasiones falladas. y no quiero ni pensar de que haya preocupación tensando que su situación central en el equipo corra peligro. A lo mejor Ronaldo deja de ser el solomillo del Madrid, solo un entrante. Sería una buena noticia siempre y cuando el lo entendiera.
Y Özil sigue creciendo. Como resultado de una jugada colectiva se ve a solas, mano a mano con el portero holandés. Dispara al muñeco. Y en el rechace que el mismo recoge decide asistir a Higuain que marca a puerta vacía. Este tanto si que se celebra, como extrañamente no se hizo con el primero. Lo demás más de lo mismo. Tras el segundo tanto el Ajax se estira, y el Madrid aprovecha para lanzar contraataques. Tenemos tiempo no obstante para enterarnos de que Iker está jugando el partido. Tras un disparo al travesaño, el remate subsiguiente es rechazado con una mano pegada al hombro, en un acto pleno de reflejos. El partido languidece con los cambios de última hora. Özil recibe la ovación que merece. Aunque extrovertido en su juego parece tímido a la hora de relacionarse con lo que rodea el partido. Apenas si muestra algún gesto como agradecimiento al aplauso. Estaría bien un debate sobre campeones de humildades. Doy la idea por si alguien le gusta.
¿Lo que vendrá después? Yo creo que un intento de hacernos entender que Özil es una mediania ilustre. La tan ridiculizada ilusión madridista es muy temida por los barcelonistas inteligentes. Si no hay volunta y convicción es imposible alcanzar las metas propuestas. Nos quieren con la cabeza gacha, el rabo entre las piernas, aplaudiendo los goles de Messi y los pases de Iniesta y Xavi, repitiendo los mantras del Dalai Lama. Pero hoy tenemos un motivo para pensar que a lo mejor el fututo nos depara algo bueno. Se llama Özil. Y por eso querrán desvirtuar esa emoción. Apelando a lo que sea, tratando de convencernos de que no hay para tanto. Utilizarán todo el arsenal que tienen. Y que nadie se extrañe si oye decir por ahí que “el mejor Özil fue el del Stutgart”. Al tiempo.
De la resaca del partido me quedo con unas inteligentísimas declaraciones de Mourinho. Tras reconocer que ha castigado a Benzemá sentandolo en el banquillo para que pueda ver el partido desde allí y sacar conclusiones, reconoce que tal vez haya tenido un fallo de planteamiento. Tal vez ha exigido demasiado compromiso en la presión a sus delanteros y eso haya sido la causa de su desacierto en el remate. Lo tiene que analizar. Grande Mourinho, peleado con el mundo y conectado a los suyos. Oiremos decir también que “el Mejor Mourinho fue el del Oporto”. Ya lo doy por seguro. La espuma de los dias nos trae momentos mejores. Apelo a la ilusión por que hay causa. Litiguemos. Debatamos. Por que estoy convencido que el mejor Özil aun no lo hemos visto. Incluso puede que el mejor Mourinho tampoco.
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