House
Vie Ago 20, 2010 12:30 am
Las mujeres de House
Tengo la sensación de que el cambio en la psicología de House encierra el deseo de los guionistas de emparejarlo, tal vez, Dios no lo quiera, para dar carpetazo a la serie dejando cada cosa en su sitio, cada oveja con su pareja y cada mochuelo en su olivo. En la lógica del mundo de las películas un protagonista no puede lograr el amor de una dama si no lo merece. Si, ya se que a algunos os ha robado el amor de vuestra vida un cretino que es capaz de concitar la aprobación de todos (más bien de todas) cuando ofrece al mundo su facinante pero anodino perfil de gusano platelminto. Pero las películas tienen su lógica interna, y está claro que el House de antes no merecía el amor de ninguna. ¿O tal vez sí?
En esta temporada que ahora nos toca House ha dejado el capricho como motor del juego que más le gusta, por el intento de lograr propósitos que tratan de ser positivos. Ya no manipula por mera diversión, o para conseguir metas divertidas, sino para hacer el bien. En el último capítulo que he visto solventa a Foreman un problema moral que arrastra desde su infancia sin dejar de ser a los ojos del mundo un verdadero canalla. No quiere la aprobación de nadie, es más, le repugna, por que es él quien menos se aprueba a si mismo. Elogiad a alguien con baja autoestima y vereis lo que pasa, que se volverá contra vosotros, por que olerá una mentira en vuestras palabras. O el elogio es adulación por que es imposible que sea cierto o él es un far-sante que hace ver cosas positivas en su conducta que solo son humo. En cualquier caso el elogio caerá en saco roto haciendo mucho ruido y estropicio al golpear con el suelo.
Dejando al margen algunas mujeres episódicas bastante fascinantes: la adolescente que se enamoró de él por una intoxicación cerebral de polen (Virgen santísima, ora pronibis, agita un poco las acacias cuando paseo por la calle), la prostituta que era la Virgen María en la representación parroquial de la Navidad, la exploradora del Ártico, que seguramente ha sido la mejor contrincante de House en el juego, aquella chica que quería morir y a la que House redimió con su ternura disfrazada de cinismo. Obviando todas ellas, quedan solo cuatro candidatas:
1.- Cady. No sabe jugar el juego, siempre pierde las partidas. Tres o cuatro movimientos siempre por detrás, es apenas un juguete en manos de House. Ella no tiene la suerte de conocer la otra cara, como Wilson, pero la intuye. Son muchos años de tenerlo a la vuelta de la esquina. Por eso lo defiende y lo protege. Ve en la capacidad destructura de House una fuerza positiva del cosmos. Y cuando advierte la torpeza de sus razonamientos se aferra a la prueba de las muchas vidas que su amigo ha salvado. ¿Qué más dan las motivaciones si es capaz de sanar a los deshauciados? Pero yo aquí solo veo amistad, recalentada al fuego de una evidente atracción física. Ella siempre ha estado ahí en los malos momentos, le ha velado cuando ha estado moribundo, le ha puesto tiritas cuando ha recibido bofetadas merecidas, pero es más una figura maternal que una pareja sentimental. En todo caso la madre de Edipo. Sería factible si la moralidad no fuera una regla inviolable para House que, como ya hemos dicho, puede obviarse en la estrategia del juego, pero no a la hora de fijar objetivos.
2.- 13. Creo que la idea se les paso por la cabeza a los guinistas, les sedujo y hasta fijaron estrategias para hacerla factible. Pero precisamente por ser tan apetitosa la solución en un momento que no se buscaba la resolución de nada la hicieron imposible otorgándosela a Foreman. Veo difícil que la felicidad de House pueda compensar la desgracia de su empleado en el nuevo esquema de las cosas. Y es una pena, por que 13 se ha asomado alguna vez al umbral de la puerta, y aunque tema a su jefe lo aprecia por los motivos correctos. Además es muy mona, que demonios, además de joven y flexible. ¿Flexible? Bueno, yo me entiendo.
3.- La ex-mujer. No recuerdo como se llama. Para mi este personaje fue una desilusión. Elemento mítico durante algunas temporadas, le paso lo que ocurre siempre que hay un tesoro oculto en una trama, que cuando se encuentra te das cuenta que solo está lleno de monedas. Esa disputa entre House y el nuevo marido nunca me satisfizo del todo. El contrincante era un mero juguete en sus manos y el premio un peluche de barraca de feria. No se si era la actriz, las espectativas exageradas a la hora de conocer a una mujer capaz de ser el motor anímico de House, o simplemente un personaje que no estaba lo suficientemente afilado. El caso es que su marcha para mi fue un alivio.
4.- Cameron. Me habeis descubierto, la he dejado para el final por que es mi preferida. El contraste de su ingenuidad con el cinismo de House fue el motor de la serie en sus primeras temporadas. ¿Quien si no una mujer bella en cuerpo y espíritu para acercarse y capturar el corazón de la bestia? Hay mucha ternura en esta relación, el ingrediente supremo. Además de respeto y renuncia, un rasgo moral que siempre queda muy resultón en las películas. Las cosas parecen difíciles, pero de eso se trata, de gozar con el juego. Pero antes House ha de sentirse merecedor de su amor. Aceptarlo si no es así violaría las nuevas reglas. Y está ese pequeño inconveniente de que está casada. ¿Que hacemos con Chase? ¿Si 13 no es factible por la existencia de Foreman, como deshacemos este nudo? ¿Y si la marcha del personaje se debe a que la actriz ha fijado sus miras en la industria del cine y ni siquiera e nos diera la posibilidad de presenciar la partida?
La verdad es que no duermo con todo esto.
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