House y El Séquito
Me gusta esta sección del foro por que es como hablar por la radio de noche, no sabes si alguien te escucha. Antes de bajar a comprar el pan me gustaría decir un par de cosas de dos de mis series preferidas. Ambas las empecé a degustar tarde, por que soy reacio a lo que todo el mundo elogia. En realidad no conozco a ninguna mujer que no diga odiar la serie House, pero los que se avienen a entrar en ese universo enfermizo la elogian de forma desmedida.
House es un ser atormentado, insoportable y difícilmente comprensible. Y sin embargo es el más humano de los que pueblan la serie. Los guionistas son injustos con el, por que sino buena parte del entramado se les caería sobre sus cabezas, sus momentos de lucimiento, de esplendor a veces, son siempre sin testigos, salvo que aludan directamente a un segundo personaje. Por eso Wilson es su amigo incondicional a pesar de todo, por que muchas veces ha sido testigo de esos momentos en que no hay terceros. Pero es que el ser humano es difícilmente soportable. Hay otra cualidad que aprecio en House, su capacidad de aprender, de sus propios errores y de las enseñas que le dan otros personajes. Pero no se trata de justificar al personaje. La serie es espléndida, los guiones están trabajados, casi esculpidos. No me canso de ver los episodios una y otra vez. Algunos son sencillamente magistrales.
Hay uno en especial en el que siempre acabo al borde de las lágrimas. Es ese en que ha de salvar a una niña aquejada de leucemia, con los días contados, una profesional de la enfermedad y los hospitales, que ahora tiene una nueva dolencia que amenaza con acortar su ya de por si exigua esperanza de vida. El episodio comienza con la niña ante el espejo cantando y bailando, interpretando más bien, una canción de Britney Spears. Es una entusiasta de la vida, alegre en la adversidad, bella aunque aun una niña, con eso se jugara en algunas escenas, todos nos enamoramos de ella en el primer instante, de su vitalidad y su alegria. De su entereza. Luego viene el desvanecimiento que nos indica que hay un nuevo puzzle para House y comienza a sonar la musiquilla de cabecera.
El núcleo del episodio está en una disputa entre House y Wilson. El primero se aferra a la idea de que la valentía y entereza de la niña es un síntoma de la enfermedad que ha de descubrir. Wilson le tacha de cínico, de querer hacer trampas, de no querer admitir la posibilidad de que existan seres luminosos y heroicos de los que pueda recibirse lecciones. Al final House descubrirá cual es la verdadera dolencia, la curará en una operación que es un episodio de aventuras en sí mismo. No, la valentía no era un síntoma. En la penúltima escena Wilson va al despacho de House, donde este se autocompadece y refunfuña y somatiza los dolores del alma en un resfriado crónico. Le quiere restregar por la cara el haber dudado de la niña. Lo que le contesta es quizá uno de los mejores diálogos de la serie, denso, brutal, certero y brillante. Está contento de saber que la niña es valiente, y que su valentía es real y no una trampa de su cuerpo. Está contento de saber que morirá sufriendo como los demás no tenemos capacidad para imaginarnos, y que lo hará como una santa, bella y adnegada, luminosa en su sufrimiento, para dar ejemplo al mundo y dar a los que deja solos una lección de esperanza. O algo así. Yo es que aquí ya no puedo ni contener las lágrimas (esta sección no la lee nadie, ¿verdad?).
Pero queda lo mejor. Wilson ha ido al despacho de House a decirle que la niña se está despidiendo de todos en el hall del hospital. Él hace un comentario desdeñoso que da a entender que las escenas cariñosas no van con él. Mientras suena alguna musquilla dulzona vemos a la niña despedirse uno por uno de los protagonistas de la serie y algunos extras. Pero cuando parece acabar con el trámite vemos a House apartado del resto, en medio del camino que conduce a la salida del centro. Ella se acerca sonriente y él le dice: "que llores no va a servir de nada por que no pienso besarte". Yo lo hago a mares por si cuela y se apiada del angelito calvo. Pero no le hace caso por que le conoce. Ha asistido a uno de esos momentos sin testigos, en el que House le ha demostrado más respeto que nadie en toda su vida. Compasión es la capacidad de dolerse con el dolor ajeno, no la de apropiarselo o suplantarlo. Se pone de puntillas y le besa la mejilla mientras le hace una recomendación: "sal a la calle a dar un paseo, a que te de el sol". Vive. Y es en los últimos instantes de ese episodio cuando House se compra la moto. Vivan los guinistas de esta serie que seguro son forofos del bocata de chópez.
Sobre El Sequito menos palabras. Es la historia de un grupo de muchachos que solo viven para la diversión y no se avergüenzan de ello. La historia también de una familia alternativa. Mamá es un actor, una mega estrella del cine en ciernes. Papá es su manager, su amigo desde siempre. Los retoños el chico para todo y el hermanastro de la mega estrella, también actor, y que si en el pasado tuvo su ráfaga de suerte ahora arrastra su fracaso temporada tras temporada de la serie. La broma y la burla del otro como forma de vida y el cariño como meta. Son capítulos de apenas 20 y pico minutos. Eso es lo único que le reprocho a la serie. Todo una temporada cabe en una tarde de domingo. Engancha. Ya lo creo..
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