jueves, 20 de septiembre de 2018

Rescates de Twitter (44) - Las casualidades

Las casualidades

1.- Las casualidades no existen, solo surcos más profundos que conducen mayor caudal de agua.

2.- La confluencia de historias parece estar en la Iliada. Tiene sentido, porque es la fuente de la que manó toda la literatura, y literarias son nuestras vidas. Autobiográficas, aunque anhelamos un narrador omnisciente.

3.- Añadamos una coincidencia más: Este fin de semana he visto la serie "Troya. La caída de la ciudad". Magnífica. Lo mismo de siempre, pero totalmente diferente.

4.- Incluso una segunda. Este pequeño hilo me sirve para contestar a dos personas distintas que ni siquiera se conocen.

5.- Mi mañana: 1) Biblioteca de Cuatro Caminos: Devuelvo un libro sobre John Ford; 2) Biblioteca de Iglesia: me llevo "La guerra que mató a Aquiles", un ensayo sobre la Iliada; 3) Biblioteca de Francos Rodríguez: Retiro "Nada es bello sin el azar", tras el que llevo un par de meses.

6.- La Vuelta al mundo en solo tres libros. Superando el record de Philleas Fogg. Vale, solo estaban Chamberí y Tetuán en el circuito, pero es que todos los vehículos que he usado eran d tracción animal. O sea, que he ido a pata de aquí para allá.

7.- Ahora trasteo en Google para comprobar que el señor Fogg no sea tocayo, una duda que me ha surgido de repente. Phileas: el que ama. Felipe = Phileas + hippo = amante de los caballos. Por muy poco.

8.- Primera frase de "Nada es bello sin el azar" de Artur Ramón: "No hay ningún sitio, lejos de casa, donde me encuentre más seguro que en un museo". Empezamos bien.

9.- Aunque últimamente confieso que dudo también si refugiarme en el jardín botánico. Queda justo al lado. La belleza se contagia por el tacto. Por eso el reverendo le mete mano a Ariana, para ver si algo se le pega. No hay afán de lucro.

10.- Hay una anécdota que relata Rubén Amón en su libro sobre el Prado que explica muy bien su inmensa valía. También de forma indirecta donde están, o estaban, los cariños de España.

11.- Hacia el final de la guerra con los EE.UU. el gobierno de Madrid estaba dispuesto a cederlo todos menos Cuba, la joya del imperio. Tanto es así que hasta acabaron renunciando a Las Marianas, que no estaban en disputa.

12.- "¿Qué podemos darles a esos salvajes a cambio de Cuba?". Alguien propuso darles igualmente valioso: El museo del prado. La propuesta se estudió y hasta fue votada. Gracias al no la National Gallery de Washington ha sido un quiero y no puedo desde su fundación.

13.- Cuba es el país que más se nos parece, aunque parezca que nos parezca nada, valga el trabalenguas. Los españoles arrasaron la isla en los primeros años de la conquista y la volvieron a reconstruir a partir de cero a su completo antojo.

14.- La mayoría de la población era española. Cuba solo quería una poca de autonomía. ¿Por qué nos e la dimos y nos ahorramos el desastre? Porque los potentados catalanes tenían demasiados intereses económicos como para dejar de atar en corto a la isla.

15.- Por una de esas casualidades de la vida, es algo que explica D'Ors, catalán también, hoy diríamos que tabernés, en su introducción a "Tres horas en el museo del Prado".

16.- Hace años un arquitecto me enseñó Barcelona en detalle durante toda una mañana subidos a un coche. La visita estuvo trufada de comentarios políticos a cual más peregrino. Hablamos de hace casi 20 años.

17.- Su explicación del barrio de Sarriá era para escucharla. Yo escuchaba y callaba. Las explicaciones no carecían de interés. Cuando me dijo que durante la guerra de Cuba los catalanes habían estado de parte de los sublevados mi silencio se volvió culpable.

18.- Por cierto, al lado de una de las bibliotecas que he mencionado antes, hay una sinagoga. Está vigilada día y noche por un retén de policía. Siento una profunda vergüenza como español y, por tanto, como medio judío, cada vez que paso ante sus puertas.

19.- Pero de lo que nos hablan los telediarios son de superhéroes argelinos que salvan a embarazadas para que no se nos dispare la islamofobia. Cuánto esfuerzo desperdiciado que en realidad hace falta para otra cosa.

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