El futuro es vegetal
1.- Estoy en la biblio y, como no, hay un libro haciéndome guiños desde el anaquel de novedades. Si sigue ahí cuando me vaya arramblo con él; "Alenxander. La extraordinaria historia de Alejandro Farnesio". Editorial Crítica. 2018.
2.- Alejandro Farnesio. El más grande militar que ha dado España. Nació en Roma, pero es que hubo un tiempo en que nacer en Italia no te impedía ser español hasta la médula. Sino que se lo pregunten a Spinola o a José Ribera.
3.- Ser español entonces era más una vocación que un mero azar geográfico. Qué tiempos aquellos tan magníficos y tan incomprensibles para nosotros.
4.- A Alejandro lo educó Felipe II en El Escorial, junto a sus sobrinos Don Juan de Austria, de linaje bastardo como él, y Rodolfo, quien luego fuera emperador del Sacro Imperio Romano. No está mal como compañeros para jugar a Churro, mediamanga, manga entera.
5.- Pero más que hablar del libro que pretendo llevarme, me gustaría decir algo del que devuelvo: "El futuro es vegetal" de Stefano Mancuso. Galaxia Gutemberg, 2017.
6.- La tesis de fondo es que la salvación de la humanidad está en las plantas. Más bien su prosperidad, pues vivimos a expensas de ellas, como el resto de los animales, desde el principio de los tiempos. Tesis pomposa pero explicada con salero. El libro es muy ameno.
7.- Y, como no, hay un capítulo dedicado a nuestra amiga la Mimosa pudica (sin acento que es nombre científico), heroína de cualquier libro de botánica que asprire a decir algo que trascienda. Pero más que la mimosa a mí me ha fascinado la Boquila trifoliata.
8.- La Boquila trifoliata es una liana de los bosques de Chile. Vieja conocida de los forestales, un día un botánico descubrió algo insólito: vio un ejemplar que mimetizaba sus hojas con las del árbol sobre el que vivía.
9.- Nunca nadie se había dado cuenta de que tuviera esta capacidad. Indagando más comprobó que su superpoder era aún mayor. La Boquila trifoliata era capaz de desarrollar hojas parecidas a las de cualquier huésped sobre el que estuviera.
10.- Más aún: Un mismo pie podía desarrollar hojas miméticas de varias especies, por muy dispares que fueran. Es cierto que los bordes aserrados se el daban mal, pero no era cosa de ponerle peros a lo increíble.
11.- ¿Por qué lo hace? ¿Hay un motivo o es mero afán lúdico? A día de hoy sigue siendo un misterio. Pero la pregunta que incendia la imaginación no es por qué sino cómo sabe cuál es la forma de lo que tiene cerca.
12.- La solución del propio Mancuso es la que más epata: Porque puede ver. Por increíble que parezca que las plantas vean no es una hipótesis futurista, el hijo de Darwin, profesor de fisiología vegetal en Cambridge, la defendió con éxito en un congreso celebrado en Dublín.
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