domingo, 16 de septiembre de 2018

La verdad


La verdad

Es algo a lo que todos nos enfrentamos tarde o temprano: el deseo de negar la verdad. Pernsar que podemos correr más qu ella y eludir su alcance. "Ojala que lo que digo no llegue a mis oidos", es lo que masculla Andrómaca, la viuda de Héctor, ante el cadáver de su marido. Que lo que mis ojos saben que mi corazón lo desconozca. La certeza es esa bestia sanguinaria d la guerra encarnada con el rostro de Aquiles.

Creo que la musa no te hace más fecundo sino más valiente, o tal vez deba decir que más iluso. No hay más discurso ni éste es más poderoso en contener su belleza en nuestra mirada, sólo el necio deseo de que perduren las palabras, de que las engendre el papel, de que emerjan del caos de la pasión en forma de escritura para que ella las lea.

Tal vez si ella sonríe merezca la pena traducir el mundo a un poema que pronuncie su nombre, para que suene el cascabel de Cyrano en la quietud del silencio que es imprescindible para concentrarse en la lectura. Qué hermoso es contamplarla mientras recita para sí lo que hemos rimado para su solo disfrute.

Nuestro amor no es verdad, pero yo lo convierto en escritura para purgar su mentira. Y cuando tu la recitas en soledad durante tus paseos por las alamedas o al borde de la piscina antes de zambullirte, ya sólo resta lo que es auténtico: Mi felicidad por haberte hallado en un rincón de mi imaginación y tu exquisita educación y bondad para no desmentirme.

***

Nota: Este pequeño texto aspira a ser prosa poética. Ay, si me hubieras conocido cuando era muy muy joven, entonces era capaz de rimar las palabras. Hay sonetos y otros dislates en este blog que lo prueban. Te imagino al borde de la piscina con el móvil en la mano (cuidado que no se te caiga, que en ello va que no se ahogue nuestro amor) y los pies dentro del agua mientras me lees y no puedo evitar ronronear como tu gato cuando le masajeas el cogote. Miau. Yo también me pongo celoso cuando le prefieres a él. Iba a incluir como encabezado los versos de "Cyrano de Bergerac" a los que aludo, pero me divierte al idea de que los busques: "Tú nombre está en mi corazón, bien mío...". Ay, que fácil es encontrarlos en Google. Ojalá fuera capaz de entretenerte con mis juegos de una manera más prolongada. Yo quiero que me susurres esos versos en francés al oído mientras esté recostado en tu regazo a la sombra de la fronda de los ahuehuetes. Qué imagen tan imposible pero que eufónica es cuando la traduzco a palabras. Un ejemplo de lo que quiero decir en el texto. Me consuela pensar que como tienes tantos nombres mi corazón tal vez suene como un sonajero que pueda encandilar a tu alma tan niña. Al final la nota es casi más larga que es texto. Perdóname. Ya sabes que soy incapaz de evitar el ponerme a divagar. La culpa de de la musa. Osea, tuya.

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