miércoles, 16 de enero de 2013

El Fútbol y sus aledaños (79) - Khedira, über alles

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Fútbol del Valencia, goles del Madrid
Alfredo Relaño
Diario AS - Madrid - 16/01/2013

El juego del Madrid no aparece, pero anoche se llevó un resultado para restaurar la calma. Mucho castigo para el Valencia, que jugó mejor y fracasó ante Casillas, que tuvo su par de intervenciones decisivas de rigor. Sólo tras el 2-0, abatido por el boquete abierto en el marcador y por la insistencia del linier en marcarle a Soldado fueras de juego que no eran, bajó la guardia y entonces se pudo llevar dos más, pero Guaita estuvo soberbio en ambas ocasiones ante Cristiano. Mejor en el juego, derrotado con rigor, perjudicado por el árbitro y con Valverde expulsado, el Valencia se marchó dolido.

La repetición del segundo gol deja encima dudas de si el balón rebota en la mano de Guardado o Higuaín. A mí me parece que en la del primero. De hecho, no protesta Guardado. Pero eso, junto a un zarandeo de Carvalho a Jonas en un córner y los fueras de juego (tres, que llueven sobre mojado) completa una queja amarga del Valencia, cuya verdadera frustración viene de que no pudo marcar, y bien cerca que lo tuvo un par de veces. Pero entre Casillas y Jonas, que echó fuera a puerta vacía el rechace del meta a tiro de Soldado (la única vez que se escapó del linier) dejaron al Valencia sin gol.

Dos a cero en la ida es lo que se pide en estas eliminatorias. Esto puede darle calma al Madrid, que la necesita. Es todo lo que necesita. Creo que con que Mourinho se comporte con normalidad durante unas semanas, las que vayan de aquí al final de su estancia en el Madrid, puede bastar. Porque los líos vienen por ahí y son evitables. El equipo tiene los mismos nombres del fenomenal grupo del año pasado. Si alcanzara de nuevo aquel nivel, le podría discutir la Champions a cualquiera, incluido el Barça. Me dicen que Mourinho está dispuesto a intentarlo. Espero que sí. Esta vez había llegado demasiado lejos.


Khedira, über alles
(Real Madrid 2 - Valencia 0 - Cuartos de Final de Copa - Partido de ida - 16/01/2013)

Extraño partido el de ayer, vibrante, aunque por momentos gris, nervioso, con calma tensa cuando los contendientes tomaban aliento, de ida y vuelta, al contraataque los dos equipos, sin que ninguno de los dos ejerciera un dominio abrumador en ninguna fase del encuentro. Un partido en el que el Real Madrid no estuvo bien, pero que nos dejó un buen sabor de boca, con pequeños hallazgos que compensan cualquier pena pasada y un gran Khedira, por encima de todos, über alles, como recita el himno de su nación, multiplicado por todo el campo, a la enésima potencia. Y es curioso, porque cuando llegó al Real Madrid me costó averiguar las virtudes de este jugador, hasta que en un partido me olvidé de donde estaba la pelota y me fijé únicamente en él, ocupara o no un espacio cercano al juego. Y quedé maravillado por su despliegue físico, por su capacidad para reforzar al equipo allí donde era débil. Un jugador que nunca llega a esprintar pero que no deja de trotar, corriendo siempre con sentido, para tapar una brecha, para dar un apoyo, para equilibrar la relación de fuerzas en una zona del terreno de juego. Pero ayer Khedira entro en contacto con el balón constantemente, con acierto casi siempre, con honradez, con sentido colectivo. ¿Qué tendrá que hacer este jugador para que de una vez se le reconozca? ¿Quizás asistencias, caños, incursiones en el área por la banda? Ayer hizo todo eso y más, fue importante donde estaba y donde no estaba el balón. Sencillamente le vimos más porque estuvo a menudo allí a donde se nos va la mirada sin querer, donde la pelota propone un posible desenlace para el encuentro. Ayer preguntaba a mis amigos de Twitter cuantos Khediras estaban jugando, porque allí donde se desplazaba el centro de gravedad del juego él ya llevaba residiendo un buen rato. Cuando Essien, tras correr con su zancada corta la mitad del campo, decidió decantarse por un desenlace para la jugada que comandaba, la zona izquierda del ataque, pensé, lo reconozco, que el pase de gol, corto, apenas un detalle, había sido de Benzema, porque ese es su estilo, la miniatura del fútbol, la maqueta a escala del juego. Mi gran sorpresa fue verle rematar a gol esa asistencia. Pensé entonces en Özil. Y mi sorpresa se duplicó al ver el número 6 en el dorsal del jugador que se abrazaba primero a Karim. Ni yo mismo, khedirista de la primera oleada, le había juzgado capaz a Sami de esa asistencia tan precisa, que transformó la violencia del pase de Essien en sutileza. Ni sus mismos seguidores conocemos su tope. Khedira, como Pepe y Cristiano que, curiosamente, ayer fue una estrella opacada, es pilar fundamental del equipo, necesario para su mejor versión. El Real Madrid empieza a reclutar efectivos para lo importante, para los títulos en juego, y el alemán es capitán de tropa entre esos dos mariscales de campo.

Ninguna mención, ni una sola, a Khedira en el editorial de hoy de Relaño. Hasta dos, y son sólo tres párrafos de extensión los que cubre el artículo, a Casillas. Ya sabemos dónde está el corazón, mejor dicho, el business para la gente de AS, tal como nos confesara San Martín en Punto Pelota. Khedira no interesa, es contraproducente para la causa anti Mou y anti Florentino. Mejor ensalzar a Casillas, que estuvo, desconocido para bien, acertado siempre, salvo en una salida en que nuevamente fue a por uvas y gracias a Dios volvió con las manos vacías, sin el balón pero sin encajar el gol y, lo que es mejor, sin el descalabro de Pepe. Porque no estaba, diría si hoy quisiera ser malo. Pero no, hoy me quiero centrar en las alegrías, que hubo unas cuantas, pequeñas, pero que son como pomada balsámica en las heridas recientemente abiertas. Marcelo estuvo de inicio, y escribí en Twitter al saberlo que era un pequeño pasito hacia la décima. Porque para ganarla, además de la suerte y sus complementos, necesitaremos la mejor versión de nosotros mismos, no tanto en la final como en los escalones que la preceden. Y ver a Marcelo en el campo de nuevo es una inmensa alegría, verlo pegado a la banda, o desplazándose hacia el centro cuando el Real Madrid ataca, renueva la confianza, el equipo parece más sólo con verle. Se le vio quizá pasado de peso, esa sensación tuve, y algo desubicado. Apoyó a Cristiano, que le tiene por uno de sus preferidos a la hora de combinar, y necesitó del apoyo de sus compañeros cuando bregaba en defensa. Mourinho lo cambio en el descanso, y me quedó la duda de si estaba descontento con su trabajo o simplemente era lo pensado de antemano, darle minutos para que se vaya haciendo a su sitio de nuevo, para que dome los zapatos que calza, porque su fútbol es casi nuevo después de tan prolongada ausencia. Yo creo que es lo segundo. Un conceder minutos al principio, al modo en que lo hace Laso con su equipo, que foguea a los nuevos o los que salen de lesión poniéndolos en el quinteto inicial, cuando queda más tiempo para enmendar posibles errores. Tampoco menciona este dato Relaño, la vuelta del  brasileño pródigo, cerril con defender sólo lo suyo, Casillas y el advenimiento de una nueva era en el Real Madrid en la que sean posibles los business bajo cuerda.
El partido empezó con mucho ritmo, disputado, sobre todo en los tobillos de CR7, que recibió cera para iluminar una catedral con velas y cirios. Tino Costa tal, y no sólo él, vez se hiciera acreedor de una amarilla, o incluso dos. En el minuto 8, Modric roba el balón cerca de la frontal del área valencianista, la cede a Benzema, que devuelve al croata cuando irrumpe en el área. Su disparo, sin oposición alguna, pasa rozando el palo derecho. Tenía a su izquierda CR7, completamente desmarcado, que se desespera tras el desenlace de la jugada al ver que no le asiste su compañero. En el minuto 11, dos florituras del propio Ronaldo son celebradas en la grada como un domingo de palmas. La jugada acaba con disparo a la media vuelta del delantero portugués, que obliga a emplearse a fondo al portero Guaita, siendo aplaudido a rabiar por el respetable. Quiero pensar que este cambio de actitud no se debe al llamado de Roncero y a la campaña interesada de exaltación iniciada por los medios, pero mucho me temo que así es, que la manipulación de gran parte del madridismo por la prensa es total. El Real Madrid se adueña del terreno de juego en estos primeros minutos, pero va perdiendo su control, poco a poco, en favor de un Valencia cada vez más peligroso, a medida que se acerca el descanso. Ese podría ser el resumen de la primera parte. Al equipo merengue se le vio partido en dos, ataque y defensa, en algunos momentos. En uno de esos contraataques peligrosos del Valencia, antes aludidos, que se inició con superioridad suya de cinco contra cuatro, llegando a tomar la jugada muy mal cariz, es justamente Khedira quien lograra restablecer el equilibrio, sin intervenir directamente en la jugada, pero haciendo posible con su sola presencia una defensa más ordenada y sin atacantes desmarcados. Ese es el tipo de acciones que nunca se sitúan en su haber, con lo que la contabilidad del jugador siempre está muy alejada de su auténtica valía, no refleja con propiedad el activo que supone para el equipo. También tuvieron que emplearse a fondo Carvalho y Essien, que cuajó un buen encuentro, para realizar cortes providenciales en otros contraataques ches. El primer gol del Real Madrid llegó precisamente cuando más achuchaba el Valencia, en el minuto 37. Albiol intercepta un balón en la frontal del área propia, dentro de ella. Cede el balón a Alonso, que está junto a él. El tolosarra habilita a Essien, que inicia la galopada al contraataque. El jugador de Ghana conduce el balón hasta la mitad del campo del Valencia. Tres compañeros corren por delante de él, Ronaldo por la banda derecha, Benzema por el centro y Khedira por la izquierda, ocupando todo el ancho del campo, bien distribuidos. Entre ellos y la portería solo hay dos defensas, por lo que el pase de Essien se torna decisivo si es acertado. El africano opta por la banda izquierda, y su balón describe una trayectoria perfecta, siendo alargado el pase por el alemán hasta Benzema, que ya irrumpe en el área de Guaita por el centro, vertical al poste izquierdo. Será a ese palo al que ajuste el francés su disparo, inapelable. La jugada ha durado menos de un minuto y han bastado solo 5 toques de área a área para lograr el tanto. Es un gol como no le veíamos al Real Madrid desde casi el año pasado. Trae la novedad de la intervención de Sami, no habitual en estos lances, y la buena noticia del acierto de Michael, que ha sabido conducir la jugada, llevar el peso de la misma, y decidir en el momento crucial. Estamos ante otro jugador infravalorado del Madrid, pero a estas alturas ya estamos acostumbrados a eso. La primera parte se cierra con otra buena noticia, el acierto de Iker, que ha tenido un par de paradas meritorias. Las dos suplencias de Adán le han sentado de maravilla, por muy escocida que esté por ellas la prensa, el Piperío y las amistades peligrosas.

La reanudación del partido confirma que estamos ante otro Casillas, aunque sea Guaita quien más influya en el marcador final, por mucho que se empeñe Relaño. Se inicia también el recital de Özil, que siempre juega mejor las segundas partes y en algunas acaba dando exhibiciones de juego. Se le ve delgado, y eso a lo mejor explique que vaya de menos a más siempre, a veces del cero al infinito más bien, algo que desmentiría un bajo estado de forma y que me sorprende gratamente. Su poca aportación al comienzo de los partidos, sobre todo en el juego colectivo, ejemplo sería el hecho de que el contraataque del primer gol lo debería haber conducido él, se compensa, a menudo con creces, siendo decisivo en el tramo final del encuentro. Tampoco Özil es mencionado por Relaño en su crónica, por lo que empiezo a pensar que partido a visto, si ha dejado de mirar en algún momento a la portería de Casillas. hacia el minuto 60 el Valencia empieza a arreciar sobre la portería de Casillas, que interviene con acierto unas veces y otras tiene la suerte del desacierto ajeno. En el 66 Jonas falla un gol cantado tras adueñarse del rechace de Iker a un duro disparo de Soldado. Es en este momento, nuevamente cuando peor parecen las cosas, cuando el real Madrid asesta el golpe definitivo. Coentrao penetra por la banda izquierda aprovechando un pase de Di María. Su pase, ya en la misma raya de fondo, acaba en el fondo de las mallas tras rebotar en Guardado, que trata de evitar el remate de Higuaín.

Así narra Juanma Trueba el segundo gol en su crónica de AS. No tiene desperdicio para ver cómo se las gasta la Central Lechera, La Caverna para los amigos del Pequeño País de los Campanarios: "Coentrao penetró por la izquierda y el lío entre Guardado y Guaita lo resolvió Higuaín marcando gol con la mano derecha. Valverde fue expulsado por protestar aunque tenía razones para quejarse. Muñiz Fernández completó una noche caserísima, incluidos tres fuera de juego inexistentes con los que martirizó a Soldado". Primero sustrae cualquier mérito al Real Madrid en la jugada, cita a Coentrao, pero porque pasaba casualmente por allí, ya que sería pecado ensalzarlo tras tantos meses de reírse de su capacidad futbolística y al ser todavía, ya que oficialmente no se ha dado orden de pensar lo contrario, uno de la guarda pretoriana de Mourinho. Después atribuye el tanto exclusivamente al desajuste entre defensa y portero y a la deshonestidad de Higuaín, quien habría marcado con la mano. Ese equipo de tramposos que es el Real Madrid, que además, cuando van mal dadas, recibe ayuda arbitral. Sobre todo de Muñiz Fernández, árbitro con un excelente expediente en la memoria madridista. Más comedido se muestra hoy Relaño, que afirma no tener clara la jugada, aunque se decante por el gol en propia puerta de Guardado, pero la carga en la cuenta arbitral de todos modos: "Pero eso, junto a un zarandeo de Carvalho...". Así que, Relaño, se decanta por el acierto del árbitro, pero en vez de restar la jugada a la polémica la suma. En matemáticas está pez este hombre. Con amigos como estos -es un decir, no se me soliviante La Yihad, que ya sé que no lo son-, ¿para qué queremos enemigos? Cualquier duda se resuelve con una toma alternativa que circula, como no, por Twitter, en la que se ve como el balón es tocado por Guardado con la mano, quedando en duda, aunque no lo parezca, si tras el defensa, también golpea de rebote en el Pipita, en cuyo caso sería o gol del delantero argentino o penalti y expulsión, "Rafa, no me jodas", del mejicano. Más fácil lo que decidió Muñiz. Pero ya sabemos cómo funciona esto, ya ocurrió con otra polémica en la Copa, un supuesto gol encajado por el Real Madrid ante el Sevilla, uno de esos goles denominados fantasmas. Entonces como ahora, se utilizaron las tomas que nada aclaraban y se descartó la que aportaba mejor información, exculpatoria para el club merengue, expresémoslo así, porque se supone que el club peca institucionalmente contra los mandamientos del fútbol con estas cosas, para mantener viva la llama de la polémica. Llueve sobre mojado, y volverá a llover. Los 15 minutos restantes sirvieron para que al Valencia se le empezara a calentar la cabeza, para que Valverde fuera expulsado, por botarate, lo siento, Trueba, no tenía razón en su protesta, y para que Özil realizará unos minutos apoteósicos. En el 86 realiza una jugada en solitario, por la derecha, sorteando por habilidad y potencia cuantos defensas le salen al encuentro, que de acabar en gol, y casi lo fue, habría dado la vuelta al mundo. Después vendrían las declaraciones de Solado, otro canterano resentido, de los que se sienten obligados a explicar continuamente a su parroquia que nada les liga ya al Real Madrid, menos en el plano sentimental. La lista de intervenciones del delantero valencianista contra el club merengue empieza a ser larga. Y no es el único. Más fidelidad se ve en los ex jugadores foráneos, que suelen tener a gala, exhibirlo con orgullo, su pasado madridista. Y lo siento por los canteranos, porque aquel que reniega de lo que ha sido, de su pasado, está reconociendo que es poco o nada, puesto que somos lo que hemos sido y no lo que seremos mañana. Mejor que esto se lo explique un filósofo. Mismamente Fernando Sabater, que a mí me cuesta y me enturbia el escrito.

Y después del partido se infló artificialmente una polémica, que lo que contaba como combustible eran tres fueras de juego, el más decisivo, con diferencia, con fallo final de Soldado, que siguió la jugada y estrelló el balón en el larguero en el mano a mano contra Iker, y dos supuestos penaltis, uno de ellos por una mano involuntaria de Carvalho, que hasta intenta apartar el brazo, y el otro por un derribo, más bien agarrón y piscinazo, de los muchos que se producen en las jugadas que tienen lugar en el área en los saques de esquina. De hecho en esa misma jugada hubo más supuestos penaltis y faltas en ataque. El asunto es que quienes retransmitían el partido, que casi prefiero no saber a qué cadena pertenecían, decidieron repetir hasta la saciedad la jugada para poder crear conciencia en el espectador de que algo anómalo había ocurrido. Ardió Twitter y las ondas, se le recriminó al Madrid quejarse de los árbitros, cuando quienes lo habían hecho eran los valencianistas, y aquí paz y después gloria, y a calentar el partido de vuelta con la ayuda inestimable de la Central Lechera, que está para esas cosas, esto es, para socorrer a nuestros contrarios cuando los ven necesitados.

Relaño dedica su último párrafo, después de utilizar el primero y el segundo para concentrar la responsabilidad de la victoria en Casillas y el árbitro, en ser condescendiente, hasta arrogante, con Mourinho. Se ve que los ataques a su intimidad ordenados por él le tienen preocupada la conciencia. "Calladito estás más mono", le viene a decir, y que luego no se deje nada encendido, en la memoria colectiva, se supone, cuando se marche y cierre la puerta tras de sí. No lo puede evitar. Tiene poco espacio, pero necesita destinar unas cuantas líneas de cada artículo dedicado al Real Madrid a evidenciar su desprecio por el portugués. Pero que no se hable de campaña, por favor.

1 comentario:

  1. Viendo el nivelito, y lamentándolo mucho por las personas decentes que debe haber en los medios deportivos, trabajadores anónimos y la industria auxiliar, nada le vendría mejor a la normalidad deportiva y a nuestro club, que siga el desplome de cifras y terminen cerrando el chiringuito.

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