Mou, sargento de marines
A. C. Milan 2 - Real Madrid 2
3 de noviembre 2010
Partido intenso el vivido ayer noche en San Siro, vibrante, polémico, cargado de fútbol y jugado a cara de perro en muchos momentos. Muchas imágenes que resaltar. Sin embargo, una vez más es Mourinho quien le roba el protagonismo a los futbolistas. Habrá a quien le desespere este dato, pero para algunos otros, entre los que me incluyo, los excesos y transgresiones del portugués, se están convirtiendo en uno de los alicientes de la presente campaña. Tal vez por que hayamos aprendido a separar el gramo de la paja. Tras salir por la bocana de vestuarios, y mientras se dirige hacia el banquillo de los visitantes, alza la mano derecha en la que agita solo tres dedos, para recordar a todos los milanistas que le increpan el triplete ganado con el Inter. Detalle feo, pero yo a este tipo ya le perdono todo. Después, ya en su asiento, le vemos repanchingarse y poner los pies en alto. Cualquiera diría que está en el salón de su casa viendo un documental de la 2. Tal vez uno de elefantes, habiendo como hay sobre el césped calentando tanto animal sagrado y entrado en años en la alineación del contrario. El campo está plagado de figuras, la mayoría de las del Milan ya consagradas y en pleno de declive. Las del Madrid más bien emergentes, algunas en estado larvario, como Benzemá o Pedro León. Otras realidades tempraneras, como Marcelo, Özil y Di Maria.
Mourinho empieza a anotar en su famosa libreta. Bueno, tras el hurto en Alicante, su sucesora. Muestra antes del encuentro un talante tranquilo. Ni siquiera la provocación mutua con la afición local le ha alterado el pulso. Como en la anterior jornada de la Champions parece querer infundir en los suyos tranquilidad y confianza, transmitir la idea de que el encuentro es uno más, por más que se desarrolle en un escenario legendario. Luego, al final del encuentra nos daremos cuenta de que todo es puro teatro. Y del bueno, que es el que a él le gusta. Verle celebrar el gol del empate es ya una escena para no perdérsela, pero hemos visto otras celebraciones suyas parecidas. Incluso con mayor carga emotiva y mayor estallido de alegría y euforia. Esta vez se limita a recorrer la banda y a hacer una cabriola final para saltar alzando el puño. Cualquiera diría que es Nureyev interpretando “El Lago de los Cisnes”. Pero la escena de la película, el momento del partido, es justo el que ocurre a continuación, nada más aterrizar en el suelo tras flotar en la nube de la alegría. Sale corriendo, como despavorido, hacia el banderín del corner. Allí encuentra a Albiol, al que agarra del cuello y obliga a correr hacia la línea del medio campo, mientras él lo hace medio paso detrás. Su carrera no es tan elegante como la del defensa de la Selección. Aun así le hace de improvisado utillero, primero ayudándole a quitarse el peto, después arrancándoselo de las manos. Mientras los dos corren Mourinho le grita en el cogote. Parece el Louis Gosset Jr. En “Oficial y Caballero” durante la instrucción del recluta interpretado por Richard Gere. ¿Qué le estará diciendo?, me pregunté mientras veía esa secuencia tan sorprendente. Un suponer: “espabila de una vez, corre, recluta Albio... láceo”. Mou se convierte ante nuestros ojos en un perfecto sargento de Marines en el campo de entrenamiento. No quiero ser mal pensado, pero diría que a Raúl Albiol se le escapa una media sonrisa mientras se baja la cremallera del chándal a toda prisa, conocedor de la escena cómica en la que está participando.
La primera parte es de claro dominio madridista, que ni siquiera parece forzar la máquina. No lo parece quizás, pero el trabajo desarrollado es intenso y generoso. Varios son los aspectos a destacar, algunos curiosos:
1.- Nada más comenzar el encuentro ya sabemos una de las reglas del juego impuestas por Howard Webb personalmente: permiso para disparar sobre el pianista, sobre Xabi Alonso, al que se le puede patear y golpear a voluntad como si de una película de karatekas se tratase. Le debió coger gusto a la idea durante la final del mundial. A las primeras de cambio recadito de Ibra marca de la casa aprovechando la bentaja táctica de que el inglés se desentienda de la protección de la integridad física de Alonso. Este aspecto luego tendrá su trascendencia al verse Inzaghi incomprensiblemente librado de una expulsión tras embestir por detrás como un cabestro al tolosarra. Y es algo que ocurre justo antes del primer gol milanista, aunque mejor no meterse a especular sobre futuribles, sobre que hubiera pasado si el Pipo Inzaghi hubiera abandonado el terreno de juego nada más aterrizar en él.
2.- La defensa del Madrid empieza a ejecutar con maestría el achique de espacios. En el partido de ayer logró dejar en fuera de juego una y otra vez a los delanteros contrarios. Esta circunstancia me recordó a los míticos choques entre el Madrid de la Quinta del Buitre y el Milan de Sacchi, cuando los italianos borraron con goma el magnífico potencial en ataque de los blancos mediante esta técnica. Ahora parecen haber cambiado las tornas. Sin embargo, el fútbol es caprichoso y, como premio a un trabajo bien realizado, el Madrid encaja un segundo gol en el que Inzaghi parte en claro fuera de juego, en el que incurre además debido al buen hacer del cuarteto defensivo madridista.
3.- Ante el despliegue físico madridista el Milan solo es capaz de oponerse con una agresividad a veces cercana a la violencia. Del generoso despliegue madridista pueden darse muchos ejemplos. Verbigracia, las abundantes coberturas, permutas y la movilidad de los delanteros. A Pato jamás se le vio correr al contraataque con menos de dos escoltas madridistas a su lado. Quizás uno de los momentos más reveladores es justamente un contraataque italiano, hacia el minuto 56 de juego, en el que al llegar el balón a las inmediaciones del área de Iker hay solo 4 atacantes implicados directamente en la jugada, mientras que se cuentan hasta 9 camisetas blancas. Es decir, solo falta un madridista. Ante esto, los ilatianos solo pueden resistirse usando como arma el mal carácter de Gatusso y los malos modos de algunos de sus compañeros.
También es verdad que el mal estado del terreno de juego tampoco ayuda mucho. Los resbalones son continuos en ambos equipos, y determinadas entradas que parecen de juzgado de guardia en una primera impresión se tornan en las repeticiones en simples accidentes en los que no media la voluntad de quien realiza la falta. Pero es claro que varios jugadores milanistas no debieron acabar el encuentro. Alguien se preguntaba ayer como era posible que el Madrid hubiera sido castigado con más tarjetas amarillas que el Milan habiendo cometido muchas menos faltas. Yo no pude aguantar la tentación de reformular la pregunta en estos términos: ¿Cómo es posible que el Madrid fuese sancionado con más tarjetas que Gatusso habiendo cometido bastantes menos faltas que él? Misterios del fútbol y del señor Web, que solo se atrevió amonestar al aguerrido jugador milanista cuando le retó en su cara tras ser sancionado con una falta, que ya le era de por si merecedora de sanción disciplinaria. Haz lo que quieras pero no me faltes al respeto, viene a ser la interpretación libre del modo de pensar del árbitro. Pero Gatusso andaba demasiado crecido y no se pudo aguantar las ganas de gritarle a la cara al señor Webb.
4.- Se produjeron muchas ocasiones de gol madridistas, muchas más que milanistas. En el minuto 3 se produce un remate peligroso de Higuain, que Abiatti desvía a corner, con la proximidad de Di Maria, que podría haber aprovechado el rechace para marcar casi a puerta vacía de haberse dirigido el rechace hacia el terreno de juego. En el 8 Pepe remata de cabeza sin oposición, en el área chica, pero pica en exceso el balón y tras rebotar en el césped sale por encima del larguero. En el 12 Di Maria malogra una clara ocasión de gol al abusar de los quiebros y los regates. En el 19 Pirlo rechaza bajo palos por dos veces consecutivas dos remates madridistas. La jugada nace de un pase de banda a banda, de izquierda a derecha, un centro de Marcelo que Di Maria controla de forma magistral, dando un pase de tacón a Ramos que le dobla por detrás, adentrándose el jugador de Camas en el área milanista con el balón controlado, para dar el pase atrás que Higuain remata de cabeza. Esta es una de las muchas jugadas elaboradas por el conjunto blanco, que evidencian una gran mejoría en la conjunción de sus integrantes. Hay maquinaria y empieza a estar bien ensamblada y engrasada.
5.- Es evidente que Iker no tuvo su noche. En el minuto 23 un pase vertical de Boaten a Ibra es aprovechado por este último, que con fuerte disparo pone a prueba al portero del Madrid, que realiza su acción más meritoria durante el partido. No puede achacársele toda la culpa del primer gol milanista, aunque es evidente que pudo estar más acertado. En realidad es una sucesión de errores y desgracias Primero el resbalón inoportuno de Pepe cuando entra al corte en una galopada de Ibra, que aprovecha el regalo internándose en el área de Iker. Su pase le sale defectuoso, pero descoloca a Casillas, que rechaza el balón hacia su propia portería, lo cual es aprovechado por el ratoncito Inzaghi para marcar a puerta vacía el gol que entonces suponía el empate a uno. En el segundo gol del Milan el error hay que achacárselo al linier, pero también es cierto que por tercera vez Iker sale a por uvas en esa jugada haya o no haya fuera de juego.
6.- Algunos de los ilustres del Madrid, como el ya mencionado Iker, Ronaldo y Özil no tienen un día especialmente brillante. En el caso del alemán casi podría calificárselo de aciago, por que entre el desacierto y la mala suerte malogra casi todas las jugadas en las que interviene. Sin embargo, el Madrid tiene este año un equipo lleno de recursos. Marcelo sigue enchufado al fútbol. Di Maria se muestra una vez más espléndido en su juego. Khedira, jugador discreto y que apenas se nota, cuaja un gran partido en el que ayuda a la recuperación de forma significativa y no se convierte en un estorbo, más bien todo lo contrario, cuando de lo que se trata es de que circule el balón. Higuain sigue en su progresión, lenta pero evidente, y ya es capaz de deshacerse de sus marcadores mediante cambios de ritmo. Ramos efectúa un partido inconmensurable, anulando a Ronaldinho, que tal vez no sea un logro tan a elogiar dado el lamentable estado de forma del brasileño, pero se desdobla en defensa y en ataque y efectúa galopadas al contraataque en las que el solo parece toda la Brigada Ligera.
7.- Los goles del Milan son el resultado de la pillería, el azar y el error colectivo, incluyendo al estamento arbitral en el segundo. Por el contrario, los dos goles del Madrid son para enmarcar. En el primero Di Maria realiza su clásica maniobra, desplazándose desde la banda hacia la frontal del área para perfilarse para el disparo. Cuando parece que va a ejecutarlo efectúa un pase en vertical a Higuain, situado en el punto de penalti, que recibe el balón, se da la media vuelta y efectúa un disparo a quemarropa que se cuela como una exhalación en la portería del Milan. El segundo, en el tiempo de descuento, es producto de un pase de Benzemá al hueco en un desmarque de Pedro León, quien no se complica la vida y agarra un trallazo de muy señor mío que se cuela entre las piernas de Abiatti, que apenas tiene tiempo para reaccionar.
Después el paroxismo de Mourinho, su cabriola en el aire para celebrar el empate, su carrera por la banda junto a Albiol, como si el borde del césped se hubiese convertido en una pista americana. Y tras el pitido final una sensación ambivalente, de alegría por la clasificación casi segura, el buen juego realizado y el haber logrado un resultado positivo in extremis. De tristeza por haber dejado escapar una vez más la posibilidad de ganar en San Siro. Otra vez será. Aunque es difícil que se puedan hacer más merecimientos.
A. C. Milan 2 - Real Madrid 2
3 de noviembre 2010
Partido intenso el vivido ayer noche en San Siro, vibrante, polémico, cargado de fútbol y jugado a cara de perro en muchos momentos. Muchas imágenes que resaltar. Sin embargo, una vez más es Mourinho quien le roba el protagonismo a los futbolistas. Habrá a quien le desespere este dato, pero para algunos otros, entre los que me incluyo, los excesos y transgresiones del portugués, se están convirtiendo en uno de los alicientes de la presente campaña. Tal vez por que hayamos aprendido a separar el gramo de la paja. Tras salir por la bocana de vestuarios, y mientras se dirige hacia el banquillo de los visitantes, alza la mano derecha en la que agita solo tres dedos, para recordar a todos los milanistas que le increpan el triplete ganado con el Inter. Detalle feo, pero yo a este tipo ya le perdono todo. Después, ya en su asiento, le vemos repanchingarse y poner los pies en alto. Cualquiera diría que está en el salón de su casa viendo un documental de la 2. Tal vez uno de elefantes, habiendo como hay sobre el césped calentando tanto animal sagrado y entrado en años en la alineación del contrario. El campo está plagado de figuras, la mayoría de las del Milan ya consagradas y en pleno de declive. Las del Madrid más bien emergentes, algunas en estado larvario, como Benzemá o Pedro León. Otras realidades tempraneras, como Marcelo, Özil y Di Maria.
Mourinho empieza a anotar en su famosa libreta. Bueno, tras el hurto en Alicante, su sucesora. Muestra antes del encuentro un talante tranquilo. Ni siquiera la provocación mutua con la afición local le ha alterado el pulso. Como en la anterior jornada de la Champions parece querer infundir en los suyos tranquilidad y confianza, transmitir la idea de que el encuentro es uno más, por más que se desarrolle en un escenario legendario. Luego, al final del encuentra nos daremos cuenta de que todo es puro teatro. Y del bueno, que es el que a él le gusta. Verle celebrar el gol del empate es ya una escena para no perdérsela, pero hemos visto otras celebraciones suyas parecidas. Incluso con mayor carga emotiva y mayor estallido de alegría y euforia. Esta vez se limita a recorrer la banda y a hacer una cabriola final para saltar alzando el puño. Cualquiera diría que es Nureyev interpretando “El Lago de los Cisnes”. Pero la escena de la película, el momento del partido, es justo el que ocurre a continuación, nada más aterrizar en el suelo tras flotar en la nube de la alegría. Sale corriendo, como despavorido, hacia el banderín del corner. Allí encuentra a Albiol, al que agarra del cuello y obliga a correr hacia la línea del medio campo, mientras él lo hace medio paso detrás. Su carrera no es tan elegante como la del defensa de la Selección. Aun así le hace de improvisado utillero, primero ayudándole a quitarse el peto, después arrancándoselo de las manos. Mientras los dos corren Mourinho le grita en el cogote. Parece el Louis Gosset Jr. En “Oficial y Caballero” durante la instrucción del recluta interpretado por Richard Gere. ¿Qué le estará diciendo?, me pregunté mientras veía esa secuencia tan sorprendente. Un suponer: “espabila de una vez, corre, recluta Albio... láceo”. Mou se convierte ante nuestros ojos en un perfecto sargento de Marines en el campo de entrenamiento. No quiero ser mal pensado, pero diría que a Raúl Albiol se le escapa una media sonrisa mientras se baja la cremallera del chándal a toda prisa, conocedor de la escena cómica en la que está participando.
La primera parte es de claro dominio madridista, que ni siquiera parece forzar la máquina. No lo parece quizás, pero el trabajo desarrollado es intenso y generoso. Varios son los aspectos a destacar, algunos curiosos:
1.- Nada más comenzar el encuentro ya sabemos una de las reglas del juego impuestas por Howard Webb personalmente: permiso para disparar sobre el pianista, sobre Xabi Alonso, al que se le puede patear y golpear a voluntad como si de una película de karatekas se tratase. Le debió coger gusto a la idea durante la final del mundial. A las primeras de cambio recadito de Ibra marca de la casa aprovechando la bentaja táctica de que el inglés se desentienda de la protección de la integridad física de Alonso. Este aspecto luego tendrá su trascendencia al verse Inzaghi incomprensiblemente librado de una expulsión tras embestir por detrás como un cabestro al tolosarra. Y es algo que ocurre justo antes del primer gol milanista, aunque mejor no meterse a especular sobre futuribles, sobre que hubiera pasado si el Pipo Inzaghi hubiera abandonado el terreno de juego nada más aterrizar en él.
2.- La defensa del Madrid empieza a ejecutar con maestría el achique de espacios. En el partido de ayer logró dejar en fuera de juego una y otra vez a los delanteros contrarios. Esta circunstancia me recordó a los míticos choques entre el Madrid de la Quinta del Buitre y el Milan de Sacchi, cuando los italianos borraron con goma el magnífico potencial en ataque de los blancos mediante esta técnica. Ahora parecen haber cambiado las tornas. Sin embargo, el fútbol es caprichoso y, como premio a un trabajo bien realizado, el Madrid encaja un segundo gol en el que Inzaghi parte en claro fuera de juego, en el que incurre además debido al buen hacer del cuarteto defensivo madridista.
3.- Ante el despliegue físico madridista el Milan solo es capaz de oponerse con una agresividad a veces cercana a la violencia. Del generoso despliegue madridista pueden darse muchos ejemplos. Verbigracia, las abundantes coberturas, permutas y la movilidad de los delanteros. A Pato jamás se le vio correr al contraataque con menos de dos escoltas madridistas a su lado. Quizás uno de los momentos más reveladores es justamente un contraataque italiano, hacia el minuto 56 de juego, en el que al llegar el balón a las inmediaciones del área de Iker hay solo 4 atacantes implicados directamente en la jugada, mientras que se cuentan hasta 9 camisetas blancas. Es decir, solo falta un madridista. Ante esto, los ilatianos solo pueden resistirse usando como arma el mal carácter de Gatusso y los malos modos de algunos de sus compañeros.
También es verdad que el mal estado del terreno de juego tampoco ayuda mucho. Los resbalones son continuos en ambos equipos, y determinadas entradas que parecen de juzgado de guardia en una primera impresión se tornan en las repeticiones en simples accidentes en los que no media la voluntad de quien realiza la falta. Pero es claro que varios jugadores milanistas no debieron acabar el encuentro. Alguien se preguntaba ayer como era posible que el Madrid hubiera sido castigado con más tarjetas amarillas que el Milan habiendo cometido muchas menos faltas. Yo no pude aguantar la tentación de reformular la pregunta en estos términos: ¿Cómo es posible que el Madrid fuese sancionado con más tarjetas que Gatusso habiendo cometido bastantes menos faltas que él? Misterios del fútbol y del señor Web, que solo se atrevió amonestar al aguerrido jugador milanista cuando le retó en su cara tras ser sancionado con una falta, que ya le era de por si merecedora de sanción disciplinaria. Haz lo que quieras pero no me faltes al respeto, viene a ser la interpretación libre del modo de pensar del árbitro. Pero Gatusso andaba demasiado crecido y no se pudo aguantar las ganas de gritarle a la cara al señor Webb.
4.- Se produjeron muchas ocasiones de gol madridistas, muchas más que milanistas. En el minuto 3 se produce un remate peligroso de Higuain, que Abiatti desvía a corner, con la proximidad de Di Maria, que podría haber aprovechado el rechace para marcar casi a puerta vacía de haberse dirigido el rechace hacia el terreno de juego. En el 8 Pepe remata de cabeza sin oposición, en el área chica, pero pica en exceso el balón y tras rebotar en el césped sale por encima del larguero. En el 12 Di Maria malogra una clara ocasión de gol al abusar de los quiebros y los regates. En el 19 Pirlo rechaza bajo palos por dos veces consecutivas dos remates madridistas. La jugada nace de un pase de banda a banda, de izquierda a derecha, un centro de Marcelo que Di Maria controla de forma magistral, dando un pase de tacón a Ramos que le dobla por detrás, adentrándose el jugador de Camas en el área milanista con el balón controlado, para dar el pase atrás que Higuain remata de cabeza. Esta es una de las muchas jugadas elaboradas por el conjunto blanco, que evidencian una gran mejoría en la conjunción de sus integrantes. Hay maquinaria y empieza a estar bien ensamblada y engrasada.
5.- Es evidente que Iker no tuvo su noche. En el minuto 23 un pase vertical de Boaten a Ibra es aprovechado por este último, que con fuerte disparo pone a prueba al portero del Madrid, que realiza su acción más meritoria durante el partido. No puede achacársele toda la culpa del primer gol milanista, aunque es evidente que pudo estar más acertado. En realidad es una sucesión de errores y desgracias Primero el resbalón inoportuno de Pepe cuando entra al corte en una galopada de Ibra, que aprovecha el regalo internándose en el área de Iker. Su pase le sale defectuoso, pero descoloca a Casillas, que rechaza el balón hacia su propia portería, lo cual es aprovechado por el ratoncito Inzaghi para marcar a puerta vacía el gol que entonces suponía el empate a uno. En el segundo gol del Milan el error hay que achacárselo al linier, pero también es cierto que por tercera vez Iker sale a por uvas en esa jugada haya o no haya fuera de juego.
6.- Algunos de los ilustres del Madrid, como el ya mencionado Iker, Ronaldo y Özil no tienen un día especialmente brillante. En el caso del alemán casi podría calificárselo de aciago, por que entre el desacierto y la mala suerte malogra casi todas las jugadas en las que interviene. Sin embargo, el Madrid tiene este año un equipo lleno de recursos. Marcelo sigue enchufado al fútbol. Di Maria se muestra una vez más espléndido en su juego. Khedira, jugador discreto y que apenas se nota, cuaja un gran partido en el que ayuda a la recuperación de forma significativa y no se convierte en un estorbo, más bien todo lo contrario, cuando de lo que se trata es de que circule el balón. Higuain sigue en su progresión, lenta pero evidente, y ya es capaz de deshacerse de sus marcadores mediante cambios de ritmo. Ramos efectúa un partido inconmensurable, anulando a Ronaldinho, que tal vez no sea un logro tan a elogiar dado el lamentable estado de forma del brasileño, pero se desdobla en defensa y en ataque y efectúa galopadas al contraataque en las que el solo parece toda la Brigada Ligera.
7.- Los goles del Milan son el resultado de la pillería, el azar y el error colectivo, incluyendo al estamento arbitral en el segundo. Por el contrario, los dos goles del Madrid son para enmarcar. En el primero Di Maria realiza su clásica maniobra, desplazándose desde la banda hacia la frontal del área para perfilarse para el disparo. Cuando parece que va a ejecutarlo efectúa un pase en vertical a Higuain, situado en el punto de penalti, que recibe el balón, se da la media vuelta y efectúa un disparo a quemarropa que se cuela como una exhalación en la portería del Milan. El segundo, en el tiempo de descuento, es producto de un pase de Benzemá al hueco en un desmarque de Pedro León, quien no se complica la vida y agarra un trallazo de muy señor mío que se cuela entre las piernas de Abiatti, que apenas tiene tiempo para reaccionar.
Después el paroxismo de Mourinho, su cabriola en el aire para celebrar el empate, su carrera por la banda junto a Albiol, como si el borde del césped se hubiese convertido en una pista americana. Y tras el pitido final una sensación ambivalente, de alegría por la clasificación casi segura, el buen juego realizado y el haber logrado un resultado positivo in extremis. De tristeza por haber dejado escapar una vez más la posibilidad de ganar en San Siro. Otra vez será. Aunque es difícil que se puedan hacer más merecimientos.
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Repaso del Madrid al Milan. Tantos fueras de juego de los locales me han recordado otros tiempos. Pero entonces era al revés
Di Maria me ha engañado hasta a mí. Le estaba gritando chupón mientras se perfilaba para el disparo. Pase eléctrico e Higuain hace justicia.
Cada vez que la coge Pato hay un ejército de jugadores blancos en torno a él. Los centrales imperiales en el corte. También Ramos.
CR7 y Özil discretos. Pero es que este año tenemos un EQUIPO con muchos recursos y multiples posibilidades en ataque y en defensa.
Por cierto, el árbitro Howard sigue con su premisa de que se puede patear a Xabi Alonso. ¿Qué le habrá hecho el tolosarra al británico?
Tweets en Twitter al final del partido:
Va a ser que Benzemá mejora. El pase a Pedreo León es magistral, con el exterior del pie. Derechazo del murciano sin complicarse y GOL.
Di Maria hoy probablemente ha sido el mejor, por que en la segunda parte los centrales han tenido titubeos. Alonso y Khedira imperiales.
Me encanta Khedira. Lo difícil es fijarse en el. Tiene un fútbol muy discreto, sin aspavientos, siempre peleando y cuando toca tocar cumple.
No ha sido el día de Iker. Salvo un gol en la primera parte, pero dos salidas falsas han costado los goles de ratoncillo viejo de Inzaghi.
He estado tomando notas todo la primera parte. En la segunda casi he sido incapaz por lo trepidante del partido sobre todo en el tramo final.
Otra vez se nos escapa vivo el Milan en San Siro a pesar de haber sido superiores, pero seguimos invictos y marcando el paso a los demás.
Entre Inzaghi y Howard casi nos hacen un traje de corte italiano. Confirmado que se puede agredir a Xabi Alonso cuando pita este árbitro.
La imagen: Mou corriendo tras Albiol como un sargento en instrucción. Pena que estuviera Puyol para una bofetada. Habría sido video del año.
Juan11: ¿Cómo es que el Madrid se ha llevado más tarjetas cuando ha hecho menos faltas que el Milan?
Con tu permiso rehago la pregunta: ¿por que el Madrid se ha llevado más tarjetas que Gattuso habiendo hecho menos faltas que él?
Estoy redactando la crónica del partido de ayer y he gastado una folio hablando de Mourinho. Estoy mouriñizado. Que madie me desmoiriñice.
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