miércoles, 14 de noviembre de 2012

El Fútbol y sus aledaños (33) - ¿Mou versus Iker Casillas?

Iker Casillas

Tras leer mi crónica sobre el último partido de Champions League entre el Real Madrid y el Borussia Dortmund, mi amiga @DiosaMaracana, recién instalada en la TL de mi cuenta de Twitter, pero que ya se pasea por ella como si fuera su casa, sin pedir permiso para tocar nada, me recriminó no haber dedicado al menos un párrafo a José Callejón, habitualmente humilde peón entre las piezas de ajedrez que despliega Mou sobre el tablero, pero que a la postre fue muy importante en la consecución de la victoria. Me aclaró enseguida que se trataba de una broma. Pero ya le dije que cuando oyes a Dios bromear hay que ponerse inmediatamente a talar bosques, porque urge madera para construir un arca. Con más prisa y motivo si Dios es mujer. Pero, ya fueran bromas o veras, tenía razón en su apunte. Me dejé muchas cosas en el tintero. En realidad de forma consciente. Tiendo a extenderme demasiado en mis escritos. Y en esto del Fútbol mi intención es que me lean. Sino ¿para qué? Ver Fútbol puede ser un placer privado, pero opinar sobre él es necesariamente un entretenimiento u ocupación social. Pero no tampoco quiero agotar la paciencia de mis potenciales clientes de blog en el primer contacto. Así que muchas fueron las cosas que me dejé sin decir de las que me sugirieron el partido de forma deliberada.

Sobre la labor de Callejón ante los alemanes tenía muy buenas sensaciones que comunicar. Pudiera ser que tuvieran razón quienes piensan que su calidad está en el límite del mínimo exigible a un jugador del Real Madrid. Francamente, no lo se. Aunque todos sabemos que un vestuario abarrotado de cracks como el Metro en hora punta es una bomba de relojería en un arsenal de explosivos. Tiene que haber también peones. Si todos son jugones ten por seguro que muchas tareas necesarias pero de poco lucimiento se quedarán sin realizar. Abel Rojas, en una de sus crónicas para Ecos del Balón, decía de Callejón que no era muy de su gusto, pero que entendía que Mou le diera minutos por ser un jugador honesto y generoso en su esfuerzo, luchador y disciplinado. Mou los quiere torpes en el uso de los pies, incapaces de hacer una filigrana con la pelota, pero voluntariosos y leales. Esto no lo decía Abel Rojas, es más bien un lugar común en la Central Lechera. Essien es el último falso ejemplo de esto. No pude evitar replicar a mi admirado Abel Rojas por su aparente condescendencia para con un jugador que considero muy válido. Sobre todo porque aporta algo diferente al equipo: Su capacidad de desmarque. El desmarque en ruptura es su sello de jugador. Y no es suerte que no sepan ejecutar otros jugadores blancos, tamposo es eso. Higuaín ha vivido como goleador gracias a ella en muchos tramos de sus dos últimas temporadas, aprovechando la gran cantidad de magníficos pasadores que hay entre sus compañeros. Pero no es su especialidad. Como tampoco la de Benzemá. Más aun, el bajo estado de forma del argentino le ha privado de esta opción en lo que va de campaña. Le cuesta arrancar cuando el pase no lo propone él iniciando la carrera. Y cuando la iniciativa es enteramente suya aun así llega muy apurado al control, propiciando casi siempre el fallo en el remate, si es que el balón no le es arrebatado por su marcado o queda fuera de su control. Higuaín, para mí, es un jugador de gran calidad, pero que aun no ha ultimado su puesta a punto por los motivos que sean. Callejón traza diagonales que parecen dibujar sobre el césped esos rayos esquemáticos que dibujábamos de niños con ceras de colores. Nada más reanudarse el encuentro marcó un gol, anulado por un falso fuera de juego, aprovechando un pase al hueco de CR7, y los alemanes tuvieron enseguida noticia de quien era ese chico de la cresta que quizá no les sonara demasiado. El resto del partido fue atado más en corto.

Si bien dejé de hablar de Callejón por falta de espacio, hubo otro tema que obvié, en este caso más bien por pereza. El de Iker Casillas. Comenzó el encuentro de forma muy esperanzadora, a un nivel muy superior a su media de esta temporada, con intervenciones meritorias, plenas de reflejos. Pero la calificación global a la que se hizo acreedor al finalizar el encuentro no fue ni mucho menos tan satisfactoria. El primer gol entro por la zona que protegía. Fuerte zapatazo desde fuera del área de Reus, que paso junto a la mano de Iker haciendo un extraño que casi pareció una burla. Gran gol del alemán, pero todos más o menos sospechamos que el Casillas de hace unos años probablemente habría atajado el balón  en su asesina y errática trayectoria. El segundo es un gol en propia meta de Arbeloa, cuya reentrada en el equipo está siendo muy accidentada, pero Iker podría haber hecho mucho más. Nuevamente se quedó dudando entre salir o no de debajo del travesaño, y cuando decidió que si ya era tarde. Desde este partido las prestaciones del portero mostoleño han mejorado. En los dos siguientes partidos de Liga cuajo buenas actuaciones. Incluso se le vio integrado en la dinámica del equipo, celebrando los goles. La marejada causada por los desencuentros con Mou, si es que son ciertos, parece haber amainado. Se le ve más centrado en su labor, con más actividad y acierto. Es buena noticia. Casi vital, si es que queremos aspirar a algún título esta temporada. pero el problema subyacente sigue latente, con ejemplos muy ilustrativos casi todos los días.

Hace algo más de un año, cansado de los errores en las declaraciones de Casillas, de su extraño cambio de parecer en la agria polémica suscitada con el Barcelona, llegué a pedir en Twitter que renunciara a su cargo como capitán. No deja de ser un título meramente honorífico las más de las veces, que permite todo lo más ser quien alce las copas ganadas en el terreno de juego cuando son entregados por la autoridad futbolística en los momentos en que se declara el vencedor de un campeonato. Pura vanidad que rubrican las fotos. Iker puede mostrar orgulloso las instantáneas de cuando alzó una Copa del Mundo y dos Copas de Europa. Ser capitán de la Selección Española parece traerle enormes satisfacciones. Dos premios Príncipe de Asturias del Deporte como propina, por ejemplo. Sin embargo, su labor como capitán el Real Madrid solo le provoca frustraciones, quejas de muchos aficionados, para mí todas ellas justificadas, pérdida de la concentración futbolística. Para mí hay motivos sobrados para que renuncie a ese puesto, sin tener que entrar en detalle en lo que se le recrimina. Sería por el bien del equipo, que se ve muy perjudicado por su labor ineficaz como líder del vestuario, y también por el suyo propio. Aun sería posible incluso reconducir la relación entre Iker y parte de la afición, que se ha visto muy deteriorada en el último año y medio. En las últimas fechas confieso que empiezo a tener cierta carga de conciencia por este asunto. Echar la vista atrás y acordarse de la cantidad de momentos mágicos que nos ha hecho vivir este jugador es un ejercicio muy amargo al comprobar a donde han derivado las cosas. La final de la Novena con aquella parada antológica tras salir del banquillo. Sus lágrimas cuando acabó el encuentro. Su tristeza por lo vivido aquella temporada, expresada de aquella forma tan visual, de la que ni siquiera César, el sustituido, quizás por ello con más motivos que él para estar abatido, era capaz de consolarle. Llegó a ser muletilla en las crónicas de los encuentros durante varios años que el Real Madrid eran Ronaldo, Casillas y nueve más. Y la exageración tenía una base de verdad. Entonces, ¿qué se le recrimina a Casillas? Trataré de explicarlo de forma ordenada punto por punto, aunque confieso que no es algo que haga por gusto.

1.- Haber preferido la Selección Española en detrimento del Real Madrid. Es con mucho la imputación más grave que se le hace, pero al ser cronológicamente la primera la trato en primer lugar. Todo deriva de los numeroso enfrentamientos entre el Real Madrid en las dos últimas temporadas, sobre todo en la campaña 2010-2011. La tensión entre ambos clubs, aficiones y equipos no hizo más que aumentar a cada encuentro. En estos partidos el Real Madrid en su conjunto, jugadores, directivos y aficionados, se sintió muy perjudicado tanto por el estamento arbitral, como por el federativo y la prensa. Vamos a dejar aparte si tenía razón o no. Todos recordamos, llegó a ser incluso utilizado como avatar el gift, el momento de la semifinal de la Champions de hace dos años en que Iker se sacudía la mejilla con la palma de la mano enguandata, miraba al cielo y juraba en arameo, para expresar su frustración y dejar bien patente que en su opinión aquel partido era una vez más, e iban unas cuantas, un robo en toda regla. Sentó muy mal a la prensa su actitud, luego rubricada con algunas manifestaciones ante los micrófonos en zona mixta para evidenciar que no se trataba de una perdida momentánea del oremus. De repente las cañas se volvieron lanzas e Iker fue muy criticado en periódicos y emisoras de radio por la prensa enemiga de Mou, que veía en Iker otro abducido más por el poder maléfico del entrenador portugués. Si la valoración de Casillas por Lo Culé ya era mala, ya que se interponía entre Valdés y su titularidad en la Selección Española y ese sueño húmedo de tanta gente de una Roja íntegramente blaugrana, en ese momento pasó a ser el enemigo público número uno para ellos, por delante incluso de los dos portugueses más odiados del mundo mundial, según MD, Sport y sus voceras respectivos. La tensión aumento inclusó posteriormente y desembocó en batalla campal sobre el césped del Nou Camp, área técnica y zona de vestuarios durante el partido de vuelta de la Supercopa. Me interesa detenerme en detalle en explicar con detalle como vi todo aquello. El artículo trata un tema capital para el Real Madrid en estos momentos y no me importa extenderme demasiado si no dejo ningún punto importante sin tratar, bien iluminado, sin sombras que puedan dar lugar a malas interpretaciones. Dicen que Tito Vilanova llegó a insultar al banquillo del Real Madrid llamándole "puta banda" cuando el encuentro parecía ya resuelto. Lo doy por cierto pero carezco de pruebas tangibles. No importa, me basta y sobra con lo que si puedo mostrar.

Messi fue sustituido muy cerca del final. Hay un vídeo del programa Punto pelota, fácil de encontrar en Youtube (tanto que no me ha costado ni 2 minutos recuperarlo para colgarlo en esta entrada del blog), en la que se le ve pasar junto a Marcelo, precisamente el lateral brasileño. Vacamino de la banda, del lugar donde están el cuarto árbitro y el jugador que le va a sustituir. Y mientras pasa junto al lateral madridista se le ve hacer un gesto de desprecio con la mano al banquillo del Real Madrid. Un gesto que podría traducirse como: "Sois unos bocazas, solo sabéis piar". La cara de estupor de Marcelo es digna de estudiarse. Acto seguido se ve correr al argentino, que Benzemá trata de calmar sin éxito, como alma que lleva el diablo, con la cara desencajada, llegar hasta donde esta Coentrao, que recibe del argentino un empellón con el pecho por la espalda. Para mi agresión, menosprecio en el mejor de los casos, que debió ser castigado como poco con tarjeta amarilla. Para mí con la roja por la carga de violencia que llevaba. Supongo que Lionel creyó escuchar alguna queja del portugués y puesto que, como hemos ido descubriendo con el tiempo, es propenso a los ataques de ira cuando las cosas no suceden como el exige, decidió desahogar el enfado con Coentrao, que ya estaba de espaldas, tratando de desentenderse de la disputa, si es que en algún momento se había sentido parte integrante de la misma.

Menosprecio de Messi al banquillo del Real Madrid y Coentrao
Partido de vuelta de la Supercopa 2011

El detonante de lo que sucedió después, la chispa que prendió todo el combustible que se venía acumulando desde hacía años, fue este, no la entrada de Marcelo a Cesc, que fue muy dura, innecesaria por supuesto, pero no una agresión. La prensa se ha encargado de resumir lo sucedido con la agresión de Mou a Tito Vilanova. Pero el dedo en el ojo no fue lo más grave de lo que allí sucedió aquella noche. Hubo insultos racistas y agresión de Villa a Özil, que no pasa por ser precisamente un jugador propenso a la violencia, siquiera a la polémica. Pero eso no importa en demasía en lo que aquí se trata de analizar principalmente. La pregunta a realizar es clara. Hubo jugadores que se dejaron llevar por el estado de nervios general. Otros mantuvieron la calma. Benzemá y Arbeloa, por ejemplo, que trataron de mediar en muchos momentos entre unos y otros. Hubo también quien se apartó de donde se desarrollaba la meleé, como benzemá, y la contempló desde una distancia razonable al entender que poco podía hacer. Pero, ¿alguien recuerda que hacía Iker, donde estaba?¿Alguien recuerda en los vídeos que circularon esos días alguna imagen que mostrara al portero? Alguna debe de haber, otra cosa sería casi un suceso a analizar en el programa Quinto Milenio de Iker Jiménez, pero yo no recuerdo ninguna. Y las vi muchas veces, como todos.

Días después se produjeron las llamadas de Casillas a Xavi, su gran amigo, dicho sin ironía. Las primeras no fueron atendidas por el jugador de Tarrasa. Después, la mediación de Puyol hizo posible que en una de ellas  xavi descolgara el teléfono y que fuera posible una aparente reconciliación nacional. Desde entonces, sin embargo, nadie tiene la sensación de que el señor Hernández se haya cortado un pelo cuando ha creído necesario criticar o menospreciar al Real Madrid o a alguno de sus integrantes, en especial Mourinho. Eso mismo, que si Mou estará o no en los libros de historia. Basta hacer una búsqueda en Google para saber a que atenerse, pero el canterano culé vive en su burbuja. Una pompa de jabón con la atmósfera interior tan cargada del incienso y la mirra quemado en su honor por la prensa, que ya le empieza a costar un poco discurrir con claridad, sin dejarse llevar por vanidades ridículas. Iker Casillas, por su parte, ha intentado desde entonces medir sus palabras con pesa capaz de discernir hasta la milésima de gramo, en cualquier manifestación siquiera remotamente emparentada en tema con algún aspecto que aludiera al Barcelona. Es más, ha tratado de mantener su idilio con Lo Culé y, por tanto, con La Roja, haciendo declaraciones harto sospechosas. Como aquella en la que se declaraba deudor en su aprendizaje como futbolista de las enseñanzas y valores de gente como Luis Enrique, el tipo que decía masturbarse viendo las derrotas del Madrid. Hay valores que pringan. Manchas que son difíciles de lavar. Al menos en la memoria. Quizás los detergentes sean más eficientes para erradicar la suciedad que nuestra sensibilidad como madridistas. Tras las llamadas telefónicas, y es bien sospechoso, Iker no ha vuelto a ser cuestionado por Lo Culé como guardameta de la Selección Española. Es el único jugador madridistas para el que la afición barcelonista tiene buenas palabras. Es más apreciado, y de largo, por ellos que por nosotros. Merecido lo tiene, hay que reconocerlo. Pero si quieres saber quien sobra en tu trinchera trata de averiguar a quien estiman más los que ocupan la contraria.

2.- Haberse desentendido de la defensa de sus compañeros. Hay una imagen que tengo grabada. La vuelta de Marcelo al Nou Camp tras los incidentes de la Supercopa. Muchas cosas se dijeron entre un día y otro. La prensa madrileña no escatimó las descalificaciones al lateral brasileño. Recuerdo la llegada del autobús del Real Madrid al estadio. Van bajando uno por uno los jugadores. Hacia el final se ve salir a Marcelo. Lleva unos auriculares puestos y una expresión en la cara que denota concentración. Seguramente está escuchando música para no tener que oir lo que le gritan los aficionados del Barcelona. Lleva un compañero al lado que parece estar pendiente de él. Podría ser casualidad, pero no lo creo. Es Arbeloa, uno de los madridistas que ejerce de capitán en la sombra, que usurpa las funciones de Casillas ante su clara dejación de funciones.

Los ejemplos para apoyar esta segunda imputación son muy numerosos. Seguramente recordáis algunos en los que yo no he caído. Pero baste recordar por reciente y significativo el estado de ánimo de CR7 al inicio de temporada. Que el mismo declaró como "tristeza". Silencio sepulcral entre sus compañeros. Alguna broma de Xabi Alonso todo lo más, quizá solo para tratar de salir del paso sin tener que decir nada que pudiera enredar aun más las cosas. Pero convengamos que el tolosarra no estuvo fino. En ealidad la ley de silencio fue vulnerada por alguien. Nuevamente Arbeloa. Quien le siga en Twitter recordará casi con emoción su avatar aquellos días: Una fotografía captada desde atrás de Álvaro y Cristiano abrazados, probablemente inmediatamente después de la consecución de algún gol. Aquellos días, como tras los incidentes en el estadio de la Luz, Arbeloa nos advirtió de la hiprocresía con la que se manifiesta la prensa, a la que no debe creerse nada. La relación del madrileño con los medios es complicada en estos momentos. Todo son falsas sonrisas hacia él cuando se le entrevista. Se le han reído incluso algunos "zascas" propinados al colectivo de periodistas. Pero, mientras tanto, es claro el ruido de afilar cuchillos para cuando se presente la primera oportunidad para poder defenestrarlo.  Prensa y barcelonismo vería con buenos ojos su salida de la Selección Española. Duele en muchos sectores del periodismo, es más que evidente, tener que incluir a Arbeloa en el trato de favor que se dispensa porque sí a los campeones del mundo y de Europa. Últimamente no es el único. En esa tesitura se encuentra también ahora Llorente, quien de niño mimado de la prensa ha pasado a ser un apestado tras sus desencuentros con el Marques del Bosque y Bielsa. ¿Cae mal Arbeloa entre la prensa, pues que mejor motivo para pensar seriamente la posibilidad de convertirlo en capitán del Real Madrid? Al menos a él lo respetan, no le insultan abiertamente porque sus "zascas" duelen por certeros. Quienes los oyen tratan de desmarcarse rápidamente de su carga crítica seria que llevan implícita. Sus "zascas" son incluso elegantes, y comentados con regocijo en las redes sociales.

Como el artículo lo llevo escribiendo hace días se presentan nuevos hechos que analizar. Tras los incidentes de el Estadio Ciudad de la Luz en el partido contra el Levante, tras escuchar tantas declaraciones y ver tantas imágenes, ¿alguien recuerda una sola palabra pronunciada por Casillas, siquiera en términos neutrales? Hemos oído a Ramos, Alonso, Arbeloa. Incluso a Piqué hemos escuchado algo que podía interpretarse como una defensa de Cristiano. Pero Iker no ha dicho aun esta boca es mía después de transcurridos tres días completos. Y sabemos que su papel tuvo relevancia, al menos en lo institucional, porque fue quien medió con la Policia Nacional. Según informaciones de As de este mismo miércoles la Policía decidió retener a los integrantes del Real Madrid en el estadio hasta que se calmara el estado general de nervios. Decisión en la que estuvo de acuerdo Iker. Y no es dato sin importancia. Recordemos que quienes supuestamente hacían peligrar su integridad física no eran un grupo de aficionados enfervorecidos, que puede haberlos en cualquier estadio, entre cualquier afición, sino los propios jugadores y trabajadores del Levante. Pero Iker lleva tres días bien callado porque parece tener mucha preocupación porque su imagen angelical se vea enturbiada por cualquier incidente enojoso, aunque sea que a uno de sus compañeros le partan literalmente la cara.

3.- Haber propiciado guerras internas en el Real Madrid. Vaya por delante que mi opinión de Casillas como persona es excelente. Creo también en su madridismo. Me cuesta verle en el papel que algunos le conceden como garganta profunda que transmite a la prensa los incidentes que ocurren en el interior del club. Tal vez sea víctima de su pareja sentimental, poco capacitada para la discreción. pero en todo caso el problema es otro. Simplemente es víctima de su manejabilidad, de su falta de carácter y de una elección realizada en el pasado.  Ante la imposibilidad de compaginar su madridismo con sus ganas de jugar en la Roja en un ambiente de plena armonía con sus compañeros culés optó por una camiseta en detrimento de la otra. Ha cuajado la teoría de que los triunfos de la selección se deben sobre todo al gran ambiente reinante, incluso a una supuesta calidad humana superior a lo habitual en sus integrantes. Creo que Iker se la ha creído ambas, y a hacerlas posible se entrega en cuerpo y alma. Ante los ataques que sus compañeros de selección realizan sobre los de su equipo nunca tiene reacción ninguna. Menos aun a los realizados sobre su entrenador, que es anatema para el barcelonismo más militante. Parece incluso moverse a gusto en una estudiada ambigüedad, en la teoría aireada por la prensa y nunca confirmada de tener desavenencias con él. Jamás desmiente las afirmaciones vertidas al respecto. A veces incluso parece fomentarlas con respuestas a preguntas directas que parecen demasiado torpes para ser fortuitas, dichas con la intención de que las trata de ocultar para quedar como un buen tipo que no habla de lo que no conviene, pero que tampoco desmiente para no mentir ente Dios nuestro Señor, que quedaría feo. En esto es víctima también del trato que recibe de la prensa, en este caso excesivamente benévolo con su persona, y no con ganas de abatir pieza, como en la caza mayor, cuando se trata de la mayoría de sus compañeros de vestuario. Sus fallos, numerosos en los últimos tiempos, se trataron de silenciar primero. Luego se pasó a repartir sus culpas entre su defensa para exculparle. Finalmente se pasó a criticar a quienes se atrevían a señalarlos. Nada es más molesto que te nieguen lo que crees, equivocado o no, que es evidente. Y si eso suscita además críticas personales, descalificaciones, se puede hacer realmente irritante y darte ganas adicionales, en este caso puramente emotivas, de enrocarte en tu postura. La defensa a ultranza de Casillas de la prensa madrileña a ido en su contra en lo que se refiere a su imagen ante la afición madridista, que cree ver un pacto tácito en ello, un intercambio: buenas palabras a cambio de información. Y el problema en vez de solventarse se acrecienta.

Es claro que en la guerra que sostienen la prensa y Mourinho Iker ha sido un arma arrojadiza utilizada por aquella. Se trató de cargar en contra del portugués argumentando un supuesto trato inadecuado del entrenador con el portero. Pecado que se habría convertido en capital al ser Iker una gloria nacional. A día de hoy no tenemos pruebas de que exista tal maltrato, ni siquiera de que haya desavenencias entre ellos, por más que creamos intuirlas a veces. La palabra de Mou, a pesar de que se le acusa de ser demasiado directo, excesivamente sincero, brutal en ocasiones, no tiene crédito según la prensa. Así que cada vez que lo desmiento no se le hace el más mínimo caso. Y, como ya dijimos, Iker se mueve siempre en el terreno de lo ambiguo, sea algo premeditado o no. Hubo un momento en que hasta la prensa pareció enfadarse con Iker por no organizar en el vestuario el motín contra su entrenador que le estaban demandando. Se habló de que habían existido agrias discusiones, difundidas por un chivato dentro del club. Al acabar todo aquello en un callejón sin salida se trató entonces de utilizar a Ramos, al que se quiso reclutar para la causa anti-Mou con un trato similar al que se había ofrecido a Iker: Jabón sin reparar en gastos a la hora de hablar de él a cambio de que se rebelara contra Mourinho. Pero Ramos si que ha sido tajante al zanjar el tema. Sus posibles discrepancias con CR7 las desmintió subiéndose a caballito sobre la espalda del extremo tras conseguir este un gol, porque una imagen vale más que mil palabras, queda impresa con más fuerza en la retina. Con Mou ha sido contundente. Hace poco ha dicho que las diferencias que había tenido con él ya se habían discutido y que desde entonces el acuerdo era total. Tras eso la prensa ha tratado de morder en la cantera. Y en eso estamos.

4.- Haber bajado su rendimiento como jugador. El bajón de las prestaciones de Iker es notable desde hace el inicio de la temporada y aun en el inicio de la anterior. Es lugar común las exóticas cualidades de Iker como portero, es tema tratado habitualmente. Si la agilidad y los reflejos son las principales cualidades que atesora, es claro que con el correr de los años eran a menos. Pero hay algo más. Hay una merma apreciable en su ambición, en su concentración durante los partidos, en el nervio del jugador a la hora de afrontar los momentos decisivos, más complicados, de mayor exigencia. Sus salidas antaño eran legendarias en los mano a mano con delanteros que llegaban sin oposición hasta su área. Entonces iba rápido a reducir las opciones del delantero y sabía arrebatarles de los pies el balón. Todo más por instinto, ambición y cualidades naturales que por conocimientos adquiridos a base de entrenamiento. En algunos partidos este año ha mostrado no ya falta de ambición sino simple dejadez. Pura desgana como en el gol que le marcara Dzeko en el partido ante el Manchester City. La razón para mi es clara. La polémica en torno a su figura le ha acabado pasando factura. Es posible, lo creo también, que en parte esa incomodidad dentro del club haya pasado, lo que explicaría su mejoría en los últimos encuentros, evidente, aunque no le ha llevado al nivel de excelencia que mostrara hace años y le valiera el título oficioso de mejor portero del mundo.

Hace unas semanas se dijo en un medio de comunicación digital que Iker habría sopesado la idea de salir del club al final de la presente temporada. No me parece del todo descabellado. Es cierto que buena parte de la afición, yo incluido, hemos pedido su cabeza durante meses. En mi caso, es verdad, solo en lo que se refiere a su labor como capitán del equipo. No debe ser plato de buen gusto saberte de repente enemigo de tu propia afición. Y si las desavenencias con Mou fueran finalmente son ciertas con más razón el descontento tendría como mejor solución su marcha. Esta aventurada afirmación viene a ser equivalente a la que aseguraba el año pasado que Mou estaba preparando su salida del Real Madrid para recalar en la Premier Ligue. En uno y otro caso creo que nos movemos dentro del terreno de lo razonable, al margen de lo que finalmente ocurra.

4 comentarios:

  1. Menuda paja mental socio, permiteme que te de un consejo, dedicate a disfrutar del juego y deja lo que pasa al otro lado de la raya para la prensa sensacionalista, como este articulo, serás mas feliz.

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  2. No estaría mal que dieras la cara, socio, y no te presentaras con el anónimo cobarde que te presentas. Afortunadamente hay espacios como este que te permiten deambular por la red con la cara tapada.
    Lo ideal de mostrar opinión es rebatir de frente y con argumentos: no haces ni lo uno ni lo otro, socio.
    ¡Qué pena!

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  3. El mismo anonimo de ayer16 de noviembre de 2012, 4:34

    con la cara tapada o con la cara de un lagarto, que diferencia hay? si pongo un nick para ti seré igual de anonimo.

    Yo te digo lo que pienso PAJOTE MENTAL que te haces, quedandote en la periferia del terreno de juego, sensacionalismo puro y duro, en una palabra: BASURA

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  4. Socio: tu perseverancia y tu cerrazón de mente es enfermiza. Para tí la libre opinión es un concepto inexistente. Fluyes por el espacio de internet con nick, sin nick, con criterio subjetivo y sin criterio, anónimamente. Y te escudas en ese anonimato porque no aportas nada y esta "basura" (según la denominas) tiene más argumentos que tu triste existencia: por lo menos está hecha con aseveraciones personales (equivocadas o no) y criterio.
    Para mí, aparte de entretenerme un ratillo en estas discusiones, no eres nada más que un absurdo prepotente que no respeta la libertad de los demás. Si algo no te gusta, no lo leas o, simplemente, dilo; pero no descalifiques.
    Y hasta aquí pierdo mi tiempo contigo.
    Eres nada y nada seguirás siendo.

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