domingo, 25 de noviembre de 2012
El Fútbol y sus aledaños (40) - Lugares comunes
La frustración de Mourinho
Diego Torres
Diario El País - Madrid - 23/11/2012
Los cinco partidos disputados por el Madrid en Champions esta temporada han contribuido al distanciamiento entre el mánager, José Mourinho, y el presidente, Florentino Pérez. El empate (1-1) en Manchester ante el City, el miércoles, certificó la clasificación del equipo para los octavos de final como segundo de grupo y evitó las dos semanas de incertidumbre que algunos directivos se temían como epílogo desesperante para este comienzo de temporada: por ahora descolgados de la Liga y arriesgando la eliminación de la máxima competición europea. Se han disipado los grandes temores. Ahora, sobre el club pesan las dudas que ha generado la gestión de Mourinho en los últimos meses.
Fue el mánager quien puso a prueba a Florentino Pérez, según fuentes del Bernabéu, cuando hace un mes, a la vuelta de la derrota en Dortmund, le elevó una petición con varios puntos que consideró de urgente cumplimiento para reforzar su poder. La negativa del presidente, hace dos semanas, provocó un persistente estado de ira en Mourinho. Según fuentes de varios estamentos del Madrid, el mánager había planteado sus exigencias como “un todo o nada”, diciendo que “esto no puede seguir así” e insinuando que si no acceden a sus deseos la temporada que viene podría dejar el club.
El primer capítulo de reclamos se resume en un respaldo institucional inequívoco de su autoridad en temas como el traspaso de Kaká o su pugna por disciplinar a Ramos y Casillas. El mánager entiende que el club ha permitido que los jugadores le falten el respeto. Solicita sanciones y quiere que se hagan públicas para evitar que el vestuario se le vaya de las manos.
El segundo punto del ultimátum tiene que ver con los próximos mercados de fichajes. Mourinho anunció que pretende fichar y dar de baja a futbolistas importantes, y que necesita que sea el club quien asuma la responsabilidad de las mismas. En este sentido, ha pedido que no se demore más la contratación de un portero joven de primer nivel mundial, listo para competir con Casillas. El mánager dijo a los dirigentes que difundan la idea de que el capitán, de 31 años, ha traspasado la edad de la plenitud física y necesita un recambio. El mánager dijo a los dirigentes que quiere un portavoz y que el club asuma bajas relevantes.
En tercer lugar, Mourinho lamentó haber recibido tan poco apoyo cuando denunció públicamente al máximo responsable de la cantera, Alberto Toril, por anteponer su beneficio personal al interés general. Por último, recordó al club que a comienzos de la temporada reclamó el fichaje de un portavoz y el club no cumplió en satisfacérselo. El mánager solicitó la incorporación de un exjugador, alguien respetado entre el madridismo que le descargara del peso de atacar a los árbitros, denunciar rivales o incluso criticar a los jugadores del Madrid si es preciso. En su día, el club le explicó que nadie había querido asumir un papel tan agresivo. Pero Mourinho ha creído que le ignoran.
El disgusto de Mourinho ante el rechazo presidencial se acentuó por el argumento que le dieron: su popularidad entre los abonados, que no los seguidores sin carné, ha disminuido. En las oficinas de Chamartín ponderan que Florentino Pérez maneja encuestas nuevas. Y que los datos reflejan que, sin el apoyo social idóneo, no conviene emprender medidas políticamente tan costosas como las que plantea el mánager. La directiva no olvida que quienes votarán en las próximas elecciones son los abonados, no los tuiteros, y que el malestar entre la grada se ha dejado sentir últimamente en partidos de Liga.
Florentino Pérez comunicó a Mourinho que a los socios madridistas, por su “idiosincrasia”, no les acaba de convencer el fútbol que practica el equipo porque predomina el aspecto defensivo sobre la organización en ataque. Y que la única forma de compensarlos, a cambio del poder que pide, sería conquistando una Liga de Campeones. Pide sanciones públicas para varios jugadores y así evitar que se le vaya de las manos el grupo.
La respuesta, una postergación tajante de cada uno de sus planteamientos, coincidió con la ausencia de Mourinho en la inauguración por parte de Florentino Pérez de una residencia para la cantera en Valdebebas y en las conferencias de prensa de hace una semana.
El partido ante el City, que Florentino Pérez presenció en el palco del Etihad, reforzó la posición de la directiva. El presidente abandonó Manchester convencido de que a Mourinho le queda mucho por demostrar antes de recibir las prerrogativas que solicita. Observan en el entorno de la dirigencia que el juego del equipo no ha mejorado en el último año. Que no basta con las goleadas de la Liga. Que esperan que, por una vez, el Madrid se muestre realmente superior a los grandes equipos de Europa. Hasta ahora, lamentan, esto no ha sucedido. Barça, Borussia, Bayern y City han revelado limitaciones asombrosas. Algo incomprensible considerando que la plantilla disponible es suficiente para dar, por fin, un golpe de autoridad. Mourinho, de momento, no ha sabido administrarla con la eficacia deseada. A la espera de una evolución en el juego, Florentino Pérez seguirá respaldando al mánager hasta el final porque no tiene otra alternativa. Este es el acuerdo unánime de la directiva. Mientras tanto, Mourinho reagrupa fuerzas, quizá resignado a que solo los éxitos le garanticen más competencias.
Lugares comunes
Este artículo, que leo con días días de retraso, apareció en la versión en papel de El País en su portada y encabeza ahora mismo la lista de entradas más visitadas de su versión digital. Esos dos datos parecen darle una trascendencia nunca antes vista en un artículo de opinión de la sección de deportes de un periódico. Por eso no se si decir que me ha desilusionado un tanto dada la relevancia que se le estaba dando. Aunque si fuera fan de Diego Torres, que no es el caso, no me habría defraudado lo más mínimo, porque contiene pasajes con casi todos los acordes clásicos del periodista. Lo cierto es que se hacen muchas aseveraciones importantes en él, muy negativas todas ellas para el Real Madrid, aunque eso lógicamente no debe sorprendernos por quien firma y por el medio en que se edita, pero también que el escrito no deja de ser un nuevo popourrí de los lugares comunes de La Cruzada. Mezclado de otra forma y con otros ejemplos en cada caso. Pero aspectos casi todos ellos, acusaciones y maledicencias, para los que estamos más que vacunados. Es más de lo mismo. Lo de siempre vestido con otras ropas más en consonancia con la más rabiosa actualidad, y nunca mejor dicho lo de rabiosa, que citado sin intención de establecer un orden de importancia sería lo siguiente:
1.- La enorme vanidad y las ansias de apropiación del club de Florentino Pérez, que organizaría la marcha del mismo a golpe de encuestas, buscando siempre tantear la opinión del aficionado y saber si cuenta con su respaldo y con que medidas podría incrementarlo. Estas encuestas serían la forma en que don Florentino, la malvada y codiciosa madrastra de la afición, tan huérfana estos años de Valdanismo y Calderonismo, preguntaría al espejito mágico quien es la más guapa del reino madridista. Tiene gracia, a mi me al menos me la hace, que al desarrollar esta idea se hable de la parte de la afición formada por tuiteros, y que se trate de contraponerla a una cierta otra provista de carnés. Imagino que el de socio del Real Madrid y no el de afiliado al PSOE, maldad mía no tan traída por los pelos si recordamos el diario para el que trabaja el señor Torres. A nadie se le escapa que los tuiteros podrán votar en las elecciones no en función de su mayor o menor participación en esta red social, sino si son socios. Yo conozco unos cuantos casos, gente a la que sigo en Twitter y que en algún momento ha aclarado en tuits, podcast o blogs que son socios del club, sin que ello pareciese suponer, al menos que yo me diera cuenta, un intento de dar una mayor relevancia a sus opiniones, un ascendente sobre las de los demás. Si que parece haber en esta referencia, al menos yo la capto, una intención por parte del periodista de restar importancia, de menospreciar incluso, a la afición madridista que suele expresarse a través de Twitter. Y la razón es clara. Silenciada ésta, desestimada su opinión, la expresada por otros canales es mucho más maleable y se puede moldear a antojo hasta lograr que se acople perfectamente a la intención de los artículos de opinión de los periodistas.
Lo he dicho muchas veces, pero no me importa repetirlo una vez más, desde la grada el vocabulario con el que puede expresarse el aficionado es muy limitado, siendo además difícil que el mensaje pueda dirigirse hacia personas concretas. El público puede expresar su apoyo o desacuerdo con el equipo propio, el contrario, los árbitros o la directiva, pero sin poder especificar las razones, salvo que se recurra a los cánticos, que son necesariamente colectivos. Normalmente no queda claro del todo quienes son los destinatarios de los pitos o los aplausos. A veces incluso se mezclan ambas cosas y no se sabe si el público desaprueba o no sea lo que sea lo que esté evaluando. Ante esta situación tan ambigua, contrasta la capacidad de los tuiteros para expresar lo que sienten con un discurso diáfano, podo lo prolijo que se quiera porque si no cabe en un tuit se pueden utilizar más ya que son gratis, a Dios gracias.
En este estado de cosas, no me extraña que el señor Torres desdeñe la opinión de los tuiteros, en su mayoría no solo contrarios a sus tesis personales sino a las que él le atribuye al madridismo, y que además es inequívoca, no se puede tergiversar. Bueno, ya sabemos que de algún modo sí, que el glorioso HashTag #PelículasConEsparadrapo se quiso vender desde algunos medios como una censura a CR7 cuando era fácil entender que la crítica implícita en su uso estaba dirigida a los periodistas. Pero esas son mentiras de corto alcance, que podrán en todo caso engañar a gente ya de por sí muy manipulable, por temperamento o por estar aislada de la información correcta. Los periodistas se llevaron la enorme sorpresa hace unos meses de que en Twitter no eran unos ídolos de masas indiscutibles entre los aficionados al fútbol. Ya es mala pata porque el contacto con el aficionado solo es posible a gran escala a través de las redes sociales, en especial Twitter, salvo que te conviertas en un asiduo a las reuniones de peñistas, como Tomás Roncero. La única opinión de la afición suficientemente representativa que los periodistas deportivos conocen es la que les llega a través de su cuenta de Twitter. Y como no les gustó un pijo la primera vez que la vieron intentaron silenciarla e ignorarla a base de bloqueos masivos. Esta táctica derivó en fracaso, por lo que ahora intentan desprestigiarla. Somos muchos y contamos en nuestras filas con algún que otro interlocutor ineludible, que participa en tertulias y su voz se considera cualificada. No hay más ciego que el que no quiere ver. En este caso leer. Pero es que el que no quiera dialogar con nosotros será ciego, sordo y mudo en lo que al madridismo se refiere. Gracias a Dios los periodistas ya no se atreven a hablar por nosotros con tanta alegría como antes. Como no encuentren o se inventen un topo para saber el resultado de las encuestas de Florentino Pérez tendrán que resignarse a preguntarnos a nosotros.
Por otro lado, por más que las hayamos visto utilizar al personaje interpretado por Martin Sheen en "El Ala Oeste de la Casa Blanca", las encuestas encargadas por Florentino Pérez tendrían un algo maléfico o, en todo caso, censurable a decir de los periodistas ya que tanto insisten en este punto. Pero es que son de lo más habitual en personas o entidades sometidas a escrutinio público. Cuando hay posibles claro. Que por ahí a lo mejor van los tiros, un intento de conseguir que Florentino Pérez caiga mal por su desahogada situación económica. Sí, es cierto, ¡qué antipáticos son los ricos! Pero que bien vienen al frente de empresas de rentabilidad dudosa. Tratar de conocer los gustos y pareceres de los madridistas para amoldar en la medida de lo posible sus decisiones a ellas es de lo más sensato. Lo que lógicamente redundaría como efecto colateral en un resultado favorable en caso de elecciones, aunque se quiera ver como principal objetivo y aunque del deseo surja el acierto.
2.- Las omnívoras ansias de poder de Mourinho, que nunca parecen saciarse por más que se haya incrementado progresivamente desde su llegada. Un entrenador con vocación de tirano, que no tolera el diálogo. Menos aún la discrepancia. Esta forma de describir a Mou sirve al mismo tiempo como tesis atemorizante que como caricatura. Por un lado, con ella se trataría de convencer del beneficio que supondría su marcha, pero no solo ya de su actual puesto de trabajo sino también del país, y hasta del planeta. Mourinho será el causante del fin del mundo vaticinado por los mayas o, en el mejor de los casos, de la tercera guerra mundial, que algún superviviente al menos dejará, muy probablemente valdanista, ya que esta corriente sobrevive a todas las catástrofes: La caísa de los dioses galácticos, los sucesos de Tenerife, la hegemonia del Barça. Otras veces, como quien trata de ridiculizar lo que más teme para ahuyentar el terror y sus consecuencias, los periodistas hacen esta descripción en clave de humor, al modo en que Chaplin, por ejemplo, hablaba de Hitler en su película "El Gran dictador". El ejemplo es harto pertinente, por otra parte, porque con este personaje se le ha querido comparar, siendo calificado de nazi por los más deslenguados y los más tenaces buscadores del aplaudo fácil. Como toda persona que es acosada, Mou suele causar animadversión en los neutrales y auténtica obsesión en los beligerantes. Es una constante que no depende de la reacción de la víctima. Si es tímida o sumisa se le acusará de falta de carácter y de facilitar la agresión de sus verdugos. Si es activa y valiente se le traspasará la culpa del conflicto, utilizando su agresividad, aunque solo sea defensiva, como prueba de que recibe justamente el trato que merece.
Por más que lo dijera en rueda de prensa, que Toril tenía plena independencia y que estaba de acuerdo con esta estrategia, se ha acusado a Mou de querer extender su poder al manejo de la cantera, defenestrando al entrenador del Castilla como paso previo para alcanzar esta meta. Sería además buen corolario a la tesis defendida meses atrás de que quería "cargarse" a Zinadine Zidane. Mou siempre anda detrás de alguien a quien eliminar. Los periodistas, tan aficionados a la caza del personaje relevante no conciben que haya quien no sea aficionado al deporte cinegético. Por no ser hábito en España quizá los periodistas no sepan que los buenos líderes delegan tareas. Es vital para la buena marcha del grupo. Mou no desea atribuirse las responsabilidades de Toril, le sobran para mantenerse muy atareado con las suyas. Así lo expreso de forma clara cuando arreciaba el "afaire" Toril, pero ya sabemos que en las ruedas de prensa los periodistas preguntan sobre todo para escucharse a sí mismos, ya que se vanaglorian de conocer las respuestas de antemano. A veces las incluyen incluso en la formulación de la pregunta. Tampoco desea Mou ser el portavoz del club, asumió esta tarea el año pasado y lo pagó caro con la persecución a la que se vio sometido, él personalmente y el club, por parte de la UEFA y la RFEF. Como en el caso de Toril, estaba en desacuerdo con la forma en que desempeñaba esta labor Jorge Valdano. Aunque con él el desencuentro era más profundo, de índole personal incluso.
Dice el señor Torres que la supuesta negativa de Florentino Pérez a las pretensiones de Mou en este y otros temas le habría provocado accesos de ira, que habría tomado represalias con el club. Que si una falta en un capichuela tras poner una primera piedra, que si una mala cara en un sarao publicitario. En términos muy dramáticos nos lo pinta el periodista, aunque quizá lo que describe en un tono inadecuado, exagerando el cuadro, es la labor de alguien tenaz que sabe lo que quiere, que suele acertar en sus decisiones y además es capaz de porfiar hasta obtener lo que persigue. En cada aspecto del club que Mou ha entrado a tratar ha han habido resultados positivos. Ha mejorado la plantilla, con fichajes que han sido criticados casi todos cuando han sido conocidos. Di Maria, Özil, Khedira y Modric ya no hay problemas en considerarlos aciertos pero tuvieron su periodo en el purgatorio. Por ese camino van los de Essien y Coentrao. La desestimación de la llegada de laterales y la utilización de Arbeloa y Marcelo algún día también se le reconocerá como acierto, si no se imponen las fobias personales, lo que quizá sea mucho esperar. También salió vencedor en la lucha por la hegemonía futbolística en España, y hay que recordar que a su llegada este logro se consideraba imposible. Aunque el señor Torres no lo crea, Mou sabe cuales son sus cometidos y en que parcelas éstos quedan lejos. Por ejemplo, en el cuidado del césped, tarea que en su día también se dijo que quería apropiarse el Hitler de Setúbal, aunque se hubiera contratado un jardinero holandes que es un figura.
3.- La desunión existente en el club a todos los niveles. En el artículo se carga las tintas sobre un posible desencuentro entre el presidente y el mánager, como le gusta llamar al señor Torres al portugués. Pero en otros momentos, este mismo periodista u otros han hablado sobre desunión entre entrenador y plantilla, en el interior de ésta última, entre el mánager del primer equipo y la dirección de la cantera. El Real Madrid vendría a ser como un picadillo de verduras troceado en taquitos para una sopa Juliana. La prensa ha ido troceando el club para poderlo hervir más rápidamente y extraer su jugo. Lo que no sabemos es si esta desunión interna, de ser cierta, sería la la lógica en un club sometido a enormes tensiones, o bien mayor o menor de lo esperado, por la sencilla razón de que este aspecto jamás se indaga en otros clubs, o al menos no se airea. Villa y Messi no discuten sino que son pareja de parchís. Bielsa no agrede verbalmente a sus jugadores, que todos lo hemos visto murmurar por lo bajo en sala de prensa como si fuera un lama tibetano. En chandal, en cuclillas, junto a la línea de cal durante un encuentro, parece la representación deprotista del Buda.
Cierto es que el señor Torres suele dibujar las líneas de fractura justo donde se centra la labor del portugués en un momento dado. Cuando trataba de hacer crecer a sus jugadores en el aspecto anímico, sacudir el complejo de inferioridad adquirido con el Barça, ahí estuvo el periodista de El País para hablarnos de trifulcas y duchas de refrescos, de represalias y jugadores intocables por su mayor fiereza que Mou. Porque el entrenador portugués es un mala bestia que según nos convenga se le puede convertir también en un pusilánime. Lo mismo fuerza las lesiones de sus jugadores que les deja campar a sus anchas porque no es capaz de sostener su mirada, como le pasaba al parecer con Lassana Diarrá. El caso es que ahora que la atención de Mou se fija también en otros lugares del entramado del club las líneas de fractura se desplazan con él. Es un hombre aislado que sin embargo es capaz acceder a todos los ámbitos, lo cual no deja de sorprenderme y admirarme.
En este orden de cosas Mou estaría cometiendo el imperdonable error de querer contratar un segundo portero de garantías, con la aviesa intención de que si Casillas faltase o declinasen sus prestaciones el Real Madrid no se viese sin un portero de nivel. Cuanta perfidia moruna del mauritano Mourinho. Si esto no es crueldad gratuita que venga Dios y lo vea. Y es que con Casillas con la santa, católica y apostólica Roja hemos topado. Iker ha de jugar si o sí, incluso aunque esté lesionado o enfermo. Y para asegurarse de esto la prensa ha ideado un magnífico plan: Vetar cualquier iniciativa que persiga la contratación de un sustituto. El mostoleño no debería ni ir a entrenar por las mañanas a Valdebebas porque el puesto es suyo por Real Decreto y buscarle competencia sería una ordinariez ahora que cuenta con dos premios Príncipe de Asturias. A mi este tema me subleva, e imagino que se me nota. La fractura entre entrenador y la capitanía del equipo, de existir, se la adjudico en todo caso a Casillas. Y me parece mucho decir, porque es verdad que al portero le gusta nadar y guardar la ropa, mojarse lo menos posible, no orillar las polémicas cuando se corre el peligro de que salpiquen, que es siempre, pero cualquier desacuerdo, por mucho que se intuya, por mucho que se asegure desde la prensa, no deja de ser mera especulación, tema de conversación entre amiguetes en la barra de bar, que ya sabemos lo aficionados que son al drinking los periodistas que son fuente de este tipo de noticias. En la foto que ilustra el artículo del señor Torres, que me he permitido utilizar para ilustrar también mi réplica, curiosamente se ve a ambos en una actitud que no denota conflicto alguno. Me ha extrañado mucho la coincidencia y lo poco que ayuda a apoyar las tesis del texto.
4.- El Real Madrid practica un fútbol feo y ajeno a los valores del club. Esto se da por supuesto. Toda la crítica y el análisis del madridismo desde que el mundo es mundo y los periódicos incluyen sección de deportes se ha basado en esta verdad incontrovertible: El Real Madrid practica un juego feo, sin clase, falto de estilo, culpa de un entrenador que no sabe rentabilizar la plantilla que se pone a su disposición, por supuesto hecha a golpe de talonario, a espaldas del entrenador cuando interesa cargar las tintas sobre la figura del presidente, o obedeciendo a sus caprichos cuando quien es blanco predilecto es aquel. Así que en este aspecto de fondo el artículo de Torres no solo redunda respecto a lo que es habitual en él sino también sobre lo que suele decir la prensa. Florentino Pérez estaría disconforme con el resultado obtenido por Mou con aquello que ha puesto ha su disposición. La pereza que siento ante la sola idea de comentar todo esto se acerca asintóticamente al infinito.
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