domingo, 14 de agosto de 2011

El fútbol y sus aledaños (26) - ¿Arde El País? (2)

Poder absoluto
Diego Torres
Madrid - 25/04/2011

José Mourinho recorrió el pasillo del avión de regreso a Madrid hinchando el pecho, con una media sonrisa ladeada de satisfacción. El pasado jueves, de madrugada, el técnico del Madrid acababa de dirigir al equipo hacia la conquista de la Copa, el primer título del club en tres años. En el aeropuerto de Valencia, los jugadores le observaron mientras reafirmaba a grandes voces su proclama.


-¡Esto es fútbol!, decía. ¡Esto es fútbol!


Los ayudantes del técnico iban resumiendo entre los miembros de la expedición la idea que había concebido su líder.


-El Barça es, en buena medida, un invento de la prensa. A la hora de competir, no es un equipo realmente solvente.


Mourinho llevaba una semana bombardeando a la plantilla con eslóganes dirigidos a convencerles de que la posesión del balón no era necesaria. Que evitar la elaboración en el mediocampo era esencial para superar la primera línea de presión azulgrana.


-¡Den un pelotazo!, repetía.


Para Mourinho, ese pase largo al punta, más o menos apresurado, era la solución final. El instrumento definitivo para desnudar las carencias del adversario y terminar con su hegemonía. Así, antes de la final de Mestalla, a lo largo de sus numerosas charlas tácticas colectivas e individuales, repitió el vocablo con ese tono místico que emplea en las alocuciones: "¡Pelotazo!".


Mourinho sabía que estaba trasladando un mensaje contracultural. Sabía que su plan de acción encontraría resistencias entre gran parte de sus futbolistas, gente orgullosa, educada en campeonatos en los que predomina la vieja creencia de que los grandes jugadores deben aspirar a tomar la iniciativa mediante el uso de la pelota porque la posesión es la clave del éxito. Por eso, tras levantar la Copa, se esforzó por recordar a todos que él tenía razón. Que hay otras maneras de jugar. Y que quien se limite a despejar balones merece ser considerado un honorable jugador de fútbol.


Los jugadores insisten en que, tácticamente, Mourinho no les enseñó nada nuevo. Ni es un sacchi ni es un guardiola, apuntan, porque para hacer funcionar a un equipo con la pelota hace falta tiempo y él promete resultados inmediatos. Aseguran que es extremadamente detallista en la confección del esquema defensivo, pero que, una vez recuperado el balón, sus consignas resultan limitadas contra equipos que se cierran atrás. Si por algo valoran los futbolistas al entrenador portugués es, primero, por su método avanzado de preparación física, siempre con el balón, con adaptaciones a las circunstancias naturales del juego. Segundo, por su intuición para detectar los puntos flacos del adversario y proponer soluciones sencillas para hurgar en ellos. Tercero, por su capacidad para convencer a la gente de que se implique en la empresa a cambio de protección. En este aspecto Mourinho deposita gran parte de su energía mental. Es la vertiente propagandística de su obra. Para completarla necesita ejercer de director de comunicación de facto y de mánager. Salvo Casillas, ningún futbolista del Madrid habla en público sin su permiso.


Sabedor de que los futbolistas son receptivos cuando saben que quien les habla controla sus carreras, el técnico acumuló poder. Desde que llegó al Madrid, Mourinho avanzó sobre prerrogativas que, hasta entonces, habían correspondido exclusivamente a los presidentes. Comenzó por pedir la renovación de Pepe. No fue escuchado. Reclamó el fichaje de Hugo Almeida. Lo ignoraron. Tras el 5-0 en el Camp Nou, empezó a dar muestras de ansiedad. El 19 de diciembre, el día de la visita del Sevilla, provocó una crisis. Antes de denunciar ante la prensa una conspiración arbitral hoja en mano, y aprovechando la presencia de un dirigente en el vestuario, escenificó una pérdida de control nervioso ante los jugadores.


-¡Vosotros decís que este es un club señor y esto es una puta mierda de club! ¡Me cago en el señorío! ¡Y ahora vais y se lo decís al presidente! ¡Ahora me voy de vacaciones y, si me queréis echar, por mí no vuelvo!


Abrumado, el presidente, Florentino Pérez, se planteó la posibilidad de destituirle. Al día siguiente, durante la comida de Navidad, cogió el micrófono y le lanzó una andanada encriptada.


-Aquí hay gente que se cree capacitada para cualquier empresa y no se da cuenta de que el Madrid es la empresa más grande. No todos están capacitados. La presión que se sufre aquí no es para todo el mundo. Algunos se vuelven locos.


Lejos de amilanarse, en la primera reunión privada que mantuvieron, Mourinho le hizo sentir la presión a su interlocutor.


-Ni yo soy el entrenador que usted esperaba ni usted es el presidente que yo creía, le dijo.


Intimidado ante la posibilidad de completar otra temporada sin títulos y persuadido por las encuestas de la fuerza de Mourinho entre los hinchas, que lo consideran un ídolo, el presidente acabó por ceder y fichó a Adebayor. Antes del derbi, Mourinho reunió a la plantilla y anunció su estrategia.


-No soy hipócrita. Al final de temporada, o se va Valdano o me voy yo. No lo puedo ni ver. Si me quedo, salvo el márketing y el baloncesto, seré el principal responsable de la gestión deportiva. Los que tenéis la llave de todo sois vosotros. Si ganáis un título, yo me quedo y a Valdano lo echan. Si vosotros perdéis, él se queda y yo me voy. De ahora en adelante, observaré quién está con el equipo y quién no.


Los líderes del vestuario se vieron en un aprieto. Uno de ellos, en una reunión, hizo la siguiente reflexión en voz alta.


-Juega con nuestra voluntad. Nos hace sus cómplices. Si corremos y ganamos títulos, le dirá al presidente que estamos con él y contra Valdano. Si tenemos un mal día, nos convertiremos en sus enemigos.


Después de años sin ganar títulos, persuadidos de la necesidad de salvar sus contratos y su prestigio, los jugadores, temerosos, se limitaron a cumplir.


La Copa lograda en Mestalla fue el primer trofeo en el historial de Florentino Pérez desde 2003. Significó la instauración del entrenador en todos los niveles. El poder absoluto para José Mourinho.

El baño de Red Bull
Diego Torres
El País - 14-8-2011


Las noches del 17 y el 27 de abril, fechas del clásico de la Liga y la ida de las semifinales de la Champions, los vestuarios del Bernabéu, con sus pasillos y sus zonas de paso, fueron el escenario de algunos de los momentos más tensos de la historia reciente del fútbol español. Hoy el Barça regresa al lugar en el que comenzó a abrirse la brecha que afecta a la selección española en un clima de zozobra que condicionó particularmente a José Mourinho, el entrenador madridista. Como cuando descubrió, a las 17.00 horas de la tarde del día del partido de Liga que en una cadena de televisión se anunciaba el secreto que había exigido mantener a sus jugadores a toda costa: la alineación de Pepe como medio centro, junto a Alonso y Khedira.


El partido acabó 1-1. El público abandonó las gradas, en general, con una mezcla de resignación y alivio a pesar de que el resultado sellaba el campeonato a favor del Barça. La complacencia de la muchedumbre contrastó con lo que se encontraron los jugadores al entrar al vestuario. Ahí estaba Mourinho convocando una reunión con ademanes nerviosos. "¡Sois unos traidores!", gritaba. "¡Os pedí que no filtraseis la alineación y me habéis traicionado! ¡Se nota que no estáis conmigo!".


Los jugadores nunca le habían visto tan angustiados. Según dicen los testigos, no paraba de insultarlos. Repasó uno por uno a los que tenía a su alrededor. Cuando se encontró con la cara de Granero, que se desvive por halagarlo, le señaló. Según un empleado del club, dijo algo así: "El único amigo que tengo en este vestuario es Granero. ¡Pero ya ni me puedo fiar de él! ¡Me habéis dejado solo! ¡Sois la plantilla más traidora que he tenido en mi vida!".


Presa de una emoción intensísima, Mourinho cogió una lata de Red Bull y la arrojó contra la pared. Al estrellarse, el recipiente se partió y liberó el líquido gaseoso con un efecto de lluvia. Bañados con esta bebida energética con sabor a frutos del bosque, azúcar y cafeína, algunos jugadores se quedaron perplejos. Otros lo observaron con indiferencia. Casillas se fue a las duchas junto con otros españoles. Abatido como parecía, el entrenador se inclinó y clavó una rodilla en el suelo y emitió un llanto desconsolado. Luego, se levantó, se enjuagó los ojos y les aseguró a todos, entre sollozos, que hablaría con el presidente, Florentino Pérez, y con el director general ejecutivo, José Ángel Sánchez, que tenía medios para descubrir al culpable y que, una vez descubierto, emprendería represalias.


En palabras de uno de los asistentes, Mourinho hizo una analogía entre la guerra y el fútbol: "Si yo estoy en Vietnam y veo que se ríen de un compañero, con mis propias manos cojo una pistola y mato al culpable. Ahora sois vosotros los que tenéis que buscar al que ha filtrado la alineación".


A lo largo de toda la semana siguiente, final de Copa incluida, Mourinho reunió a sus jugadores para advertirles de que los árbitros favorecerían al Barça en la Champions. No fue una charla. Fueron muchas y continuaron un discurso contra la UEFA que se remontaba a la primera ronda del torneo. La expulsión de Pepe con tarjeta roja directa por el árbitro alemán Stark, en la ida de las semifinales, el 27 de abril, proporcionó a Mourinho un instrumento para apoyar su teoría de la conspiración. Al terminar el partido (0-2), la mano derecha del técnico portugués, Rui Faria, esperó a los jugadores del Barça detrás de la valla de separación del túnel de vestuarios: "¡Ahora lo que tenéis que hacer es ir a cambiaros en el mismo vestuario que los árbitros! ¡Lo ganáis todo por los árbitros!". Pinto, Puyol y Piqué le invitaron a pasar al otro lado de la valla. Cuando llegaron, los jugadores del Madrid comenzaron a increpar a los del Barcelona acusándoles de comprar árbitros. Los que se mantuvieron al margen fueron una minoría.


La plantilla azulgrana se reunió en el túnel y comenzó a cantar: "¡Así, así, así se juega al fútbol...!". El estribillo enfureció a los madridistas. Rui Faria los alentó a asaltar el vestuario de los rivales. "¡Vosotros creéis que jugáis al fútbol, pero lo que hacéis es robar con los árbitros!", gritaba.


La entrada al vestuario fue la parte más suave de una serie de episodios violentos que implicaron a todos los internacionales esa noche. Los jugadores del Barça, que a lo largo de la temporada habían escuchado acusaciones veladas de soborno, simulación, e incluso dopaje, comprobaron que sus compañeros de selección madridistas eran más leales a Mourinho de lo que el propio Mourinho pensaba.


¿Arde El País? - Cantinfladas periodísticas (2)

Desde abril, en que Diego Torres se descolgó con algunos artículos antológicos, entiéndase, antología de disparate, a los que tenía pensado contestar, este escrito duerme el sueño de los justos en este blog como borrador. Iba a ser el segundo con el título de "¿Arde El País?" , en alusión a la extraña deriva anti-madrista y anti-mourinhista, que en los tiempos que corren es casi lo mismo. A mi me parece, y es una mera conjetura, que este cambio de rumbo, o acentuación de una tendencia que pudiera ya existir anteriormente, reside en el interés de los responsables del diario en captar la atención de nuevos tipos de lectores. Alguno de estos tipos quizá compuesto por personas que tal vez les ofendiera ver en la portada a Rafael Nadal envuelto en la Bandera Española, o que no comprendieran que los redactores y columnistas de la sección de deportes no intenten de forma contumaz, tozuda, día tras día, poner al madridismo y a sus líderes actuales en el sitio que le corresponde. Sitio que no es otro que en el punto de mira del libelo, la insidia y, que le vamos a hacer, la cantinflada. Porque eso viene a ser lo que practica el señor Diego Torres, la cantinflada periodística. Cuesta creer que alguien que redacta de forma tan pésima, que no cuenta más que chismes, es decir, que habla por boca de otros, nunca de lo que ha visto por sus propios ojos, y de forma tan chabacana y bobalicona, pueda ser columnista de un periódico del prestigio de El País. Urge que el señor Torres se matricule en un taller de escritura para que deje de martirizarnos. Su prosa de ficción mejoraría seguramente, y en ausencia de credibilidad al menos tendría la capacidad de entretenimiento de su parte.

No se si entiende el señor Torres que presentando a Mourinho ante sus lectores como un Hitler de pacotilla, al estilo del que encarnaba Charlot en el "Gran dictador", hace que merme la credibilidad de su retrato. Recorría el pasillo del avión que devolvía al Madrid triunfante tras el partido de Mestalla, nos explica en el primero de los artículos, "[...] hinchando el pecho, con una media sonrisa ladeada de satisfacción". En el editado hoy la descripción alcanza la categoría de retrato bufo, con un Mourinho que clava rodillas en el suelo, emite sollozos, grita como una prima donna y estampa latas de Red Bull, sabor frutos del bosque. ¿Son guiños acaso a los nuevos lectores de El País? ¿Necesita el periódico de Prisa a un nuevo personaje para poner en funcionamiento la picadora de carne? Florentino Pérez ya se vió que tenía los huesos muy duros de roer cuando se intentó aquella encerrona con Los Manolos en La Cuatro. Pero Mou ya se asume que tiene enemigos, detractores, gente que no lo soporta ni en fotografía, y parece presa más propicia para satisfacer el gusto del nuevo tipo de lector al que se aspira captar.

¿Y por qué ese sabor tan inusual? Quizás sea un mensaje en clave. ¿Su confidente acaso lamió el contenido derramado de la lata para poder averiguar el dato? ¿Cuales son los frutos de Del Bosque? ¿Sus criadillas? A veces se diría que no tiene con esa cachaza y esa pachorra que se gasta, con sus ganas de quedar bien con todos, hasta exclamar que, además de madridista, también es del Barça a muerte. Me gustaría encargar a Grisson un experimento en el CSI para comprobar si se puede partir una lata de refresco estampándola contra una pared. Bueno, tal vez un energúmeno como Mourinho, es lo que nos quiere hacer pensar el señor Torres, pero la empresa es bastante difícil. Entre otras cosas porque las latas son de material deformable y no rígido. ¿Y qué decir del "efecto lluvia"? Tal vez el señor Torres le ha cogido gusto a que Mourinho le humille en las ruedas de prensa y esté pensando en aumentar el morbo, en practicar la lluvia dorada. Guardiola mea colonia y Mourinho Red Bull con sabor a frutos del bosque. Cuidadito con las pepitas de las frambuesas que tienen muy mala leche cuando atraviesan en gaznate.

Lo cierto es que el cuerpo te pide tomarte a broma las líneas escritas por el señor Torres tanto al final de la pasada temporada como en las vísperas de ésta, pero debajo de la mugre, la mala redacción y los chascarrillos desafortunados, que casi dan vergüenza ajena por lo chuscos, hay un intento artero, rozando la manía persecutoria, de desacreditar por completo a José Mourinho, como persona y como profesional. Este patético periodista, que a menudo "emite" sollozos en Twitter exigiéndole a quienes le mencionan que no le insulten, lanza en los dos artículos aquí reproducidos una andanada completa. En el primero nos quiere hacer comulgar con un Mou dictador, que amedrenta y chantajea a quienes le rodean, ávido de poder. "El mundo es mío", exclama Charlot travestido de Hitler mientras danza con un globo terráqueo en su despacho como si fuera una pelota de gimnasia rítmica. El Mou que nos interpreta el señor Torres usa latas de refresco como granadas de mano, parece un villano salido de una de las películas de Batman dirigidas por Tim Burton.

En lo profesional es además un picapedrero del fútbol, con una o dos ideas que machaca en las cabezas de sus jugadores para que se incrusten en sus cerebros, que lo que sabe es por intuición animal. Ve los fallos del contrario como el lobo los de sus presas, e hinca sus fauces en ellos para cobrar la pieza. Es además blasfemo contra el verdadero fútbol, ya se sabe, el de jugar al ataque eternizando la elaboración del juego en el medio campo. No, Mou quiere pelotazos. Es su única consigna. Como en aquel capítulo del Príncipe de Bel Air en que el entrenador de baloncesto del instituto da como única instrucción a sus jugadores que le pasen el balón a Will para que éste enceste. En este caso es al contrario, hay que dar el balón a la zaga rival para disputárselo más cerca de su portería. Patadón y tentetieso y Guardiola elevado a los altares, que ya es hora de que baje del campanario, que es peligroso y se va a resfriar.

Pero, al margen de su es cierto o no lo que nos cuenta de forma tan chapucera, ¿qué es lo que motiva a este periodista a mantener un contencioso personal con el entrenador del Real Madrid? ¿Sigue consignas de la empresa, o le han dado carta blanca para exhibir sus fobias porque conviene a la línea editorial de la parcela de deportes? Por otro lado, ¿por qué este artículo ahora? Llega el primer partido grande de la temporada, por lo que puede mostrar, refrendar o no sensaciones que se tuvieron en los enfrentamientos de abril, por lo que se dirime, el primer título del año futbolístico, y Diego Torres nos obsequia con un furibundo ataque a Mourinho. Nada de tácticas, estrategias o estados de forma. Claro, nada tenía que contarnos que fuera reciente que tenga relación con su guerra personal. Apenas ha habido fútbol hasta ahora, todo lo más grandes partidos del Madrid y mediocres del Barcelona, lo que es contraproducente para la causa: lograr desenmascarar al picapedrero. Con el agravante además de que la única nota sobresaliente en el Barcelona es la irrupción de Thiago, quien le va a disputar el puesto a Cesc, si las fobias de Guardiola lo permiten. Tampoco se podía hablar de lo dicho por Mourinho estos últimos meses, que ha sido bien escaso y siempre cabal, y quizás nos hemos quedado sin topo para que nos de carnaza. Así que ha hecho falta abrir el baúl de los recuerdos, hablar de lo que supuestamente ocurrió en primavera. Y las preguntas se siguen agolpando: ¿Por qué no nos lo contó entonces, cuando era pertinente? Para enmascarar este fallo se añade otra insidia al cóctel: Mou sería el causante último, la fuente primera, de las desavenencias entre jugadores de la Selección Española. A lo mejor por eso se nos dice que el sabor del revitalizante es frutos del bosque, porque serían los del seleccionador los estaría partiendo contra la pared la ira del portugués.

Y no se que más decir, salvo que qué habremos hecho para merecernos el periodismo que se practica hoy en día, lleno de mediocres endiosados que quieren ser protagonistas, que mantienen rencillas con los auténticos, que ni siquiera saben escribir cuando redactan columnas de opinión, expresarse cuando les toca hablar en público por la televisión y la radio, que desconocen los temas de los que hablan, a veces incluso los que entran de lleno en el ámbito futbolístico o deportivo. Que quizá habrá que realizar una colecta para que el señor Torres pueda costearse la matrícula en un taller de escritura, que falta le hace.

Rescates de Twitter sobre los artículos de Torres de la temporada pasada

1.- El artículo de Diego Torres se nota que está escrito desde el odio a Mourinho y el desprecio hacia el resto de personas que nombra.

2.- Cabría esperar esto del Sport, que necesita estos sentimientos casi tanto como el cariño hacia su propio club, pero en El País extraña.

3.- No se a que responde la campaña del periódico. Parece que ante una posible consolidación de Florentino Pérez están dispuestos a quemar naves.

4.- Puesto que se queda ya que no ha sido un desastre, y como es hostil porque nosotros éramos calderonistas, pues a degüello con él.

5.- Aunque lo que contase Torres fuese cierto, los temas grotescos que toca y como los expone convierte el artículo en un escrito repugnante.

6.- Torres usa para el artículo el nombre de un film de Eastwood. El título es el enunciado de la tesis que trata de demostrarse en el texto.

7.- El Madrid ha dado poder absoluto a un ser maléfico. Infame y ridículo. ¿Tendrá un redactor jefe que le advierta del ridículo que hace?

8.- También es curioso que las pocas veces que en estos tres años el Barça ha sufrido un revés haya iniciado campañas contra los arbitrajes.

9.- Ocurrió tras la eliminación en la eliminatoria de los aspersores, ahora tras renunciar por indigno de su categoría al título menor. Curioso.

10.- También es curioso que las pocas veces que en estos tres años el Barça ha sufrido un revés haya iniciado campañas contra los arbitrajes.

11.- Ocurrió tras la eliminación en la eliminatoria de los aspersores, ahora tras renunciar por indigno de su categoría al título menor. Curioso.

12.- Y a todo esto, Piqué dandose el lote con su novia ajeno de que el cambio de situación lo ha propiciado en buena parte él.

13.- Cuando tienes al rival vencido por la vía de los hechos y además tratas de humillarlo moralmente para alargar tu hegemonía pasan estas cosas.

14.- En el Nou Campo hubo menú de dos platos, baño futbolístico e intento de ridiculización con los chuleos de Pep Guardiola y Piqué.

15.- Como el Santiago Bernabeu nos quedamos sin el primero se intento en el túnel de vestuarios suplir con doble ración de segundo.

16.- Y los que llevaban dos años esclavizados por las evidencias se convirtieron en 11 Espartacos. Se le fue la mano a Piqué y pasó lo que pasó.

17.- Y en la final de Copa cuando parecía que estaba todo el pescado vendido los olés del público hicieron que el Barcelona extraviara el rumbo.

18.- ¿Qué nos queda ahora? Apelar a las estrategias de los simples mortales: que si el césped, que si el árbitro. Bienvenidos al Planeta Tierra.

19.- Y como esto siga así habrá que llamar a un exhorcista. Porque muchos son los signos que la prensa advierte sobre la llegada del Apocalipsis.

20.- El advenimiento del anti-fútbol, los céspedes envenenados, la plaga de lesiones en zagueros. No se por que trompeta vamos. Perdí la cuenta.

21.- Reconozco que esto me divierte, aunque a veces se me lleven los demonios. Mira, un signo va. ¿Sabe alguien el teléfono del padre Merrin?

22.- @alexcibernetica @diegotorresro Pregunta que me sugieres. ¿Si Mourinho es el (doctor) Maligno, quien es su mini-yo?¿Tal vez Guardiola?

23.- @alexcibernetica @diegotorresro Lo que si tengo claro es que Austin Powers es Piqué y Shakira la espía que le achuchó en el último episodio.

24.- A los que elogiais a Ramos: Otro de los resucitados de los 2 primeros clásicos es él. A este paso acabamos la temporada con Di Stefano de 9.

25.- La película que veremos el miércoles es: "El día de los trífidos". Y es que será la vegetación la que le dispute la posesión al Barcelona.

26.- Lo que ha aprenido Mou en 1 año. A inicios de temporada confesó no saber jardinería. Ahora conoce el largo de hierba para ganar la Champions.

27.- Por cierto, espléndidas declaraciones de Busquets: "El Madrid es el peor rival que nos podía tocar en Champions". También hay gente sensata.

28.- El Barça es el número uno aun de Europa. El Madrid desde este año disputa el segundo lugar a Manchester, Copenague y Shakhtar Donets.


Rescates de Twitter sobre el artículo de Torres de hoy

1.- Al margen de otras consideraciones, como lo ridículas e infantiles que son algunas cosas que narra, qué mal redacta @diegotorresto.

2.- ¿"Dijo algo así" es una expresión que permiten que se imprima en los periódicos los redactores jefes?

3.- El artículo de @diegotorresro es insidioso, tendencioso, ridículo por momentos, está basado en habladurías y, lo peor, está mal redactado.

4.- ¿Se puede partir una lata de refresco lanzándola a una pared? ¿A qué huelen las nubes? Yo creo que éste ha esnifado una @SaraTG_84.

@SaraTG_84: @Rokko69_RM debería dejar de esnifar y volver a la facultad a sacarse el título de verdad... Es el consejo del día :P

5.- @SaraTG_84 A lo mejor por eso evocaría al Teniente Coronel Kilgore de Apocalypse Now. Pero no: "... ha esnifado una [nube]".

6.- Si El País fuera una aldea, que camino de ello va a este paso, y no la global precísamente, @diegotorresro sería el tonto del pueblo.

7.- El País es un periódico feo, anticatólico y, con la aportación de @diegotorresro, ahora también sentimental. Querrá un marquesado.

@lalibreta: El Pais airea hoy los presuntos trapos sucios de un vestuario. ¿Alguien adivina de cuál?

8.- @lalibreta Lo peor no es ya la intención sino lo ridículo y mal redactado que está el artículo. Los periodistas deberían saber escribir.

9.- @lalibreta Por la misma razón que, junto9 a la prensa catalana y Público, censuraron la bandera española en la foto de Roland Garrós.

@lalibreta: Ah, y por segunda vez en siete días se insiste en que Mou ha resquebrajado a la Selección. Sembrando para la Eurocopa por si...

10.- @lalibreta ¿No fastidies que esa es la tesis? La conspiración contra Mou necesita ya alguien que use el cerebro no solo como pisapapeles

11.- "@diegotorresro: Glu, glu, glu. Red Bull te da alas...". A la imaginación. Venga, macho, aterriza de una vez, que ya está bien de alucinar.

12.- Lo del efecto lluvia no se si es porque a algunos les pone que los humillen en las ruedas de prensa y ahora quieren probar la lluvia dorada.

13.- @diegotorresro Tu quehacer profesional podría ser incluido en el diccionario como acepción del término "cantinflada". Que penita das.

14.- Tal vez @diegotorresro quiera obtener un puesto de colaborador en Sálvame de Luxe. El chisme escandaloso y mal contado es lo suyo.

15.- Tal vez @diegotorresro solo quisiera una misión periodística, y por sus pecados le dieran una en la redacción de deportes de El País.

16.- Me encanta el olor a tinta de imprenta por las mañanas, huele a día de partido. Lástima que a veces se malgaste en según que cantinfladas.

17.- En el fondo se lo agradezco. Me ha renovado las ganas de tuitear y de escribir sobre fútbol. Bueno, lo que @diegotorresro entiende por tal.

18.- Osea, ¿que decís que Granero no estaba? @diegotorresro es como esos pescadores que tiran el anzuelo y se lo clavan en la espalda. Vaya memo.

19.- Como molan los días de fútbol. Con su enfado para dar picante. Hoy con @diegotorresro haciendo de guindilla. Quería ser perejil, pero vaya.

20.- Nerea_Zusberro: Hacer que Torres rinda al máximo nivel es una meta que debe marcarse Villas-Boas. Tiene que ser un pilar , un referente del "nuevo" Chelsea.

21.- @Nerea_Zusberro Jajajaja. Por un momento creí que te referías al otro Torres. Para ser como Mou, Villas-Boas deberá concitar todo su enojo.

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