En tierra hostil
Mar Mayo 25, 2010 3:26 am
El caso es que había entrado en el foro solo ha escribir unas líneas sobre esta película, pero me he encontrado con el hilo abierto por Merengue sobre el artículo de Pérez Reverte, que ya había leido este domingo, y me he puesto de tan mal humor que creo que voy a destrozar la película y hasta a destripar la resolución de la trama, que ya no me caeis bien ni siquiera los que me estais leyendo. Que si teniais ilusión por verla os pienso desanimar tanto que no prometo que a alguno no se le salten las lágrimas. Vamos por partes, lloricas.
Vamos a ver, ¿es una broma o qué? ¿Es cierto como dicen que le han dado el oscar a esta película? ¿En el año de Avatar?, que no tendrá buen argumento, pero que ni puñetera falta que hace. Seamos serios. Estamos ante una película del montón conducida hasta la cumbre a la sillita de la reina por fastidiar al triunfador del momento. Esta es una maniobra habitual en Hollywood. Desprecia a la gente innovadora, a la que hace funcionar a la industria del cine, a la que triunfa en definitiva. Spielberg, que no es tampoco santo de mi devoción, es un buen ejemplo. Pero hay muchos otros. El caso es que a Cameron les cae ya gordo y han querido darle en todos los morros, privandole del éxito y otrogándoselo a su ex-mujer por una película mediocre.
La película tiene algunas virtudes habituales en elo films que se hacen allí. Un reparto magnífico, ajustado a los personajes, pleno de cameos espectaculares. Esto es una labor del director de casting, figura que rara vez se ve en las películas españolas, y que cuando existe es para elegir al guaperas y a la maciza del momento como protagonistas. Por que si hay dinero para contratar un director de casting lo hay también para contratar a los actores más taquilleros, y lo cierto es que entonces no hace falta un director de casting. Vamos, un despropósito, por que la ordenación está indicada cuando hay carencia de recursos, no cuando sobran.
La otra virtud es la descripción minuciosa de procesos. Muy cortos han de ir en un presupuesto para no poder contratar a algún experto en el tema que se trata para que de ideas a los guinistas, instrucciones y sugerencias al director artístico y al director en su descripción de los elementos que componen la narración. Cuando acabas la películas tienes una idea cabal de en que trabaja, como lo hace y que utensilios usa un artificiero del ejército. En la industria española, si hay que filmar una película bélica tendremos suerte si el director, que además suele ser el guinista y hasta el que prepara el catering del equipo (es decir, el que hunta de mantequilla los panes de los bocatas de chorizo), ha tenido a bien leerse alguna novela de Sven Hassel para ambiertarse un poco en las atmósfericas bélicas. Por el contrario, que bien se narran en el cine americano los oficios de los personajes centrales de las tramas.
Vayamos a la estética de la película, a lo que los expertos llaman el diseño de producción (yo lo suelto y sigo sin pararme como si supiese de lo que hablo). Maldita sean las series de televisión de los noventa que se inventaron el concepto de la cámara nerviosa. Creo que fue concretamente en Policias de Nueva York. Consiste en filmar cámara al hombro, sin dar estabilidad a la imagen. Peor aun, se jugará con un encuadre siempre en movimiento, con correcciones continuas e innecesarias, para transmitir al espectador una sensación de desasosiego que aumente su tensión de forma inconsciente. Se te fijas en el detalle estás muerto, por que ya no dejas de ver moverse la imagen. Te puedes hasta marear. ¿Pues eso, que necesidad hay de crear náuseas en los que pagamos la butaca? ¿Que la vida da ganas de vomitar? Depende de cual. La de Paris Hilton lo mismo no es tan mala, incluso aunque ella misma se empeñe en lo contrario. Pero es que, yo me pregunto, ¿para que nos gastamos un pastizal en filmar la película si luego no nos compramos siquiera unos tristes trípodes para las cámaras? ¿Para fingir que somos unos genios alcanzados de pasta y que filman con ideas y no con dineros? Oye, que entiendo que Irak debe ser muy fea en estos momentos, peor a lo mejor si me sitúan el encuadre correctamente me doy cuenta más ra´pdio, puedo fijar la mirada en las cosas y no andar persiguiéndolas como si fuera bizco. Además, ¿como es eso de que impere la cutrez en la filmación y luego las explosiones se filmen con cámara superrápida para que queden molonas cuando las veamos a cámara lenta? Ay, amiga Kathryn Bigelow, no nos hagas trampas, no se puede jugar a soy una directora independiente, pero filmar las explosiones como si fueran un capítulo de CSI Miami. No cuela, chavala.
Y la historia. Virgencita de mi vida, están todos los tópicos que ya nos conocemos desde Platoon: el que es un pedazo de pan y se muere precisamente por eso, sin que a sus asesinos les importe lo más mínimo, el adicto al riesgo, el mercenario sin escrúpulos, la imposibilidad de confraternizar con la población ocupada, los abismos de odios que crea la guerra, el azar fatal que hace morir a los inocentes. ¿Y que nos cuenta la película? Pues más bien poco. Es la historia de alguien atrapado en la guerra por que le gusta. Solo una escena con narrativa. Aquella en que el protagonista ve jugar en la cuna a su hijo de solo unos meses y le explica, sin que el le comprenda, que la vida es un proceso en el que poco a poco se va perdiendo el gusto y la satisfacción por las cosas. "Ahora te gusta jugar con tus muñequitos, pero un día entenderás que son solo trapos con relleno. Poco a poco iran siendo menos las cosas que te gusten. Y a lo mejor un día, al final, será solo una". Para él esa única cosa es la guerra. ¿Y que es lo que le gusta de la guerra? Entiendo que la descarga de adrenalina, la euforia que procura el riesgo, el jugárselo todo a una carta. Me lo imagino, por que tal como está narrada la historia por la directora parece todo lo contrario. Vemos a un sargento de artificieos que arrastra su pachorra extraordinaria por la pantalla mientras se suceden con cierta desidia los episodios bélicos. Hay momentos de tensión en que se diría que esta buscando en su caja de herramientos un orinal para poder dormirse una siesta como Dios manda. ¿Alguien le ve disfrutar con las explosiones, con los preámbulos, con los tocamientos previos de los cables de las bombas, que deben ser sus zonas erógenas, antes de que se derramen en un orgasmo de ruido y destrucción? Yo desde luego no. A este tipo ya no le hace efecto la droga de tanto que la ha consumido. Será eso. Pero nos podían haber contado la historia de una persona y no de un espectro. Podían habernoslo explicado igual cuando los orgamos tenían su efecto. Vale, será que ya ni la guerra le gusta. ¿Y a quien si? Que nadie me diga que a Bush por que no recuerdo haberle visto en el frente.
Hasta mañana, lloricas. Ya os lo dije, pero nunca me haceis caso. Co.ño, y mañana tengo que madrugar. Tengo que llevar a la jefa, a la cuarta, a Guadalajara, para solicitar una copia del convenio regulador de su divorcio. Ni pregunteis que estoy de vosotros hasta las narices. Ahora que recuerdo, ver la película no me ha costado dinero (presuntamente). Creo que se me ha pasado el mal humor. Espera, que está esa ministra que quiere poner coto a internet. Se me ha duplicado el ca.breo. Ya no quieren que los pobres siquiera nos olvidemos de nuestras penurias distrayéndonos con buen cine. Avatar, por supuesto.
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