Soneto Diez
Entre dos mares naufragando
A través del aire un presentimiento
de tu figura en salvaje desnudez,
inevitable la herida que tal vez
la noche cicatrice en pensamiento.
Miro el vago mirar del firmamento
buscando algún vestigio de calidez
y me estalla entre las manos la aridez
de lo que antaño fuera un sentimiento.
No puedo retornarte hasta mi vida
ni borrarte del haz de mi memoria,
que me veo entre dos mares naufragando.
Quedó una débil hoguera encendida
tras tu paso por mi vida abaloria
que poco a poco el tiempo va avivando.
4 y 6 de octubre de 1984
Versos endecasílabos
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