El Gordo de Navidad
Y es que la vida trae muchas sorpresas. No digamos ya el fútbol. Después de unas semanas de casi indigencia futbolística, raquíticas de esperanza, después del varapalo en Barcelona, el Gordo de Navidad ha ido a caer en Madrid. Concretamente sobre el césped del Bernabeu. ¿Quien lo iba a decir? Un espléndido y orondo 8, gordo como el solo. Por que, díganme sino, que otra cifra hay más plena de redondeces, más parecida a un Buda sentado sobre sis inmensas posaderas. ¿El 5? El cinco es tan solo una cifra tripuda que, además, se pone de perfil para hacernos partícipes de que hace años que no alcanza a tocarse las puntas de los pies con las manitas de cerdo, una cifra que pronto habrá que sacarsela de la memoria, a mordisco si hace falta. Habrá que comerse al Barcelona algún día, y habrá que empezar por las manitas. Ni una más en el futuro próximo.
Se anunciaba tormenta en el estadio y media afición al menos quería servirle de paraguas a Mourinho, arroparle del frío proveniente de la Prensa en su día de pasión. Dicen que está dividiendo al Madridismo. No tengo noticia de eso. Claro, que lo dicen nuestros amigos Barcelonistas. ¿Han escuchado a alguno de ellos decir: “Pues todos mis amigos madridistas echan pestes de Mourinjo”? Yo muy a menudo. Y me extraña que haya tanto anti-mourinhista entre las amistades de los culés. Tal vez confundan madridistas con barcelonistas tibios, que se yo. El caso es que había recelo en cuanto a lo qué podía ocurrir, más que nada en la perifería de las cosas del fútbol más que en el terreno de juego. Pero al final se impuso el fútbol, lo que ha de ocurrir sobre el césped. Se impiso incluso al arbitraje. Difícil reto en ambos casos, por que se anunciaba una noche de cuchillos largos y el señor colegiado ni siquiera rozoó por abajo el insuficiente. Estuvo torpe en sus decisiones, que hubieran sido menos desacertadas si hubiera aplicado el sentido común, y desafortunado cuando tuvo que asumir riesgos, como en la sanción de los fueras de juego.
El Madrid se pareció por momentos a aquel equipo que deslumbraba hace mes y medio, y que fue borrado del mapa al borde de un campo de habas. Ha habido que tragar saliva y capear el temporal. Y al cabo de los días parece que el equipo emerge de nuevo. Eso me hace reafirme en mi vieja, y estrafalaría para algunos, teoría de que la distancia entre el Madrid y el Barcelona es más psicológica que basada en el potencial furbolístico. En cuanto el Barça queda lejos en el calendario, en el inmediato futuro o en el reciente pasado, el Madrid se reencuentra a si mismo, retoma el camino por el que quiere que transite su entrenador: Defensa foribunda en todas las líneas del campo, que a veces parece que lo que practica es más baloncesto que fútbol, sino basta con ver a Di Maria punteando los pases como si fueran lanzamientos triples, y toque de carga cuando se posee el balón.
Xabi volvió a dar equilibrio, dando cordura en el medio campo y tranquilidad cuando la prisa no era buena consejera. Este jugador cada vez se agiganta más dentro del grupo. No solo por su evidente calidad y a que, lógicamente, cada vez está más acoplado en el esquema, sino también porque le da algo que otros no pueden, y que además le es imprescindible para este colectivo: La pausa, aunque sin detener el juego, cuando hay atasco en la zona del campo donde chocan los dos equipos en disputa. Sabe buscar las parcelas despejadas del campo, retener el balón para que sus compañeros se desplieguen, multiplicarse en defensa, dando apoyos donde se requiere. Pero también ofrece soluciones por correo aéreo, pases a lo ancho y a lo largo del campo. Muchos le echamos de menos ante el Sevilla, pero con más razón sus propios camaradas. Así lo señalaron algunos tras el partido contra el equipo hispalense. Contra las evidencias, en parte interesadas aunque legítimas, pienso que debería haber quedado más cerca de los puestos de privilegio en la concesión del Balón de Oro, porque fue uno de los más destacados durante el Mundial de Sudáfrica y está siendo uno de los principales artífices del resurgir del juego del Madrid. Cuando no hay habas en el menú, claro está.
Ayer tocó Benzemán. Aparcamos el Benzemal hasta posteriores encuentros. Tres goles como tres soles, y alguno más injustamente anulado quizás. Se le vió muy compenetrado al francés con la caballería madridista, que es lo que parece la línea de ataque y la del medio campo que le sigue, cuando salen todos disparados hacia el contraataque. Si tienen perimiso de Xabi. Di María es el corneta y CR7 el oficial que porta el sable y señala con la punta del mismo al enemigo. Impresiona la cantidad de jugadores que se suman al ataque al mismo tiempo, y la velocidad que imprimen al balón. También la velocidad con que se repliegan cuando hace falta porque el ataque se ve frustrado por un corte de algún rival. Este repliegue masivo tuvo su esplendor en San Siro, aunque, claro, ante un rival algo avejentado y con la preparación física como uno de sus puntos débiles.
Especialmente significativo fue el lance en que Benzeman fue agredido por Robusté con una cachetada en la cara. Dos dedos del jugador del Levante se introdujeron en su boca somo si tratase de hacer una ortodoncia manual. Ya sabemos que el jugador francés tiene fama de relajado y lo mimso el levantino, un tanto levantisco durante todo el encuentro, pensó que no requería de anestesia. La jugada fue resuelta de forma ridícula por el árbitro repartiendo justicia de forma equitativa entre víctima y agresor. Tarjeta amarilla a ambos, cuando Benzemá ni siquiera se revuelve, tan solo trata de averiguar la causa de la agresión, lógicamente indignado. Esta cachetada tuvo el mismo efecto en el jugador francés que la propinada por el árbitro del R.Madrid-Sevilla en los aficionados blancos y en el propio equipo. Para mi estubo claro que la victoria en el partido quedaba más al alcance del quipo merengue, que suele revolverse con acierto cuando se siente víctima de injusticias, tras la expulsión de Carbahlo. Los ejemplos de esto que digo son muchos. Por de pronto el último título alcanzado, la supercopa ante el Valencia, que tuvo que conseguirse con solo 9 jugadores. El domingo el equipo se espabilo al fin tras el descalabro en Barcelona mediate un tratamiento de shock, amplificado por Mourinho en su ya famosa rueda de prensa. La bofetada al jugador francés quizás no tuviera un efecto tan espectacular, pero al menos sirvió para ver por primera vez enfadado a Karim. Una novedad al menos. Lo cierto es que estaba realizando hasta el momento un partido impecable y la cómica situación que tuvo que vivir, ver como se le sancionaba disciplinariamente mientras trataba de averiguar si tenía algún diente roto, le ayudo a mantener el ritmo de sus compañeros hasta que fue sustituido.
No estoy de acuerdo con que ayer corriese más de lo que en él es habitual. Si que lo hizo con más acierto y con más suerte. El primer gol es producto en parte del tesón y también del despiste del defensa, que se deja robar el balón por un jugador entre cuyas cualidades no destaca la agresividad en la disputa del balón. Aunque, para ser justos, habrá que convenir que es la según da pelota que intercepta en esa zona letal en los últimos tiempos. Hay que recordar la que robó al portero del Auxerre durante el último partido de la Champions League y que luego mandó a la red mediante una maravillosa baselina con efecto. No se si acabará cuajando en el club, pero si estoy seguro de que se trata de un jugador superlativo, en el que predomina la técnica sobre la fuerza bruta, la suliteza sobre la velocidad y la potencia. Por supuesto que también sabe fusilar al portero cuando se encuentra solo frente a él, pero eso me parece menos interesante. Puede que más rentable. CR7, sin ir más lejos, recibio un balón casi en el área chica y agarró un “trallazo” sin complicarse la vida para cerrar su cuenta particular de goles.
Capítulo aparte merece el portugués. Cada vez se le ve más centrado, menos víctima de sus propias ansiedades, asumiendo un rol secundario en las jugadas cuando el desarrollo de éstas lo requiere. Estuvo ayer hasta amable con sus rivales. Se disculpó en algún lance y fue con mucho de los que menos discutieron. Y motivos hubo, por que se llevó para casa su ración habitual de patadas. A tenor del cariz que está tomando este asunto está claro que es cada vez más necesario hablar de Mourinho, situarlo bajo los focos, para mantener el debate de la supuesta pérdida de identidades y señoríos. Marcó tres goles Ronaldo, y lo hizo sin prisas, a remolque de unas circunstancias favorables, sin exigirlo, sin impacientarse. El hat trick llegó por cauces naturales.
Poco más que decir. Terapia de goles en el Bernabéu. Más mintitos para Morata (en diminutivo por los pocos que fueron). Aunque creo que más por su condición de suplente que de canterano. Es decir, no fue tanto un regalo de Mourinho al aficionado, que anda clamando por ver más cantera en el terreno de juego, como por el hecho de que su concurso podría ser eventualmente necesario en un fututo inmediato ante una posible baja de Benzeman y/o CR7. Dos pájaros de un tiro: racionalidad disfrazada de festín de madridismo.Y cuyo rédito más conspicuo fue una jugada preciosa del chaval, que se fue de su marca tras recibir el balón de espaldas a la portería, y tras buscar el un pasillo para el disparo reculando hacia su izquierda mientras sorteaba a todos los defensas del Levante que salían a su encuentro, disparó fuerte y obligo a Munúa a lucirse con una magnífica intervención. Pedro León, atento, rebaño el balón para cerrar el marcador. Un respiro para el madridismo que se convirtió casi en terapia. Veremos si se recupera confianza de cara al futuro. Que será largo y difícil, pero lleno de retos y de opciones. El Madrid vuelve a asomar las orejas. Vuelve a distinguirse movimiento entre los matorrales. La bestia acecha y la próxima vez no quiere ser la presa.
Planeta Twitter
Dirección de Twitter: @Rokko69_RM
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1.- Hoy toca Benzeman.
2.- Y también toca CR7. Este jugador está que se sale. No lo comparen con Messi sino con el resto y dejen de racanearle.
3.- #EstamoscontigoBenzeman por que estás teniendo hasta suerte, ladrón. Y con Di María haciendo de Louis Lane no hay quien nos pare.
4.- Sigo viendo a Pepe muy nervioso. No ya por la extraña entrada, sino por que se acelera en exceso en los intenros de anticipación.
5.- Este es un cuarto y mitad del Madrid aquel que deslumbraba hace un mes y medio. Parece como si no tener al Barça cerca los mejorase.
6.- Que nadie se enfade conmigo, pero yo creo que los minutos de Morata no se deben a que sea canterano sino a que es un suplente.
7.- La astracanada del otro día sirvió para espabilar al madrid. La galleta le ha hecho enfadarse a Benzeman por primera vez en la temporada.
8.- En este partido se demuestra que Mourinho es defensivo. Qué obsesión por mantener la portería imbatida. Ha puesto el autobús, pero en 5ª.
9.- Anda que no habeis escrito durante el partido. Récord de goles y de Tweets. Y @_Antonella86 récord de madridismo. Tremenda.
10.- No, si al final el Gordo ha tocado en el Bernabeu. Por que más orondo que un 8 ya me dirán ustedes que otro número puede haber.
11.- 8 goles y por muy poquito el protagonista del encuentro no es el árbitro. ¿Eso como se come? Mejor: ¿Cómo se digiere?.
12.- Ya se: No os quejeis que a vosotros siempre os ayudan. Pues a ver cuando las ayudas empiezan a ser menos torpes.
13.- Se me olvidó comentar ayer: ¿de verdad a alguno de vosotros os gusta oir a Kiko chiquitear durante las retransmisiones de La Sexta ?.
14.- Que si me decís que sí, pues me lo creo, no voy a dudar de vuestra palabra. Pero me costora un "puñao", lo reconozco.
15.- Claro, que no se se qie es peor, aguantar al pecadorr de la pradera o los comentarios envarados y quejumbrosos de M. Vázquez en Telemadrid.
16.- Perece ser que el partido de ayer no le disgustó del todo. Pues, alabado sea Dios, que decidió darse una vuelta por el Bernabéu.
17.- El Dios del fútbol, me refiero, que hizo acto de presencia y renovó la fe del madridismo en su equipo. La resurección de Lázaro nada menos.
18.- Si el Madrid fuera el 7º de Caballería al toque de carga, que es lo que a veces parece, Di María sería el corneta y CR7 el oficial al mando.
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