Comando ejecutivo 2
Te preguntarás por tanto quien eres en realidad. Según Tévez un rastro de memoria de alguien que fuí una vez. Un recuerdo que no he vivido, pero que estaba ahí, en la mente de alguien que fuí. Ten paciencia, lo llegarás a entender. No siempre he sido quien soy. A eso me dedico. Mejor dicho, para eso me reclutaron. Adopto la identidad de otras personas, en otro tiempo distinto a este. Al mío, porque tu momento, la fecha de la que es eco tu imagen, es un misterio para todos.
Me captaron cuando trabajaba en las minas de diamante de Júpiter. Es un trabajo solo apto para telépatas, para gente acostumbrada a la soledad. Llevaba 7 meses sin ver a otro ser humano cuando accedieron hasta mi. A mi turno de explotación aun le restaban los 5 meses que hubieran completado el año, así que esa interrupción me dio una idea del poder de la gente que me visitaba. En el ambiente de Júpiter solo se puede sobrevivir en unas naves casi indestructibles e impenetrables a todas las longitudes de onda. El material de las que están hechas, extraído del propio Júpiter, hace posible proteger lo que guardan en su interior, su tripulación. Que solo en muy raras ocasiones está compuesta por más de una persona. Son absurdamente caras, entiéndelo. La Corporación no invierte dinero en cosas superfluas. El problema es el modo de comunicarse con quienes estamos dentro de ellas. Por eso usan telépatas. Reciben instrucciones directamente en el cerebro. Acceso directo. Un impulso de un compañero en la base avisa de que se solicita conexión y se habilita un canal de comunicación desde la nave.
No somos muchos. Tampoco les gusta que nos tratemos entre nosotros. Es algo que se evita a toda costa. Las relaciones estables entre nosotros están prohibidas. Más aun las de carácter afectivo. Bueno, no existe una orden taxativa al respecto, pero todos sabemos a que atenernos. Tratan de evitar que establezcamos alianzas entre nosotros, que haya algún tipo de insurrección o retincencia en el grupo a la explotación a la que somos sometidos. Ellos nos necesitan a nosotros, nosotros a ellos no. Vale, si su tecnología. En la presión ambiental de Júpiter es un milagro que las máquinas de extracción sean capaces de operar. Yo manejaba la máquina pero jamás comprendí la ciencia en la que se basa. Como ahora soy incapaz de entender el proceso que te ha hecho posible.
Doce trabajadores operaban en la superficie del planeta cuando fuí contactado. Durante mi turno, en aquellos 7 meses, murieron dos telépatas. Las naves a veces ceden y entonces se pliegan como pajaritas de papel dentro de un puño que se cierra airado. Sólo el absurdo valor del botín que le procuramos a la Corporación justifica que arriesguen nuestras vidas, porque nosotros también somos valiosos. Tanto por nuestro don como por nuestra rareza. Fui raptado siendo niño y entrenado durante mi infancia y juventud para el trabajo que desarrolle en Júpiter. 5 veces bajé al infierno y en cada una de ellas extraje material con el que comprar un mundo y terraformarlo. Es en lo que principalmente invierte la corporación las ganancias de aquella pequeña empresa subsidiaria.
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