domingo, 17 de julio de 2011

Cine y TV (33) / Gattaca - Andrew Niccol - 1997


Gattaca - Andrew Niccol - 1997

La vida en manos de Dios es el caos, pero un caos que parece tener un propósito, un orden subyacente, pulsar hacia un latido concreto. En manos de los hombres, los mejores posibles, la vida es eficiencia, precisión, pero carente de alma. Dolerse del sufrimiento de los otros, de sus imperfecciones, amarlos por ellas, o ensimismarse con la belleza del hielo que quema la piel porque le roba el calor, esa es la disyuntiva que se plantea en la película. Seguramente no hay un término medio, pero las lágrimas son siempre más puras y más sinceras que cualquier silencio que haga imposible las palabras, que reniegue de ellas, que no las necesite. La gente que puebla la película apenas conversa entre si, solo cuando hay una razón, una necesidad. El silencio reina en el edificio de Gattaca, un silencio plagado de pasos de gente que camina hacia un lugar concreto y con un propósito definido. En la maravillosa partitura que Michael Nyman compuso para banda sonora de la película hay un tema que ilustra esta idea, esta duda. Minuto y medio de música repleta de belleza, melancolía y lirismo. "In God's Hands" es una muestra del talento invertido en dar el acabado final al film, su aspecto visual y sonoro. Pero no nos engañemos, Niccol no plantea en su película un debate filosófico sino emocional, y moral en la medida en que la injerencia del Estado en los anhelos de las personas supone una transgresión ética.


Gattaca - Tema de la banda sonora: "In God's Hands" - Michael Nyman

"Eres un hijo de Dios", exclama Irene (Uma Thurman) cuando aquel a quien conocía como Eugene le revela su verdadera identidad, le confiesa llamarse Vincent y ser un "escalón prestado". En su actitud hay diversión cercana a la alegría. Y no sabemos exactamente porque. Como ya hemos dicho, a pesar de que el tema que trata la película se presta a ello, no hay la más mínima intención en el guión de adentrarse en el terreno escurridizo de la discusión religiosa. Tal vez el espectador por si solo se plantee ese tipo de debate. Pero Niccol no incluye señuelos en su guión para llevarle por este camino. Así que sospechamos que esa reacción espontánea de alborozo se debe al alivio que siente Irene al saber que aquel por quien siente una indudable atracción que ya le provoca estados emocionales que no puede controlar, que aquel que creía más allá de sus posibilidades, resulta ser un inferior. De lo inalcanzable pasa en un momento a ser alguien a quien desechar. El alivio y la ironía que supone esa novedad le provocan una carcajada. Luego asistimos al clásico enfado de la amante que se siente herida por el engaño del compañero y a un amago de chico pierde chica. Diría que esa es la única concesión que hace Andrew Niccol a lo convencional en la trama que urde, a lo que es habitual ver en una historia de amor. Todo el resto del metraje se dedica a apuntar las ideas básicas que trata de defender en su guión.

Estamos ante una anti-utopía, una distopía en el neo lenguaje de lo políticamente correcto. Ese género que inaugurara a lo grande Aldous Husley con la publicación en 1932 de "¿Un mundo feliz?", y que apuntalara George Orwell quince años después con "1984", la obra canónica del género. Por distopía se entiende la descripción de sociedades supuestamente perfectas atendiendo a ciertos criterios de eficiencia que, llevados hasta el extremo, derivan en sociedades enfermas por dentro, funcionales pero sin corazón, y en manos de gestores que no dudan en acaparar todo el poder con la excusa de proteger esa perfección lograda. Una anti-utopía sería por tanto un mundo en apariencia perfecto pero en cuyo interior se oculta la tragedia. Orwell quiso con su obra alertar sobre el peligro de los paraísos políticos, en concreto en del Comunismo. Huxley pretendió advertir sobre el riesgo de sustituir a Dios por la Ciencia y la Tecnología.

Gattaca muestra algunos de los rasgos comunes a todas las distopías. En especial la frialdad reinante en el tipo de sociedad mostrada. La perfección no requiere adornos para mejorarla o hacerla más agradable. Tampoco requiere del uso del énfasis, ya que la perfección ha de ser evidente, porque sino se desmentiría a sí misma. Son sociedades en las que se han suprimido tanto las angustias como las esperanzas al haberse alcanzado todas las metas buscadas. Por eso quizás los mundos descritos por Huxley, Orwell y Niccol carecen en apariencia de sentimientos humanos. Frialdad en las formas, en el tipo de relaciones que se establecen entre los ciudadanos. También en el aspecto de los escenarios donde tienen lugar. Así, algunas de las escenas interiores, que en la narración se corresponden con las instalaciones de Gattaca, fueron filmadas en el Marin County Civic Center de San Rafael (California), obra de Frank Lloyd Wright. Un edificio de insólita distribución, con un espacio central vacío alrededor del cual rotan los descansillos distribuidores de los diferentes pisos, que dan paso a las diferentes estancias del edificio. Una idea copiada hasta la saciedad en los centros comerciales de la actualidad.


Esa frialdad y falta de atención al adorno se extiende también a la forma marcadamente "retro", al tiempo que anacrónica, con que visten los personajes: Trajes oscuros de corte anticuado, sin excesivas diferencias entre los que llevan unos y otros. Corbatas también oscuras. A veces sombrero como los que llevaría un detective salido de una novela de Dashiell Hammet. Las vestimentas dan un textura visual a la película, un carácter muy marcado a la colectividad, pero que al tiempo que impide establecer grandes diferencias entre personajes. La perfección es igual a si misma y es superfluo tratar de distinguir a unos de otros.

La perfección exige el sacrificio de las aspiraciones del individuo a las de la colectividad. La distancia entre esta última máxima y a la tiranía es de apenas unos pasos. Y cuando la tiranía queda tan cerca más pronto que tarde alguien recorrerá la senda de la ambición para ejercerla. La genética ha logrado dotar a los individuos prefabricados in vitro de todas las virtudes físicas que antes el azar de la procreación sexual procuraba de una en una. Un genetista se los explica a los padres de Vincent (Ethan Hawke) cuando tratan de tener un segundo hijo. Éste no tendrá nada que ellos no tengan. Simplemente contará con lo mejor de ambos, será la mejor versión posible de ellos mismos. El nacimiento de su hermano Anton relega a Vincent a un segundo plano del que ya no podrá salir. Muy al contrario, será cada vez más las alternativas de futuro a las que tenga que renunciar. Y no solo por que Anton sea aparentemente mejor, más alto, más listo, más sano, sino porque nadie querrá invertir tiempo o dinero en él para educarlo, prepararlo para un cometido o contratarlo existiendo alternativas mejores y siendo su esperanza de vida tan exigua. Nada más nacer una de las enfermeras que asiste al parto le extrae una gota de sangre para poder determinar su genoma, y en él está escrito que su esperanza de vida no supera los 30 años.

Pero Vincent no acepta las reglas del sistema. Tiene un sueño, viajar al espacio, y cree tener aptitudes para llevarlo a cabo. Cree que un destino que merece. Suple la falta de talento por el disciplina y el tesón. Un día se marcha de casa, donde solo es un discapacitado, y emprende un futuro en solitario. Todo eso lo vamos sabiendo a medida que avanza la película por la narración en off de Vincent, lo que creo que es un acierto de guión. Nos acerca al personaje, a su modo de sentir, a lo que realmente es relevante, el modo en que funciona su corazón. El que la genética dice que dejará de latir casi con toda probabilidad cuando cumpla 30 años, pero que le dota de un coraje y templanza. La carencia convertida en virtud. La tara física que es suplida por un modo de sentir pleno, sin reservas. Vincent obtiene la motivación para abandonar la casa paterna tras vencer a su hermano por primera vez en un reto recurrente que tienen desde niños. Ambos nadan mar adentro, alejándose de la orilla hasta que el primero de ellos renuncia a seguir avanzando. Siempre es él quien lo hace, vencido por el miedo al saberse físicamente inferior, menos capaz. Pero un día, la víspera de su marcha, algo inesperado ocurre, el obtiene fuerzas de una reserva interior que nunca había sospechado que albergara. La carrera se prologa más que otras veces, la distancia que recorren es sustancialmente más larga. Avanzan sin que ninguno flaquee hasta que su hermano sufre un calambre y el fuerte debe ser socorrido por el débil para no ahogarse.

Años después vemos a Vincent, ahora convertido en Eugene, vivir la vida prestada de alguien que vio su carrera hacia el éxito truncada. Obtiene un trabajo en Gattaca, la central desde donde se planean los viajes a los planetas del Sistema Solar y desde donde despegan todas las naves. El pone su fuerza de espíritu, Eugene (Jude Law), el genoma que le permite hacerse pasar por un hijo de la genética y no de Dios. Toda la historia girará en torno a su necesidad de alargar el engaño unos pocos días más, después de haberlo llevado a cabo con éxito durante años. Necesita esos pocos días por que al término de ellos podrá despegar en una nave rumbo a Titán, una de las lunas de Saturno. Tiene pasaje en la misma como navegante. Ha adquirido un prestigio en Gattaca que ahora se ve amenazado por un homicidio ocurrido dentro de la empresa. Sometido de forma rutinaria a controles genéticos a través de la sangre y la orina, el cerco en torno a él se va estrechando poco a poco. De forma milagrosa ha podido esquivar algunos de ellos, siempre efectuados por el Dr. Lamar, que a menudo le comenta mientras los efectúa: "¿Le he hablado alguna vez de mi hijo? ¿Sabe?, le admira mucho. Recuérdeme que algún día lo haga". La orina que somete a la máquina es de Eugene. También la sangre que almacena en la yema de los dedos en una bolsa hábilmente disimulada. Cada vez que accede a Gattaca debe someterse a un control, que realiza de forma automática el torno de acceso. También debe pasar controles de forma periódica y aleatoria en el laboratorio del Doctor Lamar. Estos últimos son los más difíciles de sortear. Uno en que le debe ser sustraída sangre directamente de la vena del brazo da lugar a uno de los momentos de mayor tensión de la película.

Gattaca - Tema de la banda sonora: "Impromptu for 12 fingers" - Michael Nyman

La partida de la nave es su única meta. A ella se supedita el incipiente amor por Irene. es curiosa la elección de Uma Thurman para este personaje. A pesar de pertenecer a la élite de personas nacidas gracias al control genético, algunas taras en su secuencia de ADN le apartan de las mayores metas. Por eso se siente inferior ante Vincent, una de las estrellas fulgurantes del complejo Gattaca. Dicen que la perfección de Uma es el resultado de la suma de muchas imperfecciones. La propia actriz ironiza sobre su triunfo en la industria del cine a pesar de sus rasgos imperfectos, de tener una nariz excesivamente grande y unos ojos extraños. Es cierto que la belleza de esta actriz nace más un conjunto espectacular que de unos determinados detalles sobresalientes, aunque su mirada no me parezca para nada ordinaria. Bella, expresiva y muy poco terrenal, ya hizo su debut como actriz encarnando a la diosa Venus. Pero no tengo ninguna objeción en aceptar la impostura, tal como todo el mundo acepta la de Vincent. porque no es la teoría lo que importa sino la práctica. Al final el éxito en la consecución del objetivo perseguido por Vincent, viajar a Titan, es posible tanto por el compromiso basado en el amor tanto de Irene como de Eugene.


Gattaca - Escena - "Nada para la vuelta"


También el silencio cómplice de su hermano. Que regresa a la historia encarnando al detective encargado de la investigación del asesinato ocurrido en Gattaca. Sabe que su hermano no es un asesino. Pero si un impostor. Cuando ya no les es posible fingir que no se han reconocido el uno al otro discuten de forma acalorada. Anton le echa encara su mentira. El le replica desmintiendo que haya tal. El merece estar en Gattaca por sus aptitudes, por su esfuerzo. Ha suplido la desventaja de partida, de nacimiento, con trabajo, con espíritu de superación. Le recuerda como le venció la última vez que se retaron. Su hermano duda de la validez de aquel último desenlace. Vincent está tranquilo porque ya sabe cual es su propia valía. "No importa, pero te lo volveré a demostrar". Y una vez más le vence en su carrera mar adentro. La explicación de su seguridad antes de empezar la carrera estremece: "¿Sabes por qué te vencí?¿Sabes cual es mi secreto? Que nunca me reservé nada para la vuelta". Al escucharle uno no puede dejar de pensar que quizás ese sea no solo el secreto de Vincent, sino la fórmula para vivir la vida de una forma plena.

Gattaca - Tema de la banda sonora: "The Departure" - Michael Nyman

Pero antes del final aun nos espera una última sorpresa. Una variable que parecía haber sido eliminada de la ecuación adquiere un valor distinto de cero. Antes de acceder a su vuelo interplanetario debe someterse a un último control. Pero esta vez no lleva consigo muestras de orina de Eugene, así que debe aportar la suya. Mientras procede a llenar el fresco, sabiendo que está a punto de ser descubierto, justo a instantes solo de embarcar en la nave, le dice al Doctor Lamar: "Quiero que recuerdes que fui tan bueno como cualquiera y mejor que la mayoría". Y mientras el Doctor Lamar vierte unas gotas de orina en la máquina que efectúa los análisis insiste una vez más en su tema recurrente: "¿Nunca te he hablado de mi hijo? Es un gran admirador tuyo. Le hubiera gustado entrar en Gattaca. Desgraciadamente mi hijo no es todo lo que nos prometieron. Pero, claro, quien sabe todo lo que podría hacer. ¿No?". Esta última pregunta, que parece retórica, en realidad es una pregunta que le lanza mirándole a los ojos con una sonrisa cargada de ironía. Y cuando la máquina revela la identidad real de Vincent como un no-válido, un "hijo de Dios", añade: "Toma nota. Los diestros no se la sujetan con la izquierda". Siempre ha sido consciente de su engaño. Le lleva ayudando sin que el lo sepa durante años. Su motivo es por supuesto la esperanza de un padre que se hace factible viendo a Vincent, pero también una variable cuyo valor ha parecido ser cero durante toda la historia, pero que ahora sabemos, en los últimos minutos de la narración, que ha adquirido un valor muy próximo a su máximo. Es la solidaridad humana. Tal vez en manos de los hombres tampoco estemos tan desvalidos y solos como pudiera parecer.

Gattaca - Escena final

Vincent (mientras la nave despega): "Para ser alguien que nunca estuvo hecho a la medida de este mundo, debo confesar que me está resultando difícil abandonarlo. Claro que dicen que cada átomo de nuestro cuerpo formó parte una vez de una estrella. Quizás no me esté marchando. Quizás esté yendo a casa".

3 comentarios:

  1. Me ha encantado...

    No soy capaz de hacer un análisis tan profundo como tu, se me agolpan los pensamientos, y no se convierten en palabras, pero lo que me ha provocado es miedo...miedo a esa busqueda de la perfección hacia la que tendemos, la selección genética como cura de enfermedades es una bendición, pero como se plantea en esta película es...abominable...no quiero ser como los demás, a pesar de todo, no quiero, quiero mis imperfecciones, y mis limitaciones...aunque admiro el tesón, y la fuerza de voluntad de Vincent...su determinación para luchar por lo que quiere...eso si que lo envidio...

    Una escenografía genial, una banda sonora genial, y unos buenos actores...gran recomendación...tendré que seguir fiandome de tu gusto :)

    Bss!!

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  2. Gran análisis y, como siempre, excelente entrada (que me llevó leer la mitad del camino a la playa. Menos mal que la tenía en papel!!!!).

    Se hace raro comentar algo otra vez de una película que has usado para un trabajo de la Universidad. Creo que llegué a comentártelo: en el año Erasmus teníamos una asignatura en la que nos dedicábamos a ver películas sobre el futuro, el impacto de las sociedades y la narrativa. Dirás que qué tiene que ver con el periodismo y supongo que no mucho, pero creo recordar que era una asignatura troncal de la gente que allí arriba (en Suecia) estudiaba comunicación, media y film studies.

    Apasionante película que refleja una sociedad ¿que no existe? Le he visto ocho veces (claro, muchas para aquel trabajo) y me sé muchísimas partes de memoria. Y es la primera película que sólo he visto en inglés. Nunca nunca nunca he visto ni escuchado ni medio segundo de la versión doblada (no digo que sea mala, pero no quiero que pierda la magia).

    Me encantó, me quedé con el mal cuerpo de los personajes a los que veo en otras partes y relaciono con esta historia (principalmente Elias Koteas, qué ignorancia y a la vez qué impotencia y qué todo!) y siempre me ha parecido una gran historia. He de reconocer que antes de esta película ni Ethan Hawke ni Uma Thurman me gustaban mucho, y que después sólo logré que me convenciesen ambos en un par de cositas más.

    Vincent es un personaje fantástico que, como es inferior e imperfecto se rodea, sin saberlo, de gente que es todavía más imperfecta e inferior que él precisamente porque no son perfectos aunque debiesen: Eugene, Irene, el médico, su hermano, sus padres... Lo del médico es una puta genialidad, cuando gana la carrera es una maravilla, esa casa en la que se ve, se siente y se huele la sal de la playa es algo con lo que siempre soñaba un gran amigo mío...

    Y me encanta ese final tan abierto que te obliga a sacar tus propias conclusiones: ¿es la humanidad lo que lo soluciona todo? ¿acaso la perfección no es lo más importante si no se tienen dos dedos de frente, hay una responsabilidad para con los demás y se tiene compasión y solidaridad? Siempre me ha parecido brillante. Y me encantaba todas las dudas que me planteaba, siempre, en cada revisión.

    Hace quizá dos años que no veo la peli, quizá sea hora de verla otra vez.

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  3. Tercer intento...: Me encanta el análisis que haces de Gattaca, una película que he visto varias veces y es una de mis favoritas. escribes muy bien, se nota que eres un entendido.
    El personaje de Vincent me emociona por su afán de superación y su lucha personal...la música es genial, y el viaje a Titán, un sueño constante para mi.
    ENHORABUENA y un saludo

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