lunes, 11 de marzo de 2019

Rescates de Twitter (61 y 62) - Cejas y Molletes

Cejas

1.- Hoy, en Mega-construcciones, las cejas de mi chica. Son como un mural de Diego Rivera, como el friso del Partenón, toda la galería central del Museo del Prado, planta primera. Va a hacer falta un súper pantallón gigante para que quepan en el encuadre.

2.- ¿Y qué decir de los ojazos oscuros que enmarcan? Pues que tienen también dimensiones ciclópeas. Son arqueología de ciudades perdidas en un documental de la National Geographic. Machu-Pichi, Petra, Palmira, Corinto

3.- Iris con la tonalidad de la madrugada, rasgada con luz refleja de la luna llena de su rostro. Rasgos que son astronomía pretecnológica, contemplación sin telescopio, mientras espero a que amanezca la noche de los tiempos leyendo un libro de von Daniken.

4.- Su cuerpo megalítico, yace desnudo junto al mío en algún lugar dotado con poderosas fuerzas telúricas. Es vacacionar en Stonehenge cada vez que ponemos a prueba la resistencia del cochón viscolástico.

5.- Recordarme sin ella es remontarme a la prehistoria de mí mismo. No había en aquel entonces registros escritos de mi existencia. No hasta que peregriné hacia el pórtico de la gloria de sus cejas románicas.

6.- Talladas en granito bajo la catedral de su frente. Domo de piedra con la redondez del mundo. Entrelazar nuestros dedos como arcos de crucería. Rezar para que no cedan ante los nuevos credos nuestros dioses ancestrales.

Molletes

1.- Mi palabra preferida del mes: Mollete. Según el diccionario es un tipo de bollo de pan. Según quien me la descubrió también ese moflete tierno y carnoso que hay junto al pulgar.

2.- Es ese montículo con forma de cojín mullido que separa el dedo del resto de la mano. Al verlo dan ganas de hundir el indice en el para testar su grado de ternura.

3.- ¿Es factible, creíble, enamorarse de una mujer por el esplendor de sus molletes? Estoy tentado de decir que sí, porque siento que es lo que me ha ocurrido. Aunque supongo que ya venia enamorado de casa.

4.- Palabras de mi madre mientras tecleo estas reflexiones: "Estás sonriendo. Algo bueno te pasa". La lucidez cegadora que, de tanto en tanto, asoma tras el Alzeimer.

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