Perdóneme el atrevimiento de abordarla. Es usted asombrosa. Lo que desconozco es si esto que le digo es una afirmación o una pregunta, un ruego o un reproche. Lo que sí sé es que si la tutease (cuan parecidos los sonidos de los verbos tutear y tuitear) correría el riesgo de perder la compostura. Así que seamos cautos y formales, decimonónicos, vistamos los gestos para no desnudar los deseos en nuestra primera cita. Lo es desde este mismo momento en que accede a leerme.
Yo a mi vez la leo y casi puedo verla: inteligente, culta, ocurrente, juvenil, gentil, primorosa. Todo lo que mi imaginación anhela, y le aseguro que puede ser exhaustivamente creativa. Palabras en vez de rasgos, espíritu para suplir lo tangible, piel que se transmuta en escritura y me permite la osadia de rozarla, de adivinar su pálpito, de auscultar la temperatura de su cuerpo. Es usted cálida al tacto de mis ojos. Sería capaz de abrigar mi invierno, de derretir el hielo de mi glaciación y hacer que coagule en flores de primavera, de congelar el infierno solitario que habito con el celestial coro de su timbre. La leo y es como escuchar un coro de músicos angelicales como los que dibuja El Greco en sus inmaculadas. Así que permítame ser su arcángel San Gabriel y que le anuncie que está usted preñada de gloria.
Lo paradójico es que le hablo desde el anonimato. No del mío sino del suyo. Mi única esperanza de que se sienta aludida es que se reconozca en mis palabras. Pero una modestia en desacuerdo con sus méritos sería un contratiempo. Así que no le diré que es usted perfecta, la medida que colma el cáliz de la belleza, el segmento que cierra el trazo del círculo. Candor hecho geometría en el diseño sin contorno de una gota de escarcha. Temblor en la minuscula emoción de un pétalo agitado por la brisa. Permítame que sea abstracto, y un tanto relamido quizá, en mi boceto de usted, pero le eseguro que en el dibujo de mi imaginación sus pómulos están perfectamente perfilados y reclaman el tributo de mis caricias y de mis besos. Una deuda que estoy dispuesto a pagar en este universo o en el otro.
Ante todo me fascina su misterio, desconocer la clave que la descifra como enigma. Respira usted en cada frase y siento el vaiven de su pecho línea por línea en cada tuit. Trato de amoldar mi discurso al suyo para poder respirar su mismo aire. Porque conversar con usted es como cohabitar en un mismo espacio, como existir en el mismo universo puede que no solo virtual. Ya he sentido el prodigio de sentirla cerca cuando me habla. En el país de las ideas las distancias se desdicen si no se pronuncian y siento su voz cálida y próxima.
Así que, hábleme, se lo ruego, para poder poner norte a mi desatino, para poner brújula a su embrujo, para señalarme un horizonte a mi mirada. Su voz abarca los cuatro puntos cardinales y necesito el aplomo que me transmite su acento para lograr abarcarla. Hábleme además para que en mi réplica pueda ser excesivo, para que pueda explicarle lo que mi corazón alberga, lo que me hace sentir y que no siento, que no quiero reprimir, porque es puro e inocente como el idioma construido por el párvulo alumno de su ternura. Besar su frente quisiera.
"Brakout" - Swing Out Sister
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