martes, 19 de junio de 2018

Soy lluvia

Soy lluvia

“Soy lluvia”, me dijo, y desde entonces soy incapaz de encontrarla en mis días soleados. “Me precipito sobre el mundo desde todas partes. Tras de ti. Ante ti. En uno y otro horizonte”. Ahora su risa, que hasta entonces me mostraba la luz, es bruma que enmascara las formas. Sólo vi en su revelación lo que hasta entonces era un secreto, presencias ocultas, colisiones en la niebla, la existencia de un tercero. Si al menos yo hubiera sido el segundo…

Y ahora soy yo quien la traiciona, porque me dijo: “explícalo; cuenta que fui nube antes de ser río, que soy capaz de impregnar el mundo, de regar lo baldío y volverlo fértil”, y si ahora vuelco estas palabras en el suelo es con la esperanza de que se mezclen nuestras aguas, de que mojen sus pies descalzos antes de que viertan sobre su cauce. El agua siempre vuelve a su origen, la escorrentía siempre discurre pendiente abajo en la ladera por el camino más corto. Me evaporo al tiempo que tú, camino por el aire contigo, ¿es que acaso no lo ves? Esa es la tiranía de la lluvia, que es para todos y por tanto no pertenece a nadie. Lo moja todo, da vida a todo, se escurre entre los dedos, está aquí sólo para poder ir a otra parte. Ahora estás con él aunque te sigas precipitando sobre mí en este otoño infinito.

En ningún lugar más factible la lluvia, me digo, que en el paisaje de tu tierra, que entre los umbríos robledales, que sobre las rosas y las genistas. Rojo y amarillo que tiñen las gotas de crepúsculo y mediodía, de euforia y melancolía, de manso aguacero y tormenta. Eres lluvia y por tanto eres musgo, eres lluvia y por tanto eres hierba y eres hoja, los mil tonos de verde dibujados en la floresta. Eres lluvia y por eso lo nutres todo para luego no ser nada, nada más allá de la promesa de la materia, que fecundo potencial de vida. Eres lluvia y por eso eres mía aunque seas de todos, un paisaje común que iguala los estados de ánimo en quien a contemplarte se atreve, espíritu que rezuma y exhala como la ropa mojada, morriña de incierto motivo, cielo nublado pero también rompimiento de gloria. Imperdonable es que haya tardado tanto en comprenderlo. Más lo sería sino lo celebrase a pesar de mis lágrimas.

Ton Petty - "Free Fallin"


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