Soneto Dos
Al lanzar una mirada al firmamento
Espiando las parcelas restringidas
territorio de luceros descarnados,
mil hileras de encendidos plateados
flanqueando silenciosas avenidas.
Al igual que aquellas ánimas perdidas
que dormitan en lugares alejados,
las estrellas de metales sustentados
por fulgores de pasiones desmentidas.
Ellas serán la razón que yo presiento
que pudiera acabar en imposible
al lanzar una mirada al firmamento.
Una razón que abarcase todo cielo,
que fuese mar constelado y extensible
en que navegan tanta luna y tanto hielo.
1 de agosto de 1984
1, 2 y 5 de septiembre de 1984
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