Esta película me gustó mucho, y es la única de Sofía Coppola que he podido soportar sin parar el dvd y marcharme con mi vida a otra parte. Sé que ha hecho cosas muy buenas y sé que Las Vírgenes Suicidas es casi una obra de arte, pero a mi sólo me convence aquí. ¿Sabes por qué? Quizá ni siquiera ahora, que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que vi la peli, pueda explicarlo con claridad. Pero se debe al cariño instantáneo que te obliga a sentir por Bill Murray (que a mi nunca me ha convencido demasiado). Scarlett me encanta, y me suele gustar esté bien, mal o regular. No soy objetiva al respecto. En esta película me sorprendieron ambos muchísimo. Recuerdo sentir mucha pena y a la vez mucha preocupación: tenía claro que uno de los dos iba a morirse frente al otro, lejos de todos y sólo cerca de extraños que, al final, quizá era quien mejor conocía al otro. Me gusta el párrafo que le dedicas a "la lucha ante la resignación". Es algo que odio, y me gusta la actitud de ambos ante las cosas que se supone te da la vida y tienes que tragar. La película me da mucha pena, no sólo el final sino todas y cada una de las escenas que tienen juntos. Recuerdo verla y preocuparme de qué iba a pasarles y cómo. Me parecen, a mi también, muy buenos personajes y una gran elección. Aparentemente son gente que no 'pega' y transmiten un 'algo' que si no te hace sentirte identificado (a mi sí, dependía de mi estado emocional en aquel entonces. como bien resumes en "No se trata de amor sino de una necesidad aun más primaria"), al menos te mete en la película. Otra que me encantó de él fue 'Broken Flowers'. Me parece una película buenísima, y también muy dura. De esas que golpean una y otra vez, incluso después de terminada.
Contestación al comentario de ainhop sobre Lost in Traslation
No soy fan de Sofía Coppola. de hecho creo, salvo error u omisión, creo que es la única película suya que he visto. Y su labor en ésta en concreto me parece al menos discutible. Como ya he dicho, más que una pelicula completa me parece un esbozo. Se beneficia de algunas felices coincidencias o, si se quiere, de decisiones muy acertadas. Felices. Como la elección de actores, algunas imágenes, más fotografía que cine, que han devenido en iconos visuales de la película. Me refiero, por ejemplo, a esa imagen de Murray en bata sobre la cama, como una ballena varada en una playa sin intención ni capacidad para moverse. La noche, la extrañeza que le causa la ciudad, el jet lag, la soledad impuesta e soledad interior que trae de su hogar, todo confabula para su estado de perplejidad que no es capaz de combatir con nada. También me refiero a la mirada de Johansson a través de la ventana. Al margen de la belleza de la composición, que da pie a poster bien aparentes, parece una metáfora visual al tiempo del deseo de morir mediante un suicidio, y del deseo de vivir, de ser parte integrante de la ciudad que está a sus pies. Ella no se siente en comunicación con nadie, le cuesta integrarse en los grupos. Sobre todo en los que le propone su marido. Tal vez la simplicidad de las propuestas de la película sea la razón de que sean tan sugerentes, tan propicias para las multiples lecturas. Supongo que eso debe ponerse en el haber de la directora.
Se que me adentraré en el territorio de lo sospechoso, pero de Scarlet me enamoré en "El hombre que susurraba a los caballos". Su interpretación de la amazona accidentada es prodigiosa. Desde entonces se ha dejado llevar por el valor seguro que constituye su propia belleza, del aura de tranquilidad y ternura que la envuelve, y que hace casi innecesario lo demás, que se esfuerce en la interpretación para que nos guste verla en una pantalla. Esa belleza alcanzaba su punto culminante en la película que constituyó su debut. Lo se, es muy poco conveniente decirlo, por su edad entonces, pero es cierto. Conserva de entonces su dulzura, habiendose producido una mejora en su cuerpo que es evidente. Pero la estructura de su cara se ha alterado para mal. Las facciones son las mismas, igual de hormosas, pero su rostro se ha alargado y el conjunto ha sufrido una merma en belleza desde ese momento de rubia perfección. Scarlet tiene mucho de mujer-ninfa que conviene a la historia que se nos narra, la de alguien que busca cobijo en una figura al tiempo que paternal necesitada asimismo de cobijo.
Y Bill Murray es el paradigma del hombre agotado en lo personal. A veces creo que encuentra en la chica que conoce en el hotel el interés para sus teatritos que su mujer ya no le concede. Tengo la impresión de que el actor pierde con el doblaje, que ese componente tan cargante que tienen sus actuaciones lo acentúa quien le pone voz en España. Hay un toque lastimero en la voz de Murray en algunas escenas que he visto en versión original que no encuentro en su versión doblada, y que incrementan esa simpatía hacia el personaje, la de un náufrago sobre una tabla en medio de un océano, no se sabe si en calma absoluta o azotado por la tempestad. Pero una pizquita de patetismo que explica la doble atracción que siente la chica por él, al verlo como un figura paterna al tiempo que necesitada de su componente maternal. Cuando uno flaquea el otro se convierte en su santuario. Puede parecer un modo de amar imperfecto, pero autosuficiente, por ser el otro al tiempo fuente y receptáculo de sentimientos.
Yo también estaba preocupado por ellos durante la película, pero por saber que el tiempo de estar juntos iba a expirar en pocos días. Más por ella que por él, que sin duda volverá a vivir aventuras extramatrimoniales en otros destinos. Al principio por dentro les instaba a conocerse, por que intuyes desde el primer momento cual va a ser el tema del film, y sabemos que hay poco tiempo para que se nos narre. Una vez que las miradas cómplices son evidentes el tiempo empieza a ser un factor en contra. El pospone su marcha, para seguir con ella, es evidente. Hasta entonces había sido como una ballena varada en la playa, aburrida y dando manotazos con las aletas al aire. Tras trabar amistad con ella se convierte en un delfín que juega mar adentro, un acróbata ocurrente y divertido. Pero la prórroga es solo de un par de días.
La escena en que se lía con alguien del bar no se que sentido tiene salvo el de acelerar la maduración de su relación, que requiere por el tiempo disponible que acelere su proceso. Ella evidencia unos celos que dan pie a que ambos se den por aludidos en cuanto que allí se cocina algo más que una bonita amistad. Esa necesidad primaria, si se quiere, de algo que se vuelve imprescindible cuando se obtiene, irrenunciable. Algún tipo de nexo entre personas, que cuando se trata de hombre y mujer rara vez se mueve por el territorio de lo claramente definido.
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