Paisaje después de la batalla (1) - El S.S. Patna
Eso es lo que ha sido siempre todo esto, una batalla, aunque a alguno la evidencia le llegue ahora, más o menos de sopetón, después de dos años largos de estación de las flores. Para Primera Blanca Twitter siempre fue un ámbito que conquistar, que hacer suyo, de su propiedad, su bastión desde el que emprender aventuras más ambiciosas. Bueno, si hemos de ser precisos, Twitter era un ámbito que defender, porque lo ocuparon casi sin oposición, y establecieron una ditadura férrea, incluso antes de constituirse en asosiación. Para los primaverólogos titulados, que los hay, queda el delucidar si los participantes en el conciábulo, esto es, en el ya famoso foro de debate, coincidían o no con los dirigentes reales en ese momento coyuntural en que debatían sobre cosas no explícitas como, por ejemplo, poner las gradas del Bernie en contra del palco de autoridades. Para mí que no, que apenas había solape entre unos y otros. En todo caso, todo lo más, algunas coincidencias dispersas. Incluso quien llevaba la voz cantante, el Fumanchú del foro, su alteza imperial, hegemónica y con un hambre insaciable y onmívora de poder, era un simple vocal en la directiva de aquel entonces.
Esto de Twitter tiene mucho que ver con el ego. Con tener mucho y no aguantarte callado sin dar tu opinión, aunque nadie te la pida y a pocos interese, o con tener poco y sentirse alguien cuando te hacen un poco de caso. No digamos ya si uiteas y se hacen eco de lo que dices con un RT, un fav o un contestación laudatoria. No sabría decir cual es la justa medida del ego, pero casi todos pecamos o por exceso o por defecto, y no creo que sea mejor una cosa que la otra, aunque apabullar al prójimo con tu personalidad es casi siempre bastante más cargante. En ese extremo andaban la mayoría de los integrantes del foro, en epecial el führer de todos ellos. Quizá tuviera razón Manuel Matamoros cuando me tildaba de tarado. Decía en el escrito que me dedicaba en Zoom News, aunque sin nombrarme, que de valentía anda muy justo, aunque parezca lo contrario:
"[...] Si el tarado va sobrado de músculos, se comunicará dando palizas. Si es de culo gordo, lo hará dando la paliza. Estos sufren el síndrome del cuñado avisado: los tarados de culo gordo son pelmas"
Podría haberle dado la razón, al menos en parte, en el retrato que hacía de mí si no hubiera sido por la evidente falta de empatía de este señor. Es muy relevante la fecha del escrito: 26 de diciembre de 2013. Y lo es por dos razones: 1) Indica que esta batalla de la que hablo tuvo su transcurso y su inicio hace mucho, al menos hace un año; 2) Y que algunos corazones de granito no dan tregua al enemigo ni siquiera en Navidad. Me imaginé en su momento al señor Matamoros redactando su artículo sobre los tarados de las redes sociales mientras al tiempo, entre párrafo y párrafo, envolvía los regalos de Papa Nöel para sus nietos, y la imagen me dijo mucho sobre este personaje, sobre sus sombras. Que las luces ya las habíamos visto mucho, y hasta nos habían deslumbrado y paraliuzado como a las liebres los faros de los voches en la noche cerrada. Normal que Primevrea Blanca nos atropellara a unos cuantos.
El realidad la edición del artículo estaba prometida para el día de Noche Buena. Esa era el compromiso adquirido y también la amenaza proferida en el artículo previo. Pero supongo que alguno de sus muchos asesores le debió advertir del disparate y hacerle entrar en razón: Si te topas con un pobre,aunque sea de espíritu y no en dineros -tampoco voy muy sobrado- en fechas tan señaladas en toda coso le sientas a cenar en tu mesa no le das una paliza dialéctica. Queda feo, creo que estamos todos de acuerdo. En cuanto a lo de tener músculo o grasa imagino que se me ha de incluir en lo segundo, aunque tras el ictus que tuve en la primavera del año pasado, es decir, para cu8ando leí ambos artículos, el culo me había adelgazado bastante. Perdí 18 kilos en la báscula y, sin ser un Adonis -no me compete ni por belleza natural ni por edad-, algo menos desagradable resulto ahora a la vista.
Pero el inicio de la batalla ni siquiera data de entonces, es muy anterior. Devora también otras Navidades, las de 2012. Allá por 2011 yo era un tipo relativamente feliz en el universo virtual. Escribía para tres webs madridistas distintas, las tres más relevantes de aquel entonce,s en mi modesta opinión, y si tenía poco ego fuera, aquí dentro iba casi sobrado. Ración y pico al menos. He de reconocer que me sorprendía la frialdad con la que me trataba Primavera Blanca. Por tratar de acercarme hasta les escribí alguna loa que ahora me sonroja. Pecadillos de juventud tuitera. ¿Cómo no voy a entender a quien aun hoy se les arrima, ya sea por interés o por genuina admiración hacia la tarea que desempeña la asociación? A los que ya no entiendo es a quienes se obcecan incluso después de ir avisados, a los que se agarran a la rama como si en el empeño les fuera la vida (virtual), clavando las uñas en la corteza hasta sangrarle sus dedos porretos, todo con tal de no caerse del guindo. ¿Que por qué eran tan fríos conmigo? Por escribir en una de las esas tres webs antes mencionadas? Me costó averiguar cual de ellas era. Pero cuando lo supe es cuando empezó a cuadrar todo. Tenía Primavera Blanca en su web oficial una lista de lecturas "obligadas" para el buen madridista que, analizada de cerca, no dejaba de ser tráfico de influencias. ¿Es lícito la práctica de loa recíproca en interés mútuo, tan habitual en Twitter, al margen de las verdaderas opiniones sobre el otro? Supongo que sí, auqnue a mí no me salga bien. Supongo que son cosas de tarados. Pero a Primavera Blanca la suponíamos otra cosa. En algo muy por encima de los compadreos y las mezquinas rencillas entre egos. Nos había calado hondo su imagen inmaculada por encima del bien y el mal, su imagen de Cristo caminando sobre las aguas en plena tormenta mediática. Ese Manuel Matamoros en perpetua meditación en el Huerto de los Olivos mientras algunos de sus san pedros le rebanaba la oreja a un periodista. Pero para exigir una pureza ética casi pristina, como ellos hacían, hay que estar muy limpio, y no solo por fuera, hasta detrás de las orejas, también por dentro, en el corazón. Eso es lo que creo que siempre le ha faltado a Primavera Blanca: músculo cardiaco, humanidad. Sentimiento por lo colectivo, por el Real Madrid en definitiva, en detrimento del mero interés personal, del ánimo de lucro pecuniario y ególatra.
Ir descubriendo quienes eran en realidad, con nombres y apellidos, con nicks y avatares si se prefiere, fue una auténtica desilusión. No se me daba bola porque escribía en una web de la competencia, del enemigo, algo tan sencillo como eso. Y lo curioso es que el enemigo también era, o lo había sido, parte constituyente de Primavera Blanca. Ser primaveros es como el pecado original del que debemos bautizarnos los que antaño fuimos tildados como los yihadistas de Twitter. Bautizo casi siempre oficiado de forma muy traumática, con una aguadilla que las más de las veces te ahoga en las aguas del olvido. Un ex integrante de la asociación me confesó en cierta ocasión que había recibido consigna de no leerme, de ni siquiera tratarme en las rdes sociales. ¡Mi blog estaba en el índice de lecturas prohibidas confeccionado por el Vaticano madridista! Y no solo era pecaminoso per se, también había escrito para lecturas prohibidas.
¿Faltaba alguno de los principales macarras más conocidos de Twitter entre la directiva de Primavera Blanca? Para mí que ninguno. Estaban @Jarroson y @Haiku, los hamburguesos y El Socio. Estaban todos los que se dedicaban a percutir las 24 horas del día con el prójimo en las redes sociales. La policía del pensamiento, para entendernos, los tioburones de los mares cálidos y sus rémoras, todos esos que viven de picotear en los escraches que realizan los escualos gigantes. ¿Cómo podía semejante tripulación llevarnos a buen puerto? Para mí todos esos energúmenos que debatían en el foro eran como la oficialidad del S.S. Patna, el barco de pasajeros en el que embarca como primer oficial Lord Jim. La historia de la novela de Joseph Conrad imagino que se conoce pero, por si acaso, la resumo en unas pocas líneas: El S.S. Patna navega ca,ino de Oriente Próximo cargado de peregrinos para La Meca. A mitad del viaje se declara una terrible tormenta en el mar. El barco, que es muy viejo, parece estar a punto de naugragar. Al caer la noche la tripulación, presa del pánico, deserta en pleno, y lo hace sin alertar al pasaje y en el único bote salvavidas con el que va provisto el barco. Al alba, cuando llegan a puerto, al entrar en la dársena, avistan al S.S. Patna atracado en el muelle. No solo es la ignonimia de haber desertado del cometido, que debería ser considerado como sagrado para cada uno de ellos, es además la vergüenza de que sea público su proceder ignominioso. Esa imagen de los directivos de Primavera Blanca y sus amiguetes, muchos de ellos ni siquiera socios, disfrutando de unas localidades casi gratis en la final de Lisboa que deberían haber sido para otros, y el mal trago para ellos de que trascendiera a Twitter el compadreo con el club, con el que se suponía que iban a ser criticos e independientes, es una estampa que me parece que guarda mucho paralelismo con el de la tripulación del S.S. Patna viendodesde su botecillo salvavidas, con las mandíbulas desencajadas, el barco sano y salvo tras la tormenta. El madridismo tuitero ha podido sobrevivir perfectamente a Primavera Blanca. Todo lo más nos hemos llevado algunos arañazos algunos. Pero el conocimiento siempre es un artículo que se adquiere barato por muy alta que ea la factura que haya que pagarse.
Primavera Blanca supo dar con el artículo exacto que todos los madridistas, que todos los yihadistas camino de La Meca queríamos comprar: Un trato justo para nuestros colores en los medios de comunicación. Y supo acertar con los jefes de marketing. todos esos voceras de Twitter que tanto cautivaban, cuyos holas por la mañana batían record de retuits y favs. Lo malo es que el artículo que nos vendió estaba obsoleto cuando quisimos usarlo. Compadrear con el club lo convirtió en inservible. Una transacción, la de su venta, que creo que estaba implícita en sus orígenes, aunque no se explicitase, porque es lo que querían ser desde el minuto uno, parte integrante del Real Madrid, de su tele, de su grada, de su directiva... Y creo que lo que Primavera Blanca le ofreció a cambio al Real madrid fue su dominio del ámbito del que se creían dueños, que habían ocupado casi sin oposición. Y por eso creo que es una batalla acabada, porque ya no son nada en las redes sociales. Pero de eso ya hablaremos más adelante. No sé si en Navidades. Tendría su aquel hacerlo entonces, su poquito de justicia poética.
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