viernes, 20 de mayo de 2011

Nevaba

Nevaba
Viernes 17-8-2010 12:58 am

Te seré sincero, tras leer lo que me has escrito, bueno, algunas frases concretas, he sentido unos poderosos deseos, casi irresistibles, de estar ahora mismo viendo nevar en Alaska. Dios, que no es mal tipo después de todo, me ofrece para mañana un viaje hasta la localidad de Hernani. Otra noche de hotel en la que soborearé la libertad de hacer lo que quiera, mirar la tele o dormirme mientras la escucho. Seguramente si me pusiera escribir podría trasplantar esta sensación de vacío perfecto que tengo a la cuartilla en blanco, extirpar la hiedra, despejar el paramento de aguas arriba, derramar este vacío perfecto colmado de perplejidades. Y seguramente lo escrito sería de mi agrado. Guardé algo de sentido común en algún estante de la alcena, eso casi puedo prometertelo. Pero ahora mismo está donde no lo alcanzo. Debo haber encogido como persona. Debo haberme replegado hacia mis últimas líneas de defensa, hacia mis últimas consecuencias lógicas. Recién anochecido y ya urge la luz. Ver nevar en silencio, esparcirse el blanco en todas direcciones, hablar sin decir nada, carecer de significado, callar sin ser un acto de deliberada escucha. Tras leer lo que has escrito, he pensado posponerlo todo, especialmente el futuro, retrasar cualquier cosa que quedara pendiente, saldar cuentas, repartir los réditos del fracaso. La nieve que se derrite sobre mi piel caliente es un acertjo cuya solución no acierto. Palabra a palabra y apenas avanzo. Escribo sobre la nieve. Signos por si alguien me sucede. El paisaje nevado es una inmensa cuartilla. Un adiós es lo apropiado. Después de lo dicho solo la nieve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario