Soneto Catorce
Figúrate (Geografía del pensamiento)
Figúrate, no más penumbras, no más cadenas,
y poder caminar las horas que el día ofrece,
una sombra herida por la luz que brota y crece,
tus manos, mis manos, en agua de vida llenas.
Figúrate, no más desierto, no más arenas,
y poder recitar la senda que resplandece,
una pena de amor que en el amor se adormece,
unas alas, tus alas, en ansias de cielo plenas.
Piénsalo, el horizonte como única meta
y ay parar siempre, deseo, victoria y camino
y ver resurgir el sol desde su derrota.
Piénsalo, una franja ancha de vida quieta
hecha solo para ser vivida y ser destino
y la furia del ser profundo que al fin explota.
5,7 y 8 de noviembre de 1984
A Margarita
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