"Longitud", de Dava Sobel
En la incipiente recuperación de la pasión lectora que tuve antaño, tarea en la que estoy embarcado, tras acabar la lectura de "La novela blanqueada", libro de Iván Tólstoi, intenté la lectura de una novela. Elegí, creía que con buen criterio, una de Charles Sheffield, escritor de ciencia ficción que me entusiasmaba hace un cuarto de siglo. El heredero de Arthur C. Clarke, en lo que los anglosajones denominan Hard SF, ciencia ficción con sólida base científica. Pero a las veinte páginas había perdido el interés. Ya apenas me seducen las historias imaginadas. Tengo que intentarlo con Kundera, que acaba de editar una nueva novela tras catorce años de silencio. Para mí es el maestro, sus narraciones son casi reflexiones en voz alta, con la formulación de ideas brillantes con una cadencia de casi una por minuto.
Pero mientras me llega esa oportunidad de comprobar si mi interés por la novela es ya algo del pasado, he decidido esta tarde intentar la lectura de un libro que compré en 1997, cuando era un best-seller. "Longitud", de Dava Sobel, una escritora científica estadounidense que escribe ensayos de divulgación que parecen narraciones noveladas. pues sí, es la búsqueda de la misma emoción, o de una parecida, pero en otro género. Escribir es transmitir historias, y cada vez aprecio más aquellas en las que el escritor no trata de inventar tanto y se centra más en tratar de emocionar más partiendo de datos reales, no imaginados. La elección ha sido un éxito pleno.
Instalado en el capítulo quinto del libro estoy totalmente fascinado por su desarrollo. Tengo claro que no abandonaré su lectura hasta que lo acabe. De eso se trata. Trata sobre la resolución de un acertijo de primerísima importancia en buena parte de la historia de la humanidad y que ya se ha olvidado: La datación de la longitud en la navegación marítima. Problema que tuvo de cabeza a todas las naciones embarcadas en la lucha por el dominio de los mares, España incluida, y que no se resolvió hasta el siglo XVIII. De la prioridad que se dio a intentar su resolución sirva como ejemplo que los dos primeros grandes observatorios astronómicos modernos, el de Greenwich y el de París, se crearon con ese fin, y para abordar la tarea por vías diferentes. El primero para observar con la mayor precisión posible el desplazamiento de la Luna sobre el fondo de estrellas. El segundo, para medir con exactitud los eclipses de las lunas de Júpiter. Un remanente de la vía francesa fue la primera medición de la velocidad de la luz.
La moraleja de todo esto es que por mi casa hay esparcido suficientes libros interesantes sin leer como para que no tenga que volver a comprar ninguno. Lo cual es un drama para un cazador de libros como yo, que antes los compraba por kilos.
@Eva Lalusquis: "Tengo empezados "La Insoportable Levedad del Ser", "El guardián entre el Centeno" y "El Haiku de las Palabras Perdidas", y de poesia ni te cuento... Echo de menos los tiempos en los que leía un libro del tirón...".
@Rokko69: "Eva, yo cometí en su día el mismo error que tú. Los libros de uno en uno, por muchas ganas que tengas de coger el siguiente, de picotear aquí y allá degustando al capricho. Acabas perdiendo el rumbo y no centrándote en ninguna de las lecturas que abordas en paralelo. El de Kundera, que citas en primer lugar, lo dejé a medias por ese mismo motivo, aunque me estaba entusiasmando, y tardé muchos años en retomarlo para completarlo. Desde el principio, claro está, como debe ser, como debe degustarse un libro, porque, además, es uno de los más bellos que recuerdo. Está muy por encima en calidad y capacidad de arraigo en el interés que los arranques de García Márquez, que tanta fama tienen. Por cierto, el libro de Dava Sobel lo estoy leyendo en la edición de Editorial Debate, la canónica en España. Pero esta editorial la absorbió Planeta, que eliminó la mayoría de las colecciones del sello. Un auténtico estropicio, pero una bendición para los cazadores de libros como yo. De repente había toneladas de ejemplares a precio de saldo, libros maravillosos maarvillosamente editados (la maravilla al cuadrado) en los VIPS, libreros de viejo y en las rebajas de El Corte Inglés".
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