lunes, 18 de noviembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (149) - ...Y este pícaro gordito se lo comió



Hay guerra de ultras en el Real Madrid
Alfredo Relaño
Diario AS - Madrid - 18/11/2013

Cuando Laporta se enfrentó a los ultras en el Barça y literalmente los sacó del estadio pensé que su ejemplo cundiría. Es de esas cosas que hasta que alguien se decide a hacerlas nadie piensa que sea posible. Por eso, porque demostró que era posible, pensé que lo harían otros. E, ingenuo de mí, pensé que el primero en imitarlo sería el Madrid, al que le hubiera correspondido. Pero no. Los ultras siguen ahí, y el Madrid hasta permitió a una delegación, escoltada por miembros de seguridad del club, salir al campo a darle una placa de plata a Mourinho en la bocana de vestuarios el día de su despedida.

Habían estado cantando durante el partido ‘Marca y As, cámara de gas”, asunto sobre el que esperé, en vano, que se interesara Antiviolencia. Pero no. Prefiere lucirse en otras cosas. El Madrid no sólo no acabó con los ultras sino que, como todos los clubes, está en buena resonancia con ellos. La cosa consiste en repartir ciertas prebendas y así se puede ejercer un discreto control sobre ellos. Un suponer: con Mourinho hasta el final, y contra la prensa, que le persigue porque quieren hacer las alineaciones. Otro suponer: no gritéis ya a Casillas, que Mou ya se ha ido y la Champions está por encima de todo.

Lo malo es que esas prebendas despiertan la codicia de los que no mangonean. Y a los ultras dominantes se les enfrentan ahora los que vienen detrás en edad, pero no en atrevimiento. Ya ha habido pelea entre ambos sectores, pelea de verdad. Eso es nuevo. Ultras de distinto color se han aporreado gozosamente allá y acullá desde hace mucho. Ultras del mismo color en guerra civil se me hace nuevo. Un problema desagradable en el seno del Madrid, un problema sobrevenido porque Florentino no hizo lo que Laporta, no sé si por cobardía moral o por conveniencia. Aún está a tiempo de hacerlo. ¿Querrá?



Y este pícaro gordito de lo pícaro gordito

¿Cuantas veces habré leído en Twitter y en los blog madridistas la parábola del necio que le señalaban la Luna y se quedaba mirando el dedo del guía?¿Cuantas veces se lo habré escuchado contar en los podcast a los cabecillas de Lo Wonder? Ojalá me dieran una moneda de 5 céntimos por cada vez. Si así fuera tendría dinero suficiente para pagarme el viaje y la entrada para ver la final de la Décima. Y si contratará el pack a Ultra Sur me sobraría incluso para celebrar la victoria dando la vuelta al mundo. No viene mal poner tierra de pro medio cuando se dicen algunas cosas. ¿Para qué servirá la libertad de expresión y la tarima de orador que se supone que proporciona Twitter si hay que esperar a ver que dicen los demás para no ser estridente al expresar las propias opiniones, cuando no hay que esperar a que se personen los jefes para que den la opinión oficial sobre los temas? Para ser uno di noi, uno de ellos, hay que opinar como el resto de la tropa, marcar el paso al compas. En caso de duda hay que disparar al pianista, que además está gordo y lleva gafas, y por eso da aun más rabia su perorata en el periódico. "Mike nunca toco muy bien el piano", le dice Robert Mitchum a Arthur Hunnicutt en la escena cumbre de El Dorado, la película de Hawks. Tienen que entrar en la cantina del pueblo, donde están todos malos reunidos en cónclave, y mientras se deslizan subrepticiamente por la puerta de atrás, sin ser vistos, al amparo de las sombras, esuchan a Mike amenizando la reunión con una de las canciones de su repertorio. "Es verdad. Y tirotearle el piano tampoco le ayudó mucho", contesta Bull Harris, el personaje que interpreta  Hunnicutt, antiguo corneta del ejército Confederado y que, por eso mismo, se siente habilitado para hacer críticas musicales. Y es que en una escena anterior un fugitivo se había escondido tras el piano de Mike y para sacarle de ahí, Mitchum, el sheriff Jean Paul Harrah en la película, le había convencido usando balas en vez de palabras. Mike trata de no desafinar, pero algunas pero a su instrumento le faltan notas y le sobran disonancias creadas por los agujeros de los disparos. Eso le pasa a Relaño, al que tampoco le valoramos su esfuerzo. Trae a colación un tema de candente actualidad, ineludible en mi opinión, de enorme calado y trascendencia, y solo nos fijamos en lo mal que escribe, solo nos acordamos de las muchas veces que ha escondido tras sus editoriales al forajido de turno. El gordo Relaño tiene las dedos tan gordos que a veces golpea dos teclas a la vez cuando desgrana una melodía. Eso no le ayuda, pero tampoco que le hayamos tiroteado el instrumento un montón de veces. Su melodía de hoy a algunos les sonara francamente desafinada, pero la tonada es totalmente reconocible, y no es el "Claro de Luna" de Debussy. Ni siquiera el de Beethoven. Es una pieza mucho más heavy. No, hombre, "Lobo hombre en París" de La Unión tampoco, esa es demasiado popy y ochentera. No, me refiero a un asunto algo más rotundo, más primario y esencial: ¿Qué está pasando en los Ultra Sur?¿Qué tiene que ver lo que les pasa con lo que le sucede al Real Madrid? ¿Qué puede explicarlo y que consecuencias tiene fuera del ámbito del grupo? Ese es el tema, si es que hay alguno. Hablar de Relaño, de lo canalla que es, o lo mal periodista, es quedarse mirando el dedo que nos señala la Luna. El dedo pulgar, claro está. Por lo gordo, digo. Señalar con el pulgar hacia el cielo, en este caso el nocturno, es el mismo gesto  que el que determinaba la vida para los gladiadores caídos. Yo hoy salvo a Relaño porque se ha batido con coraje. El tema es escabroso, uno de esos que apetece no cruzar o, en todo caso, vadear de puntillas, sin salpicar mucho, para que nos se despierte la fiera.

Sucedió en los instantes previos al partido de Liga contra La Real Sociedad en el Bernabéu. Estábamos a la puerta de uno de los bares de los aledaños del estadio. Comiendo pipas con ansia. Basta con que te lo prohíban para que se te vuelva imposible sortear el vicio. A mi padre el que le dijeran que no fumara le servía de excusa para enfadarse y encenderse un cigarrillo para calmar los nervios. Comer pipas, además de un goce, no sé si decir gastronómico, se convierte para nosotros en un acto de rebeldía, en una contraseña para acceder a la sociedad secreta de los piperas. Nosotros seremos pipas, a veces enfurecidas, pero al menos no somos los loritos que quieren alimentarse de ellas. Repetir consignas es lo suyo. Lo nuestro tratar de animar a todos los nuestros. Pero ese es otro tema. O quizá el de siempre, el que lo impregna todo, la escasa originalidad y valentía que existe en Twitter a la hora de expresar opiniones. Ahora estamos a algo más concreto: En un momento dado notamos a escasos metros de nosotros que se estaba formando "jarana". Lo que es yo me fije antes en el despliegue policial que en la pelea en sí, que me contaron más que ví, a pesar de mi gran proximidad  los hechos. Al final de la calle, a unos escasos 50 metros, o menos, se estaban dando de lo lindo la gente de Ultra Sur. Y la pelea era entre ellos, un hecho sin precedentes al decir de los que saben de estas cosas. Y la pelea venía planada de casa porque alguno se presentó en el lugar portando barras de ferralla, como esas que se utilizan para armar hormigones -las ganas que me están entrando de hablar del pandeo de vigas de metal o de cualquier otro tema del Cálculo de Estructuras en vez de esto-, para distribuirlas entre su gente. Me decían mis amigos que pelearte con un bate de béisbol parece algo un tanto premeditado, sospechoso. No es un utensilio que uno se encuentre habitualmente por la calle. te lo traes d casa. Y si sales con él no es probable que sea para darle su uso correcto, jugar al béisbol. El campo de los Dodgers pilla un poco lejos de los madriles. En cambio, una barra de acero puedes decir que te la has encontrado en una escombrera de camino al sitio donde has "montado" la pelea. A mi me sigue pareciendo igual de floja la coartada para ir armado pero, oyes, el experto en batallas campales urbanas no soy yo. Además, no se me ocurre la forma de atizar con una barra de ferralla sin que peligre seriamente la vida de quien reciba el golpe. Siento parecido reparo a empuñar una barra de metal que a empuñar una pistola. Las usé en el ejército y su utilidad era sólo una: matar o, en su defecto, hacer mucho daño. Por eso procuraba no tener más relación con ellas que la estrictamente necesaria. Cada vez que las devolvía, tras cada guardia militar en el Ministerio de Marina, al cabo encargado de llevar el pañol de la compañía, sentía un enorme alivio.

¿Estaba la policía desde el principio? Casi que me dio esa impresión. Aunque puede ser falsa. El caso es que las paqueteras con los antidisturbios aparecieron al fondo de la calle, en el extremo más alejado del estadio casi nada más iniciarse la reyerta. O quizá estuvieran antes. Como testigo presencial soy un verdadero desastre. Me salva quizá que quiera hacerme, que se las hagas a quien corresponda y sepa, las preguntas que por lo visto nadie quiere hacerse: ¿Estaba la policía avisada de antemano? Si es así, ¿lo que sucedió es algo que estaba anunciado? La policía se limito a acordonar la zona, a sellarla, a dejar que los Ultra Sur se desfogaran entre ellos, que perdieran el ardor guerrero descalabrándose los unos a los otros y luego les impidieron salir de esa jaula virtual creada en torno suyo cuando se inició el partido. Su grada estaba visiblemente vacía durante el encuentro. Y tampoco se les echo mucho de menos porque el ambiente fue festivo gracias a la orgía de goles, la reconciliación con Benzemá y Arbeloa del estadio y la enésima exhibición de Cristiano Ronaldo, que da igual quien o qué sea noticia en la jornada, se merece siempre los titulares de los periódicos para narrar lo que acontece en el Bernabéu. El fondo sur del estadio estaba notoriamente vacío. Desde allí emanaba sobre todo silencio. No hubo oportunidad de que se corearan desde allí las condignas habituales últimamente, no había tropa sonora de choque. Así que esta vez no se escuchó aquello de "Las manos de la prensa fuera del Madrid". Los cierto es que ya en el partido anterior, contra el Sevilla, tampoco había sonado mucho. Mi vecino de asiento me los había hecho notar: "Se nota que lo vocean con menos entusiasmo, que no todos están de acuerdo con la consigna", una o dos jornadas antes, cuando el Málaga visitó el Bernabéu si que se escuché con claridad, y eso que aquella vez ví el fútbol desde el gallinero. ¿Esta perdida gradual del entusiasmo en corear la repulsa contra la prensa es anecdótica y casual, simplemente un síntoma de la disensión o una de las causas? Alguien me apunta que quizás el artículo de Relaño es sólo un dolerse por la pérdida de influencia del Grupo PRISA en los Ultra Sur. ¿Lo tuvo alguna vez? Hay que recordar que las huestes sirvieron como guardia de corps de algún ex-presidente en las asambleas de compromisarios, cuando el periódico del señor Relaño campaba a sus anchas en Concha Espina. ¿Es la pelea del día de La Real un escenificación de la disensión interna acerca de quienes deben ser sus patrocinadores? Es que no me paro de hacer preguntas, aunque sé que no podré respondérmelas, porque quien conoce los datos preferirá el silencio. La primera baja de la guerra es la verdad, rezaba aquella máxima que tan popular se hizo durante la contienda de Vietnam, y a veces se diría que el madridismo está actualmente sumido en una guerra sin cuartel, con dos frentes abiertos: en uno en el que combate contra la prensa y en otro, en la retaguardia, en el que pelea contra sí mismo. Nunca antes se había producido una pelea entre miembros de Ultra Sur, al menos no una de este cariz. Es curioso que sea la violencia ejercida por los que habitualmente son más violentos lo que ofrezca indicios de que la calma se acaba. Ni siquiera ellos son capaces de mantener la unidad en estos tiempos en que las discrepancias en l seno del madridismo son tan profundas y que tienden a incrementarse.

Como ocurrió cuando Marca quiso hacer saltar la banca llenando su portada con la falsa noticia de la hernia de Bale, Relaño ha querido rebañar todo el montante existente sobre la mesa, producto de las apuestas efectuadas por unos y otros, para llevársela a su bolsa. Fue Marca quien se jugó el bigote haciendo un ridículo mayúsculo ante la afición madridista -el inválido ha cuajado desde entonces una actuación estelar tras otra-, pero el AS supo sacarle tajada al asunto y entroncarlo con su campaña acerca de la supuesta mala situación económica del Real Madrid, uno de sus actuales caballos de batalla. Ahora son los Ultra Sur los que se dan de mamporros entre ellos, y mientras se lamen las heridas aparece en escena el director de AS. Yo casi que se lo agradezco. Ha hecho saltar la liebre, que la gente preste atención a un asunto que se lleva obviando algunas semanas. Y lo hace, es cierto, para tratar de espantar sus fantasmas habituales, los que le quitan el sueño: Mourinho, Florentino Pérez y la afición madridista, la descarriada y la que aun le compra el panfleto que edita cada mañana. Ha sentado mal la alusión al actual entrenador del Chelsea porque mentarle hoy día en términos no elogiosos es como nombrarle la Virgen a un católico sin el debido recogimiento y respeto, pero los zascas de verdad se los lleva Florentino. Y quizá alguno se lo merezca. A fin de cuentas recoger un premio, aunque lo de Ultra Sur, parece un pecado venial. Sí que es cierto que el club debería haber intentado erradicar los ultras del estadio. Supongo que no es algo sencillo. Quizá la solución de apaciguarlos con prebendas y cierto trato de factor para lograr que estén tranquilos, al menos durante los 90 minutos que duran los partidos, sea la mejor solución de todas las posibles. No tengo ningún conocimiento sobre el manejo de este tipo de problemas. Lo que si me sorprende es la insistencia de algunos en querer crear una nueva grada joven. Es como querer tropezar en la misma piedra porque se le ha cogido cariño al golpe y a las heridas producidas en la caída.

Relaño es un experto en comerse lo que otros cocinan: la competencia en el quiosco, el enemigo encubierto o declarado, los aliados circunstanciales. Es el pícaro gordito del cuento infantil que nos contaban de pequeños para hacernos entender que el egoísmo no es rentable, por más que diera la impresión, al menos a mí, de que al menos rentaba una comida de gratis y sin dar ni chapa. El meñique fue a comprar los ingredientes al supermercado, el anular los guisó, el corazón puso la mesa, el índice le hechó la sal a la comida y  luego vino el gorderas de Relaño y se la comió. Así se le indigeste. O que le aproveche. Lo cierto es que me da lo mismo, no me preocupa. Lo que me importa es que se cree debate sobre los sustancial de lo que expone el artículo, sobre lo magro, porque en este tema hay mucha miga. Quizá sea por eso que le interese a Relaño, que le haya distraído momentáneamente de su ladina campaña en favor de Ribery para el Balón de Oro y de sus asuntillos habituals, porque con él tiene qué mojar en la salsa del chuletón. Espero que algo en claro se saque de todo esto. Espero, aunque sin mucha esperanza, valga la expresión. Bañarse vestido, como el sheriff Jean Paul Harrah en el Dorado, va a ser la única forma de no exhibir las partes pudendas al opinar sobre todo esto, porque aunque la policía del pensamiento nos haya obligado a refugiarnos en la cárcel del poblado para sobrellevar el acoso constante, ésta está más concurrida que el metro en hora punta. Hacen ver que nos desprecian pero en realidad no hacen otra cosa que pasear por nuestras TLs a ver de qué se "coscan".



Rescates de Twitter


1.- Si, Relaño es un malvado y su opinión no vale nada. Pero tengo curiosidad por saber la opinión del resto. A ver si para esto hay huevetes.

2.- Atizar a Casillas, Toril o Ramos protegido por el grupo es muy facilito. Sobre Ultra Sur ya un pelín más complicado.

3.- Repetir como loritos que Relaño es un indeseable que socorrido que es. Evita hablar del asunto. Esa es la aguerrida afición tuitera.

4.- ¿Es lícito que el RM pague en metálico o en especie a los que pueden ser ponerse violentos para que no lo sean?¿Es saludable?

5.- ¿Es lícito usar a los que pueden violentarse para difundir consignas publicitarias?¿A cambio de qué?

6.- ¿Queremos crear una grada joven para repetir el error? El madridista es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra.

7.- Sobre estas preguntas me gustaría leer opiniones. Sobre Relaño llevamos discutiendo dos o tres años y a los 5 minutos estábamos de acuerdo.

8.- En fin, a ver si me sorprendéis para bien, para variar.

9.- La libertad de expresión en Twitter sirve sobre todo para esperar a ver que escriben los "jefes" para sólo después opinar en consonancia.

10.- Relaño os señala la luna y os le quedáis mirando. Va a ser verdad lo del dedo que tanto repiten por aquí.

11.- Relaño, alias El Pulgar, el pícaro gordito que se comió el cluletón que asaron el meñique, el anular, el corazón y el índice.

2 comentarios:

  1. Los Ultra Sur tienen problemas internos, disensiones, sí, pero no por su madridismo, no te equivoques. Sus problemas (según la página oficial del Facebook) son más mundanos, más corrientes, no están vinculados a la ideología, al Casillas o #SúperDiego, Mou si o Ancelotti no, nada de eso. Sus problemas sólo están relacionados con el vil metal, la pasta que se lleva la Peña de su merchandising y, quién la parte y reparte.

    Por tanto su problema no dista mucho de cualquier otra Peña Madridista, yo doy fe de ello, que llevo en el asunto tres décadas.Su hecho diferencial estriba, únicamente y desgraciadamente, en que el resto de Peñas lo solventan con una Asamblea, más o menos navajera dialécticamente y los Ultras lo solventan a palos. Problemas de no haber estudiado demasiado a fondo Educación para Ciudadanía ni conocer las virtudes de la democracia y sus lastres.

    Nunca he sido partidario de lo Ultra, lo respeto como a todo, si no causan ningún perjuicio al club y la verdad sea dicha, llevan bastantes años que no causan ningún quebradero de cabeza. Lejos quedan aquellas trifulcas en todos los campos donde iban, en las gasolineras, bares de carretera, aviones, etc...

    Que tienen prebendas, si, pero ¿y los "Loco Gatti" que van domingo si y domingo también al Palco? Esos también.

    Por todo lo anterior y resumiendo, me parece estupendo sus disensiones siempre que lo arreglen de forma civilizada, ordenada y democrática. Y si esas formas no son las suyas, que las vayan asumiendo y les irá mejor.

    Un saludo desde Todo Real Madrid.

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  2. No puedo estar más de acuerdo con Rokko. Me parece mucha casualidad que los ultras se peleen entre ellos por primera vez en su historia, justo ahora, cuando el madridismo está más desunido que nunca. Y aunque como bien ha dicho él, no tenemos información suficiente para señalar culpables, si la tenemos para preguntarnos cuales son los motivos últimos que les han llevado a este punto.

    Con respecto a los comunicados (por llamarlo de algún modo) de US, el que se los quiera creer que se los crea; yo tengo claro que cada uno de los bandos cuenta y calla lo que le conviene.

    Por cierto, hablando de contar y callar; parece cuanto menos curioso el silencio de esa asociación que representa al 0,35616% de los socios, a la que tanto le gusta sacar comunicados.

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