miércoles, 6 de noviembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (147) - La invasión de los ladrones de cuerpos

¿Cómo se atreven a llamar 'cono' a un jugador del Real Madrid?...

Álvaro Arbeloa, por fin de naranja...
Nicolás De Marco - @nicolasdemarco
http://www.goal.com - 4/11/2013

¿Cómo se atreven a llamar 'cono' a un jugador del Real Madrid?...

Se aguarda con expectativa la salida del Real al campo de la Juventus, luciendo la nueva equipación. En las redes sociales se han despachado a gusto con el lateral merengue

Que Álvaro Arbeloa no es el más dotado técnicamente con el balón no es una novedad. Que sus cualidades defensivas han comenzado a mermar en los últimos tiempos, tampoco. Lo cierto es que en la calle sus detractores llaman 'cono' al lateral del Real Madrid, y eso era algo injustificado pues ningún cono viste de blanco. Y mucho menos de azul o verde, las equipaciones alternativas que utilizaron en los últimos tiempos los merengues en sus presentaciones fuera de casa.

Pero el momento que varios estaban esperando llegó. O llegará en algunas horas, cuando el equipo de Carlo Ancelotti salte al terreno de juego de Turín para enfrentar a la Juventus por la cuarta jornada de la Champions League. De ser titular Arbeloa, el técnico italiano le regalará al mundo una imagen para el recuerdo. Una fotografía que se quedará para siempre en la retina de aquellos pequeños y crueles demonios que han asemejado al exLiverpool con aquella útil herramienta de la vía pública. Y es que el tachado de 'conoman' dejará de ser, por fin, parte del imaginario colectivo. Será una realidad, pues el Real Madrid vestirá de naranja ante la 'Vecchia Signora'.

En las redes sociales se frotan las manos y aguardan con muchísima expectativa la salida del Madrid al terreno de juego. Será único y rozará lo emotivo ese instante en el que las cámaras de la UEFA tomarán al defensa del conjunto capitalino con la equipación que, según buena parte de los internautas, mejor le sentará al internacional español. En algunas horas sabremos cuál es el hashtag utilizado por los tuiteros para hablar de este histórico suceso, un momento que quedará grabado en la memoria de todos: la noche que Arbeloa se vistió de Arbeloa.

Blatter en Oxford


La invasión de los ladrones de cuerpos

En la fábula filmada por Jack Arnold en 1956, en plena guerra fría, "La invasión de los ladrones de cuerpos", la pesadilla comenzaba con una sencilla propuesta, elemental pero imposible, solo factible en el universo de la Ciencia Ficción o de sus arrabales literarios, el terror y el Fantasy. Una mujer denunciaba a su vecino que su marido ya no era su marido, si no un desconocido, alguien con su mismo semblante, pero totalmente ajeno. Y primero era el marido y después el hijo y, finalmente, la mujer cesaba en sus quejas por que ya tampoco era ella misma. Rodada cuando la cruzada del senador McArthy estaba en su apogeo, con una lectura que no es clara en cuanto a si está a favor o no de la histeria colectiva en la que vivió sumida la sociedad norteamericana por aquellas fechas, en las que creía ver enemigos internos por todas partes, topos, espías y traidores -¿nos suena el escenario dramático a los madridistas? A mí bastante-, se considera a la película un producto lógico de la guerra fría que sostuvo el que se autodenominaba, con cierta inocencia naïf no exenta de soberbia, como "Mundo Libre" con el bloque soviético. Guerra que sería también fría la que sostiene el madridismo consigo mismo desde hace un año, o por ahí, si no estuviera actualmente más al rojo vivo -la lucha me refiero, el uniforme no pasa de naranja cono de tráfico-, que el culo de un mandril en época de celo.

Un día algunos creímos ver que Casillas ya no era san Iker, que ya no nos apetecía tomarnos una caña de san Miguel con él en cualquier tasca de barrio. Y fue justo tras verle palmarse la cara en pleno Ñú Camp, denunciando el enésimo atraco al Real Madrid en primerísimo plano de las cámaras de televisión. Al día siguiente la mitad de los avatares de Twitter tenían por imagen el gift de la escena, e Iker se cacheteaba sin cesar la mejilla, ad infinitum, de arriba abajo en el TL del madridista medio concienciado. Fue alcanzar aquel esplendor y súbitamente después, sin solución de continuidad, iniciarse la pesadilla. Fue el día que le vimos salir del campo abrazado y en buena compaña con el culé way of life de La Roja en pleno. Xavi, Casillas, Piqué y Busquets, eran los nuevos amigos de Casillas, y desde entonces vimos que su carácter se había atemperado, que nos traía un nuevo orden mundial, es decir, futbolístico, con una paz posible con el enemigo a costa de entregarse a ellos, ser ellos, dejar que ellos fueran nosotros, que se apoderaran de nuestros cuerpos y nuestras almas blancas. Desde entonces vivimos la pesadilla, y todos los días nos trae la misma "vaina", la de que algún otro nuevo jugador merengue ya no es quien era, si no un traidor que habría que quemar para evitar que la simiente de la especie extraterrestre invasora esparza su semilla por nuestros campos y jardines, por el césped del Bernabeu. Arde Twitter quemando ladrones de cuerpos desde entonces por doquier, como la Plaza Mayor de Madrid un día de auto de fe. Los fuegos son tantos que dicen los que ven las cosas con la debida perspectiva que desde el suelo de la Luna son solo visibles dos obras humanas: La Gran Muralla China y la lucha intestina del madridismo.

Aquellos polvos han traído estos lodos. Más bien los polvos levantados por tanta explosión atómica han traído este invierno nuclear en que vivimos inmersos, con una atmósfera tan cargada de materia en suspensión, de detritus flotante, que la luz del sol es incapaz de traspasar las nubes que sobrevuelan el Bernabeu y nieva de forma incesante sobre un verde que se quema por el hielo y se marchita. El madridismo, nosotros, somos la prueba fehaciente de que la tesis del doctor Carl Sagan y sus colegas de la universidad neoyorkina de Cornell era correcta, de que a una guerra nuclear no le sucede el rigor del infierno, un mundo calcinado por las llamas, sino un invierno perpetuo en que la vida perece por el frío. Porque soy cada vez más de la opinión de que los misiles de uno y otro lado hace tiempo que fueron lanzados desde los silos de Nevada y los submarinos desplegados en el Atlántico Norte, de que ya no hay remedio para el madridismo tuitero. Tendrá que venir una nueva generación de sentimiento merengue para que esto tenga remedio, totalmente distinta, con seres seguramente mutados, tal vez con superpoderes -quizá derivados de la exposición a la fuerza desatada del átomo, como en los tebeos Marvel-, algunos insospechados, asombrosos, como, por ejemplo, ser capaces de no fijarse en si un jugador es foráneo o canterano a la hora de valorarlo, o de si le escribió un tuit de despedida a Mourinho o le mandará Christmas al entrenador del Chelsea en estas inminentes Navidades. La guerra está servida y es contra nosotros mismos, contra el enemigo interno, contra los que ayer eran madridistas y ya no lo son, al decir de los acuñadores de carnets, que son otro diferentes, piperos que actúan como autómatas de los soviets, yihadistas que envainaron las espadas y ahora disfrutan con la paradas de Casillas porque simplemente suponen menos goles en contra.

Leo esta mañana a alguien proponiendo una quedada "Hashtahera", permítaseme el palabro, en el bar de borrachos, para tratar de imponer como Trending Topic la enésima petición de marcha de Iker Casillas, y me dan ganas de solicitar el comodín de la sensatez del público. Porque quizás existen días más adecuados para hacerlo, no uno después de cuajar el mostoleño una soberbia actuación en la Champions. Notable que no perfecta, porque si bien salva dos goles in extremis, uno puro fuego amigo de un transformado, en un tercer lance le saca las castañas del fuego el de las hamburguesas -ese al que el comité McDonalds le gusta señalar como el gordito de la clase, valga la paradoja-, y en el gol de Llorente probablemente pudo hacer más. El balón llegaba demasiado rápido y se avecinaba a esa tierra lejana y terrorífica tierra de nadie que para Casillas supone la linde de su área chica. Hizo amago de salir, pero enseguida trató de situarse correctamente bajo palos, su querencia casi irrenunciable. Prefiere morir junto a las tablas -de los listones en este caso, bajo ellos- como los toros mansos. El resto del fallo podemos atribuírselo a Varane, que sencillamente no tuvo su noche. dos goles en contra que bien pueden atribuírsele si se tiene la misma  sed de sangre que los anticasillistas o los antolopecistas. Se dejó "comer la tostada" por el veterano del Vietnam que ya es el nueve riojano. Criticar hoy a Casillas linda el ridículo, y no ya en su área chica, hablo incluso del área grande, de casi los aledaños del estadio, y es además contraproducente para el otro yerno predilecto del madridismo, esta vez de la bancada mourinhista. Si ayer hubo algún culpable de algo, que creo que no, fue el francés. Si empezamos a arrojarnos reproches los unos a los otros, piperos de los soviets y morinhistas del Mundo Libre, acabaremos embadurnados de crema como los personajes de cine mudo que acaban a tortazo limpio, pero con tortas de nata en vez de a puñetazos. El contacto físico es imposible en Twitter, aunque algún primavero no informado vaya con la bragueta bajada y tirándole los tejos, con poco éxito, gracias a Dios, a alguna célebre tuitera madridista de la tierra de Levante. No, hoy quizá sería el día ideal para hacer dormir el asunto Casillas, aunque sepamos que los ladrones de cuerpos se apoderan de nuestra alma durante el sueño. El ridículo puede ser brutal, y no todos los humoristas amateurs son tan ineptos, tienen tan poca bis cómica como Blatter, o este tipo, Nicolas de Marco, el que hace por lo visto los chistes en la web www.goal.com. Por lo que a mi respeta, es la primera noticia de este señor, y tiene pinta de que va a ser la última. El chiste del color de la tercera equipación del Real Madrid a costa de Arbeloa y su similitud con un cono de obra, ya era viejo hace meses, traerlo a colocación la víspera del partido en el estadio Comunale de Turín, en el campo de la Vequia Signora, estuvo sobrado de mala baba y corto de novedad y de gracia.

Vimos al máximo mandatario de la FIFA, monsieur Joseph, chiquitando en Oxford, un magno escenario digno quizá de más altas empresas, al menos menos ridículas, y más dr uno quiso hacerle lo que el protagonista de "La invasión de los ladrones de cuerpos" a la vaina gigante que encuentra una mañana en el invernadero de su casa. Kevin McCarthy -¿escogerían en el casting al actor sólo por el apellido? La coincidencia es ciertamente sugerente, juguetona-, Miles Bennell en la película, descubre al despertar una vaina extraterrestre en cuyo ápice empieza a formarse su propia cara y, lleno de horror, ensarta al ser en plena transformación en él mismo con una horquilla de esas para apilar heno - la américa rural, supongo, aunque se trate de un barrio residencial-. Quizá el mismo espanto que le embargue en esa escena sea el mismo que algunos yihadistas nos invade, nunca mejor dicho, cuando nos descubrimos editando algún tuit de crítica a Arbeloa, Diego López o al mismísimo yernísimo del mourinhismo, el JASP por excelencia de la plantilla, Varane. Tan joven, con tanto futuro, millonario ya. ¿Quien no lo querría para novio de su hija? Cierto que es algo morenito de piel, pero la campaña de la UEFA de "stop racism" ya nos va calando las conciencias. El bueno de Miles no volverá a dormir en la película tras ver el horror cara a cara, tras verse a si mismo en forma de vaina pipera gigantesca -¿Grefusa o Solano?, me pregunta alguien que otea mi escrito por encima de mi hombro mientras redacto. Pues no sé, no soy tan experto en la materia como los integrantes de la policía del pensamiento que "apatrulla" Twitter los días de partido-. El caso es que Blatter, madridista confeso, se nos debió transformar un día viendo un partido del Barça, que ciertamente es una actividad que induce al sueño, y ahora es un pipero que prefiere el tiqui-taca, el césped corto y húmedo, en la más pura ortodoxia de la erótica xaviniana, y a Messi como candidato ideal al Balón de Oro. Sus preferencias, sus burlas sobre todo, no eran de recibo en alguien con un cargo tan importante en el planeta fútbol, me replicaban cuando tuiteaba que había visto menosprecios mayores a jugadores madridistas en gente de la hinchada blanca, naranja algunas noches. Y contra eso cabe objetar poco, pero habría que dilucidar si nos duele que parodien a los nuestros, para tratar de contener, si la respuesta es sí, nuestras ansias de ridiculizar a los jugadores del Real Madrid. Ansias que cada vez veo más extendidas, que se propagan como la pólvora. Tenemos demasiados humoristas anti-madridistas en horario share como para encima contribuir de motu proprio a que aun sea mayor el esperpento. Cada mofa a Casillas, que supongo que todos querremos que levante la Décima, aunque sea jugando de forma espléndida en una hipotética final contra el Barça del Tata o el Bayern del amigo de Tito, pongo por caso, es otro ciudadano de Santa Mira, el pueblecito del señor Bennell, invadido en su ser interno por un ladrón de cuerpos, abducido por el piperismo  rampante en twitter, en detrimento de Diego López, que pierde apoyos a marchas forzadas, por las  mismas causa además por las que los perdió el santo que para con la mirada, al decir de los de la COPE: por la sobreprotección de sus partidarios y la inquina de los detractores con quien le disputa el puesto. Felicitémonos por tener dos grandes poteros, uno desde el año pasado, y el otro de vuelta tras dos años nefastos. En lo deportivo, en lo institucional la vuelta aun queda pendiente. Dejemos a un lado la psicosis de que nuestros jugadores ya no son quienes eran. Pepe de espíritu del Madrid pasó a ser en una sola noche en el Judas Iscariote en Los Hechos de los Apóstoles que redactan algunos blogueros los días de después de los encuentros, en los maitines, o en las vísperas a eso del cierre de la jornada. Marcelo de alegría de la huerta a causa de los enojos. Morata de promesa a juramento roto porque no estaba en la ortodoxia mourinhista que desdeña la cantera de oficio. Con Carvajal no cabe aducir transformación alguna porque, sencillamente, se le odió incluso antes de recalar en la plantilla, porque venía a discutirle el puesto a Arbeloa. Uno que muchos creen que jamás se transformará en pipero de los soviets, pero al que yo ví echar alguna que otra cabezada por su banda durante el partido de Liga contra el Sevilla, cuidado.



1 comentario:

  1. Lo primero, sobre lo más importante ¿quién es el de la bragueta y la TuitStar? Nombres, por favor, que el espectáculo requiere procacidad.

    Como ya sabemos, coincidimos en la mayor parte de la "línea editorial", pero con el asunto Casillas te adjunto y corto y pego de mi blog:

    "Que anoche y hoy oigamos hablar de Iker como “salvador” del Real Madrid sólo me produce perplejidad. Siempre me sorprendió el debate de la portería, pero hoy estoy seguro de que su representante estará dejando más sobres que Bárcenas en las redacciones deportivas de este país, de otra forma no se explica. Anoche el momento en que al terminar el partido el periodista de TVE1 le espeta: "Tú eres el culpable del empate" fue épico. Casillas no sabía que cara poner hasta que el periodista no se deshizo, equivocadamente, en elogios."

    Iker hizo un buen partido en Turín, nada más y nada menos que eso. El segundo gol, es culpa de Varane, cierto, pero nunca lo hubiera encajado de estar no Diego López, que sería encanallar el debate, sino Valdés. Es más, ¿crees que si Illgner hubiera sido el portero habría subido ese gol al marcador? Seguro que no, aunque a sensu contrario habría que decir que si hubiera encajado alguno de los que sacó bajo palos.

    Adjetivar por tanto de "salvador" su actuación me parece excesivo, cómico y de una sobreactuación enorme. Y además innecesario, ya se basta Iker para defenderse con su trabajo.

    Respecto al cainismo del madridismo, yo siempre lo asumí como algo lógico dada la supermillonaria afición que así se considera. Hoy Twitter reúne en la misma plaza a un madridista colombiano, que se la repanpinfla la cantera, la "Roja" y el independentismo catalá. Y otro de Alemania, de Singapur o de Sri Lanka, que son sitios que sorprendentemente visitan mi blog.

    Y sobre las pipas, a mí me gustan mucho las de la bolsa amarilla, creo que de Herederos de Lozano. Buenísimas.

    Un saludo desde Todo Real Madrid.

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