lunes, 11 de enero de 2016

El Fútbol y sus aledaños (187) - This is Bale



El Fútbol y sus aledaños (187) - This is Bale

"This is Bale" -en inglés en el original, como se suele decir en las notas a pie de página de los libros traducidos-, es el titular de la portada del Marca de hoy. Y seréis capaces de decirmes que no mola, que no es todo un hallazgo linguístico, que no es realmente significativo. Por de pronto, indica que el nivel de estudios del lector medio, del pipero de pro que devora cada mañana el periódico, ha alcanzado unos niveles inesperadamente altos tras años de aplicación de la LOGSE y todas las leyes educativas que tienen rima asonante con ella. Quien lo diría, los lectores de prensa deportiva somos ahora mayoritariamente bilingües. This is Bale y nosotros os lo vamos a contar de una vez por todas, que hasta ahora lo dicho era en broma, es lo que viene a decir la portada. El nuevo Bale, The new Bale, dear pipe people -el nuevo Bale, queridos piperos-, porque el de antes, el que estaba aquejado de una hernia discal que amenazaba con su jubulación anticipada en cualquier momento, era un habitante de un universo paralelo al nuestro.

Es el efecto Zidane, el nuevo rey Midas que convierte todo lo que toca en oro blanco. En solo una convocatoria bajo la dirección del francés al galés se le ha curado la espalda. Frótenle ustedes con la palma de la mano el cráneo rasurado al divino calvo, que trae suerte. Seguro que es por eso por lo que le brilla tanto el cogote, porque no paran de frotárselo. Antes había que hacerlo con la joroba de Bale, y con eso logramos incluso que nos tocase una Champions y el reintegro de la felicidad en una final de Copa del Rey. A cada época sus superticiones. Me diréis que soy raro pero lo que realmente me ha llamado la atención es que Marca al confeccionar su la portada haya acudido al idioma Inglés para redactar el titular -La letra chica no, ahí se han epresado en idioma castizo-. ¿Será porque es un jugador británico? Siguiendo la doctrina de la navaja de Ockham, esa es la explicación más probable. Pero yo, que soy mucho más alambicado que todo eso, he consultado en uno de los muchos traductores de idiomas que pululan por Google para cerciorarme que no eran ciertas algunas de mis sospechas, y he averiguado un dato sorprendente: "Hernia" se escribe exctamente igual en Inglés que en Castellano. Se nos acabó la suerte. Lo que ya no sé es si en el idioma de Shakespeare se trata de una hache sonora la que inicia el vocablo y hay que pronunciarla a lo James, con jota de Jamón 5 Jotas. Porque el colombiano es auténtica pata negra, sobre todo su zurda.

Pero vayamos a lo serio, a la letra minúscula del contrato que ha firmado el periódico con sus lectores y que hemos mencionado hace un momento. Tras meses de ser el caballo de batalla para la prensa en sus discrepancias con Florentino Pérez, no sin razón a veces en sus argumentos, Marca acabó abrazando la verdad oficial sobre el galés, que es el jugador franquicia. El de Bale no era un fichaje cualquiera. Todo lo contrario. Cómo Zidane, y Benzemá antes que él, se trataba de una apuesta personal de Florentino Pérez, un capricho del presidente, un regalo para la afición madridista, un truco de chistera para resucitar la ilusión de la hinchada, algo decaída en esta última década y media. Por eso la portada del 10 de octubre de 2013 de Marca, que ya analicé en su día -bueno, lo de analizar es un decir, en el artículo "Bownie, el monstruo de las galletas", se convirtió casi en un insulto lanzado contra su persona y suficiente motivó para convocar una rueda de prensa. Era un impacto bajo la línea de flotación de la dignidad de Florentino Pérez. Al AS le gustó la copla y desde entonces la hizo suya para tararearla sin descanso, tratando de desacreditar al galés como futbolista, no ya como paciente de la clínica Sanitas. Y lo cierto es que  Bale pareció encajar mal las críticas, porque su rendimiento, que llegó a ser espectacular en su primera temporada, decayó alarmantemente, firmando una segunda temporada para olvidar y un inicio de la tercera aun peor. Mientrs Neymar se crecía en el castigo Bale mermaba con él. Pero lo que dice Marca hoy en la letra pequeña de su portada es cierto. Tras un periodo de sequía goleadora, Bale se ha convertido en el gran referente en ataque. Donde antes todo era desconexión con el grupo, ser un Robinson Crusoe en su isla, ahora es máxima implicación en el juego colectivo, sobre todo con el esfuerzo en defensa. No sabría decir si ese cambio es desde ya mismo, desde que Zidane se ha convertido en su entrenador, o es una actitud que ya tenía antes. Quiero pensar que lo segundo, porque otra cosa sería decir que entre los que los que le hicieron la cama a Benítez a él le toco doblar el embozo de la sábana sobre la colcha. La gran pregunta que nos hacemos todos es si Bale tiene madera de líder, temperamento para echarse el equipo a la espalda cuando haya que remar contra corriente. Esa es la gran incógnita. Hasta el viernes mismo habría dicho que nunca, que era una broma de mal gusto decir que podría suplir algún día a CR7 en su liderazgo, pero tras frotarle la testa al genio de la lámpara ya no estoy tan seguro. Sería injusto atribuirle este petite miracle a Zidane, si quizás el que la plantilla haya acogido por fin con entusiamo algunas de las iniciativas de Rafa Benítez. Porque, seamos justos, nadie creía en la idea de convertir en inexpugnable un equipo que jugaba con 5 delanteros sin aparentes responsabilidades en defensa, como los equipos de mediados del siglo pasado. Paracía un jeroglífico más de los confeccionados por el anterior entrenador. Benítez ponía a Kroos a presionar a los centrales de la defensa rival y, sin ninguna conexión con sus compañeros, su esfuerzo baldío en solitario se convertía en una perfecta metáfora de la incomprensión de los pupilos de Benítez al escuchar a sus ideas. Pero en boca de Zidane todo suena hasta lógico: Carvajal por Danilo e Isco por James. Simple, elemental mi querido Watson, pero prácticamente inédito en lo que llevamos de temporada. Zidane empezó por no divorciarse con el sentido común, que tampoco es poca cosa. Con Zidane por fin en el banquillo, pudimos ver a Bale haciendo un tackling en su propia área para salvar un gol y que ello no pareciese un diparate, palabras de necio, una nota en disonancia, sino un signo de lso nuevos tiempos. Zidane es el musical, el gran estreno de esta temporada en la Gran Vía y, por favor, súbanme el volumen de la música que me quiero deleitar con su sonido en Dolbi estéreo, con ese sonoridad de la hache asprirada, viendo al jugador de la "jernia" marcar goles a ritmo de hat-tricks, leyendo al Marca decir que nunca dijo digo donde quiso decir hernia. ¡Ay. Pero con que poquito somos capaces de disfrutar los madridistas! Incluso los que trabajan en la prensa deportiva. Porque haberlos hailos, que nadie lo dude. Aunque muchos lo sean de conveniencia o con ideas mercenarias. Es verdad. Pero como pasa en Twitter cuando sopla la galerna, que se lleva a rastras las opiniones honestas si no coinciden con lo que dicta el jefe. Ocurre en la mejores familias: la gente cambia de dircurso aunque no cambie de opinión para no pillarse los dedos y acabar en el despacho del "dire". O en boca de todos tras convocar éste una de sus ruedas de prensa.

Me diréis que no, muchos lo han hecho en Twitter, hasta riéndose en mis narices, pero Marca y su universo mediático hace tiempo que está por la causa florentinista. Al menos no es beligerante. Y si se equivoca -el periódico, me refiero, que no había más que oir a García Caridad defendiendo al presidente de las ácidas críticas de Segurola-, se le suelta un soplamocos en rueda de prensa y el periódico corrige rumbo a plena satisfacción de la T4. Lo que va de la portada que ilustra este artículo en su cierre a la que lo abre es todo un giro de 180 grados, tanto en las ideas como en las intenciones, una alianza de intereses, la domesticación de la prensa. Gran objetivo éste último de Florentino Pérez en su segunda etapa como presidente, y que creo que ha logrado en un noventa por ciento, porque Relaño es mucho Relaño y se le resiste, y que ha ditraido, eso sí, muchas energías para la consecución de otros objetivos aun más importantes como, por ejemplo, encontrarle suplentes de garantías a los dos laterales titulares, o cerrar de una vez el debate de la portería, que parece haberse resuelto por si solo, en aplicación de la más pura doctrina rajoniana, y en contra de los acciones emprendidas por la directiva. Florentino solo actúa cuando su nombre queda en entredicho, y con Marca parece haber actuado hace tiempo para reconducirlo, para lograr que García Caridad se siente a la mesa de Pedrerol para alimentarse de sus sobras, para que sus huestes de Twitter visiten las emisoras de Radio Marca para propalar su doctrina, en especial esa cantinela tan curiosa de que quien se le opone es nazi o simpatizante de la esvástica, y para que el kiosco nos regale portadas tan reconfortantes como la de hoy del periódico de cabecera de todo pipero que se precie. This is Marca now, aunque haya quien quiera negarlo. Y ninguna galerna arrastrará consigo esta evidencia.


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