lunes, 18 de noviembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (149) - ...Y este pícaro gordito se lo comió



Hay guerra de ultras en el Real Madrid
Alfredo Relaño
Diario AS - Madrid - 18/11/2013

Cuando Laporta se enfrentó a los ultras en el Barça y literalmente los sacó del estadio pensé que su ejemplo cundiría. Es de esas cosas que hasta que alguien se decide a hacerlas nadie piensa que sea posible. Por eso, porque demostró que era posible, pensé que lo harían otros. E, ingenuo de mí, pensé que el primero en imitarlo sería el Madrid, al que le hubiera correspondido. Pero no. Los ultras siguen ahí, y el Madrid hasta permitió a una delegación, escoltada por miembros de seguridad del club, salir al campo a darle una placa de plata a Mourinho en la bocana de vestuarios el día de su despedida.

Habían estado cantando durante el partido ‘Marca y As, cámara de gas”, asunto sobre el que esperé, en vano, que se interesara Antiviolencia. Pero no. Prefiere lucirse en otras cosas. El Madrid no sólo no acabó con los ultras sino que, como todos los clubes, está en buena resonancia con ellos. La cosa consiste en repartir ciertas prebendas y así se puede ejercer un discreto control sobre ellos. Un suponer: con Mourinho hasta el final, y contra la prensa, que le persigue porque quieren hacer las alineaciones. Otro suponer: no gritéis ya a Casillas, que Mou ya se ha ido y la Champions está por encima de todo.

Lo malo es que esas prebendas despiertan la codicia de los que no mangonean. Y a los ultras dominantes se les enfrentan ahora los que vienen detrás en edad, pero no en atrevimiento. Ya ha habido pelea entre ambos sectores, pelea de verdad. Eso es nuevo. Ultras de distinto color se han aporreado gozosamente allá y acullá desde hace mucho. Ultras del mismo color en guerra civil se me hace nuevo. Un problema desagradable en el seno del Madrid, un problema sobrevenido porque Florentino no hizo lo que Laporta, no sé si por cobardía moral o por conveniencia. Aún está a tiempo de hacerlo. ¿Querrá?



Y este pícaro gordito de lo pícaro gordito

¿Cuantas veces habré leído en Twitter y en los blog madridistas la parábola del necio que le señalaban la Luna y se quedaba mirando el dedo del guía?¿Cuantas veces se lo habré escuchado contar en los podcast a los cabecillas de Lo Wonder? Ojalá me dieran una moneda de 5 céntimos por cada vez. Si así fuera tendría dinero suficiente para pagarme el viaje y la entrada para ver la final de la Décima. Y si contratará el pack a Ultra Sur me sobraría incluso para celebrar la victoria dando la vuelta al mundo. No viene mal poner tierra de pro medio cuando se dicen algunas cosas. ¿Para qué servirá la libertad de expresión y la tarima de orador que se supone que proporciona Twitter si hay que esperar a ver que dicen los demás para no ser estridente al expresar las propias opiniones, cuando no hay que esperar a que se personen los jefes para que den la opinión oficial sobre los temas? Para ser uno di noi, uno de ellos, hay que opinar como el resto de la tropa, marcar el paso al compas. En caso de duda hay que disparar al pianista, que además está gordo y lleva gafas, y por eso da aun más rabia su perorata en el periódico. "Mike nunca toco muy bien el piano", le dice Robert Mitchum a Arthur Hunnicutt en la escena cumbre de El Dorado, la película de Hawks. Tienen que entrar en la cantina del pueblo, donde están todos malos reunidos en cónclave, y mientras se deslizan subrepticiamente por la puerta de atrás, sin ser vistos, al amparo de las sombras, esuchan a Mike amenizando la reunión con una de las canciones de su repertorio. "Es verdad. Y tirotearle el piano tampoco le ayudó mucho", contesta Bull Harris, el personaje que interpreta  Hunnicutt, antiguo corneta del ejército Confederado y que, por eso mismo, se siente habilitado para hacer críticas musicales. Y es que en una escena anterior un fugitivo se había escondido tras el piano de Mike y para sacarle de ahí, Mitchum, el sheriff Jean Paul Harrah en la película, le había convencido usando balas en vez de palabras. Mike trata de no desafinar, pero algunas pero a su instrumento le faltan notas y le sobran disonancias creadas por los agujeros de los disparos. Eso le pasa a Relaño, al que tampoco le valoramos su esfuerzo. Trae a colación un tema de candente actualidad, ineludible en mi opinión, de enorme calado y trascendencia, y solo nos fijamos en lo mal que escribe, solo nos acordamos de las muchas veces que ha escondido tras sus editoriales al forajido de turno. El gordo Relaño tiene las dedos tan gordos que a veces golpea dos teclas a la vez cuando desgrana una melodía. Eso no le ayuda, pero tampoco que le hayamos tiroteado el instrumento un montón de veces. Su melodía de hoy a algunos les sonara francamente desafinada, pero la tonada es totalmente reconocible, y no es el "Claro de Luna" de Debussy. Ni siquiera el de Beethoven. Es una pieza mucho más heavy. No, hombre, "Lobo hombre en París" de La Unión tampoco, esa es demasiado popy y ochentera. No, me refiero a un asunto algo más rotundo, más primario y esencial: ¿Qué está pasando en los Ultra Sur?¿Qué tiene que ver lo que les pasa con lo que le sucede al Real Madrid? ¿Qué puede explicarlo y que consecuencias tiene fuera del ámbito del grupo? Ese es el tema, si es que hay alguno. Hablar de Relaño, de lo canalla que es, o lo mal periodista, es quedarse mirando el dedo que nos señala la Luna. El dedo pulgar, claro está. Por lo gordo, digo. Señalar con el pulgar hacia el cielo, en este caso el nocturno, es el mismo gesto  que el que determinaba la vida para los gladiadores caídos. Yo hoy salvo a Relaño porque se ha batido con coraje. El tema es escabroso, uno de esos que apetece no cruzar o, en todo caso, vadear de puntillas, sin salpicar mucho, para que nos se despierte la fiera.

Sucedió en los instantes previos al partido de Liga contra La Real Sociedad en el Bernabéu. Estábamos a la puerta de uno de los bares de los aledaños del estadio. Comiendo pipas con ansia. Basta con que te lo prohíban para que se te vuelva imposible sortear el vicio. A mi padre el que le dijeran que no fumara le servía de excusa para enfadarse y encenderse un cigarrillo para calmar los nervios. Comer pipas, además de un goce, no sé si decir gastronómico, se convierte para nosotros en un acto de rebeldía, en una contraseña para acceder a la sociedad secreta de los piperas. Nosotros seremos pipas, a veces enfurecidas, pero al menos no somos los loritos que quieren alimentarse de ellas. Repetir consignas es lo suyo. Lo nuestro tratar de animar a todos los nuestros. Pero ese es otro tema. O quizá el de siempre, el que lo impregna todo, la escasa originalidad y valentía que existe en Twitter a la hora de expresar opiniones. Ahora estamos a algo más concreto: En un momento dado notamos a escasos metros de nosotros que se estaba formando "jarana". Lo que es yo me fije antes en el despliegue policial que en la pelea en sí, que me contaron más que ví, a pesar de mi gran proximidad  los hechos. Al final de la calle, a unos escasos 50 metros, o menos, se estaban dando de lo lindo la gente de Ultra Sur. Y la pelea era entre ellos, un hecho sin precedentes al decir de los que saben de estas cosas. Y la pelea venía planada de casa porque alguno se presentó en el lugar portando barras de ferralla, como esas que se utilizan para armar hormigones -las ganas que me están entrando de hablar del pandeo de vigas de metal o de cualquier otro tema del Cálculo de Estructuras en vez de esto-, para distribuirlas entre su gente. Me decían mis amigos que pelearte con un bate de béisbol parece algo un tanto premeditado, sospechoso. No es un utensilio que uno se encuentre habitualmente por la calle. te lo traes d casa. Y si sales con él no es probable que sea para darle su uso correcto, jugar al béisbol. El campo de los Dodgers pilla un poco lejos de los madriles. En cambio, una barra de acero puedes decir que te la has encontrado en una escombrera de camino al sitio donde has "montado" la pelea. A mi me sigue pareciendo igual de floja la coartada para ir armado pero, oyes, el experto en batallas campales urbanas no soy yo. Además, no se me ocurre la forma de atizar con una barra de ferralla sin que peligre seriamente la vida de quien reciba el golpe. Siento parecido reparo a empuñar una barra de metal que a empuñar una pistola. Las usé en el ejército y su utilidad era sólo una: matar o, en su defecto, hacer mucho daño. Por eso procuraba no tener más relación con ellas que la estrictamente necesaria. Cada vez que las devolvía, tras cada guardia militar en el Ministerio de Marina, al cabo encargado de llevar el pañol de la compañía, sentía un enorme alivio.

¿Estaba la policía desde el principio? Casi que me dio esa impresión. Aunque puede ser falsa. El caso es que las paqueteras con los antidisturbios aparecieron al fondo de la calle, en el extremo más alejado del estadio casi nada más iniciarse la reyerta. O quizá estuvieran antes. Como testigo presencial soy un verdadero desastre. Me salva quizá que quiera hacerme, que se las hagas a quien corresponda y sepa, las preguntas que por lo visto nadie quiere hacerse: ¿Estaba la policía avisada de antemano? Si es así, ¿lo que sucedió es algo que estaba anunciado? La policía se limito a acordonar la zona, a sellarla, a dejar que los Ultra Sur se desfogaran entre ellos, que perdieran el ardor guerrero descalabrándose los unos a los otros y luego les impidieron salir de esa jaula virtual creada en torno suyo cuando se inició el partido. Su grada estaba visiblemente vacía durante el encuentro. Y tampoco se les echo mucho de menos porque el ambiente fue festivo gracias a la orgía de goles, la reconciliación con Benzemá y Arbeloa del estadio y la enésima exhibición de Cristiano Ronaldo, que da igual quien o qué sea noticia en la jornada, se merece siempre los titulares de los periódicos para narrar lo que acontece en el Bernabéu. El fondo sur del estadio estaba notoriamente vacío. Desde allí emanaba sobre todo silencio. No hubo oportunidad de que se corearan desde allí las condignas habituales últimamente, no había tropa sonora de choque. Así que esta vez no se escuchó aquello de "Las manos de la prensa fuera del Madrid". Los cierto es que ya en el partido anterior, contra el Sevilla, tampoco había sonado mucho. Mi vecino de asiento me los había hecho notar: "Se nota que lo vocean con menos entusiasmo, que no todos están de acuerdo con la consigna", una o dos jornadas antes, cuando el Málaga visitó el Bernabéu si que se escuché con claridad, y eso que aquella vez ví el fútbol desde el gallinero. ¿Esta perdida gradual del entusiasmo en corear la repulsa contra la prensa es anecdótica y casual, simplemente un síntoma de la disensión o una de las causas? Alguien me apunta que quizás el artículo de Relaño es sólo un dolerse por la pérdida de influencia del Grupo PRISA en los Ultra Sur. ¿Lo tuvo alguna vez? Hay que recordar que las huestes sirvieron como guardia de corps de algún ex-presidente en las asambleas de compromisarios, cuando el periódico del señor Relaño campaba a sus anchas en Concha Espina. ¿Es la pelea del día de La Real un escenificación de la disensión interna acerca de quienes deben ser sus patrocinadores? Es que no me paro de hacer preguntas, aunque sé que no podré respondérmelas, porque quien conoce los datos preferirá el silencio. La primera baja de la guerra es la verdad, rezaba aquella máxima que tan popular se hizo durante la contienda de Vietnam, y a veces se diría que el madridismo está actualmente sumido en una guerra sin cuartel, con dos frentes abiertos: en uno en el que combate contra la prensa y en otro, en la retaguardia, en el que pelea contra sí mismo. Nunca antes se había producido una pelea entre miembros de Ultra Sur, al menos no una de este cariz. Es curioso que sea la violencia ejercida por los que habitualmente son más violentos lo que ofrezca indicios de que la calma se acaba. Ni siquiera ellos son capaces de mantener la unidad en estos tiempos en que las discrepancias en l seno del madridismo son tan profundas y que tienden a incrementarse.

Como ocurrió cuando Marca quiso hacer saltar la banca llenando su portada con la falsa noticia de la hernia de Bale, Relaño ha querido rebañar todo el montante existente sobre la mesa, producto de las apuestas efectuadas por unos y otros, para llevársela a su bolsa. Fue Marca quien se jugó el bigote haciendo un ridículo mayúsculo ante la afición madridista -el inválido ha cuajado desde entonces una actuación estelar tras otra-, pero el AS supo sacarle tajada al asunto y entroncarlo con su campaña acerca de la supuesta mala situación económica del Real Madrid, uno de sus actuales caballos de batalla. Ahora son los Ultra Sur los que se dan de mamporros entre ellos, y mientras se lamen las heridas aparece en escena el director de AS. Yo casi que se lo agradezco. Ha hecho saltar la liebre, que la gente preste atención a un asunto que se lleva obviando algunas semanas. Y lo hace, es cierto, para tratar de espantar sus fantasmas habituales, los que le quitan el sueño: Mourinho, Florentino Pérez y la afición madridista, la descarriada y la que aun le compra el panfleto que edita cada mañana. Ha sentado mal la alusión al actual entrenador del Chelsea porque mentarle hoy día en términos no elogiosos es como nombrarle la Virgen a un católico sin el debido recogimiento y respeto, pero los zascas de verdad se los lleva Florentino. Y quizá alguno se lo merezca. A fin de cuentas recoger un premio, aunque lo de Ultra Sur, parece un pecado venial. Sí que es cierto que el club debería haber intentado erradicar los ultras del estadio. Supongo que no es algo sencillo. Quizá la solución de apaciguarlos con prebendas y cierto trato de factor para lograr que estén tranquilos, al menos durante los 90 minutos que duran los partidos, sea la mejor solución de todas las posibles. No tengo ningún conocimiento sobre el manejo de este tipo de problemas. Lo que si me sorprende es la insistencia de algunos en querer crear una nueva grada joven. Es como querer tropezar en la misma piedra porque se le ha cogido cariño al golpe y a las heridas producidas en la caída.

Relaño es un experto en comerse lo que otros cocinan: la competencia en el quiosco, el enemigo encubierto o declarado, los aliados circunstanciales. Es el pícaro gordito del cuento infantil que nos contaban de pequeños para hacernos entender que el egoísmo no es rentable, por más que diera la impresión, al menos a mí, de que al menos rentaba una comida de gratis y sin dar ni chapa. El meñique fue a comprar los ingredientes al supermercado, el anular los guisó, el corazón puso la mesa, el índice le hechó la sal a la comida y  luego vino el gorderas de Relaño y se la comió. Así se le indigeste. O que le aproveche. Lo cierto es que me da lo mismo, no me preocupa. Lo que me importa es que se cree debate sobre los sustancial de lo que expone el artículo, sobre lo magro, porque en este tema hay mucha miga. Quizá sea por eso que le interese a Relaño, que le haya distraído momentáneamente de su ladina campaña en favor de Ribery para el Balón de Oro y de sus asuntillos habituals, porque con él tiene qué mojar en la salsa del chuletón. Espero que algo en claro se saque de todo esto. Espero, aunque sin mucha esperanza, valga la expresión. Bañarse vestido, como el sheriff Jean Paul Harrah en el Dorado, va a ser la única forma de no exhibir las partes pudendas al opinar sobre todo esto, porque aunque la policía del pensamiento nos haya obligado a refugiarnos en la cárcel del poblado para sobrellevar el acoso constante, ésta está más concurrida que el metro en hora punta. Hacen ver que nos desprecian pero en realidad no hacen otra cosa que pasear por nuestras TLs a ver de qué se "coscan".



Rescates de Twitter


1.- Si, Relaño es un malvado y su opinión no vale nada. Pero tengo curiosidad por saber la opinión del resto. A ver si para esto hay huevetes.

2.- Atizar a Casillas, Toril o Ramos protegido por el grupo es muy facilito. Sobre Ultra Sur ya un pelín más complicado.

3.- Repetir como loritos que Relaño es un indeseable que socorrido que es. Evita hablar del asunto. Esa es la aguerrida afición tuitera.

4.- ¿Es lícito que el RM pague en metálico o en especie a los que pueden ser ponerse violentos para que no lo sean?¿Es saludable?

5.- ¿Es lícito usar a los que pueden violentarse para difundir consignas publicitarias?¿A cambio de qué?

6.- ¿Queremos crear una grada joven para repetir el error? El madridista es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra.

7.- Sobre estas preguntas me gustaría leer opiniones. Sobre Relaño llevamos discutiendo dos o tres años y a los 5 minutos estábamos de acuerdo.

8.- En fin, a ver si me sorprendéis para bien, para variar.

9.- La libertad de expresión en Twitter sirve sobre todo para esperar a ver que escriben los "jefes" para sólo después opinar en consonancia.

10.- Relaño os señala la luna y os le quedáis mirando. Va a ser verdad lo del dedo que tanto repiten por aquí.

11.- Relaño, alias El Pulgar, el pícaro gordito que se comió el cluletón que asaron el meñique, el anular, el corazón y el índice.

jueves, 14 de noviembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (148) - Las pesetas del Real Madrid (3) - El escudo de Arverno


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El Real Madrid sigue sin licencia para techar el Santiago Bernabéu
J. L. Guerrero
Diario AS - 13/11/2013

Las obras del estadio del Real Madrid deberían haber comenzado ya el pasado verano. El gasto previsto del proyecto es de 400 millones de euros y la deuda del club, de 541. 

La maraña de la reforma del Santiago Bernabéu a día de hoy sólo tiene una lectura comprensible: el Madrid sigue sin licencia para techar el Bernabéu. La Agencia de Gestión de Licencia de Actividades (AGLA), la autoridad responsable de otorgar la concesión tanto de la Licencia de Construcción como la de Actividades al Real Madrid para llevar a cabo las obras en el estadio, no ha recibido ningún proyecto del club blanco. Así se lo ha hecho saber a este periódico la Plataforma Cívica Vecinos del Bernabéu, compuesta por 814 vecinos de la zona y creada en noviembre de 2011. Esta Asociación cuenta con el respaldo de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. "La modificación del Plan General llevada a cabo no permite ni el incremento del aforo del estadio ni su ampliación", prometió la regidora a los vecinos.

Esta promesa choca frontalmente con los intereses de Florentino Pérez, que estima el coste de la remodelación en unos 400 millones de euros (con 541 millones de euros de deuda en el club) sin que exista posibilidad legal de que el aforo aumente una localidad más de las que existen en la actualidad. Descartados mayores ingresos en taquilla, el presidente dejó caer que "a lo mejor el Santiago Bernabéu tiene algún apellido" para costear la "piel envolvente" del Bernabéu. "Es incierto lo que ha publicado algún medio de comunicación de que ya se cuenta con el permiso para el inicio de las obras", subrayan desde la Plataforma.

Las protestas de los vecinos han puesto en jaque este proyecto faraónico. El problema fundamental consiste en que el ganador del concurso internacional de arquitectura (que debería haberse dirimido antes del año 2012 para haber comenzado el pasado verano) debe cumplir una estricta normativa de Movilidad y Transporte, Incidencia Medioambiental y Medidas de Movilidad Sostenible. Florentino dijo el pasado 22 de septiembre: "Esperamos que en las próximas semanas podamos anunciar el proyecto seleccionado". Han pasado casi dos meses y todavía no hay ganador. Existen demasiados ojos pendientes de una modificación puntual del Plan General de Urbanismo que permite al Madrid construir un hotel de lujo y un centro comercial en La Castellana a cambio de cuatro terrenos en Carabanchel, convertir La Esquina del Bernabéu en una zona verde y 6,6 millones de euros. Un acuerdo recurrido en los juzgados por Ecologistas en Acción y por los herederos del Conde Maudes, en contra de lo que Florentino dijo a sus compromisarios.


El escudo de Arverno

Los habitantes del pueblo de Astérix, gente aguerrida y corajuda, solo le tenían miedo a una cosa, a que el cielo se les desplomase sobre sus cabezas. En el album "El escudo de Arverno", Goscinny nos relata la génesis del escudo del jefe Abraracoúrcix, ese sobre el que es portado de pie en todo momento, como corresponde a su dignidad de cabecilla supremo, por dos de sus guerreros más bravos, siempre uno mucho más bajo que el otro, en un gag visual del genial guionista francés, para provocarnos una sensación de inestabilidad que promueva nuestra risa. La risa es solo una sensación de desasosiego en el plexo solar que se contagia y se extiende a todo el cuerpo, en especial a la cara -o sé donde lo oí o leí tal explicación, o tal vez me lo acabe de inventar sin darme cuenta. Mi memoria está tan dotada para la fábula como la de Diego Torres-. Abraracoúrcix solo se siente seguro a resguardo de su escudo. Escudo que le afanó a Vercingetórix tras su derrota en Alesia. Seamos precisos con el dato, en realidad se lo robó a César, ya que para entonces, cuando cogió el souvenir histórico, el líder de los galos sublevados le había entregado sus armas al romano arrojándolas a sus pies. Quizá de una forma demasiado enérgica, para disgusto de los pinreles del tirano. Con aquel escudo tan poderoso, capaz de haber procurado un daño terriblemente humillante al dueño del mundo, que sufría la plaga de los juanetes, Abraracoúrcix logró ponerle una techumbre a sus supersticiones con la que poder protegerse de sus miedos, aunque se le suela ver en las viñetas de Uderzo siempre sobre él en vez de bajo él. Como dice la propaganda de Aquarius, el ser humano es extraordinario, genial en sus contradicciones. Aunque no deja de ser lógica su postura. La posición supra en vez de sub es la que le corresponde a su dignidad de cabecilla. Trata de imponerse a los suyos por la vía de los gestos, con una puesta en escena que promueva el asombro, como los señores cuasifeudales de la Italia del Renacimiento, que s hacían pintar con un boato y una magnificencia que en realidad se correspondía ni son lo repleta que estuviera su bolsa o la fuerza de sus ejércitos. Sus subordinados, a excepción de Astérix, son demasiado tarugos para entender lenguajes más sutiles, y tener los pies siempre a mayor altura que las cabezas de ellos ellos le hace sentirse más importante, preeminente, aparte de que mantiene protegidos sus juanetes.

A saber donde se procuró el Grupo PRISA el escudo que le protege de que el firmamento bancario se desplome sobre su pobre cabeza, sobre su paupérrima situación económica. Los números rojos le crecen en su cielo que amenaza continuamente tormenta, como un atardecer de verano con demasiadas nubes henchidas de lluvia. Una tormenta que nunca acaba de descargar, para frustración del madridismo tuitero. Aun con ello, o precisamente por eso mismo, hay algo en la atmósfera de sus cuarteles militares, en las redacciones de los medios que al componen, que les hace ser insolentes ante las adversidades. Una poción mágica tal vez que les hace invulnerables a los golpes económicos, al tiempo que les procura una fuerza extraordinaria para propinarlos en lo periodístico, que es lo suyo. Un decir. Una poción mágica que les prepara acaso el druida de turno que habita esa choza de La Castellana que es el Ministerio de Economía. Y da igual que la choza la habite en un momento dado el enemigo, por ejemplo Rodrigo Rato, siempre hay poción mágica financiera recién hecha en la marmita. De hecho, dicen las malas lenguas que Montoro ha aprovechado su tour homorístico por Cataluña para recoger muérdago en los robledales de la selva gerundense, ingrediente que quizá no sea el secreto de la mezcla, pero que desde luego le da buen sabor al brebaje.

Relaño, repartidor de menhires a domicilio -sus rocosos editoriales que desde la prehistoria viene escribiendo-, se cayó de pequeño en la marmita del druida y no necesita poción mágica para repartir cera a diestro y siniestro. No conviene dársela a beber porque sino acapara los romanos en las trifulcas y deja al resto de la gente de la plantilla del diario sin caras a las que propinar guantazos. Están locos estos madridistas, nos dice a diario Relaño, al gastarse el dinero a espuertas en fichar jugadores lisiados y en ponerle  puertas y techo al campo. Con la deuda que tienen. Y es curioso que a él le preocupen tanto las deudas de los demás y tan poco las propias. Mentalidad aldeana, sin duda, de quien ve alivio del mal propio en el mal ajeno. En sus correrías literarias, Relaño se hace escoltar siempre por dos de sus bravos, Forjanes y Castaño, de dispar estatura periodística. Se supone que el segundo es el espigado y el primero el meritorio que ha de estirar los brazos para mantener las manos con las que escribe al mismo nivel que las de su colega, y para que así el escudo sobre el que se yergue su jefe se mantenga horizontal y estable. Aunque no son pocas las veces que la cosa ha escorado y el escudo de Arverno haya terminado descabalgando al Abraracoúrcix de la redacción de AS. Como cuando lo del asunto del esparadrapo en la equipación de Ronaldo o en el acoso al hijo de Mourinho en su colegio. Sí, lo sé, estoy identificando a Relaño con más de un protagonista de la serie Ásterix, pero es que le sientan bien todas las caricaturas. Es un tipo agradecido como personaje, sobre todo cuando te dedicas sobre todo a escribir tontunas, como me pasa a mí. Algunos le verán más en el personaje de Ordenalfabétix, el pescadero -¿véis lo que os digo?, el ropaje de cualquier personaje de cómix se le ajusta como un guante-, por aquello de que solo vende mercancía maloliente o porque el diario que dirige no sirve ni para envolver besugos con argumentos de papel estraza. O en el bardo Asurantetúrix, siempre dispuesto a aguar el clima de fiesta en las celebraciones, con su perorata interminable, tristona y disonante. O, incluso, en el de Edaddepiedrix, el viejete que anda siempre persiguiendo a las mozas de buen ver de la aldea, y que salta para toconear en el aire, usando su bastón como palanca, cuando alcanza a alguna... Ah, no, perdón, que ese es Pedro Jota.



Pero no han sido los tebeos de Astérix los que me han venido a la cabeza, he de ser sincero, cuando he leído el escrito de J. L. Guerrero sobre la techumbre del Bernabéu, sino aquellos chistes de Mingote con pobres viviendo debajo de un puente, uno de sus clásicos más celebrados. El editorialista gráfico durante tantas décadas del ABC, tenía una enorme facilidad para crear arquetipos desde el humor que calaban rápido en sus lectores: los hombres de piedra, que parecían surgir de esos muros de granito tan habituales en los campos de Castilla del Norte, crecer a partir de ellos y nutruirse con la roca que no se conmueve con los tiempos que le toca vivir,. es decir, que permanece inmóvil en su postura preconcebida; el político Gundisalvo, una especie de ilustración de aquella famosa frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros"; Los matrimonios formados por cónyuges de tamaños muy dispares, con el varón totalmente sojuzgado por su ciclópea esposa; el náufrago tratando de lidiar con su soledad absoluta en una diminuta isla en la que apenas hay espacio para él y una palmera que ni siquiera da cocos; y los vagabundos, como los de las ilustración que inicia este artículo, que bien podrían estar asando una suela de zapato, al modo de Charlot, para espantar el hambre de Carpantas que los acucia, pero que pueden celebrar el tener un pez que comerse, que quizá encontraron envuelto en la sabana de un periódico deportivo.

Al paso que vamos, pensarán muchos lectores madridistas de AS, con las noticias del diario estos últimos meses, nos acabarán deshauciando de nuestra casa, subastando nuestros acreedores el pisazo de La Castellana que viene a ser el Bernie y el chalet con parcela en las afueras al que más o menos equivalen las instalaciones  de Valdebebas, y nos tendremos que mudar debajo de un puente. Si eso ocurriera, y va pareciendo inevitable al decir del señor Relaño, tendremos que vengarnos haciéndole escrache al tío Patinhas, a Floper, a don Florentino Pérez, el potentado que no se apiada de los pobres, que no rebaja el precio de las entradas y que se gasta los pocos dineros del depauperado tesoro madridista en cosas superfluas o contraproducentes, en sus caprichos o sus obsesiones, en jugadores que si corren que se las pelan por la banda es por el esfuerzo de los camilleros que le arrastran con celeridad hacia el quirófano, donde va a ser operado de forma inminente de la columna para evitar una grave invalidez permanente. Los dos pobres de la viñeta de Mongote hablan de altas finanzas como si no se dieran cuenta de la cantidad de remiendos que tienen sus ropas, de lo exiguo de su comida, de lo angosto de su vivienda. Eso mismo hace Floper, usar en las asambleas y en sus tournes por las teles un lenguaje florido que no es capaz de ocultar la pobreza extrema en la que nos movemos. Ríete tú de lo que diga la revista Forbes, que sabrán ellos de dineros y de pesetas. A día de hoy, nos dice J. L. Guerrero, en su artículo de AS, "el Madrid sigue sin licencia para techar el Bernabéu". Y uno en lo que primero piensa enseguida es que ya no hay posibles para poder sobornar a los munícipes, o que los canapés que se sirven en el antepalco de honor del estadio, donde se cuecen todos los negocios, dicen las malas lenguas, ya no son de Mallorca porque ha habido que recortar gastos en catering, y los estómagos de los invitados ya no están tan agradecidos, o que las azafatas ya no son tan del gusto de Pedro Jota y hay menos predisposición a la jarana y el contubernio. Pero no, solo se trata de que los responsables del Real Madrid aun no han presentado un proyecto definitivo a las instancias correspondientes, a la ventanilla encargada de decidir el asunto. Y el estadio sigue sin techumbre, lo que es pavoroso, porque cualquier día el cielo se desplomará sobre nuestras cabezas mientras estemos viendo un partido.

Y mientras la deuda es la que es, y ya es milagro que no haya aumentado más desde que nos la revelara As a toda portada. 541 millones y sumando, que nos vayan haciendo hueco debajo del puente. Porque el aforo no va a poder aumentarse en la remodelación, según promesa hecha por la alcaldesa, y los dineros prometidos por Florentino solo podrán procurarse vendiendo nuestro buen nombre. Somos pobres pero honrados y si hay que mudarse debajo del puente se hace el petate, pero la honra ha de quedar intacta. esto merece ya mismo un escrache contra el palco. El proyecto es faraónico, al decir del señor guerrero, y choca frontalmente contra las ordenanzas, el medio ambiente y no sé que movilidad ciudadana. Además, con Ecologistas en Acción hemos topado. Si aun fuera la Iglesia con una pedorreta bastaría para conjurar el peligro, o con fusilar el Sagrado Corazón con un pelotón de ultrasures. "No pierdas de vista el vencimiento de la deuda" dice el del sombrero gris al de la visera roja en la viñeta de Mingote, y al menos ellos están a resguardo, sin paredes que paren el frío viento de noviembre, pero con techumbre, la del arco del puente que los cobija, pero nosotros andamos sin techo en el estadio, porque aun no se ha presentado proyecto a la La Agencia de Gestión de Licencia de Actividades, que debe ser el organismo es la que se encarga de dar realojo a los pobres d los poblados de chabolas y esas cosas.

Me decía una amiga morinhista de Twitter -no crean, aun me quedan algunas, aunque no tantas como a Pedro Jota-, una de las muchas Marías que pueblan mi TL que una de las causas del mal del público del Bernabéu, que por lo visto anda enfermo y abúlico y no anima ni se anima, es la calefacción de la que está provistas todas las gradas. Esos radiadores tan potentes, que te calientan las mejillas a pesar de estar a varios metros de distancia, tienen a la gente tan a gusto en sus asientos que a nadie le apetece levantarse a dar voces. ya no es necesario calentarse dando palmas y armando barullo. El confort ha sumido en una agradable siesta al madridismo del estadio. Y tal vez no sea mal argumento. En vez de una grada joven puede que urja más una grada de indigentes plagada de tipos con coderas en los abrigos. El despertar del espíritu de Juanito que duerme el sueño de los justos en el Bernie tal vez pase por reclutar tropa debajo de los puentes. Donde dentro de poco es posible que demos con nuestros huesos si las finanzas siguen empeorando. Otra cosa es que en vez d animar a los de blanco o increpar al árbitro, la grada pobre se dedique a hacerle escrache a Florentino. Tampoco creo que a Relaño le importase mucho.

Estoy pensando que en este tebeo de humor que nos relata el director de ABC, aunque con textos muy técnicos y de corte muy económico en los bocadillos de los personajes, como en el chiste de Mingote, los madridistas somos en realidad los galos de la aldea de Astérix, rodeados por todas partes de campamentos militares romanos, por los medios de comunicación que nos son hostiles. Con un único temor, que la deuda se desplome sobre nuestras cabezas y el cinco, el cuatro o el uno nos descalabren -las cifras se veían muy grandotas y macizos en aquella portada de AS-. Entonces Relaño ha de ser necesariamente el César, aunque su corpachón apenas quepa en las enjutas carnes que Uderzo le dibuja al divino calvo. Son demasiados chuletones en su curriculum de periodista. Y si es es el caso, si llega la Décima, que él interpretará como una nueva derrota nuestra o, como mucho, como una victoria vergonzante del madridismo, como le pareció la consecución de la Octava, cuando Florentino deponga las armas a sus pies tras aceptar la derrota, que le arroje la techumbre del estadio a sus pies. No creo que haya juanetes, por muy vencedor que se sea, que sobrevivan a ese gesto. Que se ande el césar Alfredo con pies de plomo en lo sucesivo. Pienso hacerme un escudo con el techo del Bernie sobre el que organizarme una vida por encima de todos. Porque hollar el techo del Bernabéu debe ser lo más parecido a caminar sobre el cielo, a estar por encima de él, sin miedo por tanto a que se desplome sobre tu cabeza.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Tus cejas son prosa lírica

Tus cejas son prosa lírica

¿Que si me gustan tus cejas?... ¡Cómo agradezco esta pregunta! A ver como te lo explico para que lo entiendas.

Me gustas toda tú, lo que conozco y lo explorado, lo que alcanzo si me despliego cuanto puedo y lo que no abarco. Lo caudaloso y lo que fluye manso, lo doblegado y lo indomable, lo que es extremoso y lo que es razonable . Tus partes bizarras y tus partes pudorosas. Tus zonas guerreras y las que me hacen tan cobarde. Tus  ámbitos feraces y tus ámbitos desérticos, lo áspero y lo suave, lo terso y lo montañoso. Tu cuerpo es el país donde solo soy un refugiado, pero también ciudadano, siempre forastero aunque haya venido a quedarme. Besaría tu frente en señal de respeto tras cada retorno, cada vez que soy repatriado, pero también tus labios como un insolente. Me comería tus muslos con glotonería, habitaría entre ellos para alimentarme con tu savia, pero también tus cejas como quien se alimenta de las bayas del bosque. Intentaría conquistarle a fuego y sangre, sin prisioneros, tierra quemada tu piel tras avanzar por ella mis manos, pero también me rendiría pidiendo clemencia a la primera escaramuza con tus senos o tus nalgas. Solo pactaría con tus cejas un alto el fuego. Tus cejas son hermosas porque enfatizan la expresión de tu rostro calmado, enérgico, temible, adorable. Cejas negras, negrísimas, para un rostro que tantean la vida como una obsesión roja, en la boca carmín y las mejillas sonrosadas. Besar tus mejillas es como robar manzanas al árbol para morderlas. Tus cejas son los signos de puntuación para unas palabras mudas que cada vez que te miro mi corazón repite como un mantra. Tus cejas son caligrafía pero también arquitectura, sonido pero también forma, lo que subraya las dulces palabras de tu rostro, lo que me dices y lo que me escuchas cuando tanteamos esas frases que no necesitamos decirnos en el silencio restallante de los cuerpos desnudos.

¿Que si me gustan tus cejas? Te amo. ¿Te quedaba alguna duda? Tus cejas son prosa lírica. Espero que haya quedado demostrado.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (147) - La invasión de los ladrones de cuerpos

¿Cómo se atreven a llamar 'cono' a un jugador del Real Madrid?...

Álvaro Arbeloa, por fin de naranja...
Nicolás De Marco - @nicolasdemarco
http://www.goal.com - 4/11/2013

¿Cómo se atreven a llamar 'cono' a un jugador del Real Madrid?...

Se aguarda con expectativa la salida del Real al campo de la Juventus, luciendo la nueva equipación. En las redes sociales se han despachado a gusto con el lateral merengue

Que Álvaro Arbeloa no es el más dotado técnicamente con el balón no es una novedad. Que sus cualidades defensivas han comenzado a mermar en los últimos tiempos, tampoco. Lo cierto es que en la calle sus detractores llaman 'cono' al lateral del Real Madrid, y eso era algo injustificado pues ningún cono viste de blanco. Y mucho menos de azul o verde, las equipaciones alternativas que utilizaron en los últimos tiempos los merengues en sus presentaciones fuera de casa.

Pero el momento que varios estaban esperando llegó. O llegará en algunas horas, cuando el equipo de Carlo Ancelotti salte al terreno de juego de Turín para enfrentar a la Juventus por la cuarta jornada de la Champions League. De ser titular Arbeloa, el técnico italiano le regalará al mundo una imagen para el recuerdo. Una fotografía que se quedará para siempre en la retina de aquellos pequeños y crueles demonios que han asemejado al exLiverpool con aquella útil herramienta de la vía pública. Y es que el tachado de 'conoman' dejará de ser, por fin, parte del imaginario colectivo. Será una realidad, pues el Real Madrid vestirá de naranja ante la 'Vecchia Signora'.

En las redes sociales se frotan las manos y aguardan con muchísima expectativa la salida del Madrid al terreno de juego. Será único y rozará lo emotivo ese instante en el que las cámaras de la UEFA tomarán al defensa del conjunto capitalino con la equipación que, según buena parte de los internautas, mejor le sentará al internacional español. En algunas horas sabremos cuál es el hashtag utilizado por los tuiteros para hablar de este histórico suceso, un momento que quedará grabado en la memoria de todos: la noche que Arbeloa se vistió de Arbeloa.

Blatter en Oxford


La invasión de los ladrones de cuerpos

En la fábula filmada por Jack Arnold en 1956, en plena guerra fría, "La invasión de los ladrones de cuerpos", la pesadilla comenzaba con una sencilla propuesta, elemental pero imposible, solo factible en el universo de la Ciencia Ficción o de sus arrabales literarios, el terror y el Fantasy. Una mujer denunciaba a su vecino que su marido ya no era su marido, si no un desconocido, alguien con su mismo semblante, pero totalmente ajeno. Y primero era el marido y después el hijo y, finalmente, la mujer cesaba en sus quejas por que ya tampoco era ella misma. Rodada cuando la cruzada del senador McArthy estaba en su apogeo, con una lectura que no es clara en cuanto a si está a favor o no de la histeria colectiva en la que vivió sumida la sociedad norteamericana por aquellas fechas, en las que creía ver enemigos internos por todas partes, topos, espías y traidores -¿nos suena el escenario dramático a los madridistas? A mí bastante-, se considera a la película un producto lógico de la guerra fría que sostuvo el que se autodenominaba, con cierta inocencia naïf no exenta de soberbia, como "Mundo Libre" con el bloque soviético. Guerra que sería también fría la que sostiene el madridismo consigo mismo desde hace un año, o por ahí, si no estuviera actualmente más al rojo vivo -la lucha me refiero, el uniforme no pasa de naranja cono de tráfico-, que el culo de un mandril en época de celo.

Un día algunos creímos ver que Casillas ya no era san Iker, que ya no nos apetecía tomarnos una caña de san Miguel con él en cualquier tasca de barrio. Y fue justo tras verle palmarse la cara en pleno Ñú Camp, denunciando el enésimo atraco al Real Madrid en primerísimo plano de las cámaras de televisión. Al día siguiente la mitad de los avatares de Twitter tenían por imagen el gift de la escena, e Iker se cacheteaba sin cesar la mejilla, ad infinitum, de arriba abajo en el TL del madridista medio concienciado. Fue alcanzar aquel esplendor y súbitamente después, sin solución de continuidad, iniciarse la pesadilla. Fue el día que le vimos salir del campo abrazado y en buena compaña con el culé way of life de La Roja en pleno. Xavi, Casillas, Piqué y Busquets, eran los nuevos amigos de Casillas, y desde entonces vimos que su carácter se había atemperado, que nos traía un nuevo orden mundial, es decir, futbolístico, con una paz posible con el enemigo a costa de entregarse a ellos, ser ellos, dejar que ellos fueran nosotros, que se apoderaran de nuestros cuerpos y nuestras almas blancas. Desde entonces vivimos la pesadilla, y todos los días nos trae la misma "vaina", la de que algún otro nuevo jugador merengue ya no es quien era, si no un traidor que habría que quemar para evitar que la simiente de la especie extraterrestre invasora esparza su semilla por nuestros campos y jardines, por el césped del Bernabeu. Arde Twitter quemando ladrones de cuerpos desde entonces por doquier, como la Plaza Mayor de Madrid un día de auto de fe. Los fuegos son tantos que dicen los que ven las cosas con la debida perspectiva que desde el suelo de la Luna son solo visibles dos obras humanas: La Gran Muralla China y la lucha intestina del madridismo.

Aquellos polvos han traído estos lodos. Más bien los polvos levantados por tanta explosión atómica han traído este invierno nuclear en que vivimos inmersos, con una atmósfera tan cargada de materia en suspensión, de detritus flotante, que la luz del sol es incapaz de traspasar las nubes que sobrevuelan el Bernabeu y nieva de forma incesante sobre un verde que se quema por el hielo y se marchita. El madridismo, nosotros, somos la prueba fehaciente de que la tesis del doctor Carl Sagan y sus colegas de la universidad neoyorkina de Cornell era correcta, de que a una guerra nuclear no le sucede el rigor del infierno, un mundo calcinado por las llamas, sino un invierno perpetuo en que la vida perece por el frío. Porque soy cada vez más de la opinión de que los misiles de uno y otro lado hace tiempo que fueron lanzados desde los silos de Nevada y los submarinos desplegados en el Atlántico Norte, de que ya no hay remedio para el madridismo tuitero. Tendrá que venir una nueva generación de sentimiento merengue para que esto tenga remedio, totalmente distinta, con seres seguramente mutados, tal vez con superpoderes -quizá derivados de la exposición a la fuerza desatada del átomo, como en los tebeos Marvel-, algunos insospechados, asombrosos, como, por ejemplo, ser capaces de no fijarse en si un jugador es foráneo o canterano a la hora de valorarlo, o de si le escribió un tuit de despedida a Mourinho o le mandará Christmas al entrenador del Chelsea en estas inminentes Navidades. La guerra está servida y es contra nosotros mismos, contra el enemigo interno, contra los que ayer eran madridistas y ya no lo son, al decir de los acuñadores de carnets, que son otro diferentes, piperos que actúan como autómatas de los soviets, yihadistas que envainaron las espadas y ahora disfrutan con la paradas de Casillas porque simplemente suponen menos goles en contra.

Leo esta mañana a alguien proponiendo una quedada "Hashtahera", permítaseme el palabro, en el bar de borrachos, para tratar de imponer como Trending Topic la enésima petición de marcha de Iker Casillas, y me dan ganas de solicitar el comodín de la sensatez del público. Porque quizás existen días más adecuados para hacerlo, no uno después de cuajar el mostoleño una soberbia actuación en la Champions. Notable que no perfecta, porque si bien salva dos goles in extremis, uno puro fuego amigo de un transformado, en un tercer lance le saca las castañas del fuego el de las hamburguesas -ese al que el comité McDonalds le gusta señalar como el gordito de la clase, valga la paradoja-, y en el gol de Llorente probablemente pudo hacer más. El balón llegaba demasiado rápido y se avecinaba a esa tierra lejana y terrorífica tierra de nadie que para Casillas supone la linde de su área chica. Hizo amago de salir, pero enseguida trató de situarse correctamente bajo palos, su querencia casi irrenunciable. Prefiere morir junto a las tablas -de los listones en este caso, bajo ellos- como los toros mansos. El resto del fallo podemos atribuírselo a Varane, que sencillamente no tuvo su noche. dos goles en contra que bien pueden atribuírsele si se tiene la misma  sed de sangre que los anticasillistas o los antolopecistas. Se dejó "comer la tostada" por el veterano del Vietnam que ya es el nueve riojano. Criticar hoy a Casillas linda el ridículo, y no ya en su área chica, hablo incluso del área grande, de casi los aledaños del estadio, y es además contraproducente para el otro yerno predilecto del madridismo, esta vez de la bancada mourinhista. Si ayer hubo algún culpable de algo, que creo que no, fue el francés. Si empezamos a arrojarnos reproches los unos a los otros, piperos de los soviets y morinhistas del Mundo Libre, acabaremos embadurnados de crema como los personajes de cine mudo que acaban a tortazo limpio, pero con tortas de nata en vez de a puñetazos. El contacto físico es imposible en Twitter, aunque algún primavero no informado vaya con la bragueta bajada y tirándole los tejos, con poco éxito, gracias a Dios, a alguna célebre tuitera madridista de la tierra de Levante. No, hoy quizá sería el día ideal para hacer dormir el asunto Casillas, aunque sepamos que los ladrones de cuerpos se apoderan de nuestra alma durante el sueño. El ridículo puede ser brutal, y no todos los humoristas amateurs son tan ineptos, tienen tan poca bis cómica como Blatter, o este tipo, Nicolas de Marco, el que hace por lo visto los chistes en la web www.goal.com. Por lo que a mi respeta, es la primera noticia de este señor, y tiene pinta de que va a ser la última. El chiste del color de la tercera equipación del Real Madrid a costa de Arbeloa y su similitud con un cono de obra, ya era viejo hace meses, traerlo a colocación la víspera del partido en el estadio Comunale de Turín, en el campo de la Vequia Signora, estuvo sobrado de mala baba y corto de novedad y de gracia.

Vimos al máximo mandatario de la FIFA, monsieur Joseph, chiquitando en Oxford, un magno escenario digno quizá de más altas empresas, al menos menos ridículas, y más dr uno quiso hacerle lo que el protagonista de "La invasión de los ladrones de cuerpos" a la vaina gigante que encuentra una mañana en el invernadero de su casa. Kevin McCarthy -¿escogerían en el casting al actor sólo por el apellido? La coincidencia es ciertamente sugerente, juguetona-, Miles Bennell en la película, descubre al despertar una vaina extraterrestre en cuyo ápice empieza a formarse su propia cara y, lleno de horror, ensarta al ser en plena transformación en él mismo con una horquilla de esas para apilar heno - la américa rural, supongo, aunque se trate de un barrio residencial-. Quizá el mismo espanto que le embargue en esa escena sea el mismo que algunos yihadistas nos invade, nunca mejor dicho, cuando nos descubrimos editando algún tuit de crítica a Arbeloa, Diego López o al mismísimo yernísimo del mourinhismo, el JASP por excelencia de la plantilla, Varane. Tan joven, con tanto futuro, millonario ya. ¿Quien no lo querría para novio de su hija? Cierto que es algo morenito de piel, pero la campaña de la UEFA de "stop racism" ya nos va calando las conciencias. El bueno de Miles no volverá a dormir en la película tras ver el horror cara a cara, tras verse a si mismo en forma de vaina pipera gigantesca -¿Grefusa o Solano?, me pregunta alguien que otea mi escrito por encima de mi hombro mientras redacto. Pues no sé, no soy tan experto en la materia como los integrantes de la policía del pensamiento que "apatrulla" Twitter los días de partido-. El caso es que Blatter, madridista confeso, se nos debió transformar un día viendo un partido del Barça, que ciertamente es una actividad que induce al sueño, y ahora es un pipero que prefiere el tiqui-taca, el césped corto y húmedo, en la más pura ortodoxia de la erótica xaviniana, y a Messi como candidato ideal al Balón de Oro. Sus preferencias, sus burlas sobre todo, no eran de recibo en alguien con un cargo tan importante en el planeta fútbol, me replicaban cuando tuiteaba que había visto menosprecios mayores a jugadores madridistas en gente de la hinchada blanca, naranja algunas noches. Y contra eso cabe objetar poco, pero habría que dilucidar si nos duele que parodien a los nuestros, para tratar de contener, si la respuesta es sí, nuestras ansias de ridiculizar a los jugadores del Real Madrid. Ansias que cada vez veo más extendidas, que se propagan como la pólvora. Tenemos demasiados humoristas anti-madridistas en horario share como para encima contribuir de motu proprio a que aun sea mayor el esperpento. Cada mofa a Casillas, que supongo que todos querremos que levante la Décima, aunque sea jugando de forma espléndida en una hipotética final contra el Barça del Tata o el Bayern del amigo de Tito, pongo por caso, es otro ciudadano de Santa Mira, el pueblecito del señor Bennell, invadido en su ser interno por un ladrón de cuerpos, abducido por el piperismo  rampante en twitter, en detrimento de Diego López, que pierde apoyos a marchas forzadas, por las  mismas causa además por las que los perdió el santo que para con la mirada, al decir de los de la COPE: por la sobreprotección de sus partidarios y la inquina de los detractores con quien le disputa el puesto. Felicitémonos por tener dos grandes poteros, uno desde el año pasado, y el otro de vuelta tras dos años nefastos. En lo deportivo, en lo institucional la vuelta aun queda pendiente. Dejemos a un lado la psicosis de que nuestros jugadores ya no son quienes eran. Pepe de espíritu del Madrid pasó a ser en una sola noche en el Judas Iscariote en Los Hechos de los Apóstoles que redactan algunos blogueros los días de después de los encuentros, en los maitines, o en las vísperas a eso del cierre de la jornada. Marcelo de alegría de la huerta a causa de los enojos. Morata de promesa a juramento roto porque no estaba en la ortodoxia mourinhista que desdeña la cantera de oficio. Con Carvajal no cabe aducir transformación alguna porque, sencillamente, se le odió incluso antes de recalar en la plantilla, porque venía a discutirle el puesto a Arbeloa. Uno que muchos creen que jamás se transformará en pipero de los soviets, pero al que yo ví echar alguna que otra cabezada por su banda durante el partido de Liga contra el Sevilla, cuidado.



viernes, 1 de noviembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (146) - Una hoguera en la Luna

foton

Dudas y certezas de Xabi Alonso
Diego Torres
El país - Madrid - 31/10/2013

El jugador, que acaba contrato en 2014, está a la espera de que el Real Madrid le ofrezca una renovación que ve cada día más lejana tras el fichaje de Illarra

Carlo Ancelotti aparenta ser un hombre vacilante pero alberga pocas dudas. Después de pasarse medio verano entrenando con toda la plantilla del Madrid emitió un dictamen que todos sus interlocutores en el cuerpo técnico apuntaron de inmediato. Para el entrenador italiano el jugador más importante de todos era Xabi Alonso porque era el único que por sí mismo estaba capacitado para dotar de un orden al juego del equipo. Eso que Ancelotti, empleando un lenguaje manido, denomina “equilibrio”, eso que define una suerte de balance entre el ataque y la defensa, como si ambas actividades fueran impulsos independientes de un organismo colectivo que es preciso racionalizar, es exactamente la especialidad de Alonso.

Ancelotti tiene menos dudas respecto a Alonso de las que tiene el propio Alonso respecto a su situación en el club, y respecto al club en relación con Alonso. Ya lo repetía José Mourinho: en el Madrid todo es “política”. Precisamente Mourinho, que después de tres años de trabajo psicológico dejó pocos futbolistas en el Madrid que de verdad creyesen en él y uno de ellos fue Alonso. Tal vez porque pocos futbolistas en el mundo han aprendido a calcular mejor las derivadas políticas de sus actos en el club más político de todos. Casi nadie en Valdebebas se dio cuenta con tanto detalle lo que era preciso hacer para ganarse la consideración del poder, el aval de la propaganda oficial, y, por extensión, el apoyo casi unánime de una hinchada dividida. Alonso comprendió que debía estar junto a Mourinho aunque ello le llevara a enfrentarse a sus compañeros. Esa lealtad a la jerarquía le ha servido para que en el día de su regreso, tras cinco meses alejado de la competición por problemas físicos, la hinchada le aclamara con un furor difícil de ver últimamente. La clase de apoyo que Casillas y Ramos, sospechosos para sectores extremistas de la afición, han perdido en los últimos meses. La ovación del miércoles fue atronadora: “Alooooooonso, Alooooooonso…”

Ancelotti le considera el pilar del proyecto pero dicen en el vestuario que Alonso, hasta hace poco, no se lo ha terminado de creer. En el vestuario se tiene al italiano por un técnico “presidencialista”. Esto significa que, en caso de un conflicto de intereses con el presidente Florentino Pérez, acabará por plegarse a la estrategia de la cúpula directiva. Los jugadores observan que así como la dirigencia sustituyó a Özil por Isco bien podría sustituir, llegado el caso, a Alonso por Illarramendi. Más allá de lo que piense el técnico sobre el carácter fundamental de Alonso, la pregunta que muchos se hacen es lógica: ¿Qué tan fundamental es Alonso para Florentino Pérez? Estas consideraciones han embargado a Alonso en los últimos meses, según sus compañeros. El guipuzcoano acaba contrato en junio de 2014, se quedará libre para negociar con cualquier club a partir de enero, tiene buenas ofertas sobre la mesa y si sabe jugar sus cartas podría firmar un excelente contrato con 32 años. Como el Madrid no ha priorizado su renovación, al menos hasta ahora, Alonso ha optado por pensar en sí mismo antes que en nada. Mientras no reciba una oferta concreta del club, su objetivo sería marcharse libre, cobrar la prima de traspaso, y llegar al Mundial perfectamente a punto para despedirse a lo grande de la selección.

“Tenemos que darle minutos”, dijo el miércoles Ancelotti, cuando le preguntaron por el centrocampista vasco. “Alonso tiene muchas ganas de jugar y creo que está listo para hacerlo desde el principio. Se entrenó muy bien y ha hecho todo lo necesario para estar en una buena condición física. Sin embargo, creo que para él la condición física no es tan importante como para otros porque tiene unas cualidades excepcionales para comprender el juego. Por eso puede jugar aunque no esté al cien por cien”.

Ancelotti observa que Alonso no tiene una tipología precisamente atlética y podría costarle alcanzar su máximo nivel. Frente al Rayo considera que el medio centro podría ser cualquiera. Pero, puesto a imaginar los grandes partidos por venir, apostaría por Alonso antes que por Illarramendi, a quien juzga desatento para ciertas labores relacionadas con el “equilibrio”. Alonso, por su parte, salió encantado con el calor que le brindó el Bernabéu y aseguró en Canal+ que está listo para negociar. “Ahora”, dijo, “es el momento de empezar a hablar con el club de mi futuro. Mientras no estuviera bien no me sentía con ganas de hablar. Tengo muy buena comunicación con el club”.

Una hoguera en la Luna



Tiempo hacía que no leía a mi viejo amigo el novelista Torres. En otros tiempo, cuando militaba en La Yihad, cuando formaba parte de la guardia que custodiaba el muro, cada mañana barría la tierra de nadie con la mira telescópica de mi carabina para descubrir posibles enemigos reptando entre los cascotes, en el paisaje lunar que era (y sigue siendo) el periodismo deportivo español. Aunque imagino que la nieve se habrá derretido y habrá crecido la hierba entre los escombros, dando un aspecto más a escala de lo humano al territorio entre trincheras. En aquellos tiempos me sentía un "Centinela en el muro", y tras cada amanecer, tras apostarme con mi arma tras el PC buscaba francotiradores en el bando contrario. Alfredo Relaño y Diego Torres eran las dos piezas más codiciadas -no solo para mí, para cualquier miliciano enboscado-, tal como lo era el comandante König para Vasili Záitsev, o viceversa, aunque entonces teníamos más claro quien era el enemigo. Rezaba un dicho cuando yo hacía la mili: "Alerta centinela, el enemigo está dentro y no fuera", y tras más de 150 guardias militares doy fé de la sabiduría de estas palabras. Pero por muy enquistado que esté el peligro en la retaguardia, también acecha al otro lado del parapeto tras el que me cobijo del peligro, en el incierto territorio de las palabras de los diarios matutinos.

Ha cambiado el estilo d Diego Torre desde que no busco su silueta en mi mira. Diría que sí, pero tal vez sería una conclusión precipitada. Me alertó esta mañana @PseudoRMAD sobre su artículo de ayer jueves, vísperas enmascaradas de Haloween, y creí flipar un poco. La metáfora de reptar entre construcciones derruídas cobraba sentido, creía advertir intenciones más soterradas, más cerca del suelo para no ofrecer un blanco claro a los contrarios, menos explícitas que antes, a nuestro queridísimo enemigo Torres. Torres más altas han caído, pero para que lo haga esta tendría que derrumbarse bajo sus pies los cimientos bancarios del Grupo PRISA, que por lo que parecen deben ser de hormigón armado, como los rostros de algunos de sus periodistas en nómina, porque a pesar de que la ruína del negocio de tratar de crear cierto estado de opinión en la hinchada madridista desmuestra lo erróneo de su estrategia, el fuego graneado sigue proviniendo sobre todo de los diversos tenderetes franquiciados por este grupo editorial, en especial de AS. Con Torres ejerciendo de comandante König, utilizando como señuelo para atraer incautos hacia su tela de araña al mismísimo Xabi Alonso.

Xabi, lehendakari de ultras sur:

Si el artículo que encabeza el post es decididadamente sucio, más aun lo es el twit con que lo publicita en Twitter, cargado de malévolas intenciones y cobardía a parte iguales. Convengamos que el término Lehendakari aplicado a un vasco -en realidad navarro, por tolosarra, aunque criado futbolísticamente en Donosti, ciudad en la que, precísamente, el uso del término es menos inocente- para ser escuchado en Madrid, sede social del madridismo, donde más siniestro suena -los lenhendakaris eran esos señores que en mi adolescencia, cuando explotaba un bomba que se llevaba por delante a una docena de guardias civiles, número arriba, número abajo, salían por la tele a denunciar las torturas de presos políticos en las cárceles- está cargado de malicia, más aun si se mezcla con el término Ultra Sur, formación nutrida en sus tiempos más bizarros por perseguidores espontáneos, para apalizarlos, de simpatizantes de etarras y otras raleas del izquierdismo más radical. No, no es Lehendakari un término que pueda reprocharse, en especial si nos vestimos con las mejores galas de lo políticamente correcto, pero sí que está cargado de malicia, como el término Ultra Sur, que tiene peor defensa. Mezclados forman un cóctel difícil de tragar, una de esas mezclas explosivas que no deben ensayarse en los laboratorios de química cerca del quemador de gas. Mejor sería no acercar las manos siquiera a este tuit, no vaya a ser que me quede sin dedos al teclear esto que escribo. Pero sigo siendo un centinela, lo quiera o no. El madridismo es algo de lo que no se abjura. Puede llevarte por caminos equivocados, doy fé de ello, pero es una senda que una vez que se inicia no se abandona, te lleve a donde te lleve, y las palabras de Diego Torres, el novelista, merecen una respuesta. Rasparlascon una rasqueta para despegarlas de la sartén en que han sido cocinadas y tirarlas a la basura, a la bolsa negra para detritus orgánicos y basuras. Sigo pensando que "Todos estamos invitados", no cabe la indiferencia, tan culpables, o más, son los que hacen oídos sordos a las tesis de nuestros enemigos y fingen no conocerlas como quienes le dan su apoyo explícito.

En algo si que acierta el señor Torres en su artículo, Xabi Alonso cuenta con "el apoyo casi unánime de una hinchada dividida". Eso es bien cierto. Ni un pero desde cualquiera de las facciones madridistas, que los que tienen más vocación de esquematizar clasifican simplemente en Casillistas/piperos y yihadistas/mourinhistas. Al menos peros extra-futbolísticos, porque a su juego si se los han puesto, o a su estado de forma en momentos puntuales. Pero el respeto por Alonso, como dice Torres, es unánime, aunque lo quiera teñir del color de la sospecha y conferirle un sabor acre a lo que podría ser un punto de entendimiento con el que poder reiniciar el madridismo si lográramos apagarlo entre todos para parar tanto despropósito. No, el respeto no se debe a un desempeño político de sus tareas por parte del tolosarra, mucho menos a una traición a sus compañeros, ni al servilismo con su anterior entrenador. Arbeloa, también mourinhista confeso, vive una situación más tormentosa, en mitad de un incendio que amenaza con achicharrarle, iniciado en los papeles d los periódicos, que tan bien arden, y que ahora se propaga a las gradas. Pero la diferencia entre uno y otro es la discreción del navarro, frente a la militancia expresa del madrileño. A Arbeloa no le perdonan que diga lo que piensa, aunque la mayoría de sus declaraciones sean irreprochable, a veces puro desempeño de una capitanía que, a menudo, parece completamente huérfana, el propio Casillas ha reconocido su dejación de funciones. Pero Alonso es discreto, apenas habla, casi nunca interviene, al menos de puertas hacia afuera del vestuario, razón por la que, aunque dotado para el puesto, quizá con todas las cualidades óptimas para ello, jamás podría ser capitán del Real Madrid. De serlo probablemente perdería buena parte de su ascendente sobre la hinchada, esa situación de privilegio en lo moral que no en lo futbolístico que tanto irrita a Diego Torres. Quizás hable el rencor de la envidía, cualquiera sabe. Quizás el periodista argentino esperase un reconocimiento en el madridismo a su cruzada de encargo contra los mandatarios del club iniciada hace años y que continua tras la marcha de Mourinho con nuevos objetivos estratégicos. Florentino Pérez, Ancelotti y Alonso. ¿Y por qué Alonso? Tal vez porque es un muro de carga en el que se apoya la esperanza del madridismo en el futuro, derribarlo causaría estragos en la estructura del proyecto, el deportivo y el administrativo, y habría que volver a edificar con el solar vacío, quizá ya con la intervención decidida y aceptada de los arquitecto del Grupo PRISA.

Coincido con la interpretación, pura ficción por otra parte, no lo olvidemos, que Diego Torres hace de los pensamientos de Ancelotti: "Para el entrenador italiano el jugador más importante de todos era Xabi Alonso porque era el único que por sí mismo estaba capacitado para dotar de un orden al juego del equipo". a Alonso le recuerdo  haciéndole innumerables coberturas y relevos a Marcelo, por ejemplo, logrando que el brasileño brillara con esplendor en ataque durante los fastos futbolísticos de hace dos años, cuando el Real Madrid de Mourinho deslumbraba a todos, salvo a los que quisieron ponerse anteojeras para poder seguir ejerciendo desleal oposición. Alonso ha sido el centro de gravedad del equipo en los últimos años. Si su trabajo es circunscribía sobre todo a la defensa era porque el equipo estaba siendo dominado por el contrario, si se veía desbordado también lo era el colectivo, y si le veíamos frecuentar la frontal del área rival, poner las plantas de los pies en campo contrario, sabíamos que era casi el preludio de una fiesta de goles. Alonso es un jugador netamente defensivo, un retén de reserva para acudir a donde la lucha es más encarnizada. Lo mismo que Khedira es una reserva móvil, que puede operar tanto en defensa como en ataque -más en lo primero, aunque Ancelotti le esté queriendo dar más protagonismo en la construcción del juego, para lograra las prestaciones que le da a su selección nacional-, también lo es Alonso, aunque su radio de acción es mucho más limitado. Solo cuando el equipo está muy volcado en ataque, cuando domina los partidos, es cuando podemos ver sus pases en vertical en los desmarques que proponen los delanteros. Pero en un partido más igualado serán otros los recursos: la precisión en el pase en el arranque de las jugadas, los cambios de juego, reorientando la dirección del juego de una a otra banda con pases asombrosos que sobrevuelan todo el ancho del campo, o lo recorren en longitud. Alonso es un centro de gravedad en equilibrio estable, como dice Torres que dice su entorno de trabajo que dice Ancelotti. Lo que hemos encontrado con él, lo que nos da en el césped, es quizá insustituible, mucho más importante que lo que nos podría dar delante de los micrófonos, al menos esa es mi opinión. Alonso parece carecer d amistades peligrosas, como Ramos y Casillas, y también, aunque en menor grado -menos estridentes, circunscritas a ámbitos más reducidos, a Twitter sobre todo- Arbeloa.

A Torres parece dolerle esa imagen inmaculada de Alonso, lograda aplicando a su comportamiento la misma seriedad y discreción que aplica en el juego. Sabemos o, mejor dicho, intuímos como Torres, las querencias y la postura de Alonso en cada debate que se plantea, pero es raro que tengamos confirmación de las mismas, y es bueno que sea así. Pero a Torres, dada su vocación de pocero, le duele tanta pulcritud y trata de encontrar inmundicia en lo que brilla como los chorros del oro. Confunde la pulcritud con una fosa séptica, quizá por que mira hacia su interior más que hacia afuera, hacia aquello de lo que habla, analiza y califica. Como politiqueo califica su proceder en el club. "[...] pocos futbolistas en el mundo han aprendido a calcular mejor las derivadas políticas de sus actos en el club más político de todos", afirma de Alonso. La lealtad al líder, Mourinho, se supone que hipócrita, mercenaria, interesada, porque si no no sería politiqueo, entiendo, le habría rendido provechosos frutos en la forma de "la consideración del poder, el aval de la propaganda oficial" y la dulce y jugosa guinda "el día de su regreso, tras cinco meses alejado de la competición por problemas físicos" de que "la hinchada le aclamara con un furor difícil de ver últimamente". Su Torres utiliza la expresión "aval del poder" como eufemismo del sentir de presidente, Alonso no debe ser tan buen político como nos quiere hacer creer porque más adelante nos informa de las dudas que el futbolista y el madridismo en general albergan sobre el interés del presidente por la renovación del tolosarra. En la duda el jugador habría ido a  lo suyo, a buscar alternativas, contratos con otros clubs pudiendo contar con al prima por traspaso al llegar con la carta de libertad en la mano - ¿Quizá al Chelsea, señor Torres? Cuanto morbo- y a escalonar su puesta a punto para llegar fresco y en óptima forma al mundial de Brasil. Es decir, las pesetas antes que la lealtad, que para el caso es fingida,  y la ambición personal antes que los intereses del grupo del que forma parte. Don Diego tiene valor, como aquel personaje del cómic de la infancia de nuestros padres -bueno, de la de los míos y de la de vuestros abuelos-.

Tras el partido contra el Sevilla del pasado miércoles, el del pastel con 10 goles y la guinda de su ovación al empezar a calentar en la banda y al ingresar en el terreno de juego, ésta última atronadora, Alonso anunció que una vez en activo, superada su lesión, había llegado el momento de hablar con el club sobre su futuro. A Diego Torres le podrá parecer puro postureo sus declaraciones, politiqueo interesado pero, siendo postura forzada o natural, la que el tolosarra adquiere sin pensar cuando reflexiona sobre las cosas que le incumben, es desde luego también la correcta, esta sí poco habitual en los profesionales del fútbol. En los tiempos, a veces mitificados, de Bernabeu, los jugadores que se lesionaban eran renovados de forma automática por un año si la renovación estaba pendiente. Posponer las conversaciones ha sido un riesgo sin ninguna duda. Con 32 años ya, la necesidad de buscar un recambio a Alonso sucederá más pronto que tarde. A ello ya se ha puesto el club con el fichaje de Illarramendi. jugador casi mimético en apariencia, y cuya valía y capacidad para rendir al nivel de Alonso en los aparatados del juego en que el tolosarra es más efectivo dejo para los expertos. Los que se autotitulan como tales suelen afirmar que nadie se le parece tanto vestido de corto, y me lo creo. El Real Madrid tiene ya su sustituto, pero prefiere que el cambio de guardia sea progresivo, no traumático. Esa es la intuición que tenemos todos. Salvo el Xabi Alonso de ficción del Comic de Diego Valor que publica por entregas El País, que cavila dubitativo su futuro y calcula sus posibilidades con mentalidad de contable y corazón de ególatra.

El señor Torres solo siembra en este artículo intuiciones, rumores, ideas nacidas de su fantasía para que crezcan poco a poco en artículos posteriores y poder cosecharlos en forma de bulos y mentiras la víspera de un encuentro grande. Ese es su estilo. Ya me estoy imaginando lo que podrá decir algún día si le conviene:

1) "Sus compañeros de vestuario ven estos días a Illarra más callado de lo habitual, lo ven murmurar por lo bajo, quejoso, poco atento en los entrenamientos, y probablemente la razón sea la marginación que sufre por parte de Ancelotti, que tiene órdenes de  arriba de dar prioridad en las alineaciones a Alonso para agilizar las negociaciones para su renovación".

2) "Un ayudante de Ancelotti se sorprendió al escuchar sin querer a Alonso una conversación telefónica y oir claramente pronunciar al Tolosarra el nombre Xosé. Quizá por eso se le haya visto últimamente, al decir de sus compañeros, desinteresado por los entrenamientos, porque se ve pronto lejos de Valdebebas".

3) "Los ayudantes de Ancelotti, incluido su yerno, que fue rápido a chivarse a su mujer, no hay secretos entre quienes comparten cama, ven estos días taciturno a su jefe, desinteresado por dirigir los entrenamiento, más callado de lo habitual, delegando la tarea de impartir órdenes a su segundo, el locuaz y autoritario Zidane. Quizá su estado de ánimo se deba a que se le vió discutir con Florentino Pérez hace poco. Las voces se oían a un kilómetro a la redonda del Santiago Bernabéu. Carlo trataba de convencer a su presidente de la necesidad de renovar a Alonso y el otro le respondía que se contentara con Illarra, que había que ahorrar para el galáctico  a fichar el día del cierre del mercado del próximo verano"

No, no es difícil imitar el estilo literario de Diego Valor. Ciencia Ficción de clase B, novelillas gráficas a imitación de las de Flash Gordon, con dulces damiselas que buscan la protección de formidos astronáutas que se desinteresan de los entrrnamientos al verlas combreando las caderas por los calles de Puerto Marte. Hasta es posible que los tres argumentos que esbozo se concreten en  los correspondientes artículos novelados, todos ellos, aun contando con líneas argumentales secundarias que se contradicen unas con otras. Son muchos los mundos que recorrer en compañía de la morena que imita de forma torpe los gestos de Dale Arden en la portada del tebeo. Una morena que quizá se llame Fantasy y sea princesa dl Planeta Mongo. La mies de la mentira es mucha y mucha será por tanto la siega. Hay que sembrar para cosechar, lo dice hasta la Biblia. No, no me refiero a la página de editoriales de El País si no a la que puede encontrarse en el cajón de la mesita de noche de cualquier hotel decente de los EE.UU., como dice la leyenda urbana. Hay "Una fogata en la Luna", reza el título de la aventura de Diego Valor, y me barrunto que se trata de la quema de los rastrojos de la última cosecha de mentiras, tras trillar y separar el grano de la paja. Y ya sabemos que en la luna no hay atmósfera y, por tanto, no es posible el fuego, pero Diego Valor cuenta con la complicidad de sus lectores, para que se crean los mundos imaginarios que les describe en sus textos. Tampoco Jodorowsky se atenía a lo científicamente plausible cuando le escribía los argumentos a Moebius, tampoco nos pongamos tiquismiquis. Que valor tienes, Diego, que grande es el pistolón de rayos desintegradores que blandes -seguro que fue con él con el que mandaste a Mourinho a la Premier- y que mona es la morena que agarras por la cintura. ¿No será la hermana de Juanma Castaño? Venga, lo dejo, que ésto se va de las manos. No, la morena no, este articulillo.