miércoles, 22 de agosto de 2018

Rescates de Twitter (29) - La España Vacía

La España Vacía

1.- Las pocas veces que he visto el programa de Iker Jiménez, y he asistido atónito a las historias de viajeros en tránsito por la nada y espectadores de extraños prodigios, siempre me he preguntado cómo es que a mí nunca me abdujeron los extraterrestres.

2.- Ciertamente, he estado en algunos de los parajes más despoblados del planeta que, sorprendentemente no están ni en Mongolia o Australia sino aquí mismo. Lo tengo dicho hasta la saciedad: La cara oculta de la Luna es un desierto abrasado por el frío del vacío en pleno Teruel.

3.- Lugares donde el ser humano deja de tener sentido como componente del paisaje y la civilización se bate en retirada de forma desordenada, previendo el colapso definitivo del futuro y del progreso.

4.- El despoblamiento de España es uno de los temas de los que acabó charlando con quien conozco en cuanto cojo confianza. Después de anegar los ojos con tanto vacío humano durante años de viajes apetece purgarlos con un chorro de palabras dirigido hacia el primero que atiende.

5.- Generalmente no me escuchan, pero la última vez alguien incluso me recomendó un libro: “La España vacía. Viaje por un país que nunca fue”, de un tal Sergio del Molino, en la colección Noema de la Editorial Turner. La semana pasada lo pillé en la biblioteca.

6.- Soy de la opinión de que cualquier tema es interesante si quien lo explica sabe hacerlo de forma amena y transmitiendo su pasión. Muchas horas recorriendo rincones de España donde la radio del coche solo sintoniza a lo sumo un par de canales de Radio Nacional lo corroboran.

7.- Una de las horas más entretenidas de mi vida quizá fue aquella en que recorrí Los Monegros mientras escuchaba a un tipo disertar sobre la caza de colmenas y las pautas migratorias de los enjambres. Daban ganas de aterrizar en la cinegética sin hacer parada previa en la apicultura.

8.- Del libro de Del Molino, que me ha enganchado desde el primer párrafo, la primera frase que ha capturado por completo mi capacidad emotiva es una que reza así: “Madrid sería un agujero negro en torno al que orbita un gran vacío”.

9.- Es lo que en Cosmología denominan un gran atractor. Todas las galaxias poseen uno en su centro geométrico para poder articular su giro sin disgregarse. El esqueleto de la materia es el vacío, esa es la gran paradoja del Universo. Pero esa es otra historia.

10.- De lo que quizá no haya oído hablar del Molino es de la radiación de Hawking. Fue una idea que se le ocurrió a Stephen una mañana mientras su enfermera le ayudaba a vestirse. Un tiempo de espera que aprovechaba para viajar a los lugares más recónditos de su mente.

11.- La radiación de Hawking es un proceso mediante el cual un agujero negro pierde materia, de forma tenue pero constante. El mérito de la teoría es que aunó por primera vez el paradigma de Einstein con el de la Mecánica Cuántica. Y todo mientras le abotonaban una camisa.

12.- Y el símil con mi ciudad sigue funcionando, porque si bien es verdad que Madrid lleva 5 siglos deglutiendo la población de su entorno más o menos inmediato, a ese flujo entrante se opone otro de signo contrario.

13.- Hilachos apenas. La tasa sigue siendo muy a favor de la panza de Gargantúa. Pero suficiente para que sucedan sucesos inexplicables. Uno puede encontrar a un madrileño en el lugar y en el momento más inesperados.

14.- Hay hasta un programa de televisión que va sobre eso: “Madrileños por el mundo”. Un montón de cadenas de televisión, hasta RM TV, le han copiado a Telemadrid el formato. El estribillo es pegadizo y parece que hace patria. O la exporta. A saber.

15.- ¿Quién suele charlar con la persona sentada a su lado en el metro? Pues doy fe de que si el vagón viene vacío desde el principio del trayecto la conversación será inevitable por deseable para cualquier viajero.

16.- Fue en un paraje cuyo nombre ahora no recuerdo. Sí que estaba en el entorno del Guadiana y en algún punto a uno u otro lado de la divisoria entre Ciudad Real y Badajoz.

17.- Quien haya viajado un poco sabe que por más que se llene el mapa de puestos fronterizos y aduanas no existen las fronteras sino comarcas híbridas que separan regiones que solo son netamente diferentes en sus extremos más alejados.

18.- Si vi por aquellos pagos rebaños de merinas fue en el lado castellano. Se apretujaban a la sombra de los alcornoques para huir del tedio del verano con más fresca que les era posible.

19.- Solo ellas tenían la compañía de sus congéneres. Ni un solo ser humano había visto en todo el día desde la última vez que había repostado en una gasolinera el todo terreno.

20.- Viajaba por la Ruta del Guadiana, una senda de largo recorrido que discurre a la vera del río y, como el caudal de éste, su traza a veces se desvanece para reaparecer dos o tres tramos más adelante.

21.- Llevaba tiempo conduciendo por una trocha que discurría entre encinas, quejigos y resto de la parentela de los robles. Que estaba cerca el ocaso lo pregonaban las sombras excesivamente estilizadas de las copas.

22.- Había una manada, ¿o se dice rebaño?, de gamos al otro lado de la talanquera de madera que delimitaba el camino en cierta hondonada. Paré el todoterreno lo más cerca que pude de la orilla y baje por completo el vidrio de la ventanilla del conductor.


23.- Supongo que todo el mundo lo sabe: Los animales no saben lo que es un coche, aún no han tenido tiempo de analizarlos en detalle para extraer conclusiones acerca de su naturaleza. Las más de las veces sienten más curiosidad que miedo cuando los tienen cerca.

24.- Y si no, una cómoda indiferencia. Cómoda para quien pretenda espiarlos de cerca. Tenía ante mis ojos una reunión social de alrededor de dos o tres decenas de gamos y, aunque estaba próximo a su perímetro, no había atisbo alguno de que fuera a disolverse por mi llegada.

25.- Lo recordaré todo la vida. Los machos brincaban por turnos entre las hembras para pavonearse y exhibir sus dotes atléticas. Parecían bailarines de ballet clásico ejecutando gimnásticas piruetas para no tener que dormir solos durante la noche que se aproximaba.

26.- Eran diagonales de gimnasia artística en el aparato de suelo. La muchachada femenina masticaba bellotas mientras miraba atónita a los tres contendientes que se iban rotando en sus intervenciones, imagino que para escoger al que se aproximara más al diez en ejecución.

27.- Desde mi asiento de primera fila los tres en la liza me parecieron igual de osados, elegantes y majestuosos, igual de merecedores del oro que Li Ning en las Olimpiadas de Los Ángeles.

28.- ¿Estaba ocurriendo aquello realmente ante mis ojos? El bosque tiene secretos, y algunos de ellos los desvela en el momento del ocaso. Trataba de responderme cuando en el campo de visión del retrovisor se materializó otro todo terreno.

29.- Aparcó justo tras de mí. Tenía distintivos en los costados. ¿Qué delito podía haber cometido? Es lo primero que pensó mi conciencia culpable. La magia nunca es gratis. Robarle un instante a la eternidad siempre se anota en la columna del debe del karma.

30.- El conductor bajó por la puerta del pasajero, aunque para ello tuvo que atravesar de parte a parte el vehículo. Quería su cobertura. Yo por mi parte debí estar más listo, pero me apeé por mi puerta y acto seguido la reunión social de ungulados se disolvió en un periquete.

31.- - Tranquilo –me dijo- ya volverán a reunirse en otro claro del bosque. A mi más o menos me conocen. Es a ti a quien no ponen cara -Lo cierto es que tampoco había sido una estampida en plena redada policial, más bien una quedada que se disuelve por culpa de un pesado impertinente.

32.- ¿Cuáles son las posibilidades de encontrarte con un compatriota en el otro extremo del mundo, por ejemplo en la orla del Parque Regional de Cabañeros? Si tu patria es Madrid confirmo que muy elevadas, sea cual sea el lugar elegido para dirimir la apuesta.

33.- Una vez me topé en Katmandú con uno, y aunque sé que Nepal no es tan recóndito como Castilla, la anécdota sirve de indicio de que mi afirmación es cierta. Y si aquella vez fue un té, también he compartido castizas cañas en Soria, Palencia y buena parte de los desiertos del mundo.

34.- Charlar mientras el sol se zambulle en la fronda del bosque con alguien con el que hay tanta afinidad inesperada: misma procedencia, misma carrera universitaria, misma tolerancia a la soledad, mismas ganas de ahogarla en palabras cuando la situación lo propicia

35.- Envidié por un momento su lugar en el mundo. Asistir a solas todos los ocasos al esplendor en la hierba de los gamos adolescentes. Pero en aquellos tiempos prefería mi profesión itinerante, no atarme a ningún sitio, poder partir para ver lo que hay más allá de la siguiente colina.

36.- Pero de los extraterrestres que abducen a conductores solitarios ni rastro. Y mira que he vadeado colinas. Tampoco fenómenos extraños. Alguno meteorológico quizá. Alguna granizada de proporciones bíblicas. Casi siempre en Guadalajara, no sé por qué.






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