jueves, 26 de septiembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (140) -Thirty Minutes over Tokyo



Thirty Minutes over Tokyo

La anécdota es de sobras conocida, bien que se encargó de ello la propaganda, y se relata en la película "Treinta minutos sobre Tokio -Uso para el título del escrito el nombre original del film solo para "tirarme el pisto"-, de Mervyn LeRoy, uno de los grandes, aunque ahora apenas se le recuerde, y menos aun se le programe en los pases de cine de televisión. El presidente Roosevelt, tras saber del desastre de Pearl Harbor y calibrar su posible repercusión en la moral de su gente, la que le había tocado gobernar en la tómbola de las elecciones, reunió a su estado mayor y les pidió, les exigió con cajas destempladas según las versiones que nos ha dado el cine -en una de ellas se le levanta de la silla de ruedas incluso, de su fiel compañera desde su infancia, en un arranque de ira-, que le dieran una alternativa viable para devolver el golpe a los "japos", para que el emperador en palacio, los samurais en los cuarteles y la gente de a pie en sus casitas de papel con tatamis en vez de parquet encerados, sintieran retumbar el suelo que les sustentase bajo los pies. Y la mejor idea, la más audaz también, se la dio el coronel Doolittle: Bombardear la capital del imperio del sol naciente. ¿Cuanto tiempo? Pues treinta minutos nada más, pero el caso era bombardear, todo lo que se pudiera durante el tiempo disponible. Eso le debió decir el coronel al presidente y a éste le gustó la propuesta, ya que decidió llevarla a cabo y ascendió al promotor de la idea a general de brigada y le otorgó la medalla de Honor del Congreso tras completarse la empresa con éxito. También al país, ya que Doolitle acabó siendo enterrado en el cementerio de Arlington. Y, por supuesto al cine, que nos ha bombardeado en las décadas disponibles desde el fin de la Segunda Guerra Mundial con films relativos al asunto. Hasta hay un episodio de Los Simpson que lo alude de refilón y usa el nombre de la peli de LeRoy para el título. En inglés también, que Matt Groening "se tira el pisto" incluso más que yo.

Hace tanto que no he visto la película de leRoy que hasta me he sorprendido al ver a Robert Mitchum en el cartel. Van Johson como que me pega más. Y de Spencer Tracy claro que me acordaba, su papel en esta película es uno de los iconos del cine, al menos para los americanos, al encarnar la figura madura, digna y firme de de uno de los sobrinos predilectos del Tío Sam en unas horas bajas para la nación. Aquella media hora escasa representó mucho para un país que vivía atemorizado pensando en una posible incursión en sus costas de la flota japonesa. Spielberg reflejó ese estado de histeria colectiva en su película "1941". Doolitle calculó la autonomía de los bombarderos B-25 y del portaaviones USS Hornet que debía lanzarlos al teatro de operaciones -Sí, me estoy volviendo a "tirar el pisto" usando términos de puro #postureo-, y calculó que dispondrían de 30 para hacerse oir en Tokio por Hirohito y sus súbditos. El problema era que los aviones no tendrían combustible para regresar, que los aviones tendrían que seguir el rumbo y las tripulaciones tratar de "buscarse las habichuelas" en China. El cine más que un problema vió en ello un filón para mezclar la épica con el melodrama. Sucesivas generaciones de actores han encarnado la gesta. Bien  conocida, por programarse machaconamente en las teles y por el cúmulo de "guaperas" en el reparto, es la versión del lance del director Michael Bay y el productor Jerry Bruckheimer: "Pearl Harbor". Doolitle es aquí uno de los hermanos Baldwin, creo recordar que el mayor de la saga. Y al compararlo con Tracy, el coronel en la  versión de LeRoy, nos da pistas acerca de como han cambiado los gustos en etos años que medin d una a otra, casi medio siglo. Tracy, su efigie, subraya la voluntad y la salvaguardia de la dignidad en momentos de zozobra. Baldwin es simplemente un macho alfa ya algo entrado en años. Al final Hartnett y Afleck le dejan sin hembras en la función. También es verdad que apenas hay una y está demasiado solicitada: la insulsa pero muy carnal Kate Beckinsale. Carne bien esculpida pero fría, más propicia para componer a vampiras de combate que a novias de aviadores en misiones suicidas.

A Mou le ordenaron que bombardeara el Nou Camp durante 90 minutos y la manada de ñus, ciertamente, sintió retumbar el suelo de la sabana bajo sus pezuñas. Aquel gol de Cristiano cuando el partido se cerraba cayó como una bomba H sobre las redes de la portería de Valdés. Ronaldo fue nuestro Enola Gay en el aquel clásico en que se ganó una liga. Mou el diseñador de la misión suicida: locos contrataques lanzados desde campo propio que hacían prácticamente imposible el retorno, el repliegue tras sobrevolar el área del enemigo. No le condecoramos, es cierto -la prensa sí, con insultos, y reservándole un hueco en su cementerio particular de atrocidades-, pero se ha convertido en perfecto icono del madridismo, con su pelo blanco, como el de la imagen de Spencer Tracy que nos devuelve la memoria cuando le recordamos. 90 minutos durante los cuales el enemigo sintió el mismo temor que nosotros sentimos durante años, tras ese 2 a 6 que fue nuestro Pearl Harbor. Pudo ser peor, como el de los americanos, que les pillo con los portaviones fuera de puerto, de patrulla nadie sabe muy bien por qué. Es un misterio en el que algunos le ven las orejas a la teoría de la conspiración. Nosotros pudimos no encontrar a nuestro Roosevelt y nuestro coronel Doolitle y tener que soportar que los pastos los acaparasen los ñus eternamente. Se da la paradoja de que Mou encarna al mismo tiempo las dos versiones esbozadas de Doolitle, representa al macho alfa de la manada, temperamental, acaparador de liderazgo, pero también la dignidad y la templanza necesarias, imprescindibles para que sobreviva el honor cuando se viene de la derrota sin paliativos. Vale, que sí, que le metió un dedo en el ojo a Tito, no lo niego. Y hasta al Tata y el toto de Shakira también si se hubieran puesto igual de farrucos la babysitter de Messsi y el  Pique tuitero. A los malditos japos ni agua. La del mar en todo caso para que americen son sus Zeros en comportamiento. Hasta me recurda su equipación patriótica a la bandera nipona durante aquella guerra. Vale, delego en Arbeloa estos temas que  mi se me va la olla y me veo incapaz de rematar el párrafo.



De diez minutos dispuso, y mal contados, el bueno de Carvajal, pero algunos los han aprovechado bien para convertir en un paisaje lunar su hoja de servicios. Alguien hacía notar en Twitter esta mañana que el gol del Elche vino por su banda. Fue entrar él y desmoronarse todo, parece ser. Un gol que tiene tropecientos culpables al margen del portero y que por ello haría las delicias de Casillas. Son los goles que quería el capitán y su minipandi de la prensa estos dos años anteriores, y los que ahora quiere la minipandi de Mourinho en Twitter. Para colocar a los suyos, porque siempre se trata de eso. En este caso Coentrao, Diego López y Arbeloa. Los demás son enemigos a los que hacer vibrar el suelo bajo sus pies. Y no todos los patrocinados tieen los mismos merecimientos. Diego López muchos, Casillas ninguno. Arbeloa y Coentrao comsi-comsa, romos como son en ataque. Al primero se le ha olvidado rematar las jugadas por su banda. Aunque le llegue el balón por detrás de su defensor no lo aprovecha para apurar hasta el banderín de córner o enfilar el área, la devuelve casi siempre hacia atrás o hacia el centro, donde más guarnecida está la defensa rival. Arbeloa, en ataque se ha convertido en un funcionario, hace dos años era más audaz, centraba a menudo, no siempre con acierto. Quizás las críticas recibidas como pasador le hayan "cortado" un poco. Echo de menos a aquel Arbeloa que araba el campo por la derecha, creaba superioridad por ese lado, a veces llevaba peligro al área contraria, y luego replegaba con disciplina espartana. Coentrao por su parte genera anarquía, en el ataque enemigo en defensa, lo cual es muy beneficioso, y en la vanguardia propia cuando progresa, que no es frecuente. El Real Madrid no puede resignarse a tener dos laterales que le sirvan solo para enrocarse. Necesita laterales incisivos. Ya sé que predico en el desierto al decirlo, pero una de las razones del atasco de la temporada pasada en el juego fue la ausencia de Marcelo. Ayer se echó en falta a Carvajal, que con lo poquito mostrado en ataque estos meses de arranque liguero, ya se ha convertido en una de la principales vías por las que se derrama el equipo en ataque. Carvajal es el futuro, bombardearlo como opción para favorecer a Arbeloa es como querer detener el tiempo. Vibrará el suelo, podrá carse al suelo el reloj y partirse, pero las manecillas seguirán avanzndo. En todo caso fueron sólo diez minutos. Y ya sé que de lo que se trata es de bombardear durante el tiempo del que se disponga. ¡Pero Carvajal no es Tokio, qué demonios! Alguno de los bombarderos de Twitter tendrá que buscar un lugar para aterrizar en la China de Mao porque como vuelva a sobrevolar el objetivo de vuelta a casa pienso "freirle" con las baterías antiaéreas.

Los elches era un pueblo del Levante español que externamente parecían musulmanes, ya que vestían y se comportaban como ellos tras muchos años de convivencia y vivir bajo su yugo, pero que interiormente eran cristianos y en favor de la causa de Cristo luchaban llegado el caso. Cristianos y musulmanes, mozárabes y mudéjares, criptojudios y elches, árabes y bereberes, la España de la Reconquista era un mosaico multicolor y multiétnico en el que a menudo era difícil entender una tesela concreta del conjunto y ponerla en relación con el resto. Algo parecido pasa con el madridismo tuitero y quizá por eso andamos continuamente otorgándonos o vetándonos el carnet de madridistas los unos a los otros. Cuesta mucho a veces saber de que lado está quien te cita en un tuit, a veces con ánimo de batirse, cryéndote d la guardia dl Cardenal Richelieu. A mí estos señores que aprovechan todo el tiempo disponible para bombear a los propios como si fuera la capital de los japos reconozco que me desconciertan. Tan contento entre en Twitter tras entrarme de la réplica de Arbeloa a Piqué como me amargué al cuarto de hora tras comprobar como las culpas del desaguisado de ayer se distribuían exclusivamente entre los no mourinhistas del equipo en un labor de alta precisión quijúrjica. Ya quisiera el rey cirujanos así. Pepe, que lo cierto es que hizo un gran encuentro, el mejor junto a Khedira del encuentro, de los que iban de azul al menos; Ramos, que estuvo desastroso; y Carvajal, cuyo concurso fue meramente testimonial, por esa ruta avanzó el escuadrón de bombarderos. Como no cuaje el equipo en las próximas fechas Ancelotti va a ser identificado como otro quiste más a extirpar. Ya se había logrado que le dieran cuartelillo los del ala táctica de Doolitle, pero todo puede venirse abajo en las próximas fechas. La llegada del Atlético nos pilla recogiendo la ropa del tendedero, como a Kate Beckinsale en la mañana de Pearl Harbor. La ropa interior agitada al aire al paso de los bombarderos, que uno ya no sabe si son de los nuestros o del enemigo.

Leo en Wikipedia que Doolitle fue un chico canijo en el colegio, acomplejado y atemorizado por los matones de patio de recreo, y que el boxeo le sirvió como muleta para fortalecer el carácter. Twitter es pura ortopedia para el ego. Por alguna razón, supongo que derivada del anonimato, nuestra combatividad se multiplica dentro del cuadrilatero virtual. Quizá devuelvo golpes que no recibo, pero al igual que algunos, y con razón, les duele el sectarismo de la prensa deportiva, el trato desigual con los personajes analizados según sean objeto de fobias o filias evidentes, a mi también se me desborda la paciencia por esta misma causa en Twitter, esta vez con los que se suponen con los míos, pero que no se si son elches y criptomusulmanes. A veces me siento capaz de levantarme de la silla de ruedas incluso, como Roosevelt. Por cierto, parece que mi memoria me engaña, pero me parecía recordar que a Roosevelt lo encarnaba en la película de LeRoy el extraordinario actor Lionel Barrymore, también paralítico. Por lo visto soy un sentimental.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El Fútbol y sus aledaños (139) - Vanitas - El cartílago dolorido del madridismo

Las costillas de Casillas
Jose María E. B. (@JoseMaria_EB)
http://www.puntopelotaforo.com/ - 20/09/2013

No pensaba escribir sobre esto, en beneficio de la armonía. Pero es tanto lo que se está hablando y se hablará sobre el asunto, que es difícil sustraerse a la tentación de expresar al menos la opinión propia, sobre lo que uno intuye que ha ocurrido. En definitiva es por lo visto de vital importancia para la prensa, empeñada unos en favorecer a su protegido y otros en atizar al innombrable portugués, y empeñados en su tarea, no se dan cuenta de que flaco favor hacen al yernísimo de España. Porque nadie debe dudar de que se atribuirá indefectiblemente a Mourinho la "lesión" de Casillas de una u otra manera, que el entrenador del Chelsea seguirá pagando el "irreparable daño causado" durante muchos, muchos años.

Y es que algo que en otras circunstancias apenas habría tenido repercusión y como mucho habría generado simplemente buenos deseos de recuperación para el portero, por las vueltas que le dan y la conmmiseración que pretenden despertar, el amiguismo de que hacen gala, lo transforman en objeto de atención y análisis. Y surgen dudas que de otro modo no habrían surgido. Flaco favor le hacen éstas "amistades" de dudosa objetividad de criterio.

¿Se borró Casillas del partido ante el Galatasaray? En mi opinión, no del todo. Un no pero si, sí, pero no. Y hay razones para ello que dan argumentos a defensores y detractores.

Primero, porque Casillas siempre ha sido un mimado por la afición, propia y ajena. Empezó a ser importante todavía niño, y se ganó la ternura y el cariño de muchos por su cara de buen chico y por su aspecto tímido y humilde.

Segundo porque su trayectoria profesional le cataloga como uno de los jugadores españoles más brillantes de la historia, si no el que más, el que atesora los títulos más importantes del mundo y no por una sola vez.

Tercero, porque eso le ha llevado a ser admirado, respetado y cuidadosamente mimado por la prensa, como si de un jarrón de porcelana se tratase.

Cuarto porque ha cultivado amistades entre personas muy influyentes de todo tipo de rangos y profesiones.

Quinto, porque su pareja, que es otra mimada en los entresijos de los medios de comunicación, le equivoca y se ha juntado el hambre con las ganas de comer.

Pero claro, toda moneda tiene dos caras. Todas estas circunstancias y diría que especialmente la última, le han hecho envanecerse hasta cotas poco imaginables antaño. Y no soporta ni que le impongan disciplina, ni que le coloquen en segundo plano, ni que le hagan trabajar, ni que alguien tenga la osadía de considerar que otro compañero esté en mejor forma o desarrolle su profesión mejor que él en un momento determinado. Ni lo soporta ni lo admite. Y si ocurre lo que está ocurriendo, se descoloca emocionalmente, se disparata, se hunde.

Se culpaba de su suplencia a cuentas personales pendientes entre el anterior entrenador y el cancerbero. Lo peor que le podía pasar es comprobar, que a pesar del cambio de responsable, la visión de las cosas no ha variado, sigue siendo suplente pese a la tremenda presión a que la prensa está sometiendo a Ancelotti y por ende al club blanco y eso le hace rebelarse de una y mil formas y convierte su cabeza en un torbellino de ideas negativas entre las que revolotean desde irse del Real Madrid, hasta organizar el motín del Caine. Lo único que consigue es la división del madridismo, tener cada vez más detractores y poner en evidencia una prensa sucia y partidista, que ya ha empezado a pagar las consecuencias. Y al hilo, comentar que Florentino no debería limitarse al diario AS, y sí hacerlo extensivo a otros muchos que han participado en la campaña de desprestigio que ha desembocado en un claro perjuicio para el club que preside. Claro está que no todos han intentado encontrar un sustituto para su sillón presidencial y eso se cotiza más caro. Las manos de la prensa fuera del Real Madrid, presidente, no tan sólo la que le ataca a usted directamente.

Por otra parte, Iker sabe que hay una buena parte de la afición que le está esperando, que no perdona ni olvida su traición, su pulso al anterior entrenador, su reafirmación caudillista en el vestuario, sus preferencias por la Selección y sus devaneos con jugadores del máximo rival, que no dudan en disparar dardos envenenados en forma de comentarios denigrantes contra sus compañeros de equipo, a los que no sale a defender jamás, en definitiva, que es muy consciente de su incapacidad e ineficacia para llevar el brazalete del mejor club del mundo y de la historia.

El golpe recibido de Sergio Ramos, una caricia comparado con el moral que va a sufrir en cuanto se haga acreedor al reproche. Y lo sabe. No afirmo con esto que no fuera doloroso o que no pudiera pensar que estaba lesionado de mayor importancia, algo que afortunadamente no ha ocurrido. Pero lo que afirmo que sí supo es que podía jugar disminuído por el dolor, desconcentrado y que era más fácil el fallo que el acierto. Y pienso que abandonó. Por dolor y por miedo, más por lo segundo que por lo primero. Miedo al error y miedo a una lesión más grave que le impidiera jugar la continuidad precisa que le permita afrontar el mundial de selecciones desde la titularidad incontestable con la camiseta española.

Son, las secuelas de las costillas de Casillas, las que lleva puestas y la que tiene al lado, que no es precisamente la de Adán.

JoseMaria_EB

Los que no querían a Isco
Manu Mañero (@m_manero)
http://cojones33.blogspot.com.es/ - 25/09/2013

“¡Pero cámbiate ya la foto de perfil, culé de mierda!”, y cosas así, tuvo que leer Isco, a quien se le escapaba la velocidad de adaptación darwiniana en sus perfiles sociales de forma inversamente proporcional a cómo asume y blande esa dotación única que relaja el fútbol y lo dispone al disfrute. “¡Su perro se llama Messi!”, bramaban los amantes de las cosas necesarias, las useful things de Stephen King que sólo revertían en negatividad para sus tenedores y sus necesitadores potenciales. “No le puedo cambiar el nombre, porque no me haría caso”, explicó él luego, en su presentación con el Madrid, marcando lacrimal y sonrisa. Los buitres de la otra acera, entre los que se retroalimentaba una importante facción de señores de estos que dicen ser de un equipo, pero apoyan a otro y van todos en contra del mismo, se relamían y babeaban al compás del fino bandeo de la sequedad estival. “¡Vuestro ídolo es culé, culé de cuna!”, y firmaban el conjuro con unas risotadas enfermas que tronaban en las redacciones y dibujaban el eco en las paredes de las cuevas. Unos pocos orgullosos madridistas reclamaban su parte también de histrionismo: “Pues será nuestro Iniesta”, en referencia al evidente madridismo del genio culé, que es de Albacete, con las cámaras de entonces grabando todo el testimonio. Y al final, como el líder de las películas malas de sobremesa con monstruos o sombras sembrando el terror, se erigió una voz, potente: “Isco no será el Iniesta de nadie. Sólo será nuestro Isco”. Y ahí quedó la cosa. Isco, una vez superado el trámite, cambió la foto de su perfil en esa otra vida y todas esas cosas tan relevantes y trascendentales, justo antes de aterrizar sin ruido y con una planta de 10 en Montreal en el Bernabéu, empujar a Özil a Londres, hacer mucho fútbol y hasta marcar unos golitos con los que alimentar a la plana más simple del fútbol, que sólo espera goles y a quien el fútbol ha de explicársele como se les explica a los guiris donde queda la farmacia: a voces. Poco o nada queda ya de aquellos disfrazados que no querían a Isco, o que recelaban de él hace tres meses porque un fulano filtró una foto suya con la camiseta de un club rival y porque siempre ha sido aficionado de no sé quién, y esas cosas interesantísimas. Querían los chorriaficionados del montón malo que Isco llegara blanco y radiante, como los demás, para llevarse la morterada, hacerse amigo de sus amigos y quién sabe si compadrear en los restaurantes. Y se han encontrado, coño, con un futbolista, que juega muy bien al fútbol y que les ha cosido la boca, a estos y a los pesados de los acomplejados consortes, cuyas risotadas se van desvaneciendo en el aire, a medida que se les van quedando secas las dignidades entre los dedos. Hasta tal punto, que ahora son bastantes más los outsiders satélite que no quieren a Isco en el Madrid que los propios y reitero, presuntos, madridistas. Su reguero de territorio marcado se extiende allende la frontera y hasta donde no alcanza la vista del que pretende ver únicamente a través del light bright que le ponen delante.



Vanitas- El cartílago dolorido del madridismo

¿Que si estoy preocupado por la decadencia de occidente? Pues claro, ¿cómo no? Me ocupa mucho tiempo de reflexión la pujanza de los mercados emergentes y también los de Asia, que nos coman terreno. También la pujanza militar de las repúblicas islámicas y los alborotadores incontrolados, enigmáticos adoradores del número once, más bravata que músculo, eso es cierto, pero amenaza seria al fin y al cabo, aislada aquí, en nuestra propia casa, y bien seria allí, en Israel, nuestra adelantada de Europa en Oriente Medio. Occidente ya no ejerce su liderazgo sobre el orbe, perdió hace tiempo su ascendente sobre los países fuera de la tradición grecorromana y judeo-cristiana. Solo la voz de nuestra sucursal en "Los Yuesei" aun es conciencia o admonición suficiente para frenar a algunos descarriados. Y tampoco demasiado, no nos entusiasmemos por el Sherriff del poblado. Ya ni siquiera desenfunda rápido en esta administración Obama. Siria se fue de rositas, y hasta nos alivió no tener que enfrentarnos al "malo" de la película en la calle principal. Todos al saloon a olvidar el mal rato viendo bailar a la nati, quiero decir, a la NATO, y a pedir un güisqui aquellos a los que aun su médico no les haya prohibido el alcohol..

Me preocupa seriamente la decadencia de Occidente, por supuesto, pero más aun la de las matas de pelo que antes me crecían en la zona de los occipitales, y sobre todo en la regiones frontal y  temporales. Todo el cabello que veía caer cortado mientras me pelaba el peluquero hace un rato era color gris, con esa tonalidad casi albina que adopta la ceniza de un cigarrillo cuando se aspira hondo el humo y el tabaco y el papel que lo envuelve alcanzan el rojo inandescnte. Verlo caer ante mis ojos, liviano, flotando casi en el aire como las pavesas de un incendio, me ha abstraído y procurado la posibilidad de una reflexión profunda, mientras el hilo musical del establecimiento ayudaba con música de Vangelis muy oportuna, melodías de textura sonoras pausadas y melancólicas. La decandencia por el paso del tiempo, el tempus fugit, como suele decirse. "Aeterne pungit vulnerat, cito volat et occidit" puede leerse en la filactaria que despliega el ángel en la vanitas de Pereda. Eternamente hiere, vuela veloz y luego mata. Es el tiempo que con su cadencia, que al principio parece lenta y luego progresivamente se acelera, primero nos tortura, nos agrede con malicia y con saña, y posteriormente nos remata, tal vez con la intención misericordiosa de ahorrarnos la humillación que viene después de los triunfos, si es que los hubo. Sueña el caballero con la gloria, quien sabe si la futura, o la ya cosechada, que se esparce sobre la mesa ante él en desorden. Los logros, la sabiduría adquirida, la riqueza, los títulos, los hechos de armas que probaron la hombría, los lances amorosos y otros sentimientos prestados, todo es nada, un sueño que se desvanece dentro de otro sueño, o lo que acontece fuera de ellos mientras somos ajenos a lo que pasa, devorados por la ausencia de la conciencia. Pasa el tiempo sin que podamos sujetarlo, se acumulan los objetos que describen lo que ha sido nuestra vida, la que queremos que sea, que miden nuestra importancia con la misma relatividad con que los relojes miden el tiempo. Una calavera sujetando las hojas de un libro nos advierte que todo está convocado a ser polvo y olvido si es que alguna vez fue algo. Alguien me dijo hace unos días en twitter que yo no era importante porque no me conocía. Yo era ese árbol que no existe porque cae derribado con estruendo sin que nadie lo escuche. Y so a pesar de que portaba l hacha en la mano mientras conversábamos a la sombra de un pelea que no era la más, aunque quizás por eso mismo era más la mía que ninguna otra. ¿Cómo se mide nuestra importancia? Adán denunciaba hace una semana que un periodista le había enviado un curriculum de Casillas para remarcar su irrelevancia, la falta de respeto que supuso que lo mandara al banquillo al eterno capitán -que ahora apenas vuela vuela, pero si agrede, sobre todo a la paz interior del madridismo- y se apropiara de su puesto el día que jugamos contra el Málaga. Capitán Adán, Paralelo 90º de latitud Sur.

Pero un curriculum no es más que un conjunto de objetos esparcidos sobre esa mesa con mantel blanco que supone una cuartilla. A casillas también le ha llegado el tiempo de despertar de su sueño y escuchar al ángel. Lo que fue podemos verlo sobre la mesa, pero el tiempo pasara también para él, como para todos, un tiempo que blanquea mis cabellos, los de Mourinho, quizá por las mismas razones que a mí, y agrede las costillas para quitarnos la respiración. Iker es como el paroxismo del fuego amigo. Principal damnificado de sus propios coleguillas de la prensa, dentro del campo ha sido agresor involuntario o víctima de sus compañero de equipos. Lesionó a Pepe en una salida a tontas y a locas y fue lesionado por Arbeloa en una alocada melée dentro de su propia área. Ahora Ramos ahonda en la herida para dañar aun más el dolorido cartílago del madridismo. Días hay que dan ganas de abandonar el césped, desfilar hacia los vestuarios, dar la razón a los otros y ausentarse de la lucha, del debate permanente en que se ha convertido el madridismo, del que son buen ejemplo los dos artículos que reproduzco íntegros antes de mi propio texto en esta entrada del blog.

Que me perdonen quienes les ofenda o se sientan agredidos por mi opinión, pero el encontronazo con Ramos me parece pobre excusa para abandonar un  terreno de juego, insuficiente a todas luces. Hay quien ha vendido el desenlace como un rasgo de profesionalidad del guardameta, como un signo del alto grado de compromiso con el equipo y de su sentido de la responsabilidad. Pero el central apenas le toca con los dedos, plasma sus huellas dactilares sobre las costillas de Iker, como quien ayuda a rellenar al policía su propia ficha al ser ingresado en prisión. Bromeaba sobre esto mismo en Twitter. En la foto adjunta al tuit podía verse a ambos compinches bromeando, a Sergio sosteniendo un dialogo mudo con la cámara y a Iker simulando que se venga de quien le descabalgo de su tan esperado debut esta temporada. Y le decía a mi amigo @arrastrao, poco después de colgar Ramos la foto en Internet, que el gesto del portero forzaba y tensaba precísamente los músculos de la zona del cuerpo supuestamente dolorida. Basta con imitarlo, con alzar el puño ante nosotros a la altura del hombro y cerrarlo par comprobarlo. Hubo quien me afeó la opinión, y tal vez proceda su reproche, pero más bien soy de la opinión de que Casillas traía el cartílago ya dolorida de casa. Que su menta enturbiada por tantos acontecimientos adversos estos últimos meses fue lo que le llevó a abandonar el campo. Ni ejercicio de responsabilidad ni ataque de miedo, únicamente un dolor que arrastra desde hace tiempo y que mantiene su umbral de tolerancia al mismo casi a ras de suelo. Los doloridos imaginarios son los que más nos socavan.



Despegamos para casa al lado de ...ejem...jejejeje. Alguno me quiere matar hoy.!! No será nada y volverá muy pronto.

Dos días después, el reconocimiento de los servicios médicos del Real Madrid  demostró que no tenía nada. No fue una sorpresa para nadie. Si te duelen las costillas de veras, tanto como para notar que te falta el aire, tanto como para querer abandonar un partido en el que eres el principal reclamo, que es el primer peldaño de la empinada escalera para recuperar tu crédito, ante el entrenador -quien es quien decide quien juega, le pese a quien pese-, y ante la afición, que también dicta sentencia, como empieza a descubrir Casillas con alarma, otro tema era que le pitaran a Mou o a sus dos sustitutos, Adán y Diego López-, no te abrazas en la banda con el portero suplente. Las imágenes son claras y bien elocuentes. El tiempo pasa para todos y también para Casillas, su mesa está repleta de objetos. El ángel de la guarda que antes le cuidara durante los partidos ahora vela sus sueños, despliega la advertencia a la que no hace ningún caso, por lo que parece, absordido por sus ensoñaciones de reconquistar un puesto en el once titular, aspiración en la que parece que es él mismo quien menos cree. El tiempo se escapa veloz y todos los objetos, trofeos colectivos y galardones individuales, esparcidos sobre la mesa de su curriculum ahora parecen nada, pura baratija, el sueño de un caballero que espera recibir en breve el dardo postrero. En todo esto pienso mientras mi propio pelo cae mansamente sobre mi pecho y mis rodillas, sobre el babi que me ha colocado el peluquero. Ahora, mientras tecleo me envuelve un olor a colonia de peluquría que por un momento me devuelve a la infancia.

martes, 24 de septiembre de 2013

El fútbol y sus aledaños (138) - ¿Es Iker Casillas la identidad secreta del Duendecillo Verde?



¿Es Iker Casillas la identidad secreta del Duendecillo Verde?

"¿Es Iker Casillas la identidad secreta del Duendecillo Verde?", más que el título de un  escrito de este estrafalario blog parece un titular del Daily Bugle. Y sonaría tan demagógico como los que escogía Jonah Jameson, el patrón de Peter Parker, el editor del periódico, para atacar a su alter-ego, Spiderman, con falsas noticias o conclusiones adulteradas de las mismas resumidas en una frase contundente, a toda plana y en portada, fácilmente asimilable por los piperos neoyorkinos que compraban un ejemplar todas las mañanas ne el quiosco. Lo sería sin dudas, demagógico, como decía, si no fuera directamente absurdo y redactado en broma. ¿O quizá no? Ya veremos luego cuando toque tratar el tema. No tengo claro, como casi siempre, a donde arribaré en cuanto me ponga manos a la obra en lo de redactar. Sobre el papel me refiero, que mentalmente llevo haciéndolo media mañana. Escribir es una aventura en la que nunca sabes a donde te encaminarán tus pasos, por mucho que los planifiques. Debe serlo para que sea divertido. Luego queda la escritura didáctica, la que se basa más en "mira quien soy" o "mira lo mucho que sé" que en "mira que gracia tiene esto", que es de lo que esta vez se trata. Por ahora solo tengo el esbozo de una idea, sin desarrollar,  a eso vamos, tres chascarrillos pergeñados en el supermercado, que seguramente olvidaré cuando toqué usarlos, me pasa a menudo, y un título, que he escogido porque me ha hecho gracia y me daba un arranque para el escrito, aunque ha resultado ser más confuso de lo que esperaba. Lo mismo lo cambio.

El caso es que a Casillas no recuerdo que lo hayamos visto de verde nunca. Si de amarillo Canario Piolín y de rosa Gallina Caponata. ¿Pero verde? No se me viene a las mientes la imagen de un Iker de verde por más que se esfuerza mi memoria. Y no es que le eche en cara su estrafalaria indumentaria. Ni un Seductor Mañara, ni un Bradomín ha sido, ya sabemos de su torpe aliño indumentario, pero la  ropa que porta es la que le imponen los diseñadores de la marca deportiva de turno, supongo. También Diego López la viste. Y con sus patitas de alambre me recuerda bastante más que Iker a la protagonista de la versión hispana de Barrio Sésamo cuando se calza el uniforme rosa. Esto del diseño tiene sus errores y también sus aciertos. Para mi lo son, esto último, aunque hayan sido muy criticada, tanto la caligrafía de los números de dorsales y los nombres de los jugadores, que parecen escritos, más bien dibujados, a mano alzada, como el naranja Ajax para la tercera equipación de este año. Ni naranja mecánica holandesa ni quesito mecánico blanco de Benito Floro, este año vamos a ser fettucini -pronúnciese usando una "che" en vez d una "ce" y alzando la ceja- mecánico gracias a la mano del chef Ancelotti. No, Casillas no lo hemos visto de verde, ni siquiera pilotando escoba, como al Duendecillo, aunque algunos lo hayan tildado de bruja por sus desmanes en el vestuario y directamente de aquelarre cuando se junta con La Carbo . Se trata de una metáfora, en este caso cromática, aunque lo de menos sea el color del disfraz. Lo importante, como ya veremos, es quien está detrás de la máscara, su relación con el superhéroe. Muy estrecha, ya lo adelanto a  modo de spoiler.

De niño mis preferidos del universo Marvel eran los héroes de cualidades bélicas más modestas. Era una elección instintiva, no meditada, pero pienso que acertada. Tenía más gracia ver resolver a Spiderman su, en apariencia, irresoluble conflicto con el Hombre de Arena con un aspirador que a la Masa (Hulk apara nosotros entonces) a tortazo todos los que se le ponían por delante. Daba la sensación de que había un cerebro detrás del antifaz, que la lucha la ganaba la inteligencia y no un rayo todopoderoso, como el de Thor, o una fuerza irresistible, como al del Hombre Cosa d los 4 Fantásticos, y que a la postre siempre te llevaba a un callejón sin salida, a reproducir la paradoja que describía Gustavo Adolfo Becquer en uno de su poemas: ¿Qué pasaría si una fuerza imparable chocara contra un objeto inamovible?. En las primeras horas del universo Marvel tras el Big-Bang que supuso las primeras historias escritas por Stan lee e ilustradas por Jack Kirby, abundaban los superhéroes de poderes modestos. Lo era el Sexto Sentido de Dan Defensor, Daredevil, especie de superradar que más parecía algo útil solo para poder cruzar la calle siendo ciego sin temer al tráfico, como una especie de perro lazarillo interior, que un arma que usar contra unos enemigos de esos que imponen porque tienen muy mala leche y llevan leotardos con el slip por fuera. Lo que tenía Dan Defensor que le hacía especial, aparte de ser un gran acróbata -como Batman, algo que se podía lograr entrenando, no hacía falta cualidades innatas especiales ni ser mutante-, era esa cualidad a la que aludía su sobrenombre, su apodo: "El hombre sin miedo". Matt se enfrentaba a problemas que excedían sus fuerzas, que parecían siempre escasas por su ceguera. El término DareDevil, en el Inglés original, que es la razón de las dos "des" mayúsculas en la impedimenta de batalla, aquí se tradujo como Dan Defensor, y cuando digo aquí me refiero a la Barcelona de Ediciones Vértice. Matt era abogado defensor pero, evidentemente, no se llamaba Dan, así que más que traducción aclaratoria aquello se convertía en un trabalenguas y un galimatías. Interesaba más de Daredevil su vida privada que sus aventura, siempre ocurre, y malo que no sea así. CSI es una serie que no me "engancha" porque los personajes me resbalan olímpicamente. Sólo la versión de La Vegas me atraía porque logré engancharme emocionalmente a Gil Grissom y verme lejanamente reflejado en su romance otoñal con Sara Sidle. Así, tanto queríamos a Iker que acabamos interesándonos demasiado por su vida privada, ese fue nuestro gran fallo. Nos interesaba no solo su quehacer bajo palos si no también su andadura sentimental, quien era su novia, -que si la andaluza simpatiquísima y escultural, que si la reporterilla de ojos multicolores y almendrados- y como le iba con ella -que si estaba siempre de morros con la primera, que si le había dado calabazas la segunda por culpa de David Marca-. Tan buen chico y sufriendo tanto por sus amoríos, "pobrico". A la mítica de aquel Mundial contribuyó casi tanto el beso en la entrada del vestuario entre entrevistado y periodista como el gol de Iniesta en el último momento del último partido. Y hemos acabado pagando caro nuestros devaneos amorosos por persona interpuesta. Grissom es un investigador del CSI e Iker solo un portero de fútbol, a veces ni eso, lo que hagan por las noches debería importarnos bastante menos, incluso si se pone el traje del Duendecillo Verde para cometer fechorías.

El Capitán América, Daredevil y Spiderman eran mis personaje preferidos. Sus poderes eran modestos y ello obligaba a los guionistas a idear tramas más sutiles, con menos onomatopeyas en los bocadillos. El Capi estaba cachas y poco más. Tenía un escudo, casi como quien tiene un perro por mascota, para que le defendiera y no se separara nunca de él, y también ese liderazgo moral que exhibía ante sus compañeros, mucho más poderosos, y que entonces parecía mucho menos inusual entonces de lo que es ahora -Estoy pensando en Arbeloa cuando releo al corregir esta última frase y me doy de cabezazos porque la analogía se me haya escapado vida entre los dedos-. Enclenques y gorditos, todos los acomplejados por nuestro físico de aquella generación de lectores de comics, soñábamos con que nos tocara la lotería de los argumentos vitales, como a él, y nos convirtiesen por azar en conejillos de indias de un experimento secreto del gobierno. Pero los músculos del Capi tampoco eran para tanto. Casi todos sus enemigos más fuertes que él. Además, ser cachas acabó siendo un requisito para salir en cualquiera de las franquicias de la factoría Marvel. Incluso las chicas se incorporaron al modelo. Tan es así, que hoy día una de las series con más éxito en EE.UU. es la protagonizada por la versión femenina de La Masa, She-Hulk. Y a ello ha contribuido sobre todo la etapa escrita y dibujada por John Byrne, en la que el personaje lucía palmito, su cuerpo fitness, con ropa muy sexi y de marca, y se prestaba especial atención a las pesquisas para encontrarle un novio a la abogada de musculado cuerpo y más de dos metros de altura y trescientos kilos de peso, como si de una versión bizarra de Alley McBeal se tratara. Daban ganas de postularse, de acudir al casting tras verla con aquellas minifaldas ajustadas y esos escotes generosos y prometedores. De algo hay que morir en definitiva, y si es feliz la forma ya pasa a ser asunto secundario. Eso debió pensar Iker y ahora tiene por novia un estricta gobernanta, una dominatrix con columna en el Marca. Si el es feliz y lo pasa bien, ¿quienes somos nosotros para criticarlo? Vale, sí, madridistas, pero me estoy refiriendo a sus asuntos privados no a los profesionales.


Spiderman lleva la cotidianeidad del personaje hasta el extremo. Su vida de justiciero pasa a segundo plano mientras se decide entre Gwen y Mary Jane, a quien besar con más frecuencia, mientras resuelve sus conflictos emocionales y familiares con la Tía May. Odiaba con todas mis fuerzas a este personaje, me saltaba sin pudor las páginas en las que aparecía. Qué me importaba a mí si Peter había cenado suficiente o caliente, principal cometido y caballo de batalla de esta señora. Al final, tan importante pasó a ser la vida privada de Peter en la trama: su expediente académico, el mobbing que sufría en el trabajo a manos del Jonah Jameson, otro personaje Marvel que masca puro habano, como Nick Fury o Lobezno -demasiado símbolo fálico, de dudosa interpretación, como en Twitter. ¿Tiene que lucirse en la boca y además morderse?-, sus mencionadas novias, que a veces se solapaban; tan importante llegó a ser el ámbito privado, que hubo más remedio que buscar los enemigos en casa, por así decir. El principal de ellos, su antagonista por antonomasia, El Duendecillo Verde, era el padre de su mejor amigo, Harry Osborn, uno más de la minipandi a la que pertenecían él, su novia, no recuerdo cual de ellas, y algún colega de la redacción del Bugle. Al morir Norman Osborn, la identidad tras el disfraz verde, su hijo Norman heredó el traje y hasta los odios por Spiderman, estrechándose aun más el lazo emocional entre el héroe y su archi-enemigo. Algo de lo que le ha ocurrido a Peter nos ha pasado al madridismo, que de tan familiar que se ha vuelto nuestra andadura, a pasar del gigantismo económico y mediático del club, hemos acabado por buscar al enemigo en casa. Con Raúl ya hicimos escarceos en esta táctica, que yo creo que s más que nada de gente vaga, pero ha sido con Casillas con quien se ha concretado y perfeccionado el estilo en la confección del guión. Más no se podía querer a Iker que como los hacíamos nosotros. Mucho más incluso que Peter a Harry. entonces ¿Por qué ese odio actual al portero mostoleño, por qué ese hacerle la guerra permanentemente? ¿Somos unos vagos, nos queda demasiado lejos el País de los Campanarios, nos odiamos a nosotros mismos? Tal vez habrá que releer los tebeos de Spiderman de nuestra infancia para encontrar la respuesta.

Tras el Duendecillo Verde llegó el Doctor Optopus, o sea Ramos, que a falta de multiplicidad de brazos parece como si tuviese innumerables labios, por lo bocazas me refiero. Buscarle un alter-ego en el Universo Spiderman a Pepe, como que me da pereza, más bien rabia. Ni tan referente era durante la revolución mourinhista que había que erigirle una estatua en vida profesional, ni tan villano ahora y coleccionista de armas verbales de destrucción masiva que se hace imperativo moral derribarla de su pedestal utilizando el cabestrante de un tanque Abrams. Pepe no es ese Sadam que nos quería "vender" antes la prensa y ahora el madridismo Wonderground y sus aliados. Tampoco Carva merece el trato que ha recibido, aunque algunos crean que armar jaleo en torno a él le procura orden y prestigio a la figura de Arbeloa. El lateral derecho de la selección y del Real Madrid está muy por encima en inteligencia y saber estar de sus improvisados defensores, tiene más claro que ellos cuales son los verdaderos intereses del equipo y como lograrlos. ¿Que hay que jugar por la izquierda en vez de por la derecha?, pues su ideología pasa a segundo plano, ¿que hay que defender a un compañero en tiempo de zozobra?, pues se le aplaude contradiciendo a la grada. La afición es soberana, pero Arbeloa tiene suficiente liderazgo moral para llevarle la contraria. En estos tiempos en que el análisis futbolístico acude cada ve más a abrevar a la fuente de los postulados y aspectos éticos, es precisamente cuando más brilla por su ausencia la decencia, la objetividad y la honradez al exponer las propias opiniones. El veletismo y la radicalidad de las posturas en Twitter nos someten a un vaivén emocional permanente en el que cada vez se nos antoja más tener los enemigos en casa. Ni la Tía May se libra. No son raros los episodios de violencia verbal hacia Florentino Pérez, aunque no hayamos dejado de comer caliente y abundante desde que asumió la jefatura del clan tras mostrar el 8 tatuado en el hombro. Ocho Champions teníamos ya cuando su advenimiento y el nos trajo la novena. Pero eso no le priva de ser ácidamente criticado, y hasta identificado como enemigo cuando escasean las explicaciones para alguna derrota que escuece particularmente. Tanta es la prisa por encontrar enemigos en casa a los que enfrentarse, que algunos han sido declarados como tales nada más asomar por el umbral de la puerta: el malagueño Isco por tener perro -Como un Zooloco, aquel programa de TV sobre mascotas en clave humorística, es el madridismo a veces-; Carvajal por los motivos ya expuestos: el discutirle el puesto en buena lid a Arbeloa; Illarra por razones que casi de vergüenza mencionarlas: Su procedencia, y cierto tufillo etarra que algunas elefantiásicas narices madridistas han advertían en el chaval. Y ya es raro que no advirtieran de paso el tufillo de su propia intolerancia.

Casillas es nuestro Duendecillo Verde para unos, nuestro Peter Parker para el resto, de profesión cuando no es superhéroe la de colgar fotos en Instagram. Reportero gráfico de sus propias inquietudes, degustador de pipas saladas, bombardero de calabazas explosivas. Porque a veces uno no sabe a quien quiere este chico, quienes son los depositarios de sus afectos dentro del campo. En quien vierte ese cariño que le llega de la afición. No protege a nadie durante las trifulcas, no apoya a sus compañeros cuando están bajo mínimos en cuanto a ánimo. Ni siquiera celebra los goles cuando está preocupado por lo suyo, que es casi siempre. Hasta se le ve bostezar cuando no es de la partida en un encuentro, totalmente ajeno al logro de las aspiraciones del Real Madrid. El madridismo está tan mal de la azotea como los Osborn, padre e hijo. A veces estoy por pedir que se le busque un loquero, sobre todo en Twitter. Hemos perdido la cabeza. Y hay mucho líder enmascarado que frecuenta esas azoteas desordenadas fingiendo que imparte justicia, cuando lo que hace en realidad es lanzar redes para hacer cosecha e acólitos. Dios quiera, Stan Lee, me refiero, que Tía May mantenga la cordura para que podamos seguir cenando con galletitas saladas en la sopa caliente mientras dure el Florentinato, para que no nos falten los buenos fichajes, la mejora continua de las instalaciones -El hardware del club- y un buen proyecto nuevo con el que suplir a cada uno de los que nos derriba la prensa y las termitas que se están instalando en nuestra propia casa y merendando la vigas de madera noble.



Posdata del día después

Después de publicado este articulillo en el blog, horas después, alguien que no seguía entonces, @Yagoda_1, me tuiteo la imagen que pongo a continuación, al final de estas palabras. Ahora ya le sigo, claro, para uno al menos que da muestras de haberme leído... Ahora solo espero que la Marvel no me demande por revelar la identidad secreta de uno de los personajes emblemáticos de la franquicia Spiderman. La imagen, el documento probatorio, es muy pequeñita. Normal, tal vez proceda de un microfilm sacado por un agente doble cero de desde el otro lado del telón de acero. Algunos arriesgan su vida solo porque sepamos. Noble oficio. ¡Gracias, @Yagoda_1!

lunes, 23 de septiembre de 2013

Hidrología de la Felicidad

Hidrología de la Felicidad

Felicidad es saber que mi cuerpo es un desierto que la humedad de tu cuerpo convertirá en vergel. Felicidad es querer que la sed de la tierra no se sacie nunca para que el trago de lluvia pueda durar eternamente. Felicidad es que mis labios cayendo sobre tus labios, los tuyos sobre los míos, sean el mismo aguacero mojando la misma piel. Felicidad es que este deseo que a mi me convierte en reguero sea el mismo que a tí te convierte en cauce.


Tom Jones - "It's Not Unusual"



Tom Jones - Glee Versión - "It's Not Unusual"

jueves, 19 de septiembre de 2013

Rescates de Twitter (19) - Sofonisba Anguissola



Sofonisba Anguissola

0.-Va por @revolera, @arrastrao, y su santa esposa, no sé si mártir. A ratos seguramente. Para que les abra el apetito por el prado.

1.- Sofonisba Anguissola, de Cremona, pintora, contemporánea de Tiziano y Caravaggio, a caballlo entre el siglo renacentista y el barroco

2.- es uno de esos misterios más apasionantes de la pintura, casi más asunto propio de arqueólogos que de los historiadores del arte.

3.- Su obra, escasa y dispersa, muy discutida en cuanto a autoría, ha habido que excavarla en el olvido, a veces muy profundo, para rescatarla.

4.- Cabe la suerte en este asunto de que sea el Prado uno de sus principales yacimientos. Claro, El Prado, ¿dónde si no para que me interese?

5.- En el misterio me introdujo, cual Iker Jiménez, una historiadora alemana, María Kusche una tarde de otoño en una conferencia del Prado.

6.- Era la época, al filo del cambio de milenio, de las magnas exposiciones para conmemorar los centenarios de los dos primeros Austrias

7.- La dedicada a Felipe II, incluía el préstamo de "La dama del armiño", retrato muy sorprendente de El Greco http://blogs.20minutos.es/trasdos/files/2012/03/3701425784_f016cb94b3_o.jpg

8.-  Que levante la mano quien no se sorprenda al ver un retrato de El Greco que muestra una señora coqueta en vez de a un señor serio y adusto.

9.- Pero todo tiene una explicación, aunque a veces solo sea conjetura. Aun recuerdo el impacto en la sala de la primera frase de María Kusche.

10.- Tras ser presentada y tomar el micro la primera andanada: "La mujer de la imagen ni es desconocida ni la pintó El Greco ni viste un armiño"

11.- Hubo hasta un murmullo de risas entre los oyentes. Luego miradas cómplices: "¿A qué coño hemos venido entonces?"; "Tiene salero la teutona"

12.- "No, no se han equivocado de aula ni estoy loca. Bueno, quizá, pero en esto soy cabal. Tan solo cuestiono la autoría atribuida al retrato"

13.- Fue una tarde apasionante. El armiño para Kusche es una piel de lince, lo que ya da pista de que estamos ante una obra por o para españoles

14.- La autoría atribuida la repele a la intuición, en eso no hace falta insistir mucho, aunque si el dar una alternativa para cubrir el hueco

15.- En cuanto a la identidad de la mujer, la segunda gran sorpresa de la tarde: Catalina Micaela, la hija de Felipe II e Isabel de Valois

16.-¿O fue Isabel Clara Eugenia quien mencionó Kusche al identificar la mujer? Ahora que lo recuerdo dudo. Aunque es asunto quizá secundario

17.- Su tercera mujer, la francesa que enamoraba a todos, le dió al rey dos hijas, además de innumerables abortos, antes de morir en un parto

18.- El de reina era un oficio de alto riesgo en aquellos tiempos y caían como moscas en las diferentes cortes. En la del rey Felipe, sobre todo

19.- A las niñas, que se llevaban 2 años pero parecían gemelas, las educó la 4ª esposa del rey, que también murió cumpliendo, o sea, pariendo

20.- Vistas en el doble retrato de Alonso Sánchez Coello, la semejanza es muy llamativa. Indica algo más que parentesco http://www.artelista.com/ypimages/Huge/02/mwm19713.jpg

21.-¿Pero se debe a la falta de talento del autor o a una intensa semejanza real entre hermanas? Conviene pensar que lo segundo es lo correcto.

22.- Sánchez Coello fue el primer retratista de cámara de Felipe II. Además, es cierto que cuesta identificarlas en los retatros de una y otra.

23.- Aun de autores distintos y en edades diferentes. Ambas eran el vivo retrato de su madre, su calco, y quizá por eso el rey adoraba a ambas.

24.- Isabel Clara Eugenia fue el único de sus seres queridos que sobrevivió a Felipe II, quizá el gran amor de su vida, su alma gemela.

25.- Al despacho del monarca en El Escorial acudían las niñas pequeñas con su madraastra a jugar con los innumerables legajos sobre la mesa.

26.- Y él, de aspecto austero pero en realidad entrañable, consiguió convertir en juego infantil el asunto de por sí aburrido de lacrar cartas.

27.- Seriecitas, ocupadas y abstraidas en ordenar papeles, tenía una excusa para tenerlas en su despacho mientras se afanaba en dirigir el mundo

28.- A las niñas las educaba su madradrasta, Ana de Austria. Mujer dulce. Lo suficiente para ser niñera de las hijas de otra, su predecesora

29.- Isabel fue la gran pasión del rey, olvídense de la tuerta y de otras que menciona la leyenda negra y la rosa. Ana su gran amor, su compañera

30.- Ninguna de las dos estuvo con él más tiempo que el que está una mascota con su amo. He aquí un motivo tal vez para tanto gesto sombrío



31.-En el espacio lúdico que era El Escorial y resto de palacios, las niñas tenían una tutora para aprender a pintar: Sononisba Anguissola.

32.-La italiana era más que eso. También era retratista de la familia real. Kusche lleva años investigando la retratística de Los Austrias.

33.- Los de su tierra y los de ésta, que también ha acabado por serlo. Tanto venir al Prado y tratar con colegas españoles la han vuelto flamenca.

34.- El Prado es un bellísimo país, el que más frutos da para su trabajo recolecta. Lleva toda la vida observando los retratos de la dinastía.

35.- Antes de irrumpir en el mundo del arte Anguissola era una pintora casi irrelevante. Ella la ha rescatado del olvido, discutiendo autorías.

36.- Discutir un Greco son palabras mayores. Años de logros parciales la han vuelto audaz. El principal damnificado: Sánchez Coello.

37.- Las obras que ahora se atribuyen a Sofonisba y antes a Alonso no son solo obras menores, también hay obras maestras, al menos significativas.

38.- Anguissola es quien crea la imagen del rey que ha trascendido a la posteridad, su imagen de marca, por así decir http://www.peatom.info/images/2009/01/23/felipeii.revista.jpg

39.- Sobre fondo neutro, en un lugar no ubicable, sin accesorios o mobiliario, vestido con ropajes oscuros, con detalles de plata como mucho,

30.- apenas hay notas de color en sus últimos retratos. Contrasta en esto con los juveniles, por ejemplo, los de Tiziano http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/df/Philip_II.jpg

31.- Al contrario que su padre, Felipe II rehuye el oropel. No necesita reivindicarse, engrandecer su figura usando la pintura como ortopedia.

32.- No necesita cauar miedo, respeto, admiración. Es el dueño del mundo. Eso es indiscutible. Y no hay jactancia ninguna. Es más bien una carga.

33.- La gola blanca, el toisón de oro, su bien más preciado, las cuentas rojas de un rosario a veces. Lo demás es un océano de negros y grises

34.- Solo hay detalles de color para señalar lo importante: los deberes y la religión. Felipe II se muestra como es, solo, demonio del mediodía.

35.- "Yo, la muerte", dicen que firmaba a veces sus escritos. Pero creo que es más leyenda que historia. Felipe II ganaba en las distancias cortas.

36.- Y ninguna distancia es más corta que la que procura una carta, ya sea destinada a una persona privada, a un cargo o a un colectivo.

37.- Los retratos del rey que pintara Sofonisba son únicos en la historia del arte, van a contracorriente de lo habido antes y lo de después.

38.- A la Kusche las manos le sirven de pista, de huella dactilar de la obra de Sofonisba. No las sabía pintar, le quedaban desproporcionadas.

39.- Lleva años cosechando manos defectuosamente pintadas por media Europa. En Madrid es sin duda donde más cosecha ha recolectado.

40.- Las de la mujer del armiño llevan su impronta, afirma sin atisbo de duda. La semejanza de la mujer con las infantas confirma su sospecha.

41.- Anguissola ya tiene una cierta colección de obras en el Prado. Queda por rescatar las que están en Italia. "Me toca mirar manos", nos dice.

42.- Porque una de las moralejas es que en un tiempo en que pintar estaba casi vetado a las mujeres, la corte de Madrid confió en una.

43.- Luego la posteridad, más avanzada en lo social, dicen, intentó borrar sus huellas y ocultar su legado repartiendo sus logros entre terceros.

44.- El poder en la corte de Madrid fue ejercido por mujeres en muchas ocasiones, y sin subterfugios, abiertamente, sin necesitar intermediarios.

45.- El poder en la corte de Madrid fue ejercido por mujeres en muchas ocasiones, y sin subterfugios, abiertamente, sin necesitar intermediarios

46.- Carlos V se fué a Bolonia a que le coronaran emperador, como quien va a por tabaco, y dejó a su mujer, otra Isabel, gobernando en casa.

47.- Volvió poco, y quizá por eso Isabel de Portugal casi llegó a ser cuarentona, pero palmó pariendo, como estaba escrito que habría de ser.

48.- Después de ella la nómina de regentes mujeres es casi interminable en las cortes de los Austrias españoles.

49.-¿Era Felipe II un feminista? Más que alguno ahora probablemente. Pero esa es otra historia y tampoco quiero desmontar la leyenda negra. Mola

50.- La mujer del armiño, la que no pintara Leonardo, es una obra maestra quizá mal atribuida. La obra que me introdujo en un misterio gozoso