miércoles, 19 de junio de 2013

El Fútbol y sus aledaños (134) - Los fantasmas de nuestros ex



Los fantasmas de nuestros ex

Son tiempos de mudanza, de trasiego en los pasillos geográficos de Europa: Pellegrini, el penúltimo ex, camino del Manchester City, ya dejándose notar en su nueva plaza, tratando de que Isco, el deseado, le copie la ruta que ha utilizado par allegarse a las Islas Británicas, aunque sin pasar por Valdebebas; con Mou, el ex por antonomasia, camino del Chelsea, facilitando y dando pistas para ese debate que tan caro para el madridismo acerca de las causas y el contenido de la felicidad; con otro ex, casi tan ilustre como el de Setúbal, Capello, posibilitando el camino contrario al que hoy hacen todos los ex, hacia el norte y el noroeste. Llega Carletto, se viene Ancelotti, y su venida no nos la facilita, como se pensaba hace unos días, un ex de esta vez de Mou, Vilas Boas, sino uno del propio Real Madrid, otro más: Fabio, cuya estancia en el club blanco, por dos veces además, tan exitosa la una como la otra, abriera la veda, a mi entender, de la caza del entrenador blanco como deporte cinegético practicado por la prensa deportiva. Dicen que una de las principales razones por las que Felipe II trasladó la corte en Madrid, desestimando su ciudad natal Valladolid, donde había estado hasta entonces, es porque estaba rodeada por numerosos predios y parajes propicios para la práctica de la caza mayor, a la que tan aficionados eran todos los Austrias. Los bosques de las faldas de la Sierra de Guadarrama, donde prodominaban los pinos silvestres y los rebollos, los del El Pardo, donde las encinas acaparan todo el protagonismo, con presencia, aunque casi testimonial, de algunos alcornoques. Osos y lobos, corzos y ciervos, la fauna en los bosques, sotos y los prados en torno a la nueva capital daban para colmar la voracidad del rey y sus descendientes.

Estos periodistas de hoy en día parecen Austrias Menores, los que cerraron de forma lastimera la dinastía. Capello fue como un jabalí acorralado en la sala de prensa. Fue el primero el revolverse y encararse a los periodistas al sentirse herido en su honor. El Respeto por el prójimo es una materia que los docentes de las facultades de Ciencias de Información dan por supuesto que es conocida y dominada por los alumnos que han de formar. Craso error. Tal vez Capello, que tenía el mismo origen que Ancelotti, la capital de la Padania, estaba acostumbrado a otra cosa, creía que el trato que debía recibir era otro. Crítico quizá, ¿por que no? pero respetuoso, sin descalificaciones, alusiones personales y juego sucio. Don Fabio no fue el primer entrenador en ser criticado, ya antes Del Bosque, sin ir más lejos, lo había sido agriamente, pero sin necesidad de aludir a lo personal. Bastó con ridiculizar su trabajo. Relaño y sus huestes no necesitaron poner gesto avinagrado para escribir y hablar sobre él. Sin perder la sonrisa nunca. Con Capello la atmósfera en torno al Madrid se enrareció. Corrió el rumor, convertido en anécdota, que ya nadie cuestiona, que una de las primeras cosas que hizo Capello al arribar al club merengue fue evaluar la plantilla de la que disponía y que le hizo saber a aquellos con los que no contaba la necesidad de que facilitaran su marcha. A Quique Sánchez Flores dicen que le dijo que no tenía categoría para jugar en el club de Concha Espina. Y ese episodio, apócrifo o no, ha quedado como ejemplo de la crueldad futbolística de don Fabio, tan amante de que sus equipos maltratasen la pelota, añaden sus enemigos, y jugasen al patadón. Capello maltrataba a los jugadores con su disciplina de sargente de hierro y sus equipos, en lógica respuesta, maltrataban el fútbol.

¿Cómo se llamaba aquella película de Matthew McConaughey? "Los fantasmas de mis ex novias", creo recordar, o algo muy parecido. En ella al protagonista, ligón de largo curriculum, con la agenda telefónica más prieta de páginas que la enciclopedia Espasa Calpe, le acosaban los fantasmas de sus ex-novias el día de Navidad, en una variante sexi-pillina del "Cuento de Navidad" de Dickens. Hemos sobrepasado ya la mitad de junio, o sea, que andamos más cercanos de las próximas Navidades que de las pasadas a pesar de que el calor empieza a enseñorearse. Pero ahí tienes al madrisdismo, acosado por todos los fantasmas de sus ex, compitiendo entre ellos en las portadas de los diarios deportivos por ver quien se presenta más convincente en su papel de hombre feliz, que ha superado su pasado, es decir, a nosotros. Pellegrini nos disputa la contratación de Isco, la barba la famosa del deporte después de las de Navarro y Sergio Rodríguez. Shuster presume de Málaga, y si empezó siendo para la prensa un tipo auténtico, cojonudo, volverá a ser de p.m. para los plumillas tras su paréntesis como hombre indeseable durante su estancia en el banquillo del Real Madrid. No es el hombre sino el cargo el enemigo de la prensa. Más que enemigo presa, porque el cazador no odia las piezas que persigue y quiere cobrar. Salvo en el caso de Mou, todo lo más, cuya discrepancia constante -tan respondó él, sobre todo cuando le preguntaban, mire usted que desfachatez-, y su tendencia a salirse del carril por el que le habían primero propuesto y luego exigido que circulara, se acabó convirtiendo en un problema de índole personal para algunos. Para bastantes en realidad. Es caza fotográfica lo que practica la prensa, o eso pretende. Se fotografían con el técnico a la puerta del restaurante y luego lo masacran en los artículos de opinión. Sólo para que éste pueda lucir la cornamenta, aunque sea en su cráneo mondo y lirondo en la sala virtual de trofeos del peiodismo. Mou fue medalla de oro por la cantidad de puntas que exhibía su cornamenta. Tantos globos pinchó inflados por la prensa, que sus astas de hueso parecían alfileres. Pero en su caso no bastaba con la foto. Relaño quería su cabeza disecada para lucirla en su despacho ante las visitas y para inspirarse cada vez que se ponía el salacot y comenzaba a teclear su editorial para el AS, en esa hora postrera de la tarde en que todos reflexionamos a solas sobre lo acontecido durante la jornada, y casi ninguno de nosotros nos sentimos orgullosos de lo que hemos hecho durante el día, de en qué hemos empleado las horas de luz que nos han sido dadas. Relaño trata de aprovechar el inicio de la oscuridad para remediar sus escasos logros mientras hay luz y por eso sus editoriales llegan a la página web del diario cuando empieza a asomarse la madrugada. Y así nos va en la ciudad del madridismo, con tanta sombra, con tanta gente tratando de ocultarnos la faz del sol que cuando caminas por sus calles nunca hay una acera soleada.

Caza fotográfica o pesca sin muerte. Porque Del Bosque, otro ex que acapara portadas -y más que lo hará durante la CONCACAF que hemos ganado sin bajarnos del autobús, ni siquiera del Airbús- con los mostachos que gasta y esa mirada vidriosa, más parece barbo que animal de sangre caliente. Como en la peli de Matt, todos nuestros ex son felices y nos echan en cara en nuestros sueños no haberlo sido con nosotros, de haberse realizado tras separarse de nosotros. En sueños, de forma simbólica, porque el madridismo está como para ir pidiendo con urgencia hora en la consulta del doctor Freud, o sea, muy mal de la psique y del ánimo. Mou luce al fin sonrisa profidén tras su fandango español. Del Bosque parece un buda feliz... Después de tragárselo un barbo. Pellegrini ha salido a hombros del Málaga y se apresta a darle empaque de club grande de una vez por todas al City, a darle lustre y nombre a un club sin apenas pasado, tal como Mou hiciera con el Chelsea, a donde ha regresado indemne a pesar de todo, con un aprendizaje de los buenos, es decir, por las malas. Nos dicen que no quiere a Mata y a Torres en su nuevo equipo, porque algunos nos quieren hacer pasar su xenofobia por los juguetes de otros. Tantos ex son los que acosan nuestra tranquilidad emocional que a veces se me olvida que ni Sánchez Flores ni Benitez ni Míchel han entrenado nunca al Real Madrid, porque tienen el mismo mohín de reproche que el resto cuando son citados en las noticias de la prens deportiva. Pero habremos de alegrarnos por ellos. Que sean felices en brazos de otros. Carletto ha de ser lo que Jennifer Garner para Matt en el film, nuestro amor verdadero. Y eso a pesar de las muchas veces en que se malogró la posible relación antes de iniciarse siquiera. Ha de serlo sí o sí, aunque solo sea porque se acerca el final del cuento y si no mostramos síntomas de arrepentimiento por nuestros devaneos pasados y nos convencemos a nosotros mismos y a los demás de que somos capaces de amar desde el corazón, lo más seguro es que se nos lleve consigo el terrorífico fantasma de las Navidades Futuras como castigo a nuestra perfidia. Otras Navidades más llorando por el equipo, mire usted, no, que no creo ser capaz de soportarlo

El origen del prestigio de Ancelotti es el mismo que el de Capello: El Milán. Ya se que molesta que lo diga, y puede que lo repita tan a menudo por eso mismo: Antes de llegar Florentino pocos entrenadores querían venir a entrenar al Real Madrid, que no era otra cosa que un enorme dinosaurio herido, postrado en el suelo en espera de su muerte. Sí, cierto, mientras agonizaba ganó dos Copas de Europa. Y hubiera sido el hermoso canto del cisne madridista de no mediar Tío Patinhas en la jugada. Está de moda decir que ningún entrenador quiere venir al Real Madrid tras lo que le ha pasado a Mourinho. Y no digo que el argumento no sea sólido, o que lo parezca más bien, sólo que no es correcto y que sospecho que muchos ni siquiera se lo creen cuando lo dicen. El caso es que Ancelloti, al que mil veces se le pretendió y siempre nos dio calabazas -si no sería otro ex atormentándonos por las noches- ahora si que nos ha dado el okey, cuando ha querido venir, justo cuando más difícil lo tenía para verse libre, cuando estaba en un club en el que se ficha al capricho. El suyo. Y habrá querido por ser Florentino quien le ha requerido o por ser el club como es ahora por obra y gracia de Florentino, para mí más bien lo segundo, pero el caso es que su llegada inminente desdice esa teoría tan grata para el mourinhismo más recalcitrante. Y para rebatirlo algunos nos quieren hacer creer que Carletto es un entrenador de medio pelo, sin categoría para entrenar al Real Madrid, cuando lo cierto es que el Madrid a lo largo de su historia reciente ha sido quien no ha tenido categoría futbolística, infraestructura suficiente, como para que él fuera su entrenador. Hacía falta mucha cultura futbolística, valentía y sentido de la grandeza para querer venir. Lo hizo Capello -cuya etapa puede considerarse una precuela del mourinhismo- porque entendió -al igual que el precursor y razón de ser de este movimiento-, que un entrenador solo podía ser grande si había ganado algo con el Real Madrid. Y sentó los cimientos para la llegada de la Séptima. Ojalá el legado de Mou sea tan fructífero como el de Capello. Que venga Ancelotti y se convierta en el Jupp Heynckes -otro es que luce sonrisa satisfecha en estas fechas. Si es que ya lo digo, son una plaga. Peor aun, que ha decidido meterse a monja- de Capello.

Pero todo este artículo, que ya se alarga demasiado para la poca anécdota que trae, tiene su semilla en una lectura hecha mientras esperaba pacientemente en uno de los interminables pasillos del hostital de La Paz, junto a mi hermano, a ser atendido por el especialista neuróvascular. Leía sobre Milán precisamente, sobre una leyenda que trata de explicar el origen del nombre de la ciudad. También tiene moraleja. Una de las cosas que más sorprenden al leer historia, también al consultar un mapa, es el respeto que se ha tenido siempre, todos los pueblos casi sin excepción a lo largo de los siglos, por los topónimos. Es raro que un pueblo invasor, aunque se asiente en un territorio conquistado y logre echar raíces en él y trate de borrar los vestigios de sus predecesores en el lugar, que rebautice parajes o localidades. Tan es así que si uno consulta un mapa y, por poner un ejemplo, lee que el paraje en el que se haya se denomina El Robledal de Mengano, aunque lo que vean sus ojos hasta donde alcance la vista sean tierras de labor en barbecho, calvas de cualquier vegetación, puede apostar sobre seguro que alguna vez hubo allí un hermoso bosque. Los nombres de las ciudades rara vez no son los que les dieron sus fundadores. No es lo que ocurre ahora, pero es que este presente que nos ha tocado vivir quizá sea el más irrespetuoso que haya habido con el pasado. Lo ignora cuando no lo trata de tachar o suplantar. Así, el nombre de la ciudad de León tiene su origen en haber crecido en torno al acuartelamiento de la Décima Legión romana, la encargada de custodiar las ricas minas de oro de La Maragatería, el de Madrid es una deformación fonética del nombre que le dieron los musulmanes al villorrio que surgió en torno a la alcazaba que se alzaba donde ahora está el Palacio de Oriente. En el caso de Milán todo se debe a los galos que conquistaron la llanura Padana seis siglos antes de iniciarse nuestra era. Decidieron fundar una ciudad para que fuera la capital de la nueva región y, consultados los druidas por los ingenieros y urbanistas, aquéllos hicieron saber que era voluntad de los dioses que la nueva urbe se construyera allí donde se encontrara una cerda salvaje con solo la mitad de su cuerpo cubierto de pelo. Hallaron una hembra de puerco con estas características en el calvero de un bosque y allí fue donde empezaron a trazar las calles de Milán. Decidieron nombrarla en su propia lengua aludiendo al animal que les había indicado el lugar propicio, y al ser conquistada posteriormente por los romanos, la traducción literal al Latín de la expresión gala "medio peluda", medium lanum, situó el topónimo de la ciudad a muy poco trecho de su expresión fonética actual. Con esa cara tan redonda y cachetona, y su pretendida escasa calidad como entrenador, Ancelotti parece la porquita del relato. Algún día será nuestro ex también, pero esperemos que no atormente también nuestros sueños, que su salida no se tan traumática, tan cinegética como las de sus predecesores inmediatos, que en torno al calvero en que lo encontramos el Madrid crecer como ciudad amurallada y poderosa. "Milán, Ancla y cerrojo", se llama el capítulo del libro donde leí la anécdota ("Una Pica en Flandes", de Fernando Martínez Láinez), que trata sobre "La Epopeya del camino Español" -ese es su subtítulo-, sobre la ruta terrestre por la que España imperial enviaba tropas a Flandes desde Italia, pasando por Francia, Suiza y Alemania. Milán fue ciudad bajo dominio español durante 170 años, su época más próspera en realidad. Fue también el mayor acuartelamiento de la Europa de su época. Situada al norte de Italia, más allá de los Alpes, cerca de la frontera con Francia, era al mismo tiempo muralla para protegerse de las aspiraciones francesas, como cabeza de playa para hacer realidad las ambiciones españolas. Ojalá el proyecto de Ancelloti, que ha de comenzar en breve, sea también ancha y cerrojo. Ancla para dar estabilidad al imperio madridista, ese cuya dictadura Raúl cantaba que nunca iba a acabar, y cerrojo ante la continua agresión de los medios. Estoy entrecerrando los ojos y me creo que Carletto tiene un aire a lo Jennifer. Si los achino suficientemente hasta puede que me enamore de su persona. Hay que dejar paso al amor. Todo sea por no ser castigados por el fantasma de la Navidades futuras.

sábado, 1 de junio de 2013

El Fútbol y sus aledaños (133) - Las tres Gracias


Florentino, un poco de coherencia
Elías Israel
Diario AS - Madrid - 31-05-2013

Puedo entender que un patrocinador que se deja 25 millones por temporada requiera la mejor de las atenciones y la mejor sonrisa de las estrellas en la presentación de la nueva camiseta. Entiendo el calado institucional que se le quiere dar a un acuerdo importantísimo a nivel económico. Llama la atención, sin embargo, la presencia del precandidato único a la presidencia en el centro de la imagen. Florentino Pérez, por muy excelente conseguidor que sea, no debería actuar como si valiese todo, hasta que sea proclamado nuevamente como presidente.

Aunque no se presente ningún otro candidato, como está claro que va a ocurrir, lo mínimo que se puede requerir en estos casos es un respeto al proceso electoral. No se puede estar la noche anterior en la Cope despejando balones en forma de preguntas amparándose en que aún no es presidente, y luego hacer del césped del Bernabéu su jardín para una presentación tan relevante. La vida del club tiene que seguir su curso, pero seguro que había otro momento para lucir precandidatura o presidencia.


Las tres Gracias

El otro día alguien me aconsejaba en Twitter "Relax, my friend" tras explicarle yo a él mis impresiones sobre la marcha de Abidal del Barça. Lo cierto es que eran bastante contundente, y quizá el tono fuera excesivo también, como mi conclusión sobre el asunto: Que el incumplimiento del pacto verbal (en el escaso semestre en que me impartieron nociones de derecho en la carrera me enseñaron que los pactos verbales tienen categoría de contrato, más difíciles de resolver aun si tienen testigos) con el jugador, ese de que sería renovado automáticamente con que solo jugara un partido, es una prueba más de que el Barça es una gran mentira. Falacia interesada que en labios de sus socios y simpatizantes del club blaugrana tiene alguna lógica, todos tendemos a fingir ser más, ser mejores de lo que en realidad somos, pero que en labios de la prensa, en especial a la que se supone afín al Real Madrid, porque vive sobre todo de los ejemplares de periódico que compran sus aficionados, suena extraña y hasta aberrante y sabe a veneno que, por ser suministrado por quien supuestamente más te quiere, duele aun más en las entrañas cuando se ingiere. Pues aquí vamos de nuevo, rumbo al enfado. Y es que me indigna sobremanera la portada del diario AS de hoy. Me irrita porque no la entiendo, ni su intención ni su mensaje. Tampoco el tono. O quizás la comprendo en exceso (lo mío es ser excesivo). Cuando he leído el titular me ha parecido un chiste bufo. Y tras pensármelo mucho he tuiteado mis impresiones en un tono también bufo, sin citar a nadie, sin dirigirme a persona alguna, para que no tengan que volver a aconsejarme tranquilidad y buenos alimentos. El régimen que sigo desde hace un mes me está matando de hambre, al menos que me dejen mi ración diaria de ira, para que yo la pueda degustar despacio y con los cinco sentidos, paladeando cada frase al expresarla. Y me vengo aquí, al blog, para desarrollar mis impresiones con un poco más en detalle y, quizá, establecer alguna conclusión. Aunque difícil parce si, como ya he dicho, poco entiendo la portadita de marras.

AS: "Tenemos camiseta, buscamos entrenador". Sara en Televisa: "Despedida oficial de Mou (lo exigió mi churri) y sin nada que ponerme"

Repitamos el eslogan, que hemos de suponer que la buena gente de As cree el madridismo dice para su adentros esta mañana, algo fría, pero en la que el sol empieza a imponer su presencia: "Tenemos camiseta, buscamos entrenador". ¿No le falta un "O sea" al final para rematar la frase? "Te lo digo, cari, estoy loca porque venga Carlo, que hombretón, pero como lo traigan demasiado rápido me pilla sin nada que ponerme en la rueda de prensa de la presentación. Floren, my darling, relax, slowly". ¿Acaso AS trata de chotearse del madridismo, ridiculizarlo? ¿Los responsables del diario deportivo del grupo PRISA, con Peter Paulus a la cabeza, que según confesó en Punta Pelota es el responsable de las portadas, creen o tratan de hacer creer a sus lectores - que ya sabemos que lo que piensan y lo que quieren que pensemos no suelen coincidir, sobre todo cuando tratan temas del Real Madrid- que nos importan más las equipaciones que el proyecto deportivo? Tal vez se trate solo de un bufonada, un hacer una broma para quitarle hierro al asunto, el de la marcha de Mourinho, se entiende. Tema que aletea cual colibrí, presencia liviana, difícil de advertir si no se está atento, pero significativa, que añade colorido y viveza al cuadro que nos ha pintado Peter Paulus, el Rubens de la redacción. Los titulares de Peter Paulus siempre han sido excesivos -otro con las misma tendencia al exceso que yo- en las carnes mostradas. Las exhiben sin pudor, sin recato, con orgullo y altanería incluso. Por aquellas portadas que incluían fotos en la que se veía a Cristiano con una tirita en el párpado por las secuelas de la batalla campal en el césped del Ciutat de Valencia nunca se pidió disculpas. Entiéndase, el perdón se requería no por las fotos en sí sino por la tesis a la que daban apoyo gráfico: La inevitable marcha de CR7. La tirita, por arte de magia periodística -magia que siempre es negra cuando afecta a temas que nos incumben o va dirigida directamente contra nosotros, nunca blanca, y ya es mala pata- se convertía en dos, como si los apósitos se reprodujesen por mitosis, en un artículo en páginas interiores, para poder respaldar la tesis de que Ronaldo quería irse del club merengue. Tal era su desagrado, nos decían, con la Casa Blanca que hasta tapaba el escudo, para no verlo, y como mensaje subliminal para los iniciados en las causas de sus tristezas y para aquellas gentes con ojos avezados y capaces de leer lo que hay debajo de la superficie, que las portadas de AS son como un palimpsesto, y su discurso no se acaba con la primer vistazo. La gente de As es tropa bien entrenada en las fuerzas especiales, capaz de convertir cualquier foto sin mucha narrativa o frase pronunciada a desgana en un arma mortal. Ese esparadrapo quiso ser utilizado para cercenar la yugular del madridismo mourinhista, y casi lo logran si no fuera porque entonces andábamos bien pertrechados de razones y movilizados en la defensa de la estructura del equipo. A nosotros nos han debido entrenar en campos de entrenamiento terroristas y no en la CIA, como ellos, ya que dicen que somos muy destructivos y ellos está claro que están mucho mejor dotados para la mentira, el sigilo y la manipulación.


Portada de AS del 17 de noviembre     Portada de AS del 16 de noviembre
 A Rubens, le gustaban las mujeres de carnes abundantes muy probablemente, como dice el tópico, ya que su esposa, Helena Fourment, la que fue sin duda la mujer de su vida, era un gordita de muy bello y dulce rostro. Una de "Las tres Gracias" es su retrato, pero no me pregunten cual, que me pillan a contrapié seguro, y las tres mujeres se parecen. Creo que es la rubia, pero prefiero no arriesgarme, que lo mismo las tres gracias son retratos de Helena. Pero no culpen a Rubens del parecido, o no solo a él. Las tres gracias siempre se parecen mucho entre sí en todas las innumerables versiones que se han realizado de su danza (Sandro Boticelli, Rafael Sanzio, Lucas Cranach El Viejo, etc.), tal vez porque son hermanas y es inevitable que la genética hable -en el caso de Picasso hay incluso más semejanza porque las caras picasianas son casi siempre variantes de un mismo modelo poliédrico. No obstante, a pesar de su predilección por la obesidad, lo intenté explicar el otro día en Twitter sin mucho éxito, la razón del uso frecuente de personajes rollizos en sus obras obedece más a cuestiones técnicas. Es más fácil plasmar en un dibujo el movimiento del cuerpo con este tipo d personajes, los michelines que se retuercen y estiran en la dirección del esfuerzo son las líneas que sugieren el dinamismo, como las líneas curvas que utilizan los dibujantes de comics para hacernos creer que el cuerpo de un super héroe está en acción, solo que en los cuadros de Rubens esas líneas están integradas en los cuerpos, no flotan a su alrededor, por lo que la sensación de movimiento es aun mayor, el engaño es más completo, porque un cuadro no deja de ser una imagen estática.

Los  tres graciosos que dirigen la redacción de AS, Alfredo Relaño, su director, Javier Gómez Matallanas, el director adjunto, y Peter Paulus, subdirector, también están entrados en carnes, de chuletón mayormente, aunque semejantes barrigas no se alimentan solo con vacuno, hacen falta también guisos de caldero y estofados y, sobre todo, mucho comer fuera de casa -comidas de trabajo es la excusa-, y todos los días nos ofrecen su sensual danza para tratar de corromper la verdad desde las páginas del diario o desde las ondas. Aglaya, Eufrósine y Talía, Alfredo, Javier y Peter Paulus, danzan perpetuamente para nosotros para alegrar nuestras vidas, para inspirarnos también, para estimular nuestra elocuencia, liberalidad y sabiduría. Algo más sabios somos tras esta lucha dialéctica con la prensa. Pero leo en una web que me propone Google, que eran jóvenes dotadas de belleza y modestia, y entonces el símil se me va a hacer gárgaras. No es la modestia una seña de identidad de la prensa deportiva. La otra noche preguntaba Joseba Larrañaga a Florentino Pérez en el programa "El Partido de las 12" acerca de Mou: "Puede la presión mediática ser tan tremenda como para cargarse a alguien como Mourinho". La expresión "alguien como Mourinho" ha de entenderse, creo yo, en el sentido de alguien muy fuerte y avezado en la pelea de voluntades. Los de la COPE esa noche, como los de El Larguero dos noches antes, andaban tratándose de colgar una medalla en el pecho. Contaban las puntas de la cornamenta del animal abatido para determinar si les hacía acreedores a una medalla de oro, de plata o de bronce. La respuesta del presidente del Real Madrid fue apoteósica: "Una presión mediática orquestada puede cargarse hasta al presidente de los EE.UU.". Estos días los medios andan disputándose el honor de ser los autores del disparo que abatió al ciervo, celebrando la caída de Mou mientras nosotros quedamos desconsolados como si estuviéramos asistiendo a la muerte de la madre de Bambi por primera vez. No estamos para bromas, menos aun las bufas, como la de AS de esta mañana. Además, a pesar de sus gorduras los tres graciosos no son representativos del estilo de Rubens, su periodismo carece de movimiento, se ha inmovilizado alrededor de una mesa de restaurante, donde se decide la verdad entre bocado y bocado. Esa danza perpetua que realizan ante nosotros, y que ahora interpretan quizá con mayor alegría por lo que creen una victoria gremial, no inspira alegría alguna, nos hace más tontos si nos la creemos, más vulnerables al desanimo.

¿Y si la frase del titular fuera un velada crítica a Florentino? Es lo que toca ahora para que no decaiga la actividad cinegética. Me recalcaban mucho en la Escuela de Ingenieros de Montes la importancia económica de la actividad de la caza, pues ya no digamos la importancia de esta. Cobrar al elefante podría salvar muchos puestos de trabajo, evitar muchos EREs, sanear las cuentas de aquel medio que pudiera acceder  la gestión del club. En eso andaban estos días la gente de PRISA. Con mucha prisa porque el inicio del fin de semana, momento límite para poder presentar las candidaturas a la presidencia, se echaba encima. La celeridad en la búsqueda de posibles candidatos, los intentos de establecer pactos con alguno de ellos se llevaron con tanta torpeza que a Relaño le pillaron en un renuncio, cenando, como no, con uno de ellos en un conocido restaurante madrileño. Conocido por el periodista, que debe comer menos en casa que los críticos de la Guía Michelín. Esas barrigas por el deber cumplido. Ya les pasará factura la tensión arterial, como a mí, el colesterol, la diabetes. Yo estoy en trance de poder volver a tocarme las puntas de los pies con las manos el inclinarme. No sé ellos, tengo mis serias dudas al respecto. Decidir los diseños de las equipaciones del próximo año antes que la identidad del nuevo entrenador parece en apariencia un contra Dios. Salvo por dos pequeños detalles: 1.- El entrenador actual aun no se ha despedido, lo hará este fin de semana. Aun le quedan días, horas al menos, en su cargo, por mucha PRISA que haya en verle desfilar rumbo a Inglaterra. El desalojo de su oficina ha sido noticia estos días. El periodismo deportivo nos ha hecho la crónica de la mudanza, como el verano pasado nos hizo la crónica de las obras de fontanería del Bernabéu, por aquello de la final entre equipos representativos del separatismo. Es el periodismo centrado en el Madrid un periodismo con alma de contratista muchas veces; 2.- Estamos en proceso electoral. La elección del nuevo entrenador será potestad del nuevo presidente, o del que ya estaba cuando recupere sus atribuciones.

Más legítima parece la crítica que hace Elías Israel en su columna. Tal vez Florentino Pérez no debería haber estado en el acto publicitario para la presentación de las nuevas equipaciones del Real Madrid, aunque no deja de ser un reproche un tanto tiquis-miquis. Dice don Elías que "Llama la atención [...] la presencia del precandidato único a la presidencia en el centro de la imagen [de la fotografía publicitaria]. Florentino Pérez, por muy excelente conseguidor que sea, no debería actuar como si valiese todo". A mí me llama más la atención, la presencia de Iker Casillas en la imagen gráfica de la portada de AS, cada uno con su deformación profesional, los mourinhistas recelando de quien creemos que tanto tiene que ver con sus errores con la aciaga temporada que hemos sufrido, y los periodistas del diario con la suya que les impele a criticar a los actuales responsables del club, venga o no a cuento, sea legítimo o no, haya o no otras noticias más criticables. ¿Importa tanto que Florentino se cuele en una imagen amplia de grupo? Mis ojos se han ido, lo confieso, hacia las azafatas colocadas en ambos extremos del grupo, deformación profesional de varón. ¿No habría sido más interesante un análisis de las derivaciones morales del despido de Abidal por parte del Barça que este en torno a la presencia de Tío Patinhas en el sarao de las camisetas? Pero reconozcamos, no obstante, que el reproche ha a lugar, que puede hacerse. Elías Israel es de carnes más enjutas que los tres graciosos y quizá eso le permita centrarse más en lo sustantivo que en lo nutritivo. ¿Pero si no les parece bien que se involucre ahora que es solo precandidato en lo de los trapitos, a que tanta PRISA para que lo haga en los del nuevo míster? Es algo que ha de hacerse con tiento, sopesando los pros y los contras. Parece, nos dicen, que lo de Carletto se enfría. Heynckes no deja de ser un riesgo si, como también afirman los tres graciosos y sus compañeros de gremio, a Mou se lo ha cargado el vestuario, Casillas él solo, o en compañía  de otros. Jupp ya tiene precedente de haberse visto superado por un vestuario, y este ha podido, fiero lo pintan, con Mourinho. Además, es un hombre que habla más de su posible retiro que de planes e ilusiones de futuro. Como lo del alemán también se enfría, o deja de tener punch como novedad, ahora nos apuntan a Vilas Boas. Todo por el morbo y dar a un tema la sensación de sernos narrado en tiempo real. Ningún suceso del fútbol narrado en tiempo real por esta gente resiste unos mínimos exigibles de seriedad. Todo es broma pesada o bufa cuando nos hablan del Real Madrid. Se imagina alguien la narración atenta al detalle, en tiempo real, del proceso de vestirse cada mañana del señor Relaño: "Tenemos la camiseta, buscamos calzoncillos". Facilito una propuesta de posible titular, por si la idea gusta a Peter Paulus para llevarla a la portada de AS. Camiseta de obrero afiliado a la sindical, por supuesto. Anda que no daría juego a los columnistas y blogueros del diario la imagen de Relaño luciendo esa barriga que tantos chuletones le cuesta.

Lleva Relaño unos días de mal humor, con pocas ganas de baile. Su tono generalmente burlón, su prosa danzarina se ha tornado pequeña furia de salón al escribir editoriales durísimos contra Florentino Pérez y Mourinho. En el periodismo deportivo español hay muy pocos quijotes y exceso de "sanchopanzas", y nuestro amigo Alfreso Panza andaba ilusionado con la posibilidad de que se hiciera realidad la vieja promesa de obtener al fin la regencia de la Ínsula Barataria, de poder al fin mangonear en el Real Madrid, convertido en isla por la prensa beligerante. No había PRISA hasta hace poco por fagocitar la Casa Blanca, pero es que la crisis generalizada y la del GRUPO empresarial en particular ha convertido esta antigua aspiración de capricho en posible tabla de salvación. Hacer del Real Madrid una fuente de ingresos que sanee las cuentas de los diarios y permita pagar tanto despilfarro en chuletones. Relaño no danza estos días porque no ha logrado encontrar una alternativa a ese señor, el Tío Patinhas, que tanto le amarga la existencia cuando le ve nadando en su pileta llena de dinero. Le pillaron infraganti cenando -como no- el otro día con un posible candidato a la presidencia del Real Madrid, y la noticia ha sido utilizada para mantener la hoguera del morbo por algunos compañeros de profesión. El ser "pillado" en flagrante delito no le ha gustado, que se hayan hecho eco de la noticia ciertos colegas, aun menos. A Relaño le huele el asunto a cuerno quemado, y lo que se quema, lo que flagra, es su credibilidad, la poca que le quedaba a nuestro amigo danzarín. Y tiene su gracia, y su lección. Que aprenda el señor Relaño de la experiencia, de lo que se siente al ser presa y no cazador, aunque solo sea unas cuantas tardes. Quizá le sirva para atemperar los ánimos, elegir mejor los temas, ser más respetuoso en sus comentarios. Que levante la mano quien crea que esto podría resultar una lección... Sí, ya me lo temía, nos quedaremos con las ganas. De hecho estos últimos escrito son prueba de que el efecto ser el contrario. Si, es cierto, los michelines de Relaño, los de los párrafos de sus escritos no pueden ser utilizados para inducir sensación de movimiento. Cambian los argumentos, pero no las intenciones, la suya es una retórica estática.

Pero no desespero, mi principal ilusión ahora mismo es que se pueda fichar al delantero Lewandoski para que las guatemaltecas de mi TL, @SukaStereo y @patyrios, se lleven un alegrón y sigan con su danza en Twitter, la suya, que es la que me motiva, la que me levanta el ánimo cuando éste anda un tanto decaigo por cuestiones de fútbol. Ella si me inspiran alegría y hasta me diento más listo cuando las leo. Sí, cierto son solo do, pero arman bullicio como si fueran tres o más. Son Las tres gracias de mi rincón de Twitter. Y con tipazo, que seguro que alguna ya anda pensando... No van a necesitar una camiseta del Barça para parecer más delgadas -Tampoco la del Borussia Dortmund, eh Patricia-, como le ocurre al Casillas de pega en el genial tuit de @FrikerCasillas. El Blanco engorda, es verdad, pero sobre todo el alma y el corazón. Ellas son buena prueba de ello.

La nueva camiseta me hace más delgado.