lunes, 11 de enero de 2016

El Fútbol y sus aledaños (187) - This is Bale



El Fútbol y sus aledaños (187) - This is Bale

"This is Bale" -en inglés en el original, como se suele decir en las notas a pie de página de los libros traducidos-, es el titular de la portada del Marca de hoy. Y seréis capaces de decirmes que no mola, que no es todo un hallazgo linguístico, que no es realmente significativo. Por de pronto, indica que el nivel de estudios del lector medio, del pipero de pro que devora cada mañana el periódico, ha alcanzado unos niveles inesperadamente altos tras años de aplicación de la LOGSE y todas las leyes educativas que tienen rima asonante con ella. Quien lo diría, los lectores de prensa deportiva somos ahora mayoritariamente bilingües. This is Bale y nosotros os lo vamos a contar de una vez por todas, que hasta ahora lo dicho era en broma, es lo que viene a decir la portada. El nuevo Bale, The new Bale, dear pipe people -el nuevo Bale, queridos piperos-, porque el de antes, el que estaba aquejado de una hernia discal que amenazaba con su jubulación anticipada en cualquier momento, era un habitante de un universo paralelo al nuestro.

Es el efecto Zidane, el nuevo rey Midas que convierte todo lo que toca en oro blanco. En solo una convocatoria bajo la dirección del francés al galés se le ha curado la espalda. Frótenle ustedes con la palma de la mano el cráneo rasurado al divino calvo, que trae suerte. Seguro que es por eso por lo que le brilla tanto el cogote, porque no paran de frotárselo. Antes había que hacerlo con la joroba de Bale, y con eso logramos incluso que nos tocase una Champions y el reintegro de la felicidad en una final de Copa del Rey. A cada época sus superticiones. Me diréis que soy raro pero lo que realmente me ha llamado la atención es que Marca al confeccionar su la portada haya acudido al idioma Inglés para redactar el titular -La letra chica no, ahí se han epresado en idioma castizo-. ¿Será porque es un jugador británico? Siguiendo la doctrina de la navaja de Ockham, esa es la explicación más probable. Pero yo, que soy mucho más alambicado que todo eso, he consultado en uno de los muchos traductores de idiomas que pululan por Google para cerciorarme que no eran ciertas algunas de mis sospechas, y he averiguado un dato sorprendente: "Hernia" se escribe exctamente igual en Inglés que en Castellano. Se nos acabó la suerte. Lo que ya no sé es si en el idioma de Shakespeare se trata de una hache sonora la que inicia el vocablo y hay que pronunciarla a lo James, con jota de Jamón 5 Jotas. Porque el colombiano es auténtica pata negra, sobre todo su zurda.

Pero vayamos a lo serio, a la letra minúscula del contrato que ha firmado el periódico con sus lectores y que hemos mencionado hace un momento. Tras meses de ser el caballo de batalla para la prensa en sus discrepancias con Florentino Pérez, no sin razón a veces en sus argumentos, Marca acabó abrazando la verdad oficial sobre el galés, que es el jugador franquicia. El de Bale no era un fichaje cualquiera. Todo lo contrario. Cómo Zidane, y Benzemá antes que él, se trataba de una apuesta personal de Florentino Pérez, un capricho del presidente, un regalo para la afición madridista, un truco de chistera para resucitar la ilusión de la hinchada, algo decaída en esta última década y media. Por eso la portada del 10 de octubre de 2013 de Marca, que ya analicé en su día -bueno, lo de analizar es un decir, en el artículo "Bownie, el monstruo de las galletas", se convirtió casi en un insulto lanzado contra su persona y suficiente motivó para convocar una rueda de prensa. Era un impacto bajo la línea de flotación de la dignidad de Florentino Pérez. Al AS le gustó la copla y desde entonces la hizo suya para tararearla sin descanso, tratando de desacreditar al galés como futbolista, no ya como paciente de la clínica Sanitas. Y lo cierto es que  Bale pareció encajar mal las críticas, porque su rendimiento, que llegó a ser espectacular en su primera temporada, decayó alarmantemente, firmando una segunda temporada para olvidar y un inicio de la tercera aun peor. Mientrs Neymar se crecía en el castigo Bale mermaba con él. Pero lo que dice Marca hoy en la letra pequeña de su portada es cierto. Tras un periodo de sequía goleadora, Bale se ha convertido en el gran referente en ataque. Donde antes todo era desconexión con el grupo, ser un Robinson Crusoe en su isla, ahora es máxima implicación en el juego colectivo, sobre todo con el esfuerzo en defensa. No sabría decir si ese cambio es desde ya mismo, desde que Zidane se ha convertido en su entrenador, o es una actitud que ya tenía antes. Quiero pensar que lo segundo, porque otra cosa sería decir que entre los que los que le hicieron la cama a Benítez a él le toco doblar el embozo de la sábana sobre la colcha. La gran pregunta que nos hacemos todos es si Bale tiene madera de líder, temperamento para echarse el equipo a la espalda cuando haya que remar contra corriente. Esa es la gran incógnita. Hasta el viernes mismo habría dicho que nunca, que era una broma de mal gusto decir que podría suplir algún día a CR7 en su liderazgo, pero tras frotarle la testa al genio de la lámpara ya no estoy tan seguro. Sería injusto atribuirle este petite miracle a Zidane, si quizás el que la plantilla haya acogido por fin con entusiamo algunas de las iniciativas de Rafa Benítez. Porque, seamos justos, nadie creía en la idea de convertir en inexpugnable un equipo que jugaba con 5 delanteros sin aparentes responsabilidades en defensa, como los equipos de mediados del siglo pasado. Paracía un jeroglífico más de los confeccionados por el anterior entrenador. Benítez ponía a Kroos a presionar a los centrales de la defensa rival y, sin ninguna conexión con sus compañeros, su esfuerzo baldío en solitario se convertía en una perfecta metáfora de la incomprensión de los pupilos de Benítez al escuchar a sus ideas. Pero en boca de Zidane todo suena hasta lógico: Carvajal por Danilo e Isco por James. Simple, elemental mi querido Watson, pero prácticamente inédito en lo que llevamos de temporada. Zidane empezó por no divorciarse con el sentido común, que tampoco es poca cosa. Con Zidane por fin en el banquillo, pudimos ver a Bale haciendo un tackling en su propia área para salvar un gol y que ello no pareciese un diparate, palabras de necio, una nota en disonancia, sino un signo de lso nuevos tiempos. Zidane es el musical, el gran estreno de esta temporada en la Gran Vía y, por favor, súbanme el volumen de la música que me quiero deleitar con su sonido en Dolbi estéreo, con ese sonoridad de la hache asprirada, viendo al jugador de la "jernia" marcar goles a ritmo de hat-tricks, leyendo al Marca decir que nunca dijo digo donde quiso decir hernia. ¡Ay. Pero con que poquito somos capaces de disfrutar los madridistas! Incluso los que trabajan en la prensa deportiva. Porque haberlos hailos, que nadie lo dude. Aunque muchos lo sean de conveniencia o con ideas mercenarias. Es verdad. Pero como pasa en Twitter cuando sopla la galerna, que se lleva a rastras las opiniones honestas si no coinciden con lo que dicta el jefe. Ocurre en la mejores familias: la gente cambia de dircurso aunque no cambie de opinión para no pillarse los dedos y acabar en el despacho del "dire". O en boca de todos tras convocar éste una de sus ruedas de prensa.

Me diréis que no, muchos lo han hecho en Twitter, hasta riéndose en mis narices, pero Marca y su universo mediático hace tiempo que está por la causa florentinista. Al menos no es beligerante. Y si se equivoca -el periódico, me refiero, que no había más que oir a García Caridad defendiendo al presidente de las ácidas críticas de Segurola-, se le suelta un soplamocos en rueda de prensa y el periódico corrige rumbo a plena satisfacción de la T4. Lo que va de la portada que ilustra este artículo en su cierre a la que lo abre es todo un giro de 180 grados, tanto en las ideas como en las intenciones, una alianza de intereses, la domesticación de la prensa. Gran objetivo éste último de Florentino Pérez en su segunda etapa como presidente, y que creo que ha logrado en un noventa por ciento, porque Relaño es mucho Relaño y se le resiste, y que ha ditraido, eso sí, muchas energías para la consecución de otros objetivos aun más importantes como, por ejemplo, encontrarle suplentes de garantías a los dos laterales titulares, o cerrar de una vez el debate de la portería, que parece haberse resuelto por si solo, en aplicación de la más pura doctrina rajoniana, y en contra de los acciones emprendidas por la directiva. Florentino solo actúa cuando su nombre queda en entredicho, y con Marca parece haber actuado hace tiempo para reconducirlo, para lograr que García Caridad se siente a la mesa de Pedrerol para alimentarse de sus sobras, para que sus huestes de Twitter visiten las emisoras de Radio Marca para propalar su doctrina, en especial esa cantinela tan curiosa de que quien se le opone es nazi o simpatizante de la esvástica, y para que el kiosco nos regale portadas tan reconfortantes como la de hoy del periódico de cabecera de todo pipero que se precie. This is Marca now, aunque haya quien quiera negarlo. Y ninguna galerna arrastrará consigo esta evidencia.


sábado, 9 de enero de 2016

El Fútbol y sus aledaños (186) - ¿Por qué no ahora Zidane?



El Fútbol y sus aledaños (186) - ¿Por qué no ahora Zidane?

¿Por qué no ahora Zidane? Esa es mi pregunta, la que intento contestar. Se ha insistido mucho entre el madrismo de que se corre el riesgo de quemarlo de forma prematura, que Zinedine Zidane es un proyecto a largo plazo, una opción de futuro, una de las pocas posibilidades que nos quedanb de poder crear una entidad para el equipo en torno a una figura emblemática, como hizo el Barça en torno a Josep Guardiola o el Manchester en torno a Alex Ferguson. Hay otros ejemplos menos atrctivos y que erizarían la piel del cogote a más de un madridista, como el de Arsène Wenger, el general manager del Arsenal, pero creo que se entiende la idea. Es más, el Real Madrid la lleva filtrando como porpia hace años a través de sus medios de comunicación afines, por ejemplo, a través del universo pedrerólico. Sería además una idea personal de Florentino Pérez en su faceta de gurú del madridismo. A él corresponde el copyright. Él en persona habría forzado al francés a sacarse el título de entrenador primero y presionado después, venciendo cierta pereza existencial en el francés, para que se hiciera con las riendas del Castilla. Así nos lo han vendido. Hay mucha labor de tutelaje, nos dicen, en la relación personal entre el futbolista y el directivo, una labor de padrinazgo voceada a los cuatro vientos. Incluso habría sido la alternativa prioritaria para el presidente, según algunos medios, a la hora de buscar un inquilino para el banquillo tras la destitución de Ancelotti. Zidane es el futuro que nos marca la flecha del tiempo, estamos avocados a él. Y con gozo, diría más de uno, por ejemplo, yo, porque Zizou es el material con el que están fabricados los sueños, parafraseando a Sam Spade en el "Halcón maltés". El francés encarna como nadie esa cualidad que hace tan peligroso al Real Madrid, incluso cuando parece muerto: La ilusión, cualiodad, energía anímica, que tan hábilmente sabe concitar y dirigir Florentino Pérez. No hay descalabro suficiente duro o doloroso que no permita que la confianza del Real Madrid en sí mismo se perpetúe. Es muestro particular opasis donde poder abrevar cuando cruzamos el desierto, auqnue a vecs nos lleve 32 años. Para soñar con la Undécima basta con recordar como se logró la Novena, quien nos la trajo. ¡Anda, si fue Zidane, y lo teníamos ahí mismo, en el staff técnico y aún por estrenar! Basta con quitarle la lámina transparente de plástico protectora, como a los móviles recién comprados, para que brille nuevecito entre nuestras manos. Pienso que quienes temen que pueda ser una solución precipitada, prematura, que quede abortada pro al realidad, que darle las riendas del equipo ahora pueda ser gastar un cartucho disparando el aire, es porque en realidad tienen dudas acerca de la capcidad del francés, temen despertarse del sueño en mitad de la madrugada. Y puede que no les falte algo de razón. Quien sabe. A priori ndie. Al héroe de la Séptima, Mijatovic, se lo desayuno Ramón Calderón en una campaña de marketing por la presidencia. Truco publicitario como lo es ahora la opción Zidane, no nos engañemos. El marsellés es el último tren para Gun Hill para don Florentino, y no hay que descartar que tenga que batirse con el revolver en la estación para poder tomarlo. Ya no le queda nada más. O Zidane o el caos, y ni siquiera estamos seguros de que convocar elecciones sirva para algo, ya que Florentino Pérez ha sido muy eficiente escardando las posibles alternativas a su persona como se escarda la mala hierba en su particular jardín del edén.

¿Y si quemamos a Zidane qué? Eso sigo yo. ¿No repetimos constantemente que nadie está por encima del club? ¿Ni siquiera Mourinho o Zidane, o con ellos hacemos excepción? Sin embargo, discrepo en que sea tan factible esa posibilidad. Los medio afines al club, que son bastantes más de los que nos quiere hacer creer la versión oficial, ya se ha encargado de personalizar el fracaso única y exclusivamente en Rafael Benítez. Seguimos en la portada de la revista Forbes, vivitos y tintineando monedas. No hay novedad en el frente en loq eua  lo institucional se refiere. Si la solución nos saliera rana y el club no quedara enbarazado con ningún título, no veo que sea tan difícil que Zizou pueda sobrevivir al chasco. los cadáveres ya se lso ha llevado el río. Pero, seamos sinceros, lo que de verdad preocupa a una mayoría es que Zidane no vaya a saber manejar el vestuario. La imagen que proyecta el francés es la de alguien exquisitamente educado en el trato y comedido en sus reacciones, cabezazos aparte. ¿Es el ego de Zidane más fuerte que el de los actuales pesos pesados del vestuario blanco? Esa es la pregunta que nos formulamos todos. Pues, bien, en mi opinión este es un momento tan bueno como cualquier otro para averiguarlo. Imagino que la forma en la que se foguean los entrenadores de fútbol, por ejemplo en Valdebebas, comenzando su labor entrenando a los más chicos y siendo promocionados de forma escalonada a la dirección de plantillas progresivamente más veteranas, tiene que ver con todo esto. Con Zidane se empezó por el final, dándole las riendas del equipo filial en 2ª B, así que o bien nos esperamos a que complete el ciclo que ha obviado dentro de una década o nos contentamos con su actual preparación y experiencia para la gestión de egos. Por otro lado, no me imagino a los actuales jugdores de al plantilla por la labor de pifiar la gran esperanza blanca, aunque quizá aquí sea yo en ingenuo. Dice uno de los ayudantes de Benítez que algunos jugadores se reían en su cara cuando les hablaba. Si la doctrina oficial es cierta, si como se han cansado de repetir, Zidane era el encargado de las relaciones con los jugadores en la era Ancelotti, es un mal improbable, pero yo hace tiempo, no sé los demás, que no me fío de nada de lo que oígo o leo.

Pero, ¿había otras alternativas? Cabía por upuesto la posibilidad de dar por amortizaba la temporada, que en un tercio ya carece de objetivos por la ridícula gestión que ha realizado la directiva del caso Cherishev, y en otro tercio empieza a torcerse sin muchas posibilidad de de enmienda tras los cada vez más frecuentes tropiezos del equipo en la liga. Es el momento de optar por una solución ganadora, por propiciar una catarsis, o por dar por concluido el año en curso. Y viniendo de un año en blanco, es decir, un año azulgrana, la alternativa era clara si no se quería que el objetivo no explícito de Primavera Blanca se convirtiese en realidad y, además, en provecho de terceros, no de los creadores de la estrategia. Urgía sacar un conejo de la chistera y el más evidente estaba bien a mano. Pensar en Mourinho era en realidad no pensar, decidir con los hígados y no con las mientes. En algunas cabezas cabrá como gozosa revancha su vuelta, para ajustar cuantas con el inmediato pasado, para poder defenestrar al fin a quienes no se tolera vestidos de blanco, sea cual sea su curriculum o su presente, porque no todos los odiados están en claro declive deportivo o son improductivos para el equipo. No doy ejemplos por no enredarme en discusiones de detalles. La vuelta de Mou la juzgo como una broma pesada, tal vez propalada por el propio Florentino, que a veces chiquetea como todos. Vaya usted a saber de quien fue la idea, pero me barrunto que el propio presidente es quien quiere más lejos al portugués, porque hizo de sus relaciones con la prensa un auténtico calvario. Tras su destitución solo siguieron oponiéndose al dominio del imperio florentiniano la irreductible aldea gala del Grupo PRISA, con su bardo Alfredo Relaño a la cabeza. Pero bien sabemos que al AS nunca le invitan a los banquetes de soplos y promociones. Hace años que no cata jabalí estofado en la abundante y bien servida mesa del Real madrid, en la que tantos solventan sus ayunos de notoriedad o dineros. Mourinho habría sido incidir en la fractura que tan evidente es ya entre al afición madridista y, sobre todo, desactivar los pocos o muchos activos con los que aun se cuenta en el equipo. Salvo con Arbeloa, que no es precisamente un titular, Mourinho ya quemó hace tiempos sus naves por lo que respecta a la plantilla madridista. Habría que confeccionarle otra nueva, y a mitad de temporada se antoja disparate. Aparte de que esa hipotética limpia cuesta creerla tras las recientes renovaciones de Pepe, Ramos y algún otro.

Porque esa es otra especie. Se ha dicho, sin demasiada convicción, me parece a mí, que Rafa Benítez venía a imponer disciplina, cuando no a hacer limpia en el vestuario. Y lo cierto es que lo segundo se veía difícil tras las últimas renovaciones, como ya he dicho, y lo primero ha demostrado ser falso de toda falsedad cuando hemos visto que algunos pesos pesados han jugado casi por Real Decreto. El peor Bale desde su llegada al Real Madrid, el menos implicado en el juego y el menos comprometido con el esfuerzo del equipo, ha sido titular indiscutible siempre que las lesiones le han respetado, que tampoco ha sido muy a menudo. Benítez lo ha preferido siempre a otros, incluso tras salir de una etapa prolongada de inactividad. Tres cuartos de los mismo con CR7. Incluso peor, porque ha jugados todos los minutos posibles para que pudiera afrontar sus records de goles. Benítez se ha cuidado mucho de mimar a las estrellas al margen de su rendimiento y de pegarse de bofetadas con los "segundones", y entiéndaseme la expresión, como Isco o Jesé. Con el único que ha obrado con rectitud para a mi ha sido con JJJames, cuya baja forma es evidente, aunque a algunos les haya costado darse por aludidos. Si en la T4 se quería romper relaciones con los jugadores, declararles guerra abierta, acertaron con Benítez, que no digo que sea mal entrendor, no lo digo simplemente porque yo no sé distinguir uno bueno de uno malo, mi ignorancia en esta materia es supina, solo afirmo que no hay club por el que haya pasado en el que se le tenga un buen recuerdo. Y casi ni lo digo como crítica. Me siento identificado con él en la dificultad para relacionarse con sus demejantes. Del Valencia salió casi a patadas, sin que le pudieran ni ver los respectivos inquilinos ni en el vestuario ni en la sala de prensa. tanto periodistas como jugadores decían pestes de él. Y eso tras regalarle al club Ché la mejor etapa de su historia deportiva. Como a mí, a Benítez le falta inteligencia social. A mi lo que ha terminado ocurriendo no me sorprende en absoluto. Y, en todo caso, si fuera verdad que venía a reconfeccionar la plantilla, ¿porque no encargarle esa labor a quien decimos que será quien rija los destinos del Real Madrid en el futuro?

Una vez respondida la pregunta que suscita este escrito, vamos a suponer que de forma medianamente aceptable, la pregunta que nos hacemos a continuación es ¿por qué no Zidane desde principio de temporada? Alguien más listo que yo tendrá que responder a esto. Supongo que Zidane sonaba muy parecido a Ancelotti, de quien en realidad era su mano derecha. Habría sido como reconocer que el fracaso del año pasado tenía otros culpables además de en el banquillo y en el vstuario, porque se le ha encargado a la prensa afin de que despelleje a los jugadores al tiempo que se les renovaba. Que alguien me explique este sinsentido: Mientras se dialogaba con Ramos para ampliar su contrato se nos hacía saber lo pesetero que es y lo fastidioso que es su hermano. Nada nuevo bajo el sol. El universo pedrerólico ya se había encargado de destuir la reputación personal de otros jugadores antes que acababan contrato o iban a ser traspasados: Snejder, Higuain, Di María, Özil, Xabi Alonso. Lo acadabrante es que la de Ramos se ha destrozado su imagen para luego renovarle. Que alguien me ate esta mosca por una pata con un lazo. A dos horas escasas del debut de Zidane siento que se renueva mi ilusión. La esperanza en mi Real Madrid es un manantial con caudal inagotable. Y si Zizou cae en el olvido ya tendrá quien le vengue en nuestros corazones. Así somos los madridistas, no sé si heroícos o masocas. Últimamente lo segundo.

jueves, 7 de enero de 2016

El Fútbol y sus aledaños (185) - Debates tridentinos

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Enzo, estímulo de Zidane
Diego Torres
El País - 7 de enero de 2016

En 1990 Enzo Francescoli inspiró a Zidane a ser futbolista. En 1995 Zidane bautizó a su primogénito como el ídolo uruguayo. En 2013 decidió sacarse el carné de entrenador para ayudar a su hijo a convertirse en futbolista profesional. Si el mítico artífice de la Novena ocupa hoy el banquillo del primer equipo es gracias al estímulo que para él supone Enzo Alan Zidane Fernández, actual diez del Castilla. El entusiasmo paternofilial es tan notable que en el vestuario mayor de Valdebebas jugadores y empleados comentan que esperan ver a Enzo cambiándose junto a Cristiano tarde o temprano.

Zidane se retiró con 34 años, después de la final del Mundial de 2006 que estuvo a punto de ganar. Pasó de la cúspide de la popularidad al vacío de una existencia tan banal como la de cualquier jubilado. Se instaló en Madrid y alternó los compromisos publicitarios con las tareas propias del paterfamilia. Básicamente, conducir a sus hijos, Enzo, Luca, Theo y Elyaz, del Liceo Francés a los entrenamientos de Valdebebas, y de Valdebebas al Liceo Francés.

Enzo destacó pronto. Era un mediapunta elegante, un futbolista de gestos majestuosos, un niño rico que engañaba con fintas propias de un pícaro de los puertos de Sudamérica. Es decir: era una réplica de su progenitor. Un tributo al padre. Zidane se sintió inmediatamente fascinado ante la idea de ayudarle a cumplir el sueño de continuar la saga. Enzo se convirtió en el motor de su nueva vida.

José Mourinho, que llevaba meses pidiéndole que se uniera a su cuerpo técnico en el Madrid, le sedujo a fuerza de elogiar a Enzo. Finalmente, en 2011, Zidane se incorporó a la escolta del portugués en calidad de ayudante. En septiembre, Mourinho subió a Enzo del juvenil al primer equipo, para que se entrenara con las figuras. Durante un tiempo, Zidane encontró la experiencia reconfortante. Hasta que comenzó a sospechar que Mourinho le quería utilizar para sus campañas de propaganda. En la noche del 21 de marzo de 2012, después de que el equipo empatara (1-1) ante el Villarreal, el francés se negó a denunciar una conspiración de los árbitros, tal y como Mourinho le sugirió que hiciera. De un día para otro, Zidane desapareció del organigrama para regresar a su existencia doméstica en el barrio de Conde de Orgaz. “Yo no quería ser entrenador”, les dijo a sus amigos. Si alguna vez aspiró a dirigir futbolistas, Mourinho le disuadió.

Cambió de idea en 2013. Coincidiendo con una época que algunos técnicos y jugadores de la cantera juzgan como la más complicada en el proceso formativo de Enzo. Normalmente, los talentos que alcanzarán el profesionalismo se reconocen por su condición de prematuros. Los elegidos suelen saltarse categorías y jugar con mayores. No era el caso de Enzo, que progresaba con los de su edad, a veces con dificultad. Con 17 años comenzó a frecuentar el banquillo.

José Aurelio Gay, que lo entrenó en el Madrid C, recuerda sus virtudes. “Domina los apoyos para quitarse defensores de encima por habilidad, amagando, más que por fuerza o por velocidad”, dice el ex centrocampista del Zaragoza; “es eminentemente ofensivo, tiene visión de juego, da buenos pases, y posee cierta llegada”.

“Cada vez que contactaba con la pelota”, objeta Gay, “no sé si es por el hecho de querer parecerse a su padre, Enzo quería hacer una obra de arte. Quería irse de muchos en una jugada y perdía el balón. En los próximos años seguramente mejore en eficacia. Ser el hijo de un ídolo te puede aplastar. Mentalmente puede ser duro. Pero yo creo que a él no le afectaba para mal”.

Superpoblación

Si hay un puesto con competencia en la cantera es el de mediapunta. Como en el primer equipo, en Valdebebas hay una superpoblación de interiores habilidosos. Enzo debió competir con algunos excelentes. En ocasiones fue postergado en favor de Medrán, Borja Sánchez, Lazo, Javi Muñoz, Aleix Febas, Fran Pérez, Llorente y Odegaard. Tres expertos muy vinculados a la cantera coinciden en que Enzo no destacó por encima de este pelotón, al menos entre 2012 y 2014.

Zidane se apresuró tanto a dirigir el Castilla que cuando se sentó en el banquillo en 2014 todavía no tenía el título de entrenador. Enzo no era fijo en el Madrid C cuando su padre le comenzó a subir al filial. Poco a poco le hizo un hueco entre los titulares, a veces a costa de la suplencia de Odegaard, el cadete más cotizado de la historia del fútbol europeo. Dice un testigo que un día reunió a los chicos y les anunció en voz baja algo que sorprendió a todos: “He tomado la decisión de que el capitán sea Enzo... y no cuento con Fran Pérez”.

Hoy, Enzo es una de los jugadores más regulares y valiosos del Castilla. Está jugando mejor que nunca. En Valdebebas se rumorea que su padre se impacienta por subirle al primer equipo.




El Fútbol y sus aledaños () - Debates tridentinos

La  portada de hoy del diario AS me ha recordado la cita más célebre y repetida de don Marcelino Menendez Pelayo: "España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de san Ignacio... ; esa es nuestra grandeza y nuestra unidad [...]". Es tan redonda, tan rotunda y tan sonora que cuesta cerrar comillas, que apetece alargarla hasta donde acaba el párrafo. Normalmente se citan las tres primeros segmentos de la frase sotenidos entre comas. Su significado no es difícil, aun en un autor tan exigente para el lector como lo era don Marcelino. De los tres lugares en el mundo en los que el Islam retrocedió: Los balcanes, Al-Andalus y Las Filipinas, en dos de ellos lo hizo por culpa del empuje de las armas españolas y, además, en el tercer diente de ese tridente el retroceso no fue definitivo, dejó importantes relictos de población en retaguardia. Con esa capacidad guerrera del brazo armado español no es extraño que la Península se conviertiera en la Espada de Roma en Malta, Túnez o Lepanto y en muchos más lugares a lo largo del siglo XVI y el XVII. En cuanto a la mención de Trento, en ese concilio quedó claro, y así lo resalta don Marcelino en sus textos, la muy superior preparación de los doctores de las universidades españolas sobre los del resto de docentes de Europa. Los teólogos hispanos ganaron por goleada a todos sus contrincantes reformistas.

Los adjetivos siempre de tres en tres. Es la fórmula más elegante cuando se redacta. Los delanteros de tres en tres, cuando se dibuja la distribución de los jugadores sobre el campo. Es la forma más elegante de jugar al fútbol. De tridentes debería tratar esta mañana soleada el debate futbolístico pero, sin que a nadie le extrañe, está versando sobre con quien se lleva mal el recién aterrizado Zizou. Ya se sabe, que un nuevo entrenador pose su nave sobre Valdebebas es más difícil que aterrizar un Tomcat sobre la plataforma de un portaviones en mitad del Oceáno Índico con la mar embrabecida, una tarea solo apta para Tom Cruises de la vida. Y cuidadín con hacer una pasada muy cerca de la torre de control en la sala de prensa y provocar que se le caiga el café encima al oficial de guardia en cubierta, que entonces toca bronca del comandante Relaño en el despacho de oficiales del Grupo PRISA o reto chulesco de un despechugado Diego Torres en su columna con olor a sudorina de vestuario.

Lo que al madridista le importa esta mañana es saber si Zidane sabrá debetir sobre tridentes con sus homólogos culé y colchonero. Ahí ha estado acertada la portada del ASque habla sobre empates. Al césar lo que es del césar. Aunque el espejismo de que se fuera a producir un auténtico debate futbolístico se ha desvanecido tal como el rocío en el amanecer del día para quien haya leído la columna de Diego Torres o alguna otra de las que pululan por la prensa. Según el argentino, Zizou no es más que otro padre de futbolista de los que visitan cada mañana los campos de entrenamiento de la cantera en Valdebebas. Ese es el motor de sus días, vociferar desde la grada si no ponen a su hijo sobre el césped. Aviado va Ramis como no loo alinée. En el panteón particular de folclóricas de Diego Torres estarían la mamá de la Pantoja y el papá de Enzo. Y si a su vástago lo bautizó con ese nombre en honor a Francescoli, imagino que la mamá de la Panto lo haría co0mo Isabel en honor a la reina católica. O yo que sé. Que en la imaginación de Diego Torres cabe todo. Hasta tres o cuatro novelas de ficción sobre vestaurios de fútbol puestas a lo ancho y con holgura, sin necesidad de rozarse siquiera en sus argumentos. A imaginación no le gana nadie.

La existencia banal de Zidane a los 34 años, tras marcar tres de los goles más hermosos y trascendentes de la historia del fútbol, todos ellos en finales, es lógico que solo pudiera ser rellenada de significado, argumenta Diego Torres, convirtiéndose el papá del artista., para ayudarle en el camerino a vestirse la bata de cola, esto es, a calzarse los borceguíes. Pero no nos sulfuremos con el periodista. No hay mala baba en su relato, solo una narración que nos hace sonreir como el argumento de un episodio de Barrio Sésamo, que el argentino ubica en la zona del Conde de Orgaz dentro de la geografía madrileña. Nunca faltan los sospechosos habituales en sus guiopnes. Si en el programa de marionetas parlantes lo es el Monstruo de las Galletas, en el artículo de El País lo es don Xosé Mourinho. Tambien suave y azul, como el peluche, ya que el Chelsea es el club de su amores. Y que no nos falte nunca el portugués, como la mostaza en el bistec, que sino la columna de Diego Torres carece completamente de sabor. Acabáramos: Mourinho mató los pocos deseos de Zizou de convertirse en entrenador de fútbol, que solo renacieron cual ave Fénix de sus cenizas tras su breve trato con el ogro de Setúbal, con la espectativa de poder colocar a su retoño en un equipo profesional y así poder llegar sin contratiempos a fin de mes. Ahora cuadra todo, ¿no es cierto?

Si estuviera por girar el ventilador para que la mierda se esparciera también por donde suele el club de los amores del peiodista, traería a colación al hijo de Cruyff, al que bautizó como Jordi para camuflarlo como catalán, que ya se sabe que en el país de los campanarios el charnego no está bien mirado, o incluso a su yerno, que llegó a defenser en alguna ocasión la portería del Barça. Bueno, lo de defender es un eufemismo. Pero no, solo me interesan los debates de fútbol. Como a cualquier madridista de bien, y con esto no es que trate de repartir carnets, para eso ya están los asalariados de la T4 qu pululan por Twitter. No, estoy cansado de los debates ideológicos, de los chismorreos de alcoba, esto es, de vestuario, de las toperías varias, ya las divulguen las huestes pedrerólicas o los sisones de estepa. Háblenme de Trento, señores periodistas, de si a la virgen ha de representársela pisando un dragón con su pie derecho o con túnica azulada, y no me mancillen el virginal recuerdo de los auténticamente grandes, como Zidane, que hizo descender de los mismísimos cielos un balón en tierra escocesas para tranfigurarlo en el gol del siglo. Si su columna de hoy, en pleno día D del desdembarco en la Playa de Omaha es una muestra de lo que nos espera, ya le digo que arrieritos somos y nos encontremos en el camino, que la yihad madridista es también martillo de herejes, luz de Trento, espada de Valdebebas.