miércoles, 27 de febrero de 2013

El Fútbol y sus aledaños (109) - Postales desde el filo



Postales desde el filo
(Barça 1 - Real Madrid 3 - Partido de vuelta de las Semifinales de Copa - 26/02/2013)

A veces la vida es como la imagen de una postal. Esta mañana lo es, y en su reverso pienso escribir este artículo. Pregunta @Alexcibernetica a cada uno de los contertulios, casi al final del último podcast de @Real Yihad, el de esta mañana mismo, como si de la versión futbolera del program de Garci se tratara, cual es su imagen preferida del partido. Y no sabe que la más hermosa de todas -y hay dura competencia, eso es cierto-, la ha ofrecido la propia ciudad de Madrid al amanecer nevando. Se entiende el error porque los podcast se graban tras los partidos, y aun estaban frescas en la memoria de quienes participan otras igualmente impactantes. Demasiado pronto para saber la reacción tras lo ocurrido en el Nou Camp de la diosa más madridista al otro lado del puente aéreo. La bellísima estampa que encabeza el folio es un regalo de un tuitero, @robcrack10, que me ha llegado vía bendito RT. Hipomenes y Atalanta con los rostros desdibujados por los copos de nieve, como si alguien hubiese pasado un difumino al retrato al carboncillo de la mañana, y la Puerta de Alcalá al fondo. El Madrid de los Borbones haciéndole un guiño al madridismo en el día de su liberación, del desenmascaramiento del apartheid de la prensa deportiva hacia el RM. Setos moldeados por la tijera de podar que parecen espolvoreados con azúcar de pastelero. Una imagen dulce sin duda para quienes llevan 3 años apuntalando como pueden, que es más bien poco, con sus voces en Matrix, que es como decir con sus manos desnudas, un proyecto futbolístico en el que creen y que vive en permanente estado de sitio, con el portón de la entrada a punto de venirse abajo por el incesante golpear del ariete del ejército enemigo, con los lienzos de las murallas convertidos en montón de cascotes tras el continuo bombardeo de mentiras. Madrid amanece nevando y es difícil resistirse a la metáfora de un mundo que respira la pureza de la nieve blanca, merengue, madridista. Dios es yihadista y mourinhista, hoy es la prueba. Así lo creo en el año de gracia de 2013, un miércoles 27 de febrero, jornada de tregua para que ambos ejércitos enemigos, culés y prensa deportiva, puedan retirar sus bajas del campo de batalla.

Apenas es poco lo que puedo decir del partido en sí, porque lo tuve que ver en el PC y los pocos links que me funcionaron lo hicieron a trompicones y por poco tiempo. Así que le robo el título a una película, que ni siquiera he visto y, por ser coherente hasta el final en el despropósito, me marco un collage de imágenes a modo de crónica de un partido que apenas he podido contemplar de forma decente en la mitad de su duración. Si CR7 ha sido la estrella del evento, creo que es de justicia que la primera imagen a evocar sea la suya victorioso. Y entre las muchas de su persona que ofreció la noche, me quedo con un montaje a cámara lenta, que ofreció la retransmisión de Canal +, en la que se le veía acribillado por los láseres del público y que le hacía parecer un bailarín en el centro de la pista de una discoteca. Su mano abajo, con la palma apuntando al suelo, pidiendo con un gesto calma al público del Ñú Camp, bien podría ser el nuevo paso de baile a incorporar al momento culminante de "Fiebre del sábado noche", ese en que Travolta exhibe toda su sabiduría coreográfica al ritmo de la música de los Bee Gees. Ayer Ronaldo fue el rey de la pista, subido a hombros de gigantes -en sentido metafórico, porque por supuesto que me refiero a Messi-, fue el césped del campo del Barça -que hemos de suponer el mejor cuidado del mundo por ser los jugadores locales los más exigentes en este aspecto-, como su territorio natural de caza. Piqué parecía una indefensa gacela cada vez que lo encaraba el león y Puyol se vio desbordado siempre en la carrera. No ya como ñus para hienas, sino como corderos para leones, parecían los defensores culés para los delanteros blancos, aunque Higuain prefiriera dormir una siesta, quizá ya ahíto de fútbol a pesar de sus pocos años. Ni delanteros son necesarios cuando este Madrid ve los flancos desnudos de sus víctimas al alcance de sus garras. Un posible escenario a final de temporada con al menos uno de sus dos nueves titulares en un estado de forma razonable invita a pensar en grandes logros. Esos que todos soñamos despiertos mientras cae la nieve en Madrid.

Bee Gees - You Should Be Dancing

Al lanzar el penalti que el mismo forzó y que supuso el primer gol, casi se diría que Pinto trató de despistar a CR7 bailándole una yenka sobre la propia raya de meta. Algo adelantado respecto a la línea de referencia, fue en el momento en que dio dos pasos hacia la derecha del lanzador cuando éste aprovecho para disparar suavemente hacia el lado contrario. Fue un partido que estoy seguro gustó mucho a la musa de la danza, Tersícore, en que vimos, por ejemplo, un maravilloso spagat de Puyol, tras dejarlo sentado en el suelo en esta postura Di María, tras el maravilloso regate que fue preludio al segundo gol. Hubo un pequeño mordisco de nostalgia en la imagen. Carles es sin duda el jugador de la plantilla culé que más admira el aficionado merengón, incluso el yihadista. Muy por encima de Iniesta, al que si se le recuerdan gestos feos, como aquella vez que se encaró ante un sorprendido Ronaldo, y aprovechando la cumplicidad de su público. Pero ahora, como decíamos antes, el Ñú Camp es el territorio de la fiera, que lleva cazados 8 goles en ese escenario desde que forma parte de la jauría madridista, algunos con sabor a título. Y también momentos antideportivos, como la simulación de algunas faltas. Aunque, todo sea dicho, sin llegar al nivel de algún gigante de la interpretación que milita en su equipo, como Busquets, Alves o Alba. Pero no puede haber compasión con el enemigo. El último enfado de Puyol, cuando el partido expiraba, con un Pepe que probablemente saliera al campo como un regalo de su entrenador, sería buena prueba de ello. En un último amago de justificar la derrota con los tópicos de siempre y hasta cuatro jugadores del Barça, con Carles al frente de ellos y el más excitado, trataron entre gritos y empellones de afear la conducta del central brasileño, que bien es cierto que un momento antes se le había visto quizá demasiado entusiasta defendiendo un balón rodeado de contrarios, pero que, si uno ve la jugada a cámara lenta repetidas veces, tampoco encuentra reproches que se le puedan hacer, salvo el de no rendirse en una batalla aislada que ya no iba a traer consecuencias. Ese momento de lucha es otra de las postales cuyo reverso quiero usar para escribir estas líneas.

En el apartado de lo antideportivo, Jordi Alba merece tener un hueco en el mazo de postales. Su caída tras el encontronazo con Arbeloa es digna de recordarse. Tras toparse ligeramente con él, como si lo hubiera hecho con Hulk a algún otro musculosos héroe de cómic de la casa Marvel, rebota y luego se deja caer al suelo tras dar un pequeño salto flexionando las piernas. Como quiera que trata de descender en espiral para lograr arrancarle la mayor puntuación posible al jurado que evalúa el salto a la pileta en su vertiente artística, y como mientras trata de fingir un dolor insoportable agarrándose la rodilla, llega al suelo sin manos con que protegerse del choque y completamente desorientado. El resultado es que deja el retrato de su cara al bajorrelieve sobre esa hierba tan fina y mullida, tan del gusto de Xavi. El choque es brutal, aunque creo que donde más le duele es en el amor propio, porque el lance acaba resultando tan ridículo que seguro que si hubiera ocurrido en una cancha el público, incluso el suyo, le hubieran cantado aquello de "tonto, tonto". Muy tonto, o muy mongolo, hay que ser para interpretar lo que ocurrió como una agresión del espartano. Por eso esta mañana Manolo Lama insiste en proponer esta tesis. Parece ser que Arbeloa es un tipo tan forzudo y viril que destroza aquello que simplemente toca. Su mujer, la que violentara con sus insultos el beatífico Messi en el parking del Bernabeu, puede estar bien orgullosa. Y aliviada de que no desintegrara al deslenguado con dos collejas o un par de pellizcos de monja.

Si las cuentas no me fallan, Varane lleva esta temporada tantas consagraciones al menos como resurrecciones lleva Kaká. El chaval ya ha tomado la alternativa en la capital del toreo futbolístico y ha triunfado además en alguna de las más afamadas plazas del mundo. Ayer, sin ir más lejos, en la Monumental de Barcelona. En su gol le corta la coleta al bueno de Pinto, que para mi es un magnífico portero, aunque no discuto que ese pequeño plus que le falta para alcanzar la excelencia que merece una plantilla como la del Barça, muy probablemente se deba al mecenazgo de Messi, que ha convertido al Barcelona en su finca y al vestuario en su corral de ganado. El portero portugués es uno de los más cercanos, junto a Alves, tan discutido en los últimos tiempos, pero que dudo que Lionel permita que se venda mientras pueda imponer su criterio. El salto de Varane para marcar el tanto, que le disputa al mismísimo Ronaldo, bien podría ser portada en cualquier diario o semanario ilustrado del mundo. pero si hermoso es el gol, mucho más lo es lo que ocurre a continuación. Un espectador del programa Punto Pelota cedió un vídeo grabado en el estadio, desde la grada, para que pudiéramos verlo en todos sus detalles. Tras reponerse de la sorpresa, del subidón de adrenalina que supone saberse autor del gol que sentencia el encuentro, Varane corre hacia la banda para dedicárselo a Mourinho. Ambos se funden en un abrazo y comienzan a saltar como si fueran dos niños celebrando un cumpleaños. Y ciertamente lo había sido hace poco el de Pepe, a quien había suplido el central francés en el clásico. Tras los múltiples gestos de complicidad entre los jugadores, que desmienten la vieja y reiterada cantinela de tratarse de un colectivo enfrentado y fragmentado, Morinho hace dos gestos muy suyos: En el primero, se lleva los dos índices a la cabeza y se golpea con ellos ambas sienes. "Cabeza, cabeza", les grita al hacerlo, y a uno le da por pensar que tal vez lo que haga es simular con los dedos los cuernos de un imaginario casco, el que lleva como general de las huestes vikingas. El segundo, consiste en agarrar por el cuello de la camiseta a un Higuain que ya retorna al campo. Le quiere dar una última instrucción que se le acaba de ocurrir y quiere retenerle un segundo para que le escuche. Tras transmitirle la orden le retorna al campo de un empellón. Es Mou en estado puro, bronco, áspero y, como dirían los ingleses, extremely lovely. Le cantan sus legionarios estrofas atrevidas, orgullosos de sus excesos y de ser la tropa del mejor general que ha habido.

El madridismo lleva viviendo en el filo los últimos tres años. Al borde del abismo los triunfos sin duda saben mejor. Esta iba a ser la semana en que el Real Madrid sería borrado del mapa. Sobreviviendo a nuestro destino, que hasta los oráculos más optimistas daban por seguro, hemos callado unas cuantas bocas, que seguramente acumularán más rabia de cara al final de temporada. No es el final de la lucha, pero si una tregua noblemente ganada y merecida. Ya no nieva en Madrid, pero se anuncia la entrada de otro frente frío, cuyo paso duraría hasta el próximo sábado. Tal vez en el próximo clásico, ya en la cuenta atrás, vuelva a nevar y cuajar el fútbol. Se me agota el espacio para escribir, que ya era exiguo al inicio. Mis últimas palabras son para dar la enhorabuena al madridismo, en especial a las tribus que viven en Barcelona y en ese país inconcreto que es Matrix. Sigue habiendo noticias del Madrid, la plaza aun no ha caído, habrá un mañana para acogernos después de todo. Resisten en las colinas algunos grupos insurgentes que probablemente lideren el contrataque que, a no mucho tardar, probablemente cambiará las tornas y el paisaje en el campo de batalla. Hagan hueco en las vitrinas, que estos tiempos aciagos, pero hermosos, también serán fecundos en triunfos. El madridismo en armas ha agotado el rato que tenía disponible para escribir las postales y ahora ha de volver a la lucha.

martes, 26 de febrero de 2013

El Fútbol y sus aledaños (108) - El centinela en el muro


Kaká mantiene sus estadísticas
Diego Torres
El País - Madrid - 25/02/2013

El gol de Kaká en Riazor el sábado pasado recordó que el mediapunta brasileño no solo no ha perdido fuelle: conserva intacta su habilidad para llegar, su golpeo, su tacto de superclase. A pesar del año y medio doliente que se pasó en Madrid tras su fichaje, aquejado de una pubalgia y una lesión de rodilla que debió operarse. A pesar del segundo plano al que le relega periódicamente su mánager, José Mourinho. Su frecuencia goleadora en cuatro temporadas en la Liga española es de un tanto cada 266 minutos y da un pase de gol cada 213 minutos. Muy similar, o incluso mejor, que sus estadísticas en el Milan, en donde Kaká marcó un promedio de un gol cada 247 minutos y dio una asistencia cada 349 minutos. El problema de Kaká nunca fue su rendimiento tanto como la poca confianza que le tiene su entrenador.

Si el malestar se mide por la desilusión, el peor momento de Kaká desde que fichó por el Madrid, en 2009, fueron las pasadas Navidades. Entre enero y febrero sus compañeros le vieron tocar fondo. Estaba triste. Le faltaba energía para entrenarse. El día que lo expulsaron en Pamplona, el 12 de enero, había participado en siete encuentros de Liga de un total de 19. Sin completar nunca los 90 minutos y solo una vez jugando como titular.

Preocupados ante la situación del compañero, los capitanes madridistas, Iker Casillas y Sergio Ramos, le trasladaron su inquietud al presidente, Florentino Pérez, durante la comida en la que acordaron las primas, a mediados de enero. En el vestuario trascendió que los capitanes refirieron a Pérez lo sucedido desde agosto. Le dijeron que Kaká había empezado muy bien y que la prueba de su excelente estado de forma fue el partidazo que hizo en Amsterdam contra el Ajax, en la segunda jornada de Champions. Pero que José Mourinho, el mánager, le había “cortado las alas” para proteger el estatus de Di María. Como todo el mundo sabe en el club, Di María comparte con Mourinho la representación y la amistad del agente Jorge Mendes.

La prensa no puede ver los entrenamientos desde hace años pero los jugadores lo atestiguan: el abatimiento de Kaká en enero contrastaba con su magnífica pretemporada. Aunque Mourinho le había comunicado que no contaba con él, y que lo mejor que podía hacer para relanzar su carrera era marcharse a otro club, el jugador había puesto todo su empeño en comenzar la Liga a pleno. Le estimuló Mano Menezes, el entonces seleccionador de Brasil, diciéndole que contaba con él para el Mundial de 2014, y convirtiéndole en la figura de referencia en los amistosos que disputó contra Irak y Japón.




Mourinho no concedió ni un minuto a Kaká hasta la sexta jornada de Liga, ante el Depor el 30 de septiembre. Lo hizo nada más enterarse de que el brasileño había sido convocado por Menezes. Durante tres jornadas consecutivas del campeonato, frente al Deportivo, el Barça y el Celta, el mediapunta gozó de un total de 99 minutos. El 3 de octubre, además, pudo lucirse frente al Ajax como titular. El 20 de octubre jugó la primera mitad contra el Celta y fue sustituido en el descanso: señalado por el mánager por presuntos errores tácticos. Ahí volvió a perderse el rastro de Kaká, relegado la mayor parte de las veces a la grada, o a mirar los partidos desde el banquillo.

El escaso valor que concede Mourinho a Kaká se refleja en la cantidad de partidos que le permitió disputar por completo: tres en la temporada 2010-2011, cuatro en la 2011-2012, y uno solo (el último) en este curso. Manuel Pellegrini, el técnico madridista en la temporada 2009- 2010, concedió a Kaká la posibilidad de jugar los 90 minutos en siete encuentros de Liga, a pesar de que sufría una pubalgia que le mantuvo inactivo durante varias semanas.

Desde marzo de 2011, cuando recuperó su ritmo de prácticas una vez superada la operación de rodilla, Kaká no ha dejado de mantenerse a buen nivel. Sus compañeros aseguran que, a pesar de los altibajos anímicos, lleva dos años entrenándose como los mejores. Cuidándose con celo. Listo, a sus 30 años, para desmontar los mitos que día a día fabrican a su alrededor.

El centinela en el muro
(Artículo escrito con la ayuda de @DiosaMaracana)
(Artículo editado en el Blog: El Minuto 7)

Me pregunta @raphalvg ahora mismo en Twitter, no tiene ni un minuto de antigüedad su tweet, cómo somos capaces @DiosaMaracana y yo de leer cierta prensa, refiriéndose a Diego Torres, que sólo demuestra su cobardía en sus artículos. Y le contesto que soy el centinela en el muro, que me toca hacerlo por el bien del madridismo. Y se libra de que le recite el monólogo del Coronel Nathan Jessup, un incontenible Jack Nicholson en "Algunos hombres buenos", porque 140 caracteres no dan para lucirse recitando un discurso. El madridismo nos quiere en el muro. En alguna parte de su interior en la que reflexiona sobre cosas de las que no charla con los "amiguetes", en especial los del Barça, el madridismo nos quiere en el muro, nos necesita en el muro. Y Diego Torres es nuestro centinela espejo. Ha efectuado un disparo sobre el blocao, el pequeño fortín de madera noble del vestuario merengue, que debería ser inexpugnable para el enemigo, y eso requiere una respuesta. Pero hoy casi le agradezco al periodista su acto hostil, porque la que empieza, amenazaba con ser una guardia muy aburrida, estéril por la falta de inspiración, y me ha dado razones para escribir, un tema, quizá el más importante ahora de cuantos acucian al club, al margen de ese acertijo que supone saber si tras acabar la temporada habrá continuidad de las dos cabezas visibles de la Casa Blanca. @DiosaMaracana, que comanda la guardia desde el lejano cuartel, me avisa por radio que las cámaras de seguridad dejan ver claro que hay un francotirador efectuando disparos sobre territorio blanco a mis doce, y me dispongo a neutralizarlo.

Ayer fue aparentemente un día de gran actividad para Diego Torres. O quizá no tanto. Hay en la página web del diario El País dos artículos con fecha de ayer lunes, día 25 de febrero. El primero es un delicioso comentario a propósito de Kaká, muy en su línea, la que empezó siendo una terrible herida en el irritado cutis del madridismo -por tanto ataque de la prensa, una ya no sabe si en tromba o coordinado entre todos los jefes de las tribus guerreras-, y que con el correr de los años, tras endurecérsenos la piel, casi nos hace disfrutar por lo que de autoparodia del anti-mourinhismo tienen los escritos del periodista argentino. Ni el madridismo tiene ya cutis, más bien un tejido epitelial que ya quisieran para sí los rinocerontes, ni es el león tan fiero como lo pintan, sobre todo tras aprender la parroquia blanca a utilizar el cuerno que adorna nuestra testuz. El dedo de Mou no sólo nos señala el camino, sino también los obstáculos a abatir a cornadas. Pero el segundo artículo, ese sí que requiere atención, mi intervención consciente y a pleno rendimiento, porque trata de Xabi Alonso y está emparentado con el que hace pocas fechas escribiera Paco González para ABC y que suscitara mi contestación en "Todos estamos invitados". Aquella llamada de atención, porque también a nuestros enemigos se les señala los objetivos a derribar, ha tenido su primera respuesta seria. Y nada menos que del francotirador con más experiencia en este particular campo de batalla, que es desde hace meses mi centinela espejo. Me siento como Vasili Záitsev buscando a mi enemigo, el comandante König, entre las ruinas de Stalingrado. Hay días que el mourinhismo parece una ciudad devastada, y otras una posición que la propia labor destructiva de la prensa ha vuelto inexpugnable. En 1944 los altos de Monte Casino estaban ocupados por los paracaidistas alemanes del General Student. Un simple asalto hubiera bastado para desalojarlos. Pero el alto mando aliado decidió borrar de la faz de la tierra el monasterio benedictino del siglo VI que coronaba la montaña, fundado por quien instauró la orden, San Benito, con el pretexto de que estaba ocupado por los alemanes, y tras una intensa lluvia de bombas de 240 kilos cada una, que duró varias horas. Las ruinas resultantes de uno de los más importantes monumentos de Italia le dio a aquella tropa de élite un puesto casi inexpugnable que defender.


El artículo que ayer abría boca a los lectores del diario El País en su versión digital, que era el aperitivo de lo que vendría después, trata sobre Kaká, y no puede más que considerarse como un divertimento, a pesar de que el periodista trata en el artículo de mostrar su cara más formal, aportando incluso datos numéricos, como si la fantasía pudiera reducirse a números, expresarse mediante cifras y hacerla de este modo realidad. Ojalá algunos de mis sueños pudieran materializarse garabateando un 23, pongo por caso -número primo, cómo no; hay que serlo para pensar que la estrategia pudiera tener éxito-, en una cuartilla. Si fuera así, habría llenado el papel con doses y treses, y hace tiempo que no se me vería por aquí, por el blog, porque el motivo de mi escritura compulsiva, su desdén, hace tiempo que habría sido superado. Nos dice Diego Torres, y hay que agradecerle su humor, que el culpable de que Kaká no haya triunfado en el Real Madrid hasta ahora es, -agárrense a algo que sea sólido que la sorpresa va a ser grande-, su entrenador José Mourinho. Y la afirmación es desenfadada porque no median más motivos para el fracaso que el recelo del entrenador hacia el jugador, enemigo acérrimo del jogo bonito. Es decir, sin necesidad de agravar su lesión con entrenamientos feroces en la pista americana, como supuestamente habría ocurrido con Sahin, según el señor Torres, o ordenando una recuperación "negligente" a sus preparados, como habría sido el caso con Marcelo, todo ello a mayor gloria de la titularidad de Coentrao. No, habría sido simplemente porque el juego de Kaká no es del gusto de un paladar tan poco refinado para el fútbol como el de Mou. Los números que presenta Kaká, "un tanto cada 266 minutos y da un pase de gol cada 213 minutos", nos dice Torres, son muy similares a los de su rendimiento en el Milan, sino mejores: "un gol cada 247 minutos y una asistencia cada 349 minutos", y esta comparación se me antoja como querer equiparar obras de El Greco con las de su hijo, Jorge Manuel Theotocópuli, que se limitaba a copiar sus modelos, por el tamaño de su marco. El Kaká del Real Madrid es, indiscutiblemente, hijo del que asombró en el club italiano, pero no ha heredado todo su talento, por más que su mano, es decir, su pie, recuerde a la del gran maestro veneciano. Decir que aún es pronto para comparar sería ridículo tras 4 años de espera, cuando tanto la paciencia del madridismo como la vida del profesional están prontas a extinguirse.

Kaká toca fondo en su estado anímico, según Torres, las pasadas Navidades. Nos lo explica con su habitual mulatilla: "sus compañeros le vieron", en este caso tocar fondo. Su expulsión en Pamplona, como la de otros compañeros, Ramos, Di María, habría sido así culpa también de Mourinho, que enloquece esas cabezas juveniles con ese capricho suyo de que rindan mejor sobre el terreno de juego; con su ascendencia sobre los árbitros, que hoy denuncia la prensa catalana, para hacer más fácil de lograr la doble tarjeta amarilla. Este desafortunado estado de cosas, y aquí viene otro detalle delicioso del escrito, habría herido la sensibilidad de los dos capitanes españoles del equipo que, hondamente preocupados, habría transmitido a Florentino Pérez sus inquietudes respecto a Kaká en la famosa comida para discutir las primas. Nada se dijo en las portadas de Marca, no hubo fotografías con mensajes de whatsapp aludiendo a Kaká, porque con una sola cubierta habrían considerado los responsables del periódico probada su afirmación acerca del ultimátum, que si no es seguro que el señor Torres tendría un precedente en prensa al que aludir. Los jugadores le habrían advertido a Florentino del gran rendimiento de Kaká, que habría tocado techo en la segunda jornada de La Champions, en el Ámsterdam Arena del Ajax, pero que, viendo peligrar el estatus de titular de Di María, Mourinho le habría "cortado las alas" al brasileño. "Y, desde entonces", le habrían dicho al presidente, "... el genio de Kaká no se nota en el terreno de juego, no se mueve en los entrenamientos, no traspasa su carisma hasta la grada". Ese pico de oro de Ramos, por el que toma la voz cantante cuanto se trata de traducir las impresiones de la cúpula de poder del vestuario a palabras. Gracias a Dios que Casillas tiene portavoz propio en casa para lo suyo personal, que sino andaría perdido. Y yo me pregunto a todo esto, ¿que huelen las nubes en las que vuela el pensamiento del señor Torres?

Se le cuelan al francotirador argentino dos errores y un subrayado innecesario que me delatan su posición entre el paisaje lunar de la ciudad devastada. Tres movimientos en falso son demasiada ventaja para un tirador tan avezado como yo, modestia aparte. Fui entrenado en el cuerpo de Marines, el más antiguo y prestigioso de todos, el que tiene su sede en el puerto de Cartagena. Nos menciona a Mendes, sin venir a cuento, sólo por refrescar nuestra memoria acerca de quiénes son nuestros enemigos. Y la mención queda en el aire, absurda por incompleta, como si la representación como relación profesional entre dos personas, o la amistad como hilo vital entre las mismas, pudieran ser cosas reprochables, como parece insinuar al recordar que jugador y entrenador comparten "la representación y la amistad" del agente portugués. El primero de los fallos es afirmar que la marginación de Kaká se debe a la intención de potenciar a Di María, de salvaguardar su puesto en el once titular, cuando se habría convertido en uno de los represaliados del entrenador según la prensa. Hay que entender el lapsus a su aislamiento respecto de sus propias líneas, al operar aislado. En medio del tiroteo, de este acecharse el uno al otro en plena zona de nadie entre ambas trincheras enemigas, cualquier comunicación con su alto mando podría informarme de su posición. El segundo fallo sería el querer justificar el que la progresión de Kaká haya pasado inadvertida a todos con el hecho de que los entrenamientos del Madrid se hagan a puerta cerrada, sin presencia de prensa. ¿No habíamos quedado en que "Entre enero y febrero sus compañeros le vieron tocar fondo. Estaba triste. Le faltaba energía para entrenarse"?. Tres movimientos en falso que me permiten triangular la posición de Torres, del comandante König, en mitad del laberinto de cascotes y capturarlo con la mira de mi carabina.

Hay que reconocer que el trabajo de Torres es minucioso, paciente, como el de cualquier francotirador de valía. No quiere dejar ningún cabo suelto antes de efectuar el disparo: ubicación del objetivo, momento en que estará en reposo, perfectamente perfilado para el tiro, posibles vías de escape tanto para la presa como el propio tirador. Así, para disipar cualquier duda acerca del responsable último de la mejoría de Kaká -que ni eso pueda achacarse a Mou, aunque sea por un perverso funcionamiento de su ley del terror que supuestamente impone Mourinho a sus pupilos-, hace responsable de la misma, de las ganas de trabajar del jugador, antes de la llegada de la triste Navidad y el fantasma dickensiano del futuro sin expectativas. Por supuesto, no advierte que habría sido "Mano Menezes, el entonces seleccionador de Brasil", quien le habría indicado "que contaba con él para el Mundial de 2014", prueba de lo cual habría sido el convertirle en "la figura de referencia en los amistosos que disputó contra Irak y Japón". Luego compara el escepticismo de Mou ante el posible rendimiento de Kaká, a pesar de estar en buena forma, a decir de la totalidad de sus compañeros -que ya se sabe que Torres tiene como fuente de información el pleno de la plantilla, cuando no es uno es otro, acuciado por la necesidad de acabar con la tiranía y romper las cadenas que les sujeta el centinela del Stalag 11 de Auschwitz, ahora en Valdebebas-, con la confianza otorgada por Pellegrini al brasileño, al que le habría hecho titular muchas veces y dejar jugar la totalidad de los minutos de un encuentro hasta en 7 ocasiones. Son muchos números los que ofrece el periodista en este escrito, lo que demuestra su intento de racionalizar sus propuestas, de darles mayor credibilidad. Pero nuevamente choca con la lógica, que es otro tipo de matemáticas, aunque sin cifras. Comparar los logros del entrenador chileno con los del portugués es tan absurdo como hacernos creer que ha habido un incremento en las prestaciones de CR7 hace unas semanas, después de tantos títulos que se le deben en temporadas pasadas, justo ahora cuando más en peligro está el club de no alcanzar objetivos importantes en una campaña.

Pero, como ya he dicho antes, el señor Torres, el comandante König, hace rato que me ha delatado su posición. En un día que podría ser grande para el madridismo, en que podríamos asistir incluso al triunfo de a Kaká sobre la adversidad, trata de amargarnos la jornada de antemano, no dejando vía de escape alguna para la alegría tenga rienda suelta. Si por azares del día, o por la propia voluntad de Mourinho no llegase a jugar Kaká, o lo hiciese pocos minutos sin hacer un papel destacado, habría dejado probado, a su entender, que no el nuestro, que ello se debería, nuevamente, a los caprichos perversos de su entrenador. Si, por el contrario, jugara de inicio, o el tiempo suficiente para evaluar su labor con objetividad, pero sin decisivo en el encuentro, siempre quedaría la duda de que habría pasado si el brasileño hubiera contado con la confianza de Mou desde el inicio de la temporada. Y si, finalmente, se diera el mejor escenario de todos, el peor para nuestros oponentes, que hubiera victoria merengue y en ella fuera de peso la aportación de Kaká, quedaría demostrada la perversidad del trato de Mou con el astro carioca. Y todo esto se lo diría König a los piperos progres del diario El País, los más irrecuperables de todos los madridistas extraviados, porque se duchan todos los días en valores blaugranas, de los que el periódico del Grupo PRISA es una excelente red distribuidora de cañerías. Pero le he visto moverse y con este escrito le asesto el tiro de gracia en lo que a sus intenciones respecto a Kaká se refiere. Y acto seguido comunicó las novedades a mi cuartel general: "Aquí Cuervo para Diosa, ¿me recibe?". "Roger, Cuervo". "Enemigo abatido. Espero instrucciones". "Entendido, Cuervo, manténgase a la escucha".

Que fuera real, que ocurriera de verdad el enfrentamiento entre Záitsev y König es algo que ya no se podrá saber. Este duelo debe inscribirse más bien en el terreno de lo alegórico, que de la Historia. En la película del excéntrico y siempre sorprendente cineasta francés Jean-Jacques Annaud, hay una escena pavorosa que refleja bien lo que debió la Rusia de Stalin en el peor momento de la contienda para el Ejército Rojo. Miles de hombres, incluido Jude Law, el Záitsev cinematográfico, son conducidos durante horas en camiones, sin que sepa ninguno su destino. Una vez allí son obligados a descender de los vehículos y se les enfrenta a la siguiente disyuntiva: O bien cargar desarmados y mal abrigados contra una trinchera alemana al otro lado de un campo cubierto de nieve, o ser fusilados allí mismo, donde están, si no quieren afrontar una muerta casi segura, por un pelotón de soldados bolcheviques. En aquellos tiempo lo único que le sobraba a la URSS era población a la que poder convertir en víctima, en carne de cañón en este caso. Záitsev, un pastor de los Urales, contra todo pronóstico, habría logrado sobrevivir a ésta y otras situaciones casi mortales de necesidad y convertirse en héroe del pueblo, en un referente para todos los campesinos y desharrapados que formaban el ejército aliado en las ruinas de Stalingrado. En la lucha, todo centinela se convierte en un referente, cualquier tirador apostado en la línea del frente puede ser decisivo. En todo caso, también mi escrito queda dentro de lo simbólico. Que el alto mando alemán decidiera enviar a Rusia a su mejor tirador sólo se puede entender de esta manera si se arroja el dato, este sí decisivo, no como los que nos suministra el señor Torres- de que Vasili Záitsev abatía una media de dos alemanes a la semana, cuando la media de bajas en la batalla en los momentos en que los combates eran de la máxima crudeza era aproximadamente de un hombre cada 7 segundos, es decir, medio millar de soldados cada hora. Ni el duelo en Stalingrado probablemente sucedió nunca por los indicios que se tienen de él, ni Diego Torres es mi oponente al otro lado del vallado. Pero conviene creer esta fantasía, mantener la simbología aquí planteada para hacer más fácil la victoria sobre quienes convertir el proyecto actual del Real Madrid en un montón de ruinas, en mitad del páramo nevado, aterradoramente frío y vacío de vida, de la falta de títulos.



Francotiradores en la Segunda Guerra Muncial - Vasili Zaitsev versus König

lunes, 25 de febrero de 2013

El Fútbol y sus aledaños (107) - En tierra de nadie

En tierra de nadie

Dos días después del último partido, que tantas dudas y certezas arrojó. A dos días del próximo, que tantas cosas parece que decide. En tierra de nadie. El Real Madrid siempre está en la cuenta atrás de un nuevo hito. Los enemigos cambian, pero el Real Madrid permanece, esa es su gloria y no otra. Quienes quisieron pisar la tierra del triunfo hubieron de apartarnos primero a nosotros. La inercia de las cosas es un Real Madrid campeón y, a partir de ahí, es tierra de nadie y la lucha contra el viejo dinosaurio que se enseñoreara en la tierra y se resiste a extinguirse. El Real Madrid siempre vuelve, como Edie "Fast" Felson, siempre genera envidias. Con los pulgares rotos aun hay certeza de su vuelta. Los peores antimadridistas suelen ser los que estuvieron o vieron frustrado ese sueño. El Real Madrid es tan grande, en cambio, que quienes llegan olvidan de donde vivieron, curan cualquier herida del pasado, como Figo o Hugo Sánchez. Tiene conflicto con un futuro que no pudo ser Dani Alves, y por eso anda alborotando los preliminares del encuentro de Copa. Cuando nadie lo recuerde, al igual que empiezan a olvidar a Luis Enrique o sólo unos pocos saben ubicar ya a Ignacio Solozábal, cuando todos ellos sean carne de enciclopedia y solo pervivan en ellas, el Real Madrid seguirá generando motivos para ser odiado por otros envidiosos que tomen su relevo. Dos días quedan y, como siempre, parece que nos lo jugáramos todo, como en París ante el Valencia, como en Eindhoven con el PSV, como en Glasgow cada 40 años. Cifra bíblica, como empieza a serlo en club madridista. Ya sólo puede comparársele con los siglos, medirle en centurias. Y eso es posible porque su historia está hecha de muchas tardes que parecía que iban a decidirlo todo. La aguja pequeña del reloj madridista marca cada 90 minutos de gloria o fracaso, y luego vuelve en su giro a señalar lo más alto de la esfera para que comienzo otro ciclo de victorias.

El estadio de Riazor, junto a la playa del mismo nombre, siempre fue feudo madridista, mientras la ciudad de La Coruña no tuvo un equipo en primera. En él el Real Madrid jugaba su segundo torneo social, el Teresa Herrera, trofeo que disputaba como si estuviera en casa y que, además, era el más importante de los que se jugaban en verano. después, con el ascenso del Depor, la afición fue decantándose por el equipo local y adquiriendo cierta animadversión por el club merengue de resulta de la gran hinchada existente. Aun hoy, siendo territorio supuestamente hostil, sorprende escuchar la alegría con la que desde las gradas se celebran los goles. El Madrid tiene estas paradojas: equipo de masas al tiempo que clandestino en muchos lugares, a veces donde más afición hay, como en La Coruña o Barcelona. De donde nos llega mayor oposición también procede el cariño más intenso. En la ciudad estuve hace tiempo y es como una isla rodeada por el mar. Ciudad cambiante donde el Atlántico esta en todas partes, a veces delante, otras detrás, al fondo de la urbe, haciendo difícil encontrar referencias. Sólo lo es la línea de costa, donde un hermoso paseo marítimo, en cuya ejecución algo tuvo que ver mi trabajo entonces, posibilita una de las caminatas más hermosas que puedan hacerse en España, aunque preferentemente en verano, como dijo alguien de allí, ya que el tiempo invita poco a hacerlo el resto del año. Me decía aquella persona que construir una senda peatonal junto al mar era casi dinero perdido, un capricho, por la tendencia del mar a enfurecerse una vez superado el estío, y yo le quería convencer de las ventajas del mar en invierno cuando uno pisa tierra firme, incluso en el territorio del norte. No hace mucho paseé por la Playa de san Lorenzo, en Gijón, un día gris de lluvia, y las fotos hermosas que saqué están en el otro blog. El Mediterráneo en invierno, en Castellón o en Gerona, cuando el sol se oculta a media tarde, es también un regalo que, además, no ha de compartirse casi, por que pocos son los que se acercan a la orilla.

La alineación de Mou trajo sus sorpresas, más o menos esperadas. En la defensa, un Marcelo muy mermado ocupaba la banda izquierda, jugador al que duele verle jugar en su actual estado de baja forma. Medroso siempre, se limitaba a devolver enseguida la pelota nada más llegar a sus pies. Algún tímido intenso de pase en largo, para evitar tener que recorrer el campo hasta el área rival, dirían los más malvados, y poco más. Y con Marcelo por este lado y Di María por la derecha, tan empeñado como siempre este año en hacer la guerra por su cuenta, apenas tenía opciones el Madrid para llegar a los dominios de Aranzubía. El apoyo de Di María en ataque por su banda tampoco es excesivo. Arbeloa actúa más como dique de contención que como ariete. Un año en el que ha estado muy mermado de fuerzas le ha enseñado a ser precavido y, solo ahora, cuando empieza a dominar el espacio que tiene asignado, le vemos frecuentar el área rival, pero nunca complicándose en exceso la vida, sin apurar el campo hasta el final. Antaño, en temporadas pasadas, Marcelo era capaz de descargar de tráfico la franja izquierda del ataque al obligar a las defensas rivales a aplicar un torniquete por su lado, haciendo más fácil la vida para Di María. Éste basa su capacidad de desborde en su velocidad, y cualquiera sabe que la forma más fácil de arrebatar un balón al delantero contrario es esperándolo tras rebasar a un compañero. Cualquiera que haya jugado al fútbol, siquiera en un patio de colegio, está al tanto de esto. Sólo aquellos que son capaces de sortear defensas con el balón cosido a los pies son inmunes a esta estrategia. Lo es Marcelo, que penetra en el entramado defensivo rival sin siquiera acelerar en exceso su paso, apoyado en su capacidad de manejar el balón con gran solvencia con ambas piernas, sin necesidad de esconderlo siquiera. Por eso lo hecha tanto en falta el Real Madrid, porque es capaz de proponer soluciones en ataque posicional, justo la suerte en la que es menos efectiva la delantera merengue, al tiempo que descarga de efectivos a la defensa rival por la banda contraria.

En el centro de la defensa estuvieron Pepe y Carvalho, aun por debajo los dos de su mejor versión. Lento el primero y escaso de cintura el segundo, se vieron muy superados por Riki durante toda la primera parte. Les hacía bailar a ambos con sus recortes. En uno de ellos quedó Pepe sentado en el suelo, disparando el canterano del Madrid a continuación para batir a Diego López por su palo. La mayor parte de la afición vio el lance como un grave error del portero madridista, aunque lo asumió sin problemas, ya que venía cuajando un buen partido y siguió así hasta el final del mismo. Sería discutible en todo caso la existencia de fallo. El balón entro como una exhalación por el hueco existente entre el cancerbero y el poste que, quizá es lógico recriminarle que existiera, pero también es cierto que se esperaba el pase y no el remate, que pudo materializarse en gol por su extraordinaria violencia y por la también extraordinaria puntería de Riki al acertar a situar el balón en el único lugar posible. Esta suerte es frecuente que la ejecute con éxito CR7 y casi nadie duda que sea acierto suyo en vez de fallo del portero rival. En la medular Essien y Modric cuajaron un irregular partido. Ni el balcánico ni Kaká tuvieron nunca opciones de pase en Higuain, muy lento en sus reacciones y con tendencia a quedarse descolgado y en fuera de juego. Mejor opción era Callejón, que tuvo muchas oportunidades, pero al que se le vio muy fallón toda la noche. Tras el descanso, el gran sacrificado en los cambios fue Modric, ya que la sustitución de Marcelo casi era obligada y la labor de Essien ha sido siempre complementaria, su rol en el equipo no es el mismo que el de Luka. Con Özil para asociarse, con Khedira para asumir el trabajo de contención y con la referencia de CR7, que siempre es una opción acertada de pase, Kaká comenzó a brillar. Pero es justo pensar que probablemente también lo hubiera hecho Modric, al que se le ve poco compatible con el brasileño al realizar tareas parecidas, más ahora que Kaká también colabora en defensa y tiende a partir de más atrás. El brasileño es letal en el borde del área por su disparo muy colocado, capaz de ajustar a cualquiera de los dos palos, y su capacidad combinativa. Ambas alternativas brillaron en los goles que hicieron posible la remontada.

Lo que vimos en Riazor casi hace posible trazar un esbozo de la alineación del primer choque ante el Barça. Con Diego López en la portería, al menos tenemos asegurada una labor aceptable. La peligrosidad de los saques de esquina y faltas en contra se ha visto muy mermada desde su fichaje. En los laterales parece claro que estarán Coentrao y Arbeloa. Más dudas ofrece el centro de la defensa. me inclino por el concurso de Ramos y Varane, aunque la jerarquía de Pepe, en especial en los partidos contra el Barça, podría convencer a Mourinho para incluir, aunque no queda claro en detrimento de quien. Si fuera por Ramos ardería la prensa, lo cual no es que importe mucho a estas alturas, pero resulta realmente molesto. Para el medio campo la alineación de CR7, Özil y Khedira parece más que clara. También la de Xabi Alonso si está en condiciones. El que haya un partido a la semana siguiente en Olf Trafford invita a pensar que tal vez haya cierta prudencia en la decisión pero, a pesar de lo que el tolosarra haya manifestado recientemente, jugará aunque aun tengo molestias, siempre y cuando el riesgo no sea excesivo de cara al choque con el Manchester. El puesto de delantero centro parece claro para Benzema, quien incluso en un mal partido aporta cosas, poco remate últimamente pero sí capacidad combinativa en el tercio final del campo. La principal duda de la alineación es el puesto que se disputan Kaká y Di María. Es muy probable que jueguen ambos a lo largo del encuentro. Parece más razonable la titularidad del argentino, que se adapta mejor a ese juego altra rápido del Madrid ante el Barça, de contraataques fulgurantes, quedando Kaká como relevo óptimo tanto para dar fortaleza al medio campo si el resultado a mitad de encuentro es favorable como si hay necesidad de un revulsivo. Las prestaciones de Di María no son tan polivalentes desde el punto de vista táctico.

Así pues, mi apuesta es la siguiente: 1) Diego López; 2) Arbeloa; 3) Varane; 4) Ramos; 5) Coentrao; 6) Khedira, 7) Xabi Alonso; 8) Özil; 9) Di María; 10) CR7; y 11) Benzemá. Tengo buenas vibraciones, pero también las tenía en el último partido de Champions. El Barça de este año es el peor de la era Guardiola, entiendo que la misma incluye la de su delfín, y dentro de la temporada ofrece ahora su peor versión. Más que nunca el equipo depende de Messi. El Real Madrid está en alza, aunque también es verdad que parte de una situación casi crítica. Que Dios reparta suerte, pero sobre todo entre los merengues.

domingo, 24 de febrero de 2013

El Fútbol y sus aledaños (106) - Fnac


Monchu: Sigo sus charlas y nunca había preguntado. pero hoy tenemos una urgencia. Hay un tal JM Rodriguez, tertuliano del estercolero deportivo que es la Tv de madrugada y palmero de Mou que dice que le vio en la FNAC y que la próxima le llamará nazi porque sale gratis. No tendrá pelotas, tiene pinta de cobardica pero si sucede le dará duro? o se ha hecho pacifista? Saludos, eres un crack.

Carlos Boyero: No me imagino a un admirador de Mourinho buscando culturizarse en la Fnac. Puede ocurrir que le parta la nariz de un cabezazo o que me rompa él la mía. En cualquier caso, preferiría que ese descerebrado me ignorara si nos encontramos en la calle. Aunque puede que fuera divertido. La mayoría de la gente que se me acerca es educada y encantadora. Para cambiar, no estaría mal conocer a algún engendro.

David F. Sanchidrián
as.com - 03/08/2011 - 19:45

El presidente del Santos, Luis Alvaro de Oliveira Ribeiro, aprovecha bien cada oportunidad que tiene para hablar con los medios de comunicación. Ya no carga sólo contra el Madrid, por el supuesto acoso que mantiene contra Neymar. Ahora mete de lleno a la prensa española por un artículo publicado en el que se decía que "Neymar no sabe lo que es el Real Madrid. "Es una gran demostración de arrogancia. Ellos sí que no saben lo que es el Santos. Nosotros jugamos el Mundialito de Clubes. También está el Barcelona, el gran rival. Ellos (por un sector de la prensa española) hablan como si el Real Madrid fuese de otro mundo, de otra galaxia, y Brasil fuera apenas un satélite", expresó el mandatario. Sus criticas no acabaron ahí y 'dio una lección de historia y economía'. "Los españoles se creen que sigue en pie el Tratado de Tordesillas (tratado firmado en 1492 entre España y Portugal para repartir las zonas conquistadas), cuando Sudamérica era sólo una gran colonia repartida por los dos países ibéricos. Y no se dan cuenta de que nuestra economía es mucho más fuerte que la de ellos. España está en crisis y Brasil no".

Aun así, Luis Alvaro de Oliveira Ribeiro dice que la prensa española no hará cambiar en su relación con el Real Madrid: "La opinión de un periodista no interfiere en la relación del Santos con la institución del Madrid.


Fnac
(Articulo escrito con la ayuda de @DiosaMaracana)
(Artículo editado originalmente en el Blog: El Minuto 7)

Peliagudo el tema del fútbol y la intelectualidad. ¿Es inmiscible el fútbol con la inteligencia? ¿Tiende a flotar la segunda por encima del primero, como cuando se trata de mezclar aceite con agua? ¿Se puede eludir el ser un botarate si eres aficionado al fútbol? ¿Me es atractivo este deporte por la estrechez de mi frente? Tantas preguntas, y tan poca inteligencia para afrontarlas, me dicen. El testimonio de Sánchez Dragó, el tipo que seguramente más libros ha leído en la historia de la humanidad, me induce a ser pesimista. Reconoce aborrecer este deporte que a nosotros nos priva, que fue aficionado en sus años mozos, pero que hoy vive feliz en la absoluta ignorancia de la España balonpédica. Javier Marías podría ser un punto de apoyo en la esperanza. Gran madridista, aunque abonado a las tesis de Carlos Boyero, me temo. -"¿Lo dejamos en mediano entonces?". "Venga"-.

Y cito a estos dos escritores sólo por dar dos ejemplos entre los muchos posibles, uno a favor del testimonio de la inteligencia en el fútbol y el otro en contra. Aunque para mí, el debate no tiene color. Todo lo más blanco inmaculado, que no empaña el discernimiento: Valdano, Guardiola, Lionel Messi, ¿cuánto no habrá avanzado la filosofía, la ética, la cosmología -la ciencia que sirve para hacer horóscopos no, la otra-, las matemáticas, y muchas otras ramas del saber gracias a sus esfuerzos por trascender lo esférico en el ámbito del fútbol de estas tres grandes personalidades? Una jugada del argentino - el que está en activo, el que no han nacionalizado aun y no le toca por tanto aun ser xenófobo-, el desplazamiento del balón a sus pies, es como la representación gráfica de un teorema de Poincaré, con sus campos de flujos. Pep Guardiola, que nos hizo comprender el mundo del fútbol y sus misterios, nuestra ubicación en el orden del Cosmos, y de paso la del fútbol en nuestra vida y en la casuística del Universo, con sólo unas cuantas ruedas de prensa susurradas, que algunas parecían conferencias de Stephen Hawking, el "puto amo" de los agujeros negros. Y, ¿qué decir de Valdano? En el principio sólo era el verbo, porque lo que es rematar lo hacía siempre con la espinilla. Luego, cuando se retiró afloró a la superficie su discurso. De alquiler, pero bien palabreado. Retórica como la de Demóstenes, pero sin titubeos, sin necesidad de tener piedras en la boca para que la dicción sea firme y tenga ritmo. Todo lo más de buenos amos que tiren de la lengua si ésta se enreda y que señalen el rumbo.

Son muchas las pruebas que indican que inteligencia y fútbol son compatibles; incluso que habiendo argentinos, el segundo estimule a la primera... Ya, vale, seré más preciso: Al menos en un 50% de los casos. Que si el Mono Burgos lo mismo te analiza un partido que se marca un guitarreo, al "Rifle" Pandiani no le saques del tema de los camiones y los trailers gigantes. Pero, claro, es que es uruguayo, y ya me decía una amiga de aquel país, pero que se fingía porteña, que ser uruguayo es la forma menos elegante de ser argentino. Y si los hombres nos podríamos bastar solos, aunque a duras penas pero es un hecho, lo cierto es que nos llegan refuerzos. La muchachada actual tiene suerte sin saberlo. Sus novias a menudo son también aficionadas. En mi época estaba perfectamente especificado, como obligación, tanto en el manual de la perfecta casada como el de la feminista militante, que la mujer debía odiar el fútbol con todas sus fuerzas y perseguir a sus seguidores hasta el confín de la casa donde estuviera el televisor. Sobre todo a nosotros. Aunque hablo más por lo que vi que le ocurría a otros que por experiencia propia, porque no se me daban bien los escarceos amorosos... Pero eso es otro tema. Hoy, a menudo, son ellas las que mejor entienden y explican el juego. Tan es así que la proliferación de excelentes columnistas, muy jovencitas, me hace pensar que su cerebro, el femenino, quizá esté mejor diseñado y constituido para entender las reglas y arcanos del juego, que simplemente no habían entendido el concepto de fuera de juego porque no habían puesto toda su maquinaria en marcha, que es mucha y celérica, y la debida atención entre las cuarenta mil cosas que normalmente les ocupan la mente. Ésta sería, porque ya sabemos que ellas son más inteligentes y versátiles que nosotros, una prueba de peso para desmentir que ser futbolero sea indicio de estulticia. Que los hombres somos estúpidos ya nadie duda, pero ¿a ver quién es el guapo que se atreve a usar el término hombre sin atender al género, como sinónimo de humanidad? No hay bemoles. Muchas mujeres son las que ahora reparten magisterio futbolístico, y si no es desde el mismo césped es porque nosotros somos más brutos.

Dejemos por probado que los futboleros pueden ser inteligentes, que ser aficionado al menos no perjudica lo suficiente para volvernos disfuncionales, y vayamos a lo que importa en este artículo, su razón de ser: La cultura y su relación con las afiliaciones deportivas. ¿Somos los mourinhistas bestias sin civilizar o ciudadanos embrutecidos tras habérseles suprimido los estímulos culturales? ¿Suple en el mourinhista la función testicular a la neuronal? Cree el señor Boyero que sí. Y no sólo él. Opina también así, Javier Marías, que en su artículo "El triste que lo contamina todo" confiesa sus pulsiones al ver a Mourinho sentado en el banquillo blanco. La primera: darse de baja como madridista en aquella primera temporada de la era Mou. Desde los siete años, fiel a unos colores, y por mor del factor que nos embrutece, según él -es decir, Mourinho-, renegar de ellos mientras escampa la incultura. "José Mourinho, el prototipo de entrenador que no soporto y el más antimadridista de todos los imaginables", nos confiesa. También que se vuelve enemigo acérrimo de aquellos equipos a los que dirige. También del Chelsea, con harto dolor de su corazón, porque aquel equipo y aquel barrio es de gente de bien. Cuestión de clases, y le entiendo. En Chelsea vivió santo Tomás Moro, que fue cultura, en mayúsculas, y fortaleza del espíritu, hasta el paroxismo. También Oscar Wilde, que habría renegado de Mourinho y sus modales de portugués de ciudad portuaria al primer vistazo. Y además toda la realeza británica en sus tiempos más gloriosos. A Chelsea se escapaba Enrique VIII cuando quería aventuras... digamos que de la misma naturaleza que las que Olivares le organizaba a Felipe IV en Los Madriles. En Chelsea residió su hija, Isabel I, la que dio el primer empujón a lo británico para tratar de encaramarse a lo más alto de las naciones. Ya en el declive de la Unión Jack, cuando empezó a oírse cada vez menos "Rule Britania" y Beatles y Rollings tomaron el relevo en lo de musicalizar lo que quedaba del imperio, buena parte de los integrantes de ambas bandas de pop-rock residieron en la barriada de Chelsea. Comprendo por todo esto que Javier Marías viera a Mou como un intruso entre tanta beautyful people. Siendo gente tan fina aquella con la que Marías compartió su estancia en Londres, es de entender su rechazo por el patán que usa el dedo no para señalar Las Indias, sino para meterlo en el ojo del prójimo, y que sólo "se maneja" en cinco idiomas, a cada cual menos utilizado. Y que conste que todo lo anterior lo he averiguado tras bucear en Wikipedia, que el mourinhismo me ha vuelto un botarate sin ciencia ni conciencia.

Rule Britannia

El Inter es otra cosa. Son cariños distintos. Este equipo ya era enemigo de Javier Marías antes de la llegada de Mourinho y, además, la contratación de condottieri es tradición aceptada en las ciudades de la Península Itálica. Pero Abramovich confunde los talonarios de cheques con entradas para la ópera en el Royal Albert Hall -que está a un tiro de piedra, me informa Google Maps-. La ordinariez del dinero, cartera en vez de cantera. Desde que Miguel Ángel estableciera la importancia del mármol de Carrara para su obra, sólo la correcta elección de una buena cantera ha procurado arte en cualquiera de sus vertientes o formas de expresarse. También en el fútbol. Así al menos lo piensa Javier Marías, que nos dice: "Siempre he creído que los equipos deben ser un poco de sus ciudades, o por lo menos de sus países". Este señor no debe ser madrileño. Disfrazado o anti en todo caso. Ni falta que le hace. Ciudad la nuestra que en realidad es pueblo, poblachón manchego la consideran en Barcelona sus élites. Josep Pla, a quien no agradaba y era blanco de sus invectivas, Ricardo Bofill, senior, que la enseñaba en coche aprovechando los escalectrix del eje Cuatro Caminos-Conde de Casal. Madrid, hecha a sí misma a base de masa inmigrante, sin cultivar ni refinar, mis propios padres podrían ser ejemplo, apenas ha incluido en sus alineaciones de ilustres algún nacido entre sus muros. Sólo en literatura habría una excepción, con Lope, Quevedo, Calderón y bastantes otros. Pero es que escribir es cosa de poco mérito, basta con tener papel y pluma, y visitar un par de veces Fnac para tener tema de que hablarles a tus lectores. Y si no es regurgitar lo leído en los libros que has comprado con un 5 por ciento de descuento, pues de lo que te sugiere el CD de música que adquiriste para impresionar a la chica que curioseaba entre los discos de Nirvana o lo que te haya sucedido en el Metro de camino. Son los vagones del suburbano tan poco de Madrid, con tanto chino y sudamericano. El Subway de Londres sí que tiene clase. Bueno, sí, estará lleno de africanos y pakistaníes, pero seguro que seguidores del Arsenal, de Wenger y sus buenos modales.

Seis partidos bastaron a Marías para saber cómo iba a ser el Madrid de Mourinho: "Insustancial, vulgar, torpón, aburrido, sin apenas marcarse goles y con el único mérito (propio de las escuadras medrosas y conservadoras) de no recibirlos". Al ojo del aficionado veterano no se le escapa nada, ni del presente ni del futuro. Que la sequía de goles profetizada luego se materializara en un record de goles es debido a que la lluvia en España está sujeta a los caprichos del clima, como la crítica. Vivimos a sotavento de los vientos dominantes, que casi siempre son terrales, vienen secos, todo lo más proceden del Mediterráneo, que es más cálido y más chico que el Atlántico, como mar al menos, que ya sabemos de su poderío en cuanto a cultura, que es lo que importa en este artículo. Tampoco han sido aburridos estos años, ni dentro ni fuera del terreno de juego. Sobre el césped, mil emociones a propósito del balón. Fuera de él, mil novelas narradas por la prensa deportiva, casi ninguna de fútbol. "Que se pueda considerar «glamuroso» a Mourinho rebasa los límites de mi comprensión", nos confiesa Marías en su artículo, y aunque no sé qué tiene que ver el glamour con el fútbol, salvo en lo que se refiere a lo ajustado de la camiseta o el grosor de las medias, prosigo con la lectura. "Estamos acostumbrados a que los tremendos horteras de nuestras televisiones califiquen de «glamuroso» a cualquier individuo o individua pedestres y más bien dignos de lástima", continua, y me pregunto si estoy leyendo a un Académico de la real o asistiendo a la sección de Boris Izaguirre en el programa de Sardá, con el venezolano confundiendo al Real Madrid con uno de sus "ranchitos". "En España se cree, extrañamente, que mostrarse avinagrado equivale a poseer una «personalidad fuerte»", nos dice un poco más adelante, y le envidio a Marías sus alegres tiempos en Chelsea entre gente amable, culta e inteligente, tan del Chelsea en los buenos tiempos.

Su declaración de intenciones respecto a lo que considera fútbol, está resumido en el siguiente extracto: "El Madrid ha sido siempre un equipo alegre: atacante, generoso y al que nunca le ha bastado ganar (a Beenhakker, Capello y Schuster no les bastó para conservar el puesto), sino que ha procurado brindar un fútbol deslumbrante y divertido. Sus representantes han solido ser personas más bien afables y educadas (Molowny, Valdano, Del Bosque), y los patanes nunca fueron en él bien recibidos". Es el "buenismo" en todo su esplendor, de Segurolas y Lamas, que piden buenos modales, mesura, elegancia, contención, al tiempo que arrean estacazos a todo lo que se mueve y les llama la atención. La mano en la fusta y el corazón en la incongruencia. Triste es un apelativo que choca en labios de Marías, que nunca fue la alegría de la huerta. Bromista y muy cercano es como curiosamente acaba de calificar el canterano Morata a su entrenador. Que no le haga gracia a nuestro académico se entiende, tiene el oído más hecho a las ironías de Wilde. Pero es humor el británico difícil de apreciar desde el tercer anfiteatro, donde importa más la ubicación de los laterales si toca defender un contraataque contrario, que saber si tiene chiste la estrategia planteado por el entrenador. Afable es un adjetivo que yo le preguntaría a Gallego si le cuadra a Valdano, al propio Del Bosque. Lo mismo sí. Valdano es un tipo tan afable que cuando te despide ni se nota, no está presente para comunicártelo. Que no le gustase a Marías el Madrid de Beenhakker, que es lo mismo que decir el Madrid de la Quinta del Buitre, es cosa que me choca. Además ese Madrid en sus años más auténticos, que con Toshack se suplió el entretenimiento por eficacia. Pero líbreme Dios de tener que explicar, menos a un veterano del madridismo, cuál es el Madrid auténtico. Le he conocido miles de formas y estilos, en los que la especulación con el balón, quizá, ha sido el único elemento no común a todos ellos. El Madrid de Beenhakker era tan vertiginoso como el de Mourinho, pero no deletreaba con el balón, y quizá eso les vuelva vulgar a ambos a ojos de Marías. Los intelectuales están para darnos su opinión y marcarnos horizontes a nuestras mentes, a nuestras sensibilidades. Gracias a Dios los horizontes siempre quedan distantes por mucho que tratemos de acercarnos a ellos.



Supongo que todo el mundo conoce la leyenda urbana. La contaron en todas las secciones de local de la prensa madrileña. La empresa francesa Fnac hizo un estudio con vistas a su expansión internacional buscando los lugares más transitados de Europa. Su sorpresa fue averiguar que el primero de todos lo era la calle Preciados, esa travesía peatonal que une las plazas de Callao y Sol; por donde está el oso y el madroño, además, que es como enhebrar un hilo en la aguja más pequeña del costurero, porque no hay lugar más castizo que ese de la estatua del animal merendando madroños y que representa lo que fue la ciudad antes de serlo. En donde en tiempos más heroicos se miraban directamente a los ojos los dos Goliath del comercio hispano: El Corte Inglés y Galerías Preciados; que tenían allí sus sedes principales y eran cita obligada en navidades si querías ver luces y ambiente de esas fiestas. Fue enorme sorpresa para los franceses, que quizá esperaban ver a París ganando la partida. Todo lo más a Milán o Londres. No por Chelsea, que allí prima la calidad sobre la cantidad y nadie es seguidor de Mourinho. Pero resultó ser Madrid y su calle comercial por excelencia, con metro arriba y abajo de la cuesta. Con su Rodilla en la cúspide del talud, la tienda además que originó la franquicia, para que cenen los que se han gastado casi todo en las tiendas. Con sus cines ahora convertidos en teatros para musicales en la vecina Gran Vía. Con su San Antonio de los Alemanes a poco más de una corta caminata, por si se quiere respirar el auténtico Madrid de los Austrias, el barroco que es la principal aportación de la ciudad al libro de la Historia. Es verdad que ninguno de los autores de sus magníficos frescos eran realmente canteranos. Francisco Rizzi era hijo de italiano, uno de los muchos llegados al reclamo de Felipe II para adornar el Monasterio del Escorial. Y Carreño de Miranda era asturiano, de Avilés, para más señas. Ni siquiera su maestro en el arte de pintar directamente sobre muros, Lucas Jordán lo era. De Nápoles, traído por Carlos II después de mucha insistencia. Fichajes de aquel Madrid para hacerse un hueco en la Historia del Arte de la Pintura a golpe de talonario, en este caso con dinero de la Corona. Como tiempo después el club más monárquico de todos usara su dinero, obtenido vendiendo camisetas, para fichar lo mejor de fuera y hacerse un hueco en la Historia del Arte Balonpédico. Como único descargo, se me ocurre, que la iglesia estaba destinada en origen a la advocación de San Antonio de los Portugueses. Hasta que hubo que cambiarla al rebelarse estos pérfidos nacionales sus amos españoles, al tiempo que catalanes y napolitanos, lo mismo que han hecho ahora Mourinho y su guardia pretoriana contra Florentino y sus tercios de Móstoles y Camas, cuando más duro es el invierno de nuestro desconsuelo madridista.

Me pregunto, y lo hago seriamente, como logró la cultura española, nuestra civilización, sobrevivir hasta el momento en que a finales del siglo pasado se abrió el Fnac de Preciados. Son milagros aparentes, que se producen cuando un destino manifiesto se abre paso a través de las circunstancias adversas. Borricos éramos, pero tan claro era nuestro futuro, que barrenamos hasta él, a pesar de que Fnac sólo nos culturizó en el último trecho. Le preguntan a Carlos Boyero en la entrevista digital de El País del 14 de febrero sobre un periodista supuestamente mourinhista. "Un tal JM Rodríguez", le dice el lector del diario digital. "Tertuliano del estercolero deportivo que es la Tv de madrugada y palmero de Mou", añade para darle pistas, aunque nosotros sabemos que el periodista en cuestión no es palmero de nadie, sino que cumple una misión en el programa y en los medios en los que colabora, al modo de Roncero en AS y Punto Pelota, aunque sus convicciones tengan intermitencias cuando convenga a la línea editorial. "Que dice que le vio en la FNAC y que la próxima le llamará nazi porque sale gratis", le advierte finalmente para que el columnista de El País esté prevenido. Se refiere todo ello a una respuesta de Carlos Boyero en otra entrevista digital de hace tiempo, el 18 de agosto del 2011, y que trajo cola. Aquella vez la cuestión planteada y la respuesta fueron las siguientes:

Internauta: Bienvenido de sus vacaciones mr. Charles. ¿No cree que a Mourinho se le debería expulsar ya del Madrid? Este hombre es un peligro que excede los límites del fútbol. Ha destrozado la Selección Española, ha ensuciado el pedigree del Real. Ha trastornado a Casillas, Pepe, Ramos, Ozil. Es ya un problema político.

Carlos Boyero: Yes. Anoche Guardiola avisó, con motivos, de que si el panorama sigue así, puede ocurrir algo peligroso fuera del campo. No creo que haya transtornos [sic] en Pepe y Ramos. Es su naturaleza. Pero sí con Casillas y con Özil. Es muy fuerte que tengan que buscar continuamente coartadas obscenas para justificar la derrota ante los mejores. Mourinho es un individuo muy peligroso. Y conoce la metodología para sacar lo peor de la gente. Efectivamente, el fútbol puede ser un deporte practicado mayoritariamente por hombres. No por bestias. Es lo que pretende el nazi portugués.

El que el señor Boyero se permitiera calificar a Mourinho como nazi portugués le pareció suficiente al entrenador para demandarle ante el Tribunal de Primera Instancia de Madrid. La demanda llegó a manos del Tribunal Supremo, y éste decidió fallar a favor del demandante y condenar el periodista a pagar una indemnización de 1 euro. Cantidad que a Juanma Rodríguez le pareció equivalente a gratis. "No me imagino a un admirador de Mourinho buscando culturizarse en la Fnac", fue la jocosa respuesta de Carlos Boyero, y de ella se deriva todo lo anterior. A lo que añadió algo que nos informa de cómo suele usar el periodista la cabeza, que no todo es reflexionar: "Puede ocurrir que le parta la nariz de un cabezazo o que me rompa él la mía". No está Boyero en ese diez por ciento de españoles que ensanchan nuestra cultura, por más que compren en Fnac. Sí parece estar entre los que embisten con las mismas ideas hasta que destrozan el burladero, como viene haciendo con la suya del mourinhismo con tanta constancia como su compañero de redacción Diego Torres. Porque cada entrevista digital que se consulta es volver a los mismos tópicos, y no me extrañaría nada que, aunque fuera a base de sumar euro a uro, el entrenador portugués reuniese para comprarse ese piso en Londres del que tanto se habla en los medios. Espero que no en Chelsea, por el bien espiritual de Marías. Es gente viajada, no como nosotros, pobres gañanes que nunca hemos salido de casa.

De diez cabezas, nueve
embisten y una piensa.
Nunca extrañéis que un bruto
se descuerne luchando por la idea.
(Antonio Machado. "Proverbios y cantares")

Nunca compré un libro en Fnac, lo he de reconocer. Siquiera un CD o un chisme para el PC. Siempre he preferido frecuentar cotos de caza de menor categoría, como el Museo del Prado, la colección Thyssen o la Biblioteca Nacional. Fnac me intimida y, por ello, es poco probable que alguna vez logre ensanchar mi cultura, que jamás echará barriga en esos grandes almacenes. Hay que reconocer nuestra inferioridad cultural, la del Madridismo Insurgente, frente a la más basta -con b, no con v- de La Cruzada. Ejemplos del buen "manejo" que hacen de la misma nuestros enemigos son muchos. Como cuando Juanma Trueba nos explicó en una crónica de un partido del Real Madrid, la etimología del apellido "Mourinho", y confundió a los mozárabes con los mudéjares. O la noticia que encabeza este post en que se nos ofrece un recital de disparates en solo media línea de texto entre paréntesis, escrita con la intención de informar al lector, para proponerle información adicional a las declaraciones de un personaje de actualidad entonces: El presidente del Santos, equipo en el que milita Neymar. Ni el tratado de Tordesillas se firmó en 1492, más bien dos años después, ni se firmó para repartir conquista alguna. Entre otras cosas porque los marinos portugueses avistaron las costas de Brasil por primera vez en 1500, y para 1494, los españoles no habían salido aun de la isla La Hispaniola. Ni Wikipedia saben usar la nueva hornada de reporteros deportivos. Yo he aprendido a hacerlo por encima y a veces hasta parece que sé algo además de mi nombre.

Ahora que voy acabando el escrito, me dice mi amiga @DiosaMaracana que han abierto una segunda sede de Fnac junto al Corte Inglés de La Castellana, cerca del Bernabéu. Debe ser que los franceses han decidido acercar la cultura a este madridismo tan bobo que es el nuestro, en vez de esperar a que seamos nosotros quienes vayamos en su busca. Si la montaña no se acerca a Mahoma... No se yo, son tres años instalados en la molicie mental, y eso no se cura siquiera con libros, aunque nos los pusieran en las manos. Gracias a Dios que están Marías, Boyero, Valdano, y tantos otros, para hablar por nosotros y sacarnos de nuestros errores a patadas... Quiero decir, a base de insultos.


Referencias:

"El triste que lo contamina todo" - Javier Marías - El País - 17/10/2010

"El chamán de feria" - Julian Marías - El País - 15/05/2011

Entrevista digital a Carlos Boyero - El País - 18/8/2011

Entrevista digital a Carlos Boyero - El País - 14/2/2013

Entrevista a Javier Marías en Jotdown.es - Junio de 2013

"Hienas televisivas" - Juan Manuel Rodríguez - Blog El penultimo raulista vivo

"La Copa con fuego real comienza en Balaídos" - Juanma Trueba - Diario AS - 12/12/2012

viernes, 22 de febrero de 2013

El Fútbol y sus aledaños (105) - Todos estamos invitados


 
Todos estamos invitados
(Artículo escrito con la colaboración de @DiosaMaracana)
(Artículo editado originalmente en el Blog: Soy Madridista)

Artículo premiado con el Topérrimo de Oro de @Adrianayujuju:


Rompo temporalmente mi silencio xa decir como ALONSISTA, ahora muchos os subís al carro,q de  es TOPERRIMO


En la película de Manuel Gutiérrez Aragón, Xabier, el alter-ego en la ficción de José Coronado, vive en Donostia, aunque él llama a su ciudad San Sebastián. Podría parecer un dato anecdótico, casual, sin importancia alguna, pero ese simple capricho, consciente o no, ya supone una declaración de intenciones. Que se sobreentiende. Quizá sólo por quien se empeña en entender más de lo que hay en las palabras que escucha. Quizá por mí mismo. Aquel pastor, con su exiguo rebaño de ovejas latxas, que me encontré bajo la plataforma del tren de alta velocidad a medio construir, a la sombra del enorme pilar de hormigón  del viaducto con el fuste señalando el cielo, el estrecho cacho de azul y blanco que dejaban ver las dos vertientes próxima del abrupto valle, insistía en corregirme cada vez que mencionaba mi procedencia: Mondragón. "Ah, Mondragón-Arrasate Edo". Y yo creía que me hablaba de otro lugar, pero era el mismo. Aquel hombre, tranquilo, simpático, no excesivamente locuaz, pero sí amable y muy ponderado en lo que decía, quería señalar su equidistancia, rectificar lo que en mí parecía una declaración de intenciones. A mí, al que acaba ver bajar por la ladera sur del valle, salir de entre los pinos radiata, que no sabía quién era, que motivos traía, aunque traté de explicárselos, quizá con demasiada insistencia, para dejar claro que traía unos perfectamente explicables, aunque yo no fuera del todo consciente de mi actitud precavida. Circular por una pista forestal, pongo por caso, entre bosques maderables que están en pleno aprovechamiento. Sobrepasar la entrada a una serrería, y en una bifurcación tomar el camino de la derecha, porque tu mapa hace rato que ya no te guía, porque no tiene el nivel de detalle suficiente, porque hace rato que perdiste la ruta que traías y, de repente, aflorar a un claro, donde hay un enorme caserón forrado con pancartas a favor de ETA, del que salen corriendo dos personas, con algo en las manos, que no sabes si eran armas, porque estás mirando por el retrovisor para dar marcha atrás, dar la vuelta al coche y volver por donde venías. Eso, quizá, pueda ser motivo para no dejar en otras circunstancias todo en manos de los sobreentendidos.

Xabier deja claras sus ideas a quien le escucha. En realidad nadie lo hace. Es profesor de universidad y su opinión, alternativa a la dominante en quienes le rodean, que en realidad no es ninguna, mera equidistancia silenciosa, pasiva, sólo interesa a los medios de comunicación. No parece ser hombre con ganas de notoriedad, se diría incluso tímido, pero ha adquirido una gran notoriedad al salir repetidamente opinando en la televisión. Sobre esos temas que a todos estorban. Sobre ETA y sus motivos, sobre las posibles disculpas a sus actos, sobre el perdón, sobre las grandes palabras que, tarde o temprano, reemplazan a los hechos simples y sangrientos. Una de las cosas más terribles que te enseña la vida es que todos tenemos motivos para lo que hacemos, sea cual sea su alcance, sus consecuencias, el dolor que causemos. Y tras los motivos puede acechar un punto de vista, que si es coherente, subyugante, emotivo, puede ser un esbozo para la defensa. Todos tenemos unos motivos, que las víctimas de nuestros excesos tratan de extirpar de la realidad en legítima defensa. Hay motivos para todo: Para las mentiras, que pueden ser por un momento de debilidad, para eludir un conflicto causado por un error, para el que se desea más tiempo para poder subsanarlo sin injerencias. En los agresores, para el daño consciente infringido a los demás, que puede ser debido a haber vivido en una escuela de sufrimiento cuando te formabas como perdona -quien fue agredido, dicen, suele convertirse en agresor-. En aquella a quien se lo das todo, que lo toma sin más y te deja completamente solo y desnudo y destroza tu vida, quizás porque dejaste de ser relevante, prioritario, porque fuiste tú el que le diste razones con tus excesos o tus carencias. Para el mero asesinato incluso, porque hay vidas que ofenden, o estorban, o es necesario despejar de una ecuación cuya resolución se complica. En este caos que supone vivir entre equidistancias, motivos, silencios de quienes no quieren mirar, sólo las convicciones traen orden, propósito a quienes fueron víctimas por azar o necesidad, o simples testigos.

Xabier acude a la sede de su cuadrilla gastronómica tras un día que se le ha visto mucho en la TV. Le toca cocinar aquella noche a Imanol. Éste último ha puesto empeño en preparar cocochas. Hemos visto a Imanol en el mercado, poniendo tesón en conseguir las mejores. Es experto, se toma su tiempo en elegir el mejor género, pero en la lonja no hay apenas producto aquella mañana por una huelga convocada por los sindicatos abertzales. Sin embargo, las que prueban sus amigos, cocinadas por él, son excelentes, así se lo aseguran. Xabier se interesa por la procedencia de las cocochas. No es por la intriga, ni mucho menos. Se siente valiente, tal vez osado tras el subidón de haber hablado en plena calle, en el campus, ante las cámaras de los periodistas, sobre temas peligrosos, vetados, de los que no hay que hablar, ni siquiera con sobreentendidos. "Y, ¿dónde las has conseguido? porque, que yo sepa, las cofradías de pescadores siguen en huelga". Sabe que es una pregunta impertinente, y formulada a quien no debe. Imanol es abogado de ETA, y suele tratar con su líder en ese momento, preso en alguna cárcel de Andalucía. Precísamente le hemos visto a ambos tratando los asuntos del día a día de la banda. "He pasado a Francia", le responde, sin un asumo de culpa en sus ojos, casi desafiante en su sonrisa. "Las he encontrado en el mercado de Biarritz y, además, a mejor precio". "Ya. Yo creía que eras más solidario con los abertzales". Es pura esgrima verbal, un tocado. Pero están entre amigos, no es como hablar en el campus ante la prensa. A pesar de las creencias de Imanol, o precisamente por ellas. Cree haberlo desenmascarado. Pero Imanol le sostiene la mirada. La sonrisa se difumina en su rostro. Trae un encargo de su cliente, encarcelado allá en Andalucía y, mira por donde, quizá hasta va a disfrutarlo. A los postres, cuando Imanol está sirviendo licores a la gente sentada a la mesa, al acercarse a Xabier le pone una mano en el hombro y, mientras le sirve en un vaso pequeño por su izquierda, acerca su rostro al del amigo para decirle, con voz tranquila, una pizca burlona: "¿Qué, te gustaron las cocochas?". "Si, sí, felicidades. Las mejores que he comido nunca", le contesta, primero dubitativo, luego más seguro, mientras el otro se cambia de lado. "Me alegro, porque van a ser las últimas que vas a comer en tu vida", le dice inclinándose ahora por su derecha. Esto último tenía un tono socarrón, falto de todo recato. Todos saben que Xabier acaba de ser señalado, puesto en medio de la diana, pero nadie dice nada, adquieren de forma instantánea equidistancia respecto al conflicto, grave pero soterrado, del que acaban de ser testigos. Equidistancia respecto al conflicto en sí, los argumentarios de las dos posturas enfrentadas. Equidistancia respecto a quienes dirimen en ese momento la lucha por la verdad. Ni un solo gesto que pueda traer un sobreentendido involuntario. La soledad absoluta acaba de estrechar la mano del profesor universitario. Ha ocurrido sin más, en medio de una escena intrascendente. Una frase intrascendente pero que lo cambia todo, que sólo tiene significado gracias a los sobrentendidos, en este caso a las identidades de los dos protagonistas.

En cierta semifinal de Champions, en plena tormenta de clásicos, a media plantilla del Real Madrid se le acabaron las ganas de fomentar las equidistancias. Fue la noche en que vimos a Casillas palmeándose la cara repetidamente, en ese gesto clásico de denunciar la cara dura de alguien, y que pasó a ser el avatar de muchos tuiteros. Alguno lo luce aun dos años después, o lo tiene en el armario para sacarlo en temporada. Al Madrid le estaban robando por enésima vez, esta vez de forma descarada, y hasta el bueno de su capitán perdió el oremos. También escuchamos, en zona mixta, hablar sobre el tema a Xabi Alonso, la mismísima encarnación de la elegancia y el saber estar, del señorío si no hay más remedio que denominarlo así. Y habló con palabras de resignación, haciendo la crítica de forma implícita: "Ya sabemos lo que hay", fueron aproximadamente sus palabras, a las que siguió un gesto de resignación, indicativo de que la solución estaba más allá de su capacidad, siquiera del colectivo del que es parte integrante. Ambos jugadores fueron anotados en la pertinente libreta. Al que había sido más claro, no sólo en el terreno de juego con su mímica, sino también en zona mixta, se le hizo llegar un recado: Peligraba la Selección Española, la concordia en el combinado. Luego vinieron las famosas conversaciones de teléfono. El que Xavi no le atendiera las llamadas, que intercediera Puyol, que al final hubiera encuentro en la red y concordia. Y luego la paz de los justos: El Príncipe de Asturias redundante, que fue concedido por un jurado muy penetrado por periodistas de la prensa de Barcelona; El cese de la campaña generalizada a favor de la titularidad de Valdés en La Roja, que en los días siguientes a la discordia, arreció cual lluvia en país tropical. El acceso de Casillas al paradigma del fútbol actualmente aceptado, como elemento de primer orden además. La humildad, los premios, el pasado glorioso como coartada del presente mediocre, la protección de la prensa, las contraprestaciones en forma de manifestaciones polémicas, el asumir el puesto de adelantado del anti-mourinhismo en la misma frontera, en el vestuario del Real Madrid. Todo fue perdonado tras escuchar la llamada a la lucha a la que todos estamos invitados, por el buen fútbol, la humidad y los valores.

Sí, lo sé, el paralelismo que propongo es complicado, ciertamente molesto, excesivo si al leer el lector no se atiene únicamente a lo escrito o a su consecuencia inmediata. Se que amenazar de muerte es algo que se sale de la escala, que no es comparable con nada, siquiera con cualquier otro tipo de amenaza. Pero los mecanismos son coincidentes. También el objetivo primordial: Silenciar a quien estorba e incomoda con sus manifestaciones, quien destruye consensos al señalar evidencias o incita a hablar a quienes prefieren estar callados. También su consecuencia: Eliminar del paisaje humano que forman los que acatan y luchan por el paradigma aceptado al transgresor. "Que tonto Arbeloa...", fueron las palabras con las que Manolo Lama inicio su exultante discurso tras ser señalado un penalti al Real Madrid en el campo del Manchester City. Luego se demostró que no había sido cosa de inteligencia, que el jugador del Real Madrid había tropezado y caído sobre el Kun Agüero, que exageró en el lance, se dejó caer al suelo y engañó al árbitro. "... y qué listo el Kun Agüero". Podría haber bordado el comentario, alegría por el descalabro del equipo blanco aparte, si sólo hubiera dicho la segunda parte; pero mostró su animadversión, a veces se diría odio, usando ese término que tanto gusta a los periódicos de la Ciudad Condal. Pero el periodista es uno de los puntales, más bien de sus portavoces más estentóreos, de la campaña de desprestigio que soporta Álvaro Arbeloa por parte de la prensa que acata el paradigma. En Arbeloa confluyen todos los males: practica un fútbol físico en tiempos de un paradigma que santifica simular las agresiones, que ve con buenos ojos fingir el haber sido objeto de falta; es mourinhista y no lo esconde. Tampoco lo pregona. Es más, suele ser muy alegórico en sus manifestaciones, en las que derrocha elegancia e inteligencia que, al tiempo que son claras, no son explícitas y podrían significar sólo lo que dicen, que respecto al mudo del fútbol no son nada. Recomiendo al lector que eche un vistazo al TL del jugador. Encontrará auténticas perlas en forma de tweets. Además, es aficionado a los montajes fotográficos con leyenda incluida que cuelga en Twitter. En los peores momentos del madridismo, alguno de ellos ha servido como mensaje tanto a la prensa como a la afición. A la primera para hacerle ver sus errores, para inducirla a recapacitar acerca de sus excesos. A la segunda para hacerla saber que el vestuario blanco, al menos elementos concretos del mismo, están atentos a lo que sucede en Twitter, a lo que dicen los aficionados. Es un canal de comunicación indirecta sobre temas inapropiados, débil y con interferencias, pero que hace saber que al otro extremo, en el interior del club, también hay gente que se preocupa por lo que acontece y está atenta a lo que sucede en el madridismo.

Arbeloa manda un mensaje a la prensa

Es de lógica pensar, cae por su propio peso, que esta actitud, muy crítica en sus argumentos con la prensa, aunque muy comedida en la forma de expresarlas, no es bien acogida por la misma, que le tiene señalado y enfilado. Su participación, aunque pasiva, en los incidentes ocasionados por Messi en el último clásico en el Bernabéu han venido a agravar su situación en La Roja. Denominación que habrá que ir aceptando, porque cada vez es menos española. Se nos dijo que vivía momentos de aislamiento total en la concentración en Qatar, a donde Del Bosque le habría hecho viajar para no darle un solo minuto de juego en el partido amistoso contra Uruguay. Sabemos, porque así lo ha manifestado Xavier Hernández y lo ha confirmado el propio seleccionador, que el jugador de Tarrasa suele hacer sugerencias respecto a las alineaciones y el sistema de juego, que son escuchadas y atendidas por Vicente del Bosque. ¿A tanto llega el dominio del grupo culé en la selección y quienes la dirigen que hasta podría marginar a un jugador y borrarlo de las alineaciones? Quizá parece excesivo, pero no se entiende hacer viajar por medio mundo al único lateral del que dispone el Real Madrid para que después sea el único jugador de campo que no disputa ni un minuto del encuentro. Para eso hubiera sido mejor hacer como Alonso y Xavi, borrarse y punto; para ser despreciado por compañeros y entrenador. En partido oficial todavía, pero en un bolo organizado por la RFEF para hacer clink-clink-caja, parece que no merece la pena.


Fue muy celebrado el incidente en Futboleros, el programa de Marca TV, en el que Roberto Gómez menospreciaba a Álvaro Arbeloa, de forma además absurda, ya que se le reprochaba justo lo sensato, opinar sobre un compañero al que ve todos los días. En cualquier debate sobre Cristiano, Arbeloa se constituye como opinión muy relevante. El ataque de Roberto Gómez podría venir motivado por el mero afán de notoriedad de este periodista, encantadísimo de conocerse, que hace poco reconoció en una entrevista que se considera el mejor reportero y tertuliano de deportes de España. Arbeloa sabe defenderse, estas fueron sus palabras en respuesta al mejor tertuliano de España: "Roberto Gómez dijo el otro día que quién coño era Arbeloa para hablar de Cristiano Ronaldo. Pues yo soy compañero de Cristiano Ronaldo. Hay muchos periodistas que sueltan barbaridades sin contrastar. No se puede generalizar, y con los periodistas que están cerca de nosotros, por suerte, tenemos buena relación. A Miguel Ángel Díaz le conozco hace mucho tiempo, y ningún problema". Pero se trata de una presa muy apetecida por los creyentes del paradigma, que va a suscitar pocas adhesiones si se le ataca, quizá hasta aplausos si hay ensañamiento. Arbeloa va a suscitar escasa movilización entre los periodistas si es agredido o amenazado, a lo primero se le quitará yerro como Xabier, y me refiero tanto al de la película de Gutiérrez Aragón como al que milita en las filas del Real Madrid, que parece ser el próximo en ser llamado a capítulo.

Sport descubre por qué no jugó Xabi Alonso con La Roja

La prensa de Barcelona ya se rifa sus huesos en un posible descuartizamiento del Tolosarra. En realidad desde hace tiempo. Según los periódicos de Barcelona, Alonso sería el jugador más odiado en el vestuario blaugrana, y tal extremo fue el asunto principal de una portada en el Mundo Deportivo y una columna de opinión del subdirector del diario, Joan Josep Pàllas, periodista al que no conozco pero que compruebo que tiene los acentos peinados en la dirección que conviene. "Odiados" es el término. ¿Sorprende por su contundencia? En realidad no, es retórica habitual de combate en la prensa del movimiento, principal bastión del paradigma actual del fútbol. La prensa de Madrid, por su parte, fija a Alonso en su agenda de elementos sospechosos, a reconducir o eliminar del panorama si es posible. Xabi Alonso lleva retrasando su renovación hace tiempo. Qué curioso, como Cristiano. Se ha querido vender la idea de un fuerte desentendimiento entre los dos portugueses que comandan el equipo, pero lo más probable es que CR7 quiera saber antes de firmar, la respuesta a la pregunta que todo hace sospechar que quiere saber Alonso antes de ligar su futuro a la entidad merengue: ¿Seguirá Mourinho el año que viene? Que pueda haber desacuerdo con los capitanes españoles está por ver, no conviene afirmar aquello de lo que no se tienen pruebas, aunque indicios hay. Pero está claro que si fuera puesto en la misma tesitura, en el mismo dilema, que los topos de Marca afirman que pusieron a Florentino Pérez en la ya célebre comida para negociar las primas, lo tendría clarísimo y sus compañeros de vestuario bastante turbio. Alonso habría ligado su permanencia al club -en el que se siente muy a gusto, a pesar de las niñerías de algunos-, a la continuidad también de Mourinho. Dato del que no se nos habla cuando los periodistas nos informan de los pensamientos íntimos de unos y otros como si fueran sus confesores.

Xabier decide acudir una noche más a las cenas de su cuadrilla. Le han cursado invitación y siente que sería una cobardía no acudir. Sobre todo porque siente miedo, está aterrado. No acude con los escoltas que le ha asignado la Policía Nacional por un mal entendido. Aquella noche no está Imanol. El ambiente, más que tenso, es triste. Les hace saber que va a aprovechar el momento para despedirse de ellos. Alguno bromea sobre la razón de su marcha, pero Xabier les hace saber la razón: "No me voy, simplemente me despido de vosotros. He decidido no daros más la lata. Para vosotros soy un estorbo. Tenéis miedo, ¿por qué no reconocerlo? Tenéis miedo que os vean conmigo. No sólo vosotros, también los vecinos. Vaya donde vaya parece que molesto. Los compañeros de universidad procuran no mirarme, hacen como que no me ven. Como si el que llevara, escolta fuera culpa mía". No hay un ápice de reproche en lo que dice, sólo tristeza. Este breve monólogo puede que sea uno de los mejores momentos de la carrera de actor de José Coronado, actor que empieza a acumular grandes actuaciones. Uno de los miembros de la cuadrilla, el mayor de todos, se levanta. Fue el único que le mostró solidaridad en la cena donde fue amenazado. Aunque lo hizo en los lavabos, cuando no eran vistos por nadie. "Tengo nietos", esa fue la excusa que le dio, y le mostró las fotos que llevaba en su cartera. "Se quedaron sin padres y dependen de mí. Si no fuera así, habría escuchado lo que te han dicho". Pero eso fue el otro día. Hoy hay casi lágrimas en el anciano al escuchar a su amigo. "Ya sé que de vez en cuando alguno de vosotros se atreve a darme una palmada en la espalda, y me dice alguna palabra de ánimo. Os lo agradezco. Pero sólo lo hacéis cuando no os ve nadie. Sólo entonces. ¿A que sí?". Las últimas palabras le cuestan, apenas se escuchan. Cuando se queda en silencio se abrazan y se sientan a la mesa con el resto de la cuadrilla. Poco más, aunque es mucho.

Alonso es soldado de Mou, aunque bien merece ser capitán, junto a Arbeloa. Así lo entiende Paco González, que en su artículo para ABC, el de su debut para su nueva casa, de la que quizá nos acabe echando a lectores que heredaron esta condición de sus padres, trata el asunto en detalle, de forma esquinada, sin terminología de guerra, como sus compañeros catalanes, pero analizando seriamente el asunto de su futuro en el Real Madrid. Es periodista con mayor capacidad expresiva que su compañero Manolo Lama, por más que éste sea el que lleve la vitola de comunicador (que suele ser como se denomina en su profesión últimamente a los alborotadores sin discurso, que además lo son por capricho, que no saben explicarse, sólo gritar consignas, que tal sean de sus jefes, porque no parecen tener capacidad para albergar ideas propias). Le parece a González, y así lo expresa en su artículo, que Alonso está haciendo una mala temporada. -Lo que es significativo, porque si la de Xabi no es buena, ¿qué decir de la de Iker, Ramos, Higuain? González prefiere callar sobre este asunto, no perjudicar sus piezas dentro de la casa blanca-. El Madrid le busca recambio y nos habla del particular largo y tendido. Advierte que el recién fichado Casemiro es una buena opción. Alude a su supuesta tristeza, a un aislamiento dentro del grupo por ser el único que se alinea con las tesis de Mou. Es una afirmación sorprendente. Toda ella. La de su tristeza por de pronto, pero también la de que sea el único mourinhista de la plantilla. A todos se nos ocurren más ejemplos, incluso más evidentes, testados por la realidad; no conjeturas, como sería el del propio Alonso. Pero al periodista le conviene aislar el problema. Los disidentes es conveniente enfrentarlos de uno en uno para que se sientan solos y sus acciones se reconduzcan en la dirección de la supuesta reconciliación. Alonso es jugador al que se respeta en lo futbolístico -no como Arbeloa-, se desea su vuelta al redil, lucirlo en la pista central del paradigma. Por eso González le lanza una invitación para una reunificación, para que retorne al sendero correcto: Aun no ha llegado el tiempo para la cena de las cocochas. Si el Real Madrid fuera bien en la Liga, él y Casillas no estarían peleados, nos dice. Deberían arreglarse, esa es su propuesta, porque aun hay títulos en juego y porque "ellos van a seguir, otros no". Será Iker quien mande en el futuro, tal como se nos cuenta ya sin ambages que lo hace Messi en el epicentro del paradigma, y Xavi en el corazón cada vez más desangrado de la roja.

Me sorprendió el título de la película. Quise indagar en Google. Todas los enlaces que me devolvió a la frase exacta, al menos los de las primeras páginas, eran sobre temas referidos a acción ciudadana, problemas de la comunidad. "Todos estamos invitados", es la excusa que Xabier le da a su pareja, que no quiere que vaya -  se lo suplica incluso, temerosa del peligro-, para asistir a la segunda cena de la cuadrilla en la película, que también será la trágicamente la última. En un análisis que he leído del film se da a entender que la expresión trata de señalar que en las cuadrillas de amigos vascas todos tienen su espacio, todos tienen una función, no hay exclusiones, ni jerarquías. Todos están invitados a asistir a los encuentros porque todos tienen hueco. En lo que creí entender tras mi búsqueda en internet, "Todos estamos invitados" es una expresión propia de la retórica de izquierdas, o en los grupos de acción con base en la sociedad. Significaría que frente a ciertos asuntos de vital importancia, que se consideran capitales para la convivencia o el bienestar de la sociedad, todos tenemos obligación de atender la llamada a la acción conjunta, todos estamos invitados a actuar para aplicar las soluciones posibles. Aunque sea sólo el apoyo explícito a quienes las llevan a la práctica. Me gusta más esta segunda acepción, creo que tiene más sentido que la otra en la que se nos narra. Todos estamos invitados a romper el silencio ante las víctimas, sea el que sea el tipo de violencia que se ejerza sobre ellos, la intensidad del ataque. Es algo que va más allá del problema terrorista aunque, lógicamente, su magnitud haga más perentoria la puesta en práctica de la máxima. No, desde luego que el problema de Arbeloa y Alonso no es tan grave, tan truculento, como el de Xabier. Pero tampoco es probable que reciban el apoyo de la cuadrilla del fútbol. Por eso los madridistas estamos invitados a actuar, aunque sea sólo mostrándoles nuestro apoyo, nuestra comprensión. Una palmada en la espalda, ¿qué otra cosa podemos hacer? Que nos vean sus enemigos, haciéndonos notar en las muestras de cariño. Una defensa activa de la dignidad del madridismo, que no se puede quedar callado cuando uno a uno de sus jugadores es señalado para que el común de los mortales sepa que son personas non gratas dentro del paradigma, de ese espacio supuestamente idílico donde el fútbol de toque se enseñorea. En el paradigma resalta la calidad de los jugadores de una generación, de la gran categoría futbolística alcanzada por el equipo que más integrantes aporta a la Selección Española, y que además marca el estilo de juego. Pero también se basa en arbitrariedades -nunca mejor dicho, ya que ha de evitarse a toda costa las pocas derrotas que se plantean en los terrenos de juego-; en injusticias para favorecer el éxito de sus postulados principales; en marginación de quienes discrepan o proponen alternativas al discurso dominante. Todos estamos invitados a señalarlo, una y otra vez si hace falta. La "Yihad" -como nos llaman los periodistas, son ellos quienes los que aluden al tema del terrorismo en el debate futbolístico que mantienen con los aficionados que no comulgan con sus ideas-, es sólo palabra, no tiene más armas, palabra escrita con escaso radio de alcance. Por eso, repitámoslo cuantas veces haga falta en nuestros blogs, en Twitter, hasta que la ignominia cese.

Un día te despiertas echándola de menos, y entonces el posible perdón no es por sus motivos sino por los tuyos. No se trata de señalar a culpables. Sería inútil. Lo que parece haberse pervertido es el sistema, que asumen los trabajadores que se incorporan a los diferentes medios informativos. Los nuevos cachorros del periodismo, peor preparados que sus antecesores, parecen adherirse con entusiasmo al paradigma y los procedimientos ideados para perpetuarlo. Lo que nos interesa es hablar de ello, desenmascarar las mentiras, llenar de palabras, de nuestras propias opiniones, los silencios que ellos desean que sean la única respuesta a sus argumentos. Y tenemos las de ganar. La marea de madridismo activo, que denuncia los abusos no para de crecer en Twitter. Afortunadamente el miedo no es un factor coercitivo en todo esto, como en el símil que propongo. Tal vez para los que trabajen en el gremio, para los profesionales del deporte que tratan de eludir las campañas generalizadas en su contra. Pero nosotros sólo podemos temer a que nos arrebaten el club que amamos. Así que, "todos estamos invitados" y es obligatoria la asistencia.



Los jugadores del Barça no tragan a Xabi Alonso - Joan Josep Pàllas - Mundo Deportivo - 25/08/12